La primera clase de ese día recién terminaba. En cuanto se escuchó el timbre sonar cada uno de sus alumnos guardó sus cosas en las mochilas y salieron rápidamente del aula despidiéndose de él al pasar por el escritorio. Apiló su cuaderno y un libro, los puso a la altura de su pecho y salió también de ahí. Caminó por el largo pasillo y luego giró a la izquierda. Necesitaba un té caliente; Entró a la sala de maestros, buscó su taza, se sirvió agua caliente y metió el sobrecito de té. Buscó una silla libre y se sentó en ella.
- ¿Qué tal fue la cena del lunes?
Escuchó detrás de él pero rotundamente ignoró las palabras. Sacó su móvil para escribirle un mensaje a Baek y lo envió.
- ¿Me ignorarás? ¿En serio?.- volvió a decir la voz tras él.
- También me ignoraste en el restaurante.- dijo sin siquiera verlo.
- No te ignoré.
- Te portaste como si no me conocieras, es casi lo mismo.- reprochó el menor.
- No quería que tu noviecito se pusiera celoso y fuera a decirme algo.
Se Hun se giró un poco para poder verlo a la cara y mirarlo de manera no muy amigable que digamos.
- ¿Cómo sabes que hubo una cena?. Te lo dijo tu amigo Jong In, ¿no?
- He estado quedándome a dormir en el departamento de Kai, Se Hun.- El pelirrosa estaba quieto, esperando a que su amigo siguiera hablando pero no fue así, habló de nuevo.
- Sabías que tu amigo estaba saliendo con mi hermano y no me lo dijiste, Lay.- aseguró molesto.
- Espera. No. Déjame explicarte.- El chico tras él se giró noventa grados en su lugar para verlo mejor. - Yo no lo sabía. Siempre que vengo aquí, llego al departamento de Kai. Somos amigos desde hace varios años.- agarró su taza con café y dio un trago. - Una vez hablamos por teléfono y me comentó que recién salía con alguien, un chico, y fue todo. Quedamos en que me platicaría a detalle después y así fue.- hizo un movimiento de cabeza señalando la humeante taza de té del contrario y éste la tomó entre sus manos y bebió un poco. - Cuando llegué hablamos un poco. Me dijo que el chico con el que salía se llamaba Chan Yeol, que lo quería, incluso quería casarse con él.
El estómago del menor dio un vuelco para después contraerse en menos de dos segundos. ¿Entonces si pensaban casarse? Su hermano le había dicho que no era nada seguro y tontamente le había creído completamente. ¿Tal vez fuera que Jong In era quien quería casarse y su hermano no? Esperaba que las cosas fueran tal y como pensaba, porque no quería discutir ni pelear con Chan Yeol si un día Jong In llegaba y pedía su mano para poderse casar con él. Definitivamente diría que no, se negaría a aceptar aquella estúpida locura y dejar a su hermano menor en manos de un tipo once años mayor y que no le agradaba para nada.
- Entonces, hace un par de días mencionó un nombre: "Se Hun".- aclaró. - No es que conozca a muchos con ese nombre. Dijo esto, dijo aquello y todo fue quedando cada vez más claro. Ese Se Hun eras tú y mi mejor amigo salía con tu hermano menor. He hablado con él haciéndole ver el error que cometerá al casarse con alguien tan joven y así, pero parece aferrado a la idea de hacerlo.
- Te agradecería que continuaras hablando con tu amigo y deje de pensar en casarse con mi hermano. Porque nunca estaré de acuerdo con esa unión.
El timbre sonó avisando el término de una clase y el comienzo de otra. Se Hun tomó su taza, luego de lavarla pasó por un lado de Lay saliendo por la amarillenta puerta.
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Baekhyun salió del plantel y vio a Se Hun sentado en la banca donde se quedaban de ver para luego irse juntos. Tomaron un autobús en la parada que estaba cerca de ahí, fueron al centro a comprar unas cosas que éste necesitaba y luego de comprar un helado se fueron a la casa de los hermanos.
Dejaron el par de bolsas, sus zapatos y sus mochilas en el piso del vestíbulo y fueron directamente a la sala. Se Hun se tiró en la alfombra con su espalda sobre ella, subió los pies en el sillón. Baek lo copio quedando a su lado.
- ¿Está todo bien? Haz estado serio y pensativo.- preguntó el mayor.
El pelirrosa volteo su rostro hacia su amigo y dijo:
- ¿Chan Yeol no te lo ha dicho?
- ¿Decirme qué?
El menor suspiró, cerró los ojos y los abrió de nuevo.
- Invitó a cenar a Jong In a cenar el lunes para que lo conociéramos.
Su mejor amigo lo miró con más atención de la normal y rápidamente preguntó:
- Y, ¿Qué quería? ¿A qué vino? ¿Es guapo?
Se Hun soltó una carcajada al ver la cara que había puesto Baek cuando hacia aquellas preguntas.
- Creo que Chan Yeol te importa tanto como a mí. Pareces el hermano mayor celoso, pero recuerda que no es tu hermano, sino el mío.
- Eso lo tengo bien claro y presente, así que no te preocupes.- dijo con una media sonrisa rara en el rostro.
El menor lo miró con atención tratando de comprender lo que su amigo había dicho, teniendo aquella mirada y sonrisa tan extrañas para él, pero su pensamiento se vio interrumpido cuando el sonido de la voz de Chan Yeol avisando que llegaba a casa se escuchó. BaekHyun se levantó rápidamente de su lado y fue a recibir al menor alegremente. ¿Qué había querido decir su amigo con aquellas palabras? ¿Qué significaban realmente ese brillo en su mirada y el tono paciente que había en él cuando estaba con su hermano o hablaba con éste? Seguramente no era nada y creía ver cosas donde no las había.
- ¿Què pasa, Lay?.- preguntaba después de contestar la llamada de su celular.
Al otro lado hubo una risita. Sardónica, burlona, muy propia de Lay cuando quería joderle el ánimo.
- ¿Qué tal estás, amigo?.- preguntó aquél con la misma sarcástica risita.
Kai sintió la sensación de que su amigo lo veía por dentro. Que sabía, sin saber, por supuesto, todo cuanto él sentía, todo cuanto se acumulaba en su cerebro.
- ¿Qué tal estoy? ¿Por qué te importa tanto? —preguntó evasivo.
- Pero, Kai, amigo mío... ¿es que no has ido ya a conocer a tu futura familia?
El moreno hinchó el pecho y luego sacó hasta el último gramo de aire de sus pulmones. Al fin y al cabo no lo veía. No podía saber. Podía suponer, desde luego... pero ver... saber, de ningún modo.
Por otra parte, si como bien había dicho, conoció a... Se Hun. ¡Se Hun! ¡Dios!, él nunca creyó que un chico, podría impresionarle de aquel modo. Era como si estuviese muerto de veinte días y supiese que lo estaba, y el solo hecho de ver a aquel pelirrosa, produjera en él el milagro y resucitase con todos los sentidos alerta.
- Kai, ¿te has quedado mudo?
- Mmm... te refieres a la familia de Chan Yeol .- dijo con voz hueca, como si el asunto se hubiera borrado de su mente, y lo cierto es que lo tenía como clavado en cada célula de su cuerpo. - Claro, por supuesto. Oye.. .- aquí una risita queda y comunicativa. -se te olvidó contarme que ya habíamos conocido al hermano de Chan Yeol, en aquel restaurante al que me llevaste la última vez. ¡Vaya chico! Me refiero a Se Hun. Algo sofisticado y sencillo ¿no? Min Ho es más... ¿cómo te diré? Más.. más normal.
- ¿Es así el hermano menor?.- preguntó Lay interesado. - Porque si el hermano es así, no me extraña en absoluto que te tenga completamente loco.
Kai quiso desvanecer aquella idea de la mente de su amigo. No sabía por qué, pero prefería mantener firme su equilibrio mental, y si no lo tenía, por lo menos que Lay lo creyese.
- Tanto como loco, hombre, no exageres. Es lindo y lo quiero, pero no loco. A mi edad, y después de tanto como he vivido, uno busca el remanso, la paz, el equilibrio sentimental, pero no pierde el sentido.
- O sea, que no te ha impresionado el hermano de tu novio.
- ¿Impresionado?
- Pues claro. Es para impresionar. Si yo estuviera en relaciones con el hermano de un chico así, al conocer al hermano mayor, me enamoraba de él y olvidaba a su hermano. ¡Seguro! Tú, además, no lo has visto en la universidad. Aquello es como un hormiguero. Estoy seguro de que cada vez que entra un alumno nuevo a ella, es porque van más por él que por las clases. Tiene una personalidad que apabulla, una belleza que atonta...
Kai sudaba. Sentía que le aparecían gotas en las sienes y le bañaban la piel. Pero su voz continuó firme en su aparente normalidad.
- Mira que eres exagerado e impresionable.- y para distraerle. - Si lo sabe Sam...
- Sam es una mujer estupenda.- se apuró Lay. - Yo la amo y la necesito. Pero la misma Sam sabe que soy ferviente admirador de la belleza en general y si conociera a ese chico, estoy seguro de que también ella lo hubiera admirado.
- Oye, ¿comemos juntos? Podemos continuar hablando de eso.
Ni pensarlo. No tenía nada que hacer excepto trabajar en la oficina, pasar después a los comedores de la maquiladora y comer con sus compañeros, y más tarde regresar a su despacho para continuar el trabajo. Pero no pensaba hacer lo que hacía todos los días. Pensaba salir de ahí, cenar donde le diera la gana y regresar a la oficina si le apetecía, pues nadie mandaba en aquel apartamento sobre él y tenía toda la intención de reflexionar sobre aquella andadura vivida el día anterior. ¿Para bien o para mal? No lo sabía.
- No dispongo ni de un minuto, Lay.- mintió. - Podemos vernos otro día.
- Pero si me marcho mañana por la noche.
- Bien, pues mañana comemos juntos. Llámame aquí a esta misma hora. Hoy tengo un compromiso pendiente con unos clientes y no sé cuanto me demore.
- Está bien. De todos modos, sigo pensando que me gustaría verte. Oye, ¿qué? ¿Entonces habrá boda?
¿Boda? ¿Con quién?
- Deja de presionar, pero evidentemente la abrà más adelante.- dijo evasivo y luego se apresuró a añadir. - Hasta mañana, entonces, Lay. Llámame.
Colgó. Quedó mirando al frente. Él, que había vivido siempre sin inquietudes, estaba ahí de repente acumulándosele en el cerebro una serie de dudas, como si aquella iniciada inquietud partiera toda su vida. Como si nada existiese antes ni nada sabía si existiría después.
Pero en aquel instante, él se consideraba como un hombre nuevo. Menos equilibrado, más impresionable. Más dominado. ¿Por qué? ¿Por quién? Por aquel sentimiento instintivo, poderoso que le embargaba.
Se puso en pie. No podía soportar por más tiempo el encierro. Jamás, hasta entonces, odió más su oficina, la cara de la secretaria, los avisos que le pasaban por teléfono y los compromisos profesionales que tenía pendientes.
Cortar todo por lo sano era lo mejor y más conveniente. Y así lo hizo.