Oculto

By Katstaystrong

1.6M 107K 12.5K

Tan curiosa e ingenua que el irse de casa para buscar sus origenes suena increíblemente sencillo. Inmersa en... More

Sinopsis:
Prologo:
Capitulo uno:
Capitulo dos:
Capitulo tres:
Capitulo cuatro:
Capitulo cinco:
Capitulo seis:
Capitulo siete:
Book trailer!
capitulo ocho:
Capitulo nueve:
Capitulo diez:
Capitulo once:
Capitulo doce:
Grupo en Facebook!
Capitulo trece:
Capitulo catorce:
Capitulo quince:
Capitulo dieciséis:
Capitulo diecisiete:
Capitulo dieciocho:
Capitulo diecinueve:
Capitulo veinte:
capitulo veitiuno:
Capitulo veintidós:
Capitulo veintitrés:
Capitulo veinticuatro:
Capitulo veinticinco:
Capitulo veintiséis:
Capitulo veintisiete:
Capitulo veintiocho:
Capitulo veintinueve:
Capitulo treinta:
Capitulo treinta y uno:
Capitulo treinta y dos:
Capitulo treinta y tres :
Capitulo treinta y cuatro:
Capitulo treinta y cinco:
Capitulo treinta y seis:
Capitulo treinta y siete :
Capitulo treinta y ocho :
Capitulo treinta y nueve :
Capitulo cuarenta:
Capitulo cuarenta y uno:
Capitulo cuarenta y dos:
Capitulo cuarenta y tres:
Capitulo cuarenta y cuatro:
Capitulo cuarenta y cinco:
Capitulo cuarenta y seis:
Capitulo cuarenta y siete:
Capitulo cuarenta y ocho:
Capitulo final:
Epilogo:
Sinopsis: Incierto -Segunda Temp.
Incierto: prologo
Incierto: Capitulo uno
Incierto: Capitulo dos
Incierto: capitulo tres
Incierto: capitulo cuatro
Incierto: capitulo cinco
Incierto: capitulo seis
Incierto: capitulo siete
Incierto: capitulo ocho
Incierto: capitulo nueve
Incierto: capitulo diez
Incierto: Capitulo once
Incierto: capítulo doce
Incierto: capítulo trece
Incierto: capitulo catorce
Incierto: capitulo quince.
Incierto: capitulo dieciséis.
Incierto: capitulo diecisiete
Incierto: capitulo dieciocho
Incierto: Capitulo diecinueve
Incierto: capitulo veinte
Incierto: Capitulo veintiuno
Incierto: Capitulo veintidos
Incierto: capitulo veintitrés.
Incierto: capitulo veinticuatro.
Venezuela nos necesita!
Incierto: capitulo veinticinco
Incierto: capitulo veintiséis.
Incierto: capitulo veintisiete.
Incierto: capitulo veintiocho.
Incierto: capitulo veintinueve.
Incierto: capitulo treinta.
Incierto: capitulo treinta y uno.
Incierto: capitulo treinta y dos.
Incierto: capitulo final.
Incierto: Epílogo.
Manifiesto: prologo.
Manifiesto: capitulo uno.
Venezuela!
Manifiesto: capitulo dos
Manifiesto: capitulo tres.
Manifiesto: capitulo cuatro
Manifiesto: capitulo cinco.
Manifiesto: capitulo seis
Manifiesto: capitulo siete
Manifiesto: capitulo ocho
Manifiesto: capitulo nueve
Manifiesto: Capítulo diez
Manifiesto: Capitulo once.
Manifiesto: capitulo doce
Manifiesto: capitulo trece.
Manifiesto: capitulo catorce.
Manifiesto: capitulo quince.
Manifiesto: capitulo dieciséis.
Manifiesto: capitulo diecisiete.
Manifiesto: capitulo dieciocho.
Manifiesto: capitulo diecinueve
Manifiesto: Capitulo veinte.
Manifiesto: Capitulo veintiuno.
Manifiesto: capitulo veintidós.
Manifiesto: capitulo veintitrés
Manifiesto: Capitulo veinticuatro
Manifiesto: capitulo veinticinco.
Manifiesto: capitulo veintiséis.
Manifiesto: capitulo veintisiete.
Manifiesto: Capitulo final
Manifiesto: epilogo
Agradecimientos:
Entrevista a personajes

Incierto: capitulo treinta y tres.

9.6K 593 88
By Katstaystrong

Narrado por Jazzlyn:

Tal vez son los sucesos quienes nos hacen a nosotros, y no nosotros a ellos. No pensaba que los sucesos llegaran solo porque sí, siempre fui consciente de que nuestras decisiones alteran nuestro futuro, porque el mismo está en nuestras manos pero también fueron las circunstancias las que me llevaron a pensar que gracias a los sucesos yo formaba mi propia personalidad. 

Era una cadena de eslabones que jamás acababa realmente.

La muerte de Roger había sido un suceso, y ese suceso había cambiado algo en mi. No dejaría que cosas así volvieran a suceder, no inmiscuiría a más personas a mi mundo de manera innecesaria solo por querer sentirme comprendida. Quizás todo en mi vida era así, yo queriendo sentirme comprendida, yo queriendo sentirme aceptada, yo, yo y más yo. ¿Realmente había sido así de egoísta? Quería protegerlos, pero en primer instancia había sido yo quien los había metido en mi vida.

¿Cómo los protegía cuando el verdadero peligro era tenerme cerca? Vivía en un juego donde dar un paso en falso era retroceder y lamentablemente yo había ido hacía atrás saltando tan alto que había retrocedido miles de casilleros.

Mis dedos tocaron el pestillo de la puerta blindada frente a mi y aquel frío hizo que un espasmo me recorriera la espalda. Había tenido que meterme en la mente de varios guardias para llegar a las caballerizas que habían modificado para transformarlas en celdas de alta seguridad y hubiera mentido si aseguraba que llegar ahí había sido fácil. Había tenido que ser demasiado silenciosa para no despertar a Bastian y después, había tenido que buscar los puntos ciegos que tenían las cámaras.

La última vez que me había escapado en un intento de ser espía había sido al seguir a Bastian al acantilado y Agramon se había enterado por las cámaras. Cometer un error es normal, cometerlo dos veces es de estúpidos.

Miré la puerta frente a mi y me pregunté si realmente quería estar allí, si era correcto entrar a aquella habitación sabiendo que no estaba repuesta por completo y escucharía cosas que no me agradarían en lo absoluto. Aquella mujer había abusado de Bastian, me había secuestrado y aparte había asesinado a Roger, no había manera en que la tuviera en frente sin estallar de rabia y querer hacerle daño.

¿Quién me frenaba? Esa mujer era una puta ofrecida, pero no dejaba de ser una humana común y corriente que ponía en vergüenza a cualquier mujer.

Tal vez era mi falta de sentido común lo que me llevó a sacar la llave de mi bolsillo mientras quitaba los seguros superficiales de la puerta. Sabía que el verdadero poder lo tenía la llave que sostenía, y no me importó girarla en la cerradura para quedar en la misma habitación que aquella zorra estúpida.

—Vaya, no creí que alguien se animara a dar un paseo turístico por aquí. —Abrí la puerta por completo y pude ver un leve asombro en sus finos rasgos cuando me vio—. Somniatore, veo que aún respiras. No creí que tu corazón continuara latiendo después de que te sacaron de aquella celda. 

No me inquieté cuando la puerta se cerró, sabía que la que debía inquietarse era ella.

—¿Tanto puedes subestimarme? Deberías recordar que tu eres la perra barata que camina en dos patas, no yo. Si hay alguien que no respirará mucho tiempo, esa si serás tú —respondí—. ¿Crees que alguien quiere venir por aquí? Si quieren ver víboras van a un zoológico.

La vi sentarse en el suelo repleto de humedad y sacudir la gabardina que llevaba, la cual de manera automática reconocí como la de Bastian. Todo en mi pareció tensarse cuando vi a esa mujer con su ropa, no comprendí porque él tenía que dársela, cuando a duras penas me daba su abrigo a mi.

¿Había olvidado lo que le hizo? ¿Lo que me hizo a mi?

—Oh, ¿estás viendo esto? —preguntó mientras se colocaba de pie y comenzaba a desabotonar el abrigo—. Él me la dio cuando me sacó pero supongo que siendo su... —Me miró como si estuviera eligiendo la palabra, aunque yo sabía que todo era para provocarme algo que sin duda estaba funcionando—. ¿chica es la palabra correcta? No importa realmente, supongo que siendo lo que diablos seas sabrás que no es lo único que ese hombre me ha dado.

De manera inconsciente mis manos habían formado puños firmes al escuchar sus palabras. Ella sabía que aquel era un punto débil, y darle el gusto era justamente lo que sin querer estaba haciendo.

—Le has enseñado a follar, eso lo tengo claro —respondí y aunque me costó, logré embozar una sonrisa—. Es una pena que ya no te muestre todo lo que aprendió ¿no es así? Aquí entre nos, es un hombre realmente bueno en lo que quiere así que gracias por la obra de caridad.

—Sientes que ganaste algo, puedo ver el orgullo que sueltas con cada palabra pero recuerda algo, niña —dijo y cuando vi que el abrigo se abría, su ropa interior con el encaje oscuro quedó a la vista—. Fui su primer mujer, y soy la primera en cada cosa de su vida. Tu cuerpo lo comparará con el mío, cada vez que lo toques recordará la forma en la que yo lo hice y cuando lo folles, recordará que la primer mujer que lo hizo fui yo. ¿En serio crees que has ganado? El segundo puesto no es ganar, princesa, el segundo puesto es de una aspirante más que no cumple los requisitos necesarios.

Fue inevitable abalanzarme sobre ella. Enredé mi mano en su cabello y tiré de él con fuerza mientras mi mano subía a su rostro y se desquitaba en el mismo. Mis uñas destrozaron su piel extremadamente cuidada, mis piernas enredaron las suyas y nos obligaron a caer al suelo donde todo siguió, porque yo no podía detenerme.

Aunque no me gustara admitirlo ella me había puesto la situación complicada. Sabía defenderse, de manera constante estaba liberando sus manos de las mías o logrando devolverme los golpes. Podía saber con seguridad que tendría un cardenal donde su codo golpeó mis costillas y me dejó sin aire, y también mi rostro sufriría consecuencias porque cuando tenía oportunidad dejaba que sus uñas se clavaran en mi piel.

—Abusaste de un niño indefenso. —Me senté sobre ella con mis piernas apoyadas en el suelo y dejé que mi puño se desquitara con su rostro—. Eres una puta, y pagarás cada cosa que hiciste.

—¿Yo abusé de él? Fue su estúpido padre farsante quien lo llevó a mi habitación —dijo pero era tarde, mis manos ya habían rodeado su cuello—. ¡Fue ese condenado hijo de puta quien lo obligó a convertirse en un hombre! ¡Crees saberlo todo pero no sabes nada! ¡Absolutamente nada!

No necesitaba saber nada más e incluso aunque quisiera detenerme ya sentía que había perdido mi oportunidad de retorno. Cada parte de mi estaba deseando acabar con su vida de la misma manera en la que ella había acabado con la de tantas personas. No me importaba su vida, no quería salvarla o siquiera darle la oportunidad de redimirse porque sabía que ella no lo haría y ni siquiera lo intentaría. Su alma estaba cubierta por un manto negro que jamás se iría, algunas veces no importa cuantas oportunidades le des a alguien porque todas serán desechadas si no quiere aprovecharlas.

Era muy tarde para ella.

—Sé más de lo necesario.

—Apuesto que entonces sabes que su verdadero padre no es quien él asesinó. —Ante la sorpresa mi primera reacción fue disminuir la fuerza que aplicaba en su cuello para ver como comenzaba a toser—. No tienes ni idea de lo que estoy hablando ¿no es así?

—¿Qué? —No pude decir nada más.

—Su padre murió en tus brazos hoy. —¿Cómo diablos podía Belial ser su padre?—. Si tú dices que soy una zorra, deberías saber que no soy la única zorra en esta historia.

¿Qué era lo que yo sabía de la madre de Bastian? Él jamás hablaba de ella, tan solo sabía que era quien había hecho las numerosas cicatrices que tenía sobre sus costillas de manera permanente. No sabía quien era, que era lo que hacía antes de caer en aquella vida o si aún respiraba. Lo único que sabía es que era jugadora, y que había perdido su alma en un juego solo por querer seguir en aquellos vicios junto a su hermana, la madre de Agramon. No tenía más información y quien diablos hubiera sido le había enseñado a Zaira a ocultar sus emociones.

—Mientes.

—¿Qué gano con hacerlo? Hagas lo que hagas, digas a quien se lo digas, nadie te creerá por el simple hecho de que yo te lo he dicho. —Tenía un punto a su favor—. La madre de Bastian era una zorra que se acostó con grandes figuras de nuestro mundo, entre ellas estaba el joven Belial que en ese momento era el hombre que más rápido había obtenido el cargo, claro, hasta que su propio hijo le quitó el récord.

—Belial se lo hubiera dicho. 

—Belial no lo supo hasta que Bastian fue un hombre más entre sus tropas, uno de sus subordinados que terminó siendo hijo de una de sus amantes. En ese momento no era estúpido, no le costó demasiado sacar cuentas y notar que era su hijo pero en ese entonces Bastian ya había asesinado a su padre, no le hubiera creído.

No podía manejar tanta información en aquel momento, ¿qué pasaba si realmente era Belial el padre de Bastian? ¿Realmente había perdido a su padre por segunda vez? Le creyera o no a Zaira, no había manera en que pudiera correr a decírselo a Bastian. Él hubiera querido matarme por haber ido a verla, y luego se hubiera decepcionado de mi si al investigar nos hubiéramos topado con que todo aquello era una farsa. Él podía querer verse duro con todos pero no le salía bien conmigo, y sabía que aquello crearía ilusiones que podían morir abruptamente.

¿Cómo pensaba siquiera en crearle ilusiones que lo lastimarían? Bastian había perdido un padre, no haría que sintiera esa perdida otra vez y aún menos, si todo era una mentira de Zaira.

—Ese es tu plan ¿no? Sabes que iré a decírselo y sabes que cuando sepa que es una farsa volverás a hacerle daño. —Ladee la cabeza mientras volvía a reforzar la fuerza que mis manos aplicaban en su cuello—. Eres una hija de puta, a ti no te importa Bastian en lo absoluto.

—¿Él debería importarme? 

No necesité que ella dijera nada más porque nada de lo que dijera me importaría, o cambiaría mi opinión. Alguien como ella no merecía continuar con vida.

—¡Jazzlyn! —No había sentido la puerta abrirse, tampoco la presencia de Agramon en aquella celda—. ¡Suéltala!

—¡No! ¿Por qué debería hacerlo? —Lo miré sobre mi hombro y vi que me miraba como si no diera crédito a lo que veía—. Ella asesinó a Roger y quiere seguir lastimando a Bastian, no importa su vida.

—La suya no pero si la tuya —respondió para ladear la cabeza—. Tú no eres así, tu vida no debe tener algo como esto en ella. No te ensucies las manos, Jazzlyn, no con alguien que no lo vale.

Miré otra vez a Zaira y mis ojos se llenaron de lágrimas cargadas de rabia. ¿A ese punto había llegado por una mujer así? Me habían enseñado desde pequeña que odiar era algo que no debía existir en mi vida porque odiar equivale a sentir demasiado por alguien que no lo vale en lo absoluto pero ahí me encontraba, sentada encima de quien había arruinado todo con mis manos en su cuello deseando acabar con su vida. La odiaba, no había manera en que hiciera desaparecer ese sentimiento y si lo había, debía comenzar a buscarlo. 

Me estaba perdiendo a mi misma y era un error creer que tenía el derecho de quitarle la vida, porque no era yo quien decidía eso. Ella moriría cuando llegara su momento, y yo no seria quien decidiera algo así.

Solté su cuello y llevé mis manos a mi rostro intentando encontrar algún sentimiento de culpa por haberle dado aquella paliza pero no lo había, y jamás podría sentirme culpable por eso. Sentía remordimiento por haberme perdido a mi misma, pero no sentía culpa por darle parte de su merecido.

—Que conste que esto no lo hago porque valore tu vida —dije mientras me levantaba y la veía frotar su cuello—. Esto lo hago por mi.

—¿También fue por ti que todos comienzan a morir? —No iba a caer en su provocación, no otra vez—. 44465168803378.

—¿Qué son esos números? —pregunté y quise acercarme otra vez, pero Agramon ya me tenía sostenida a su lado.

—44465168803378.

 —repitió otra vez—. Tómalo como agradecimiento.

—Vayámonos —dijo Agramon empujándome en dirección a la puerta—. No escuchemos a esta demente o quedaremos peor que ella.

(...)

—Te lo he dicho, no te he visto a ti. —Agramon se sentó en el césped frente a mi y llevó la botella de Vodka a sus labios—. Alex, el padre de Roger, estaba yendo a las celdas y lo vi en las cámaras. Lo alcancé a la mitad del camino y vi que llevaba una pistola cuando estaba fuera de turno, no demoré en sacar conclusiones.

—Él iba a matarla —dije y ladee la cabeza mientras aceptaba la botella—. Me gustaría decir que me cuesta creerlo pero no es así. Roger era el único hijo que Alex tenía, ni siquiera tuvo que pensarlo cuando la abuela de él vino a la puerta de casa y le dijo que el niño era suyo y debía hacerse cargo.

—¿La abuela de Roger? —Asentí—. Vaya, creí que el había vivido toda la vida con ustedes, cuando intenté ver sus recuerdos solo te vi a ti, siempre.

—¿Qué? —Estiró su mano pidiendo la botella pero me negué, y volví a preguntar—. ¿Cómo es eso de que siempre me veías a mi?

—Desde el comienzo de sus recuerdos todo lo que podía ver era a ti, no tenía nada más antes que eso —respondí y sonrió—. Solo puedo decir que te quedaban bonitas las dos coletas con esos ojazos enormes.

No sabía si reír o llorar por lo que decía y gracias al alcohol salió una mezcla de ambas cosas. Me sentía achispada de alguna manera, sabía que tomar no era algo conveniente para hacer en aquellos momentos pero Agramon me había convencido y hace unos buenos meses que no lo hacíamos. Si él era el único amigo que me quedaba, quería aprovecharlo.

Me hubiera encantado que Aria no hubiera estado durmiendo por la crisis de nervios que le dio por todo lo que vimos, o me hubiera encantado que también compartiera aquello con nosotros.

—Él me quería demasiado, y yo lo reemplacé contigo en el último tiempo. —Comencé a hipar y reflexioné que era mejor pasarle la botella aunque mi cuerpo no obedecía demasiado a mi cerebro—. ¿Crees que se sintió así hasta lo último? 

—¿Reemplazado? —preguntó por lo que asentí—. No, Roger comprendía más cosas de las que tú crees posible. Mira Jazz, tú no lo reemplazaste aunque tú así lo sientas. Necesitabas a alguien que comprendiera tu mundo, que supiera exactamente de alguna manera como te sentías y aunque Roger te quisiera de aquí a la luna, él no podía comprender eso y lo sabía.

—¿Cómo puedes reflexionar tanto cuando estamos tomando? —Vi como me arrebató la botella pero me sentía tan floja y sin fuerzas que no protesté—. Siento que le fallé, él no debía estar ahí y si lo estaba. Quien sabe, tal vez podría haberme revelado como una rebelde cuando mi padre le ordenó que fuera con nosotros para cuidarme y así él seguiría con vida.

—No es tu culpa —respondió y le dio un trago a la botella—. Roger no era un niño, sabía perfectamente lo que hacía y decidió pelear por ti porque sabe lo que eres capaz de hacer.

—Diablos, me tambaleo con media botella de Vodka así que Agramon... —hipé, y tuve que volver a retomar el dialogo—. No te atrevas a decir que soy capaz de hacer grandes cosas, porque una botella de Vodka ya me ha ganado.

—No, no lo ha hecho. Aún no te veo durmiéndote sentada o vomitando por ahí, estas muy fresca.

¿Él consideraba que arrastrar las palabras era estar fresca? 

—Zaira me dijo algo que me hizo dudar —dije y lo vi poner los ojos en blanco—. ¡No pongas los ojos en blanco! ¡Estoy hablando en serio, Athan!

—Veo que ya sabes mi otro nombre, ¿verdad que es bonito? —No respondí incluso cuando me regaló aquella sonrisa de hoyuelos increíbles—. Oh bien, puedes decirme que te dijo esa zorra de cabaret.

—Belial es el padre de Bastian. —Tal vez debí ser más delicada al decirlo porque pude ver como Agramon escupió todo el alcohol que estaba tomando—. Diablos, eres un asco.

—¿Cómo diablos Belial podría ser el padre de Bastian? —Comencé a reír, no había motivo para hacerlo pero ¿por qué no?—. ¡Concéntrate, soñadora! 

¿Por qué diablos me venían ataques de risa en momentos inoportunos? No quería reírme, no tenía motivos pero jodidamente que me dolía el estomago por las ganas de reír.

—Me dijo que la madre había sido una de las tantas amantes de Belial así que, sacando conclusiones, tuvieron sexo y ella jamás se lo dijo a su marido. —Agramon dudo, pero me pasó la botella cuando vio que dejaba de reír y parecía recuperar la compostura—. Supongo que si lo piensas tiene...¿cómo se dice? ah...espera, no.

—¿Sentido? —Asentí—. Si, puede que aún estando borracha tengas razón. —Agramon se sacó su chaqueta y la puso sobre mis hombros antes de seguir hablando—. El padre de Bastian le daba palizas sin sentido y estuvo más que furioso cuando supo quien era su superior, tiene más coherencia que se haya enterado en algún momento que Bastian no era hijo suyo y si de Belial.

—¿Eso quiere decir que deberíamos decirle? Es decir, si es verdad, acaba de morir su padre biológico y yo no pude hacer nada para salvarlo. 

No demoré en darme cuenta que si todo era verdad, yo había conocido a mi suegro cuando lo intentaba salvar de su muerte. De alguna manera, el destino se había burlado de mi a tal punto que mi verdadero suegro había muerto en mis brazos y yo no había podido hacer nada, porque ni siquiera comprendía que había pasado.

—No podrías haberlo salvado —respondió y me quitó la botella—. No más alcohol para ti, Bastian podría aparecer y cortarme las pelotas.

—¿Por qué no lo hubiera logrado?

—Lo hicieron ingerir agua bendita. —Eso no sonaba bien—. Nada hubiera logrado salvarlo, ni siquiera tú.

—¿Se lo diremos o no? —Estaba cansada y aquel aire tibio que parecía cubrirnos me hizo sentir lo suficientemente cómoda para acostarme en el césped y suspirar—. No quiero hacerle daño.

—Aún tenemos el cuerpo de Belial y creo que lo conveniente seria tomar una muestra de ADN de ambos y sin decir nada mandar a hacer una prueba, que esto quede entre nosotros dos hasta que las cosas estén calmadas o tengamos los resultados en la mano. —Chasqueó sus dedos frente  mi y asentí—. Sé que estas borracha pero espero que no seas tan estúpida como para soltar algo porque viene Bastian hacía aquí y no quiero tener que soportarlo antes de tiempo.

—Borracha, pero no idiota. —Sonreí levemente cuando de cabeza, vi a Bastian observarme—. ¡Hola, amor!

—¿Qué mierda le diste, Agramon? —Su primo levantó la botella de Vodka y Bastian ladeo la cabeza—. No podías darle una cerveza y ya? No puedo ni dormir un rato cuando tú ya la achispas lo suficiente como para que de sexo oral gratis por ahí.

—Descuida, no llegamos a ese extremo. —Bastian lo miro muy serio—. Ten confianza primo, no la emborracharía para que me hiciera favores.

—¡Hey! —protesté—. Estoy borracha pero tampoco soy puta, creo que miraste mal.

—¿Yo miro mal? Vale, dime cuantos dedos tengo aquí. —Lo vi levantar la mano pero no pude diferenciar cuantos dedos me estaba mostrando—. ¿Cuantos?

¿Acaso me había quitado los lentes de contacto y por eso veía tan mal?

—Esos parecen dedos de pescado, y ya me dio hambre. —Bastian pareció rendirse porque se sentó a nuestro lado y solo pude hacer cara de asco—. Ahí escupió Agramon hace menos de cinco minutos.

Lo vi levantarse furioso y revisar su ropa repetidas veces. Se veía tan enfadado que incluso lo veía más guapo de lo normal pero no quería decir nada, o su ego subiría aún más.

—Levántate, de todas formas te estas durmiendo. —Me senté incluso cuando los mareos parecían pelear conmigo pero no logré colocarme de pie por lo que él tuvo que hacer el trabajo de levantarme y sentarse en mi lugar para acomodarme sobre sus piernas—. Espero que no hayas orinado el lugar.

—Estoy con diarrea. —Me miró con cara de asco y con Agramon rompimos en estruendosas carcajadas—. ¡Solo bromeo!

—Ustedes son un puto asco cuando se emborrachan. —No me atrevía a decir lo contrario por lo que solo asentí y apoye mi rostro en su pecho mientras cerraba mis ojos—. En un rato te llevaré a la cama pequeña borracha.

—Tú puedes llevarme a donde sea... —No dije más nada, porque el cansancio me había ganado.

Había entrado en un estado de somnolencia enorme, pero aún era capaz de escuchar lo que ellos hablaban.

—Ella fue a verla. —Agramon hizo una pausa, y no escuché a Bastian hablar—. A Zaira.

—¿Qué paso?

—No lo sé, cuando la encontré ella ya estaba saliendo y no se veía muy bien por lo cual fuimos por una botella de Vodka y la traje aquí. —Agramon me agradaba pero si mentía de aquella forma también podría haberse ahorrado la parte de Zaira—. No soy bueno dando consejos por lo cual achisparla para hacerme pasar por un buen amigo es mi mejor opción para ayudarla.

—Eres un buen amigo. —Hubo un silencio, y segundos después sentí los dedos de Bastian acariciando mi cabello—. Para ella eres un buen hombre, y hablo en serio, siempre habla muy bien de ti.

—Es la primera, que honor.

—No quiero que cuando la borrachera se pase le hables de Zaira. —Allí estaba el Bastian que conocía, queriendo ocultar todo—. Zaira la pudo haber lastimado demasiado con algunas cosas, y no quiero que recuerde más de lo necesario.

—La gabardina —murmuré—. Le diste tu gabardina.

—Shhh, era algo que tenía que hacer. —No importaba lo que dijera, aquello me molestaba—. No podía traerla semi desnuda con un montón de hombres.

—Aún la proteges, le diste tu gabardina. —Quería tener la fuerza suficiente para moverme y escapar de sus brazos pero ni siquiera lograba abrir los ojos, Bastian parecía atontarme aún más—. Eres un asco, Bastian.

—Lo sé.

—Agramon —llamé.

—¿Qué sucede, ojazos?

Sonreí levemente y antes de caer en un profundo sueño, pregunté:

—¿No crees que los números eran coordenadas?

**********************

Sin corregir porque debo estudiar para dentro de 5 horas. Los amo y el capitulo lo corregiré mañana <3

Continue Reading

You'll Also Like

1.2M 60.8K 49
Dominic es el Alpha de los Alphas, un hombre lobo serio, posesivo, malhumorado, gruñón y celoso. ¿Que pasará cuando encuentre a su mate Emma, una ch...
31.6K 2.2K 13
Farah es una mutante capaz de destruir a cada humano en su camino. Andy es un mutante capaz de destruir cada cosa a su paso. Él está lleno de ira y r...
57.2M 3M 26
TERCER LIBRO Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida. Si...