Suspendida por dos semanas. Bien, ni en la escuela me suspendían, en fin, no me arrepiento de haber asumido la culpa por las locuras que hicimos, pues la mitad fue mi idea. En estas dos semanas, tenía planeado viajar a Los Ángeles, aun hay cosas en las que debo ocuparme y que deje una vez que me vine a Hawaii, por ejemplo la casa en donde vivía, debía hacer algo con ella, a pesar de que era la casa de verano de la familia quería darle otro sentido a ello, si hay algo a lo que le he huido es a hacerle frente a lo que mis padres me dejaron cuando murieron y han pasado veinte años de eso, pensé que tal vez, dos semanas serian suficientes, es decir no tengo, ni idea, siempre ha sido mi tío quien se ha hecho cargo de todo, tal vez una llamada lo solucione.
Justo cuando iba a tomar el teléfono, este suena era Danny.
— ¿A qué debo el honor de tu llamada?
—Pues McGarrett está en su crucero con Cath y yo estoy en su casa, ¿Conoces las fritatas?
—reí. — ¿Fritatas?
—Si. Fritatas.
—Ok ¿y qué viene todo el cuento anterior y las fritatas?
—Bueno quería invitarte a desayunar.
—Ok, iré. Llevare el jugo de naranja.
—Mejor trae malasadas.
— ¿Qué?
—Por dios, me haces ir cada viernes de cada mes a una pizzería por una pizza que sea casi parecida a las neoyorquinas y no sabes donde venden malasadas.
—Pues no, no lo sé. Sabes que, preguntare por ellas, si las consigo las llevare, sino lo primero que se me ocurra.
—Ok, te veo entonces.
—Seguro, bye.
¡Ja! Fritatas, ahora me pregunto porque no le pregunte ¿Como estaban hechas? Salí de casa y me subí al auto, y me dirigí a un supermercado, de camino recibí otra llamada, era del cuartel general, era raro pues los casos no suelen llegar de esa línea.
—Comandante Brighton, El capitán Allan Brett de la SRU de Los Ángeles, esta acá en el cuartel, desea hablar con usted urgentemente.
¿Brett? ¿A que vendría a buscarme?, pregunte. Después de que dejara la SRU, esta idea continuo en las fuerzas policiales, para el momento en se decidió que volvería esa unidad, yo seguía devastada por la muerte de mis compañeros así que no me importo, si volvía o quien la dirigiría, se que Brett era el jefe de SWAT en Los Ángeles y que por ello decidieron darle el comando de la SRU, nunca lo conocí, pero si vino acá es porque algo importante debe ser y debe estar relacionado con la vieja dirección de la unidad.
Cuartel General Five-0
—Capitán Brett, un placer conocerlo —extendí mi mano.
—Lo mismo digo, es un honor conocer a la creadora de la SRU. —dijo amablemente.
— ¿A qué debo su visita?
—Lamento traer malas noticias pero, ayer nos llego la notificación de que su Alguacil Winnie Camden tiene más de cuarenta y ocho horas, desaparecida. Empezamos las labores de búsqueda, pero recibimos esto. —saco su teléfono y me mostro un video, quede estupefacta cuando vi de quien se trataba.
"Se que esta es la nueva SRU, pero esta búsqueda no le concierne a ustedes, si quieren volver a ver a su recepcionista, deben contactarse con Diane Brighton, se que ella vendrá."
Winnie era parte de mi equipo en la SRU era quien nos pasaba las llamadas de emergencia, en términos de la unidad y en rango era nuestra alguacil. Cuando la unidad dejo de trabajar, ella fue trasladada a la policía local, después de ello supe que trabajaba para la unidad de homicidas del LAPD. Nunca pensé que Valdés la alcanzaría, Winnie no era parte de mi equipo táctico, pero claramente en una venganza de años, como la nosotros nadie se salva, no hay tregua.
— ¿Hace cuanto llego esto? —pregunte desconcertada.
—hace ocho horas, por eso vine acá lo más pronto posible, Winnie es querida por muchos en la LAPD y todos están en su búsqueda y obviamente, usted es parte esencial, por eso vine por usted.
—Claro, deme media hora, lo veré en el aeropuerto.
—Seguro comandante.
Esto era una maldita broma, no puedo creer que Valdés llegara tan lejos, dios, conozco a los padres de Winnie deben estar desesperados. Estaba ardiendo de la ira, lo primero que hice fue respirar y calmarme, lo segundo que hice fue llamar a mi Tío la tenia algo que podía ayudarme.
Aeropuerto Internacional de Honolulu
—Señorita Brighton es un placer volver a verla —dice la azafata.
—Hola Amanda —salude. —Capitán Brett iremos a Los Ángeles acá, llegaremos una horas antes.
—Como usted desee Comandante —respondió el y subió al avión.
Al subir en el avión, no podía sino pensar en el momento de tener a Valdés frente a frente, pensar que Winnie también cayo en sus manos, no me hacía sino imaginar la idea de que ella también muera. Antes de que la azafata diera la orden de apagar los teléfonos, me entra una llamada de Danny, ¡Dios!, lo había olvidado por completo, todo esto me tenía dispersa.
— ¿En donde estas? se que eres nueva en Hawaii pero no tanto como para perderte buscando unas malasadas.
Reí.
—Lo lamento Danny, estoy en un aeropuerto camino a Los Ángeles, se me presento una emergencia y no puedo dejarla.
— ¿Necesitas ayudas? —pregunto.
—No, no. Es algo personal, no podría involucrarlos, pero gracias. Debo irme, suerte con tu fritata.
—se oye una pequeña risa del otro lado. —Diane no dudes en llamar si necesitas algo.
—Seguro, bye Danny. —colgué.
El vuelo a L.A se hizo bastante largo para mí, me mataba la ansiedad, a cada rato me repetía que debía calmarme, pero no podía. Llegamos unas horas antes de lo que normalmente uno se tardaría en un vuelo, llegue al cuartel general y no pude evitar que la nostalgia me invadiera, casi reprimí el recuerdo de como se veía por fuera, y ver a Brett con nuestro uniforme, era sin duda algo duro para mí. Al entrar al edificio todo seguía igual, solo un par de cosas habían sido movidas, pero el pasillo y las fotos que colgaban de este, seguían ahí, de pronto sentí como mis ojos se llenaban de lagrimas al ver nuestros reconocimientos y nuestros logros, todo pasaba por mi cabeza, cada momento como si fuera una película, me contuve, no creo que sea el momento.
—Equipo ella es la Teniente Comandante Diane Brighton, es la creadora y líder original de la SRU —me presento ante su equipo, la verdad no esperaba que fuera de esa manera. —El es el sargento Rob Dille, nuestro negociador secundario, acá nuestro Capitán Edward Johnson, es también nuestro negociador pero se encarga de la preparación del sujeto para la elección táctica, nuestro francotirador Albert Halirant, nuestro experto en táctica tecnológica Michael Scarl, y el operador de armas no letales Louis Young.
—Un placer —me dirigí a todos.
—Capitán —hablo Michael uno de los integrantes del equipo. —Estuvimos investigando a Mark Ellis el novio de Winnie, su nombre en realidad es Marcos Martinez es de origen Mexicano y llego hace ocho años, tiene cargo por posesión ilegal de armas, distribución de drogas y asesinato en primer y segundo grado, estuvo en la cárcel hace un año y es ahí donde entra usted Comandante —me mira directamente y proyecta en la pantalla de enfrente la foto de Ellis. —Es parte del cartel de Miguel Valdés, y sus grandes abogados consiguieron para él, libertad condicional.
—Obviamente, tenía que ser parte del cartel de Valdés, lo que no me explico es ¿porque hacerse novio de Winnie?
—Mark y Winnie llevan saliendo un año, trabaja en la cafetería de enfrente de la LAPD, ahí se conocieron, bueno eso es lo que dicen sus compañeros. Supongo que una táctica para acercarse a ella.
— ¿Tienen la dirección? —pregunto Brett.
—Fuimos a su casa, pero no se encontraba, en el trabajo no lo han visto, pusimos una alerta en todos los aeropuertos y terminales de la ciudad.
—Ok, sigan investigando, necesitamos a ese imbécil.
— ¿Investigaron la dirección IP de donde enviaron el video? —pregunte.
—No —respondió Michael.
—Pues necesito que lo hagan, es lo más relevante de todo esto.
—Seguro —contesto el chico, este miraba con cara de "¿a ella que le paso?"
Estoy consciente de que la SRU ya no me pertenece, pero si lo primero que les llego fue el video y no lo han procesado, pues definitivamente algo no anda bien.
—Capitan, necesito hablar con usted —le dije a Brett.
—Seguro Comandante, pasemos a mi oficina —a mi mente enseguida vino la frase "¿su oficina?", en fin así lo era.
Cuando entre no puede evitar quedarme mirando todo el lugar, ni cabe duda que esta ya no es mi oficina, este señor es un maniático del orden, yo ni sabia donde estaba mi laptop a veces de todo el desorden.
—Quiero saber hasta dónde puedo llegar con ustedes, es decir, Winnie era parte de mi equipo y no voy a poder evitar ser un tanto controladora de la situación.
—Estoy seguro que si Comandante, pero si algo no me parece, quiero que sepa que se lo hare saber enseguida y que si no lo veo conveniente, no se realizara.
—Ok, hecho.
Casa de McGarrett
La casa de McGarrett estaba hecha un desastre, cosa que se seguro no le gustara mucho al dueño, Danny en su empeño de hacer unas fritatas, las quemo y activo la alarma contra incendios, el humo se esparcía por el lugar, toda una locura. Si hay algo con lo que Danny no contaba era con que McGarrett volvería hoy, este al entrar y oír la alarma contra incendios y de donde provenía el humo, lo siguió inmediatamente y su sorpresa es ver toda su cocina, hecha un enorme desastre y Danny tratando de apaciguar el humo.
— ¿Que esto? —pregunto.
—Es una fritata y ¿Porque la apagaste? ahora la dañaste.
— ¿Como que fritata? y no, no la dañe la salve de su miseria.
Steve trata de acomodar un poco la cocina pero aun faltaba la cereza del pastel, el perro que Danny le había regalado a Grace, paso por un lado de este.
— ¿Trajiste al perro de Grace?
—Si. Grace y Rachel se fueron de vacaciones y no tenían con quien dejarlo. Además ¿no se supone que volverías de tu crucero la semana entrante?
—Era una semana de entrenamiento y no, era esta semana que volvería.
Después de su disputa ambos decidieron ir al cuartel, el papeleo los esperaba, en medio de este Steve recordó, que Diane se había ofrecido ayudar, ya que estaba suspendida, así que le pregunto a Danny.
Cuartel General Five-0
— ¿Y Diane? pensé que vendría ayudar.
—Se fue a Los Ángeles, tuvo un problema personal y se fue enseguida. De hecho la invite a tu casa en la mañana y de pronto cancelo. Hasta ahora no se ha comunicado conmigo.
— ¿A Los Ángeles? y te comento del problema.
—No ¿porque lo haría?
—Bueno tu y ella son cercanos, pensé que se contaban todo. —parecía irónico ese tono.
— ¿Celos?
— ¿De Diane? ¿Estás loco?
—Vaya —sonrió. —Yo hablaba de mí, pero si pensaste en Diane, algo debe moverte no.
—Exageras Danny. —dijo y volvió la vista a los papeles.
Cuartel General Strategic Response United
Los Ángeles, California
Salimos de la oficina y ya Michael su experto en tecnología, al lento a mi parecer ya tenía el IP del donde se envió el video.
—Fue un poco complicado porque estaba muy bien protegido de ser hackeado, pero el número de teléfono es el de Mark Ellis, está en el sur de Los Ángeles, West Adams, Washington Street.
— ¿Que estamos esperando? vayamos por ellos.
Los Angeles, West Adams, Washingthon Street.
Todo el equipo y un apoyo de la policía de Los Ángeles nos dirigimos hasta el lugar, el Capitán Brett me dio una placa y un arma de la unidad, esta no era mi jurisdicción ahora, sin embargo conocía cada centímetro de este lugar. Hicimos un conteo y entramos a la casa, esta a simple vista estaba vacía, Brett y yo decidimos ir juntos a revisar la parte de arriba, revisamos un par de cuartos y llegamos a uno, encontramos un cadáver, me acerque a él y era Mark Ellis, tenía un disparo en el pecho, lo que enseguida me hacía pensar que esto no era buen semblante, Valdés esta asesinando a sus cómplices, es decir que la búsqueda será mas difícil y perjudicial de lo que ya es.
Revisamos un poco el cadáver, y de pronto comenzó a sonar un teléfono, lo comencé a buscar y este se encontraba en el bolsillo de su pantalón. Mire la pantalla y en esta salía un numero privado, sin pensarlo dos veces lo conteste, tenía una corazonada.
— ¿Si?
—Diane ¡que sorpresa! —contesto, era su voz. —Sabia que encontrarías al inútil de Marcos, tiempo sin saber de ti.
—Escucha algo basura, si llego a encontrarte juro por la memoria de mis amigos que te asesinare, ¡Lo juro!
—el soltó una carcajada. —ay ¿enserio Brighton? ya ese discurso esta rayado. Más bien si quieres volver a ver a tu compañerita, haz lo que te diga ok. Mantén este teléfono, te daré instrucciones, en una hora, hasta luego hermosa. —Colgó.
Maldecía una y otra vez en mi interior, no es posible que este infeliz pueda de alguna forma controlarme.
—Llevaremos el cuerpo al laboratorio Comandante.
Yo solo asentí y seguí caminando, necesitaba aire, guarde el teléfono y me subí al auto donde venía con Brett.
Volvimos al cuartel y seguimos investigando, le di el teléfono a Michael a ver si podía interceptarlo para cuando llamara, pero por lo visto Valdés está invirtiendo en ratas de tecnología porque el teléfono tiene un fuerte sistema antihackeo. Las horas pasaron y este no llamaba, el equipo de Brett fue a casa, yo me quede en el cuartel, no podía pensar en ir a descansar, necesitaba que este infeliz llamara, la ansiedad esta comiéndome, además que desde la mañana tengo un extraño dolor en el brazo izquierdo y suele dormirse a veces, pero no podía prestar atención a eso ahora.
Comencé a caminar dentro del cuartel, Brett se había quedado en su oficina, este era mi hogar, conocía cada detalle de él, entre a los vestidores, sonreí, recordé que cada mañana nos reuníamos acá y bromeábamos sobre todo, sobre Greg y sus hijos, sobre Joey y todas sus novias, hasta que se enamoro de Camille y se volvió una persona seria y no salió con nadie más que no fuera con ella, sobre Alex y yo, la mayoría era sobre Alex y yo, pero eran muy divertidos la verdad; las veces que Alex y yo envueltos en adrenalina y pasión hicimos el amor acá, sin duda la mejor parte de mi vida estaba acá, cada día me pregunto si algún día lograre recordar todo esto sin que me duela tanto.
Entre recuerdos y nostalgia, la mañana llego a mi dándome en los ojos, me había quedado dormida en una de las sillas de la sala de juntas, antes de que comenzara la mañana fui a la casa donde solía vivir antes de ir a Hawaii, me duche y me cambie, tome un poco de café y me fui otra vez al cuartel.
— ¿Aun nada? —pregunte al llegar.
—Nada —responde Brett.
Las horas se hacían infinitas, y este imbécil seguía jugando con mi paciencia, el teléfono por más que Michael intento descifrarlo, no pudo. Brett se encargaba de otras cosas de su equipo, mientras yo no dejaba de mirar ese maldito teléfono. Comencé a caminar por todo el cuartel, estaba perdiendo la cabeza, mientras caminaba de un lado a otro el celular comenzó a sonar, le hice señas a todo el equipo para que estuviera alerta.
— ¿Donde está? —dije al contestar.
—Vaya, pero que veloz. ¿Como has estado Diane? ya no saludas. Al menos di buenas tardes.
—Deja de jugar y dime de una vez donde esta Winnie.
—Ok,ok. Dios esta niña —bufo, juro que quería atravesar ese teléfono y asesinarlo. —Te enviare una dirección y como se que iras con la nueva SRU, y no es por ser malicioso, pero son mejores que ustedes. En fin, su equipo daba asco. Te enviare la dirección pero entraras tu sola, ahí te esperara uno de mis hombres, y te dirá donde está tu chica.
—Te juro que si estás jugando conmigo...
—Ay Diane ya cámbiale a tu discurso ¿Si?, no hiciste nada en el pasado, no haces nada ahora, no harás nada en un futuro, esto lo hice porque quería fastidiarte un poco y demostrarte que no importa cuántos años pase, yo seguiré sobre ti, siempre —susurro.
—Desgraciado.
—Como digas hermosa, suerte y nos vemos pronto. —colgó.
Enseguida que colgó llego el mensaje la dirección era cerca de donde habíamos ido antes, al sur de Los Ángeles.
"South L.A, Hyde Park, 154 Hemming St, sin armas ¿entendido? si me entero que algunos de mis hombres salen heridos despídete de tu chica"
Todos nos pusimos en marcha de nuevo y fuimos al lugar que nos indicaron, y tal como él lo pidió seria yo quien entraría y sin armas, lo único que llevaba era un chaleco antibalas y la placa. El lugar era un sitio lejano, era casi como una parcela de terreno, estaba de los más lejano a la ciudad, la casa estaba deteriorada, nadie vivía ahí, eso era un hecho, me acerque al sitio mientras que los demás rodeaban el lugar, se encontraba el equipo SWAT, y el escuadrón antibombas, Valdés es conocido ya así que todos estaban alertas y prevenidos. Entre al lugar y este estaba casi vacío, a excepción de una mesa y una silla y en esta se encontraba sentado el hombre que Valdés me había dicho.
—Puntal —dijo el hombre, el cual cubría su cara con una túnica negra, como los habitantes del medio oriente, llevaba puesto un sobretodo negro.
— ¿Donde está Winnie? —pregunte.
—Tranquila, primero me enviaron a darte esto —me entrego un sobre. —Ábrelo —ordeno.
Yo abrí el sobre como dijo y saque el contenido, en ella se encontraban unas fotos, comencé a verlas y era Winnie, amordazada, en su pómulo tenía un moretón, su maquillaje estaba todo deshecho por las lágrimas. Esto me altero y las arrugue.
— ¡¿En donde esta ella?! —pregunte al hombre en un tono alto, este se encontraba de espaldas.
—No lo sé —respondió. —Pero es hora de la segunda parte de mi trabajo. —este comenzó a desabrocharse su sobretodo y por instinto di unos pasos atrás, se dio la vuelta lentamente y cuando quedo frente a mí, abrió su chaqueta y mostro un cinturón de dinamita que cubría toda su cintura, y en su mano derecha el interruptor.
— ¡No lo hagas! —dije.
Este presiono el botón y estallo, debido a la explosión salí expedida unos metros atrás, cuando caí me golpee fuertemente, sentía un pitido en los oídos y lentamente está cerrando mis ojos, hasta que ya no pude más y caí inconsciente.
No tengo ni idea de cuánto tiempo estuve en ese estado, pero al abrir mis ojos me encuentro con Brett, encima de mí, hablándome pero no puedo escuchar nada, solo veo sus labios moverse, este tomo mi brazo derecho y me ayudo a salir de ahí, una vez afuera me entrego a los paramédicos quienes enseguida se avocaron atenderme.
Unas horas después, ya me sentía un poco mejor, Brett se acerco a preguntar cómo me sentía.
—Físicamente bien, pero esto no tiene salida y han pasado ya cuatro días desde que Winnie este secuestrada.
—Comandante, recogimos toda la evidencia posible, con esto estoy seguro de lograremos encontrarla, no se preocupe.
—Gracias —le sonreí.
En ese momento el celular que le había quitado a Ellis comenzó a vibrar, lo saque de mi bolsillo, la pantalla estaba un poco quebrada, pero aun serbia, era un mensaje.
Mensaje de texto: Número Privado
"¡Boom! jajajaja... Buena suerte preciosa"
Maldito desgraciado, dije en voz baja y tire el teléfono.
Cuartel General United Strategic Response
Después del atentado que hizo Valdés, volvimos al cuartel, ahí están siendo analizadas las fotos, hasta las partes que quedaron del demente que activo la bomba. Comenzamos a ver las fotos que este me había dado, por suerte muchas de ellas quedaron intactas en la explosión, queríamos observar cada detalle así podríamos tal vez descifrar un lugar.
Me encontraba frente a la pantalla y por momento el dolor que sentía en mi brazo aumento y sentí que me faltaba el aire, además de unas horrorosas nauseas, respire un poco, tal vez ya estaba psicosomatizando por todo esto, de un momento a otro pase a toser, en ese momento recordé, la RSA, no ahora, pensé, necesito estar consciente y poder estar en el caso.
Seguí viendo las imágenes sin parar y la tos no cedía, al igual que las nauseas y el dolor en mi brazo, me apoye un momento de la mesa de la computadora, donde todos estaban, respire y volví a la normalidad. Brett había salido por un momento, pero después de media hora ya estaba de vuelta.
—Comandante creo que tiene visita —dijo él.
— ¿Visita?
—Si, su equipo... —y detrás de él estaba Steve, Danny, Chin y Kono, no podía creerlo, una parte de mi cara se ilumino y no pude ocultar que en el fondo me agradaba que estuvieran aquí.
— ¿Que hacen aquí? ¿Como supieron? —pregunte.
—Los dejare solos —dijo Brett y se retiro.
—Pues ayer cuando salí del cuartel me encontré a Beth la mujer que te paso la llamada y me comento que habías ido al cuarte pero que habías salido y que tal vez era por esa llamada, le pedí que me diera el número de donde te llamaron y hable con el Capitán Brett y nos trajo hasta acá —explico Steve.
—Además ¿Como es que dice ella? , no íbamos a dejarte toda la diversión —comenta Kono divertida, lo cual me hizo reír.
—Bien ya que estamos aqui, creo que me vengare por lo de las pizzas acá en Los Ángeles —dice Danny, sonreí de nuevo y este se acerco y ambos nos dimos un abrazo.
—Gracias por venir, de verdad.
Enseguida puse al día a los chicos en el caso, Kono ayudo a Michael con un programa que aumenta y le da mejor calidad a las fotografías, Danny, Steve y Chin, comentaban sobre el caso. Mientras todo eso sucedía yo solo pensaba en que esto no está bien, ellos no pueden estar aquí, no puedo involucrarlos en el caso, es peligroso, no soportaría perder a nadie más.
—Aguarda —dije, había notado algo en las fotos. —Conozco esas ventanas, son de la casa donde antiguamente se reunían los empleados de Valdés, estuve ahí muchas veces, arrestando a cada uno de los que trabajan para él.
— ¿Segura? —pregunto Kono.
—Si, claro que si, estoy segura. Auméntala —pedí.
En lo que Kono aumento la imagen reafirme lo que había visto, era la vieja casa en Bel —Air, era una mansión pero que estaba deshabitada, solo serbia para ello, para reuniones entre Valdés y sus lacayos.
—Tenemos una dirección. ¿En donde está Brett? —pregunte a Michael, quien era el que mas estaba con nosotros.
—Está en su oficina, hablaba por teléfono hace un rato, lo buscare —dijo.
Steve, Chin y Kono se reunieron hablar, entre tanto Danny se me acerca.
—Oye ¿Te sientes bien?, desde que llegue te veo tosiendo y algo te molesta en tu brazo, pues siempre estas moviéndolo.
—Si, si. Es que hace unas horas estuve en una explosión y caí un poco mal, creo que el humo me está haciendo daño. —me excuse y sonreí.
—Bueno, ¿Todo bien? —sabia que me preguntaba porque esto es mi punto débil.
—No Danny, no sé qué hacer, me siento en un laberinto sin salida, Winnie también era parte de mi equipo, no puedo perder a nadie más, no acá, eso me destrozaría —le confesé.
—Diane, confió en ti, se que la encontraremos, y es por ello que vinimos a ofrecerte nuestra ayuda, para que vieras que no estás sola en esto, somos un equipo, eres parte de este equipo ahora ¿ok?
—sonreí, Danny se había vuelto en un gran amigo desde que llegue a Hawaii, ambos sentimos una bonita conexión, sin duda es un excelente amigo. —Gracias Danny.
—Comandante, le tengo malas noticias —dice Brett a lo que todos voltean y le prestan atención.
— ¿De qué se trata? —comencé a pensar lo peor.
—El gobernador acaba de enviarnos una orden de que ningún cuerpo policial dentro de Los Ángeles está autorizado ayudarla en la búsqueda de Winnie Camden, Lo lamento.
— ¿Perdón? —dije indignada. —Esa orden la dio...
—Si, Brown. —dijo Brett.
Mi cara se había transformado, Brown, quería molestarme, pero no se lo permitirían esta vez, muchas veces lo permití y no solo eso sino que lo ayuden cientos de veces y este no parece recordarlo.
—Ya vuelvo —camine hacia la salida.
Todos se quedaron un tanto confundidos ante la noticia, pero sobre todo ante la reacción de Diane, sobre todo los Five-0 quienes aun ven a Diane como una desconocida a pesar de los meses que esta lleva en la unidad, no es muy abierta por lo que no saben mucho de ella.
— ¿Que crees que haga? —le comenta Steve a Danny.
—No lo sé, pero he visto esa cara y no es nada bueno. —respondió.
—Iré con ella.
—Esa una muy buena idea.
Steve salió detrás de ella, pero para cuando quiso alcanzarla esta ya había tomado un auto y había recorrido camino, este tomo un taxi y la siguio.Un par de minutos después se encontraba frente a una edificación, que por lo visto era la sede de la gobernación del estado de California, lo contemplo por unos momentos y después siguió a Diane, el caminar de ella era decidido y destilaba furia por doquier. Llegó a un pasillo y al final de este se encontraban dos grandes puertas, y del lado de esta un escritorio con una chica al lado, la cual al ver a Diane la detuvo pero está en su furia saco su arma y le apunto, lo que hizo que McGarrett corriera hacia ella para evitar que cometiera una locura.
La chica se rindió fácilmente, la verdad cualquiera con un arma en frente, Diane entro violentamente a la oficina, con el mismo temple con el que le apunto a la chica, Steve la llamo un par de veces pero a ella no solo la ciega la ira, sino que también la pone un poco sorda. Steve corrió hasta donde estaba ella y entro a la oficina, por un momento pensó que también le apuntaría al gobernador, pero por lo visto fue inteligente y ya había guardado su arma.
— ¿Que pretendes Brown?, No voy a tolerar tu intromisión en esto, Winnie es parte del equipo y lo sabes, debo estar acá para salvarla —Dijo en un tono alto.
—Diane, tienes una reputación, todo un equipo murió en tus manos, no pondré la vida de mas oficiales en riesgo y menos bajo tu mando. Igualmente esta no es tu jurisdicción.
— ¡Lo sé!, ¿me crees imbécil?
Steve observaba la conversación entre ambos, el gobernador lo había notado pero este esperaba a que llegara la seguridad, desde luego, su asistente había llamado a seguridad.
—Diane entiéndelo...
En ese momento llego la seguridad y esposo a Steve y enseguida le apuntaron a Diane pero esta ni se inmuto, volteo atrás y vio que Steve estaba siendo esposado.
— ¡No me provoques Brown! —grito. —déjame recordarte quien aporto mucho dinero y apoyo tu campaña, sabes que con una llamada puedo hacer que salgas de esta oficina en un abrir y cerrar de ojos. Suelta a mi compañero.
—Suéltenlo —ordeno. —No dejare que trabajes en Los Ángeles Diane, eso es un hecho —la miro con ironía.
—Pruébame —dijo ella y salió de la oficina.
Steve y ella fueron escoltados por la seguridad hasta afuera, una vez ahí ella subió al auto y mas atrás subió Steve, ella encendió el auto y empezó andar, durante el camino estuvo callada y pensativa, hasta que Steve rompió con ese silencio.
— ¿Quien eres? porque a veces siento que estoy al lado del padrino y no lo sé.
—Diane sonrió ante ese comentario, era muy extraño viniendo de McGarrett que es tan serio. —En su momento la SRU le dio apoyo a Brown en su campaña para gobernador, Dan quien era parte de su campaña contribuyo con dinero, yo sé algunas cosas de él, pues tuve que salvarle el trasero en muchas de sus equivocaciones, sin embargo, el parece no recordarlo.
—Mmm... interesante —dijo y volvió la vista al camino.
Cuartel General Strategic Response United
—No hay manera, no puedo ponerlos en el plan si no tengo apoyo —dije.
Después de que Steve y Diane volvieran, era un hecho que ningún cuerpo policial los ayudaría, ni siquiera la SRU estaba autorizada, ella no temía a ir yo sola, pero los Five-0 querían acompáñala y Diane se negaba a dejarlos, no sin apoyo.
—Diane, no vinimos aquí a conocer Hollywood y su paseo de la fama, vinimos ayudar —comenta Danny.
—Estamos en esto porque si, ¿ok? —dice Steve
—No estamos en Hawaii McGarrett, no puedes darme ordenes, esta decidido, no actuaran. Mi caso, mis reglas.
Los cuatro se miraron y todos esperaban que Diane cambiara de opinión, pero no, no lo haría, no pondría su vida en peligro, ellos ni siquiera tenían idea de que ella estaba ahí, en todo caso si fuera ella, la que estuviera en peligro podrían actuar, pero no es así.
—Pueden regresar —dijo ella muy seria.
—No vamos hacerlo y sé que es tu caso, pero me niego hacerlo ¿quien está conmigo? —dijo Kono y levanto su mano, a lo que los demás también lo hacen.
—Entiendan no puedo arriesgarlos, esta misión ni siquiera fue autorizada por Dan...
—Comandante, debe ver esto —dijo Brett desde la puerta del salón de juntas.
Todos los siguieron y caminaba en dirección a la calle, cuando salieron, estaba el equipo SWAT, el escuadrón anti bombas, y además un apoyo de la LAPD, Diane estaba impresionada, y al mismo tiempo emocionada, sonrió al ver a cada uno de los comandantes de estas unidades, con las cuales trabajo y apoyo cuando su equipo estaba activo.
—Recibimos la orden de Brown y decidimos enviarla al demonio, tal y como lo hacia la SRU cada vez que SWAT necesitaba de ellos —dijo el Sargento Peter Burnett.
—Vinimos apoyar Teniente.
—Igual nosotros, aunque cuando necesitamos a SWAT solo estaba la SRU —dice irónico el Capitán del escudaron antibombas. Este comentario hizo que el Sargento Burnett hiciera una mueca y pusiera sus ojos en blanco.
Diane al ver esa escena solo rio, era cierto, algunas veces cuando el escuadrón anti bombas o LAPD, llamaba a SWAT y estos no podían, enviaban a la SRU.
Todo el equipo se miraba sorprendido, y miraban a Diane quien casi explotaba de la emoción, llevo ambas manos a sus labios, estaba enserio sorprendida, esta se acerco a cada uno de los dirigentes de esas unidades y les agradeció.
—Nosotros igual Comandante, la ayudaremos —dijo Brett.
Continuara...