Oculto

By Katstaystrong

1.6M 107K 12.5K

Tan curiosa e ingenua que el irse de casa para buscar sus origenes suena increíblemente sencillo. Inmersa en... More

Sinopsis:
Prologo:
Capitulo uno:
Capitulo dos:
Capitulo tres:
Capitulo cuatro:
Capitulo cinco:
Capitulo seis:
Capitulo siete:
Book trailer!
capitulo ocho:
Capitulo nueve:
Capitulo diez:
Capitulo once:
Capitulo doce:
Grupo en Facebook!
Capitulo trece:
Capitulo catorce:
Capitulo quince:
Capitulo dieciséis:
Capitulo diecisiete:
Capitulo dieciocho:
Capitulo diecinueve:
Capitulo veinte:
capitulo veitiuno:
Capitulo veintidós:
Capitulo veintitrés:
Capitulo veinticuatro:
Capitulo veinticinco:
Capitulo veintiséis:
Capitulo veintisiete:
Capitulo veintiocho:
Capitulo veintinueve:
Capitulo treinta:
Capitulo treinta y uno:
Capitulo treinta y dos:
Capitulo treinta y tres :
Capitulo treinta y cuatro:
Capitulo treinta y cinco:
Capitulo treinta y seis:
Capitulo treinta y siete :
Capitulo treinta y ocho :
Capitulo treinta y nueve :
Capitulo cuarenta:
Capitulo cuarenta y uno:
Capitulo cuarenta y dos:
Capitulo cuarenta y tres:
Capitulo cuarenta y cuatro:
Capitulo cuarenta y cinco:
Capitulo cuarenta y seis:
Capitulo cuarenta y siete:
Capitulo cuarenta y ocho:
Capitulo final:
Epilogo:
Sinopsis: Incierto -Segunda Temp.
Incierto: prologo
Incierto: Capitulo uno
Incierto: Capitulo dos
Incierto: capitulo tres
Incierto: capitulo cuatro
Incierto: capitulo cinco
Incierto: capitulo seis
Incierto: capitulo siete
Incierto: capitulo ocho
Incierto: capitulo nueve
Incierto: capitulo diez
Incierto: Capitulo once
Incierto: capítulo doce
Incierto: capítulo trece
Incierto: capitulo catorce
Incierto: capitulo quince.
Incierto: capitulo dieciséis.
Incierto: capitulo diecisiete
Incierto: capitulo dieciocho
Incierto: Capitulo diecinueve
Incierto: capitulo veinte
Incierto: Capitulo veintiuno
Incierto: Capitulo veintidos
Incierto: capitulo veintitrés.
Incierto: capitulo veinticuatro.
Venezuela nos necesita!
Incierto: capitulo veinticinco
Incierto: capitulo veintiséis.
Incierto: capitulo veintisiete.
Incierto: capitulo veintiocho.
Incierto: capitulo veintinueve.
Incierto: capitulo treinta.
Incierto: capitulo treinta y uno.
Incierto: capitulo treinta y tres.
Incierto: capitulo final.
Incierto: Epílogo.
Manifiesto: prologo.
Manifiesto: capitulo uno.
Venezuela!
Manifiesto: capitulo dos
Manifiesto: capitulo tres.
Manifiesto: capitulo cuatro
Manifiesto: capitulo cinco.
Manifiesto: capitulo seis
Manifiesto: capitulo siete
Manifiesto: capitulo ocho
Manifiesto: capitulo nueve
Manifiesto: Capítulo diez
Manifiesto: Capitulo once.
Manifiesto: capitulo doce
Manifiesto: capitulo trece.
Manifiesto: capitulo catorce.
Manifiesto: capitulo quince.
Manifiesto: capitulo dieciséis.
Manifiesto: capitulo diecisiete.
Manifiesto: capitulo dieciocho.
Manifiesto: capitulo diecinueve
Manifiesto: Capitulo veinte.
Manifiesto: Capitulo veintiuno.
Manifiesto: capitulo veintidós.
Manifiesto: capitulo veintitrés
Manifiesto: Capitulo veinticuatro
Manifiesto: capitulo veinticinco.
Manifiesto: capitulo veintiséis.
Manifiesto: capitulo veintisiete.
Manifiesto: Capitulo final
Manifiesto: epilogo
Agradecimientos:
Entrevista a personajes

Incierto: capitulo treinta y dos.

11.3K 621 149
By Katstaystrong

Narrado por Jazzlyn:


Mis terminaciones nerviosas estaban volviéndose locas mientras mis ojos se mantenían fijos en la pantalla que tenía a solo unos metros pero lo que realmente me preocupaba eran mis pensamientos y el rumbo que mis emociones enredadas estaban tomando. 

Tenía el cuerpo inerte de Belial a mis espaldas, sus últimas palabras en mi mente y las emociones que él había depositado en mi. Mi novio estaba fuera junto con personas importantes en mi vida mientras jugaban a meterse en la boca del lobo, mi madre estaba en algún sitio fuera de mis conocimientos y el ver como la fortaleza ardía en llamas, no era algo que ayudara a la crisis de nervios que amenazaba con dominarme. 

No era algo que ayudara en lo absoluto.

—¿Qué diablos paso? —Aún cuando tenía mis ojos fijos en el televisor fui capaz de ver a Aria caminar hasta estar a mi lado. Ambas nos encontrábamos atónitas, todo parecía detenerse mientras la sola imagen del fuego consumiéndolo todo también amenazaba con consumir nuestros corazones—. ¡¿Es ese hijo de puta?!

No me sentí capaz de responder, aún menos de poder comunicarme de manera correcta porque toda mi atención estaba en el noticiero que se transmitía en aquella televisión. 

Las imágenes estaban siendo captadas por una reportera que transmitía todo desde un helicóptero que sobrevolaba el lugar. Podía ver el bosque totalmente destruido, el humo oscuro invadiendo el ambiente y las llamas arrasando con todo a su paso. La edificación de la fortaleza, aquel blanco impoluto y la arquitectura hecha con asombrosa precisión parecían ser algo completamente ajeno al lugar que aquellas imágenes me mostraban. Todo estaba cayendo en ruinas oscuras, imprecisas, arruinadas. Aquel sitio no se veía como el que algún día me había hecho sentir segura, aquel lugar no era donde la historia de mi raza había conocido.

Aquel lugar estaba reducido a un montón de escombros rodeados por el fuego mientras bomberos luchaban incapaces de salvar a sus habitantes. Esas soñadoras no tenían poderes de otro mundo, no tenían la capacidad de salir sanas de aquel acto de destrucción y dolor frío, y calculado.

Nadie saldría vivo, y yo lo sabía.

—¿Qué hiciste? —Mi voz salió en un leve susurro pero en cuanto escuché una risa cargada de burla, supe que él me había escuchado a la perfección—. ¿Qué hiciste? ¡Ese lugar era tu casa! ¡Esas personas eran lo único bueno que conociste en tu vida!

Sabía que Achilles había pasado mucho tiempo en la fortaleza al punto de que todas aquellas personas le tenían aprecio, todas esas soñadoras habían confiado en él y en la inocencia que a todos parecía llevar. Había manejado a cada persona que se le cruzaba a su antojo porque tal vez la maldad no recorría sus venas por genética pero si mantenía frío su corazón, que era lo más importante.

—Ya estoy en casa, soñadora. —Escuché un golpe de fondo y por un momento pensé que era en la sala que me encontraba pero en cuanto Achilles volvió a hablar confirmé que no era así—. Y parece ser que tu novio también. 

La llamada se cortó y miré el teléfono en mi mano sin saber que hacer. Sabía que Achilles estaba enterado de la llegada de Bastian a la base, sabía que estaba esperándolo y también sabía que aunque quisiera hacer algo todo estaba fuera de mi alcance. No podía avisarle a Bastian, sabía que él no iría con un teléfono en el bolsillo y también sabía que no era tan estúpido como para atender cuando estaba ahí.

Me sentía perdida incluso cuando sabía donde estaba.

—Saca eso de la televisión, por favor. —Quise hacer lo que Aria me decía por lo que levanté el control que aún estaba en mi mano y apreté las teclas que debían cambiar el canal, pero nada sucedió—. ¿Qué pasa?

—No lo sé —respondí mientras dejaba caer el teléfono de la casa y entraba a preocuparme por la nula funcionalidad del control remoto—. No cambia.

Golpeé en control en mi mano, apreté los botones repetidas veces y los mantuve presionados al limite de hundirlos dentro del aparato pero nada sucedía. No había manera en que pudiera cambiar el canal, no había forma en que las imágenes dejaran de marcarse a fuego en mi mente.

El fuego era algo muy presente ese día.

—¿Cómo que no cambia? Ven, dame eso. —Aria se comportaba demasiado brusca por los nervios, y yo estaba siendo muy torpe. La vi quitar el control de mis manos y presionar los botones con impaciencia—. ¿Cómo mierda puede controlar esto también?

Ignoré su pregunta al darme cuenta que no tenía una respuesta. La casa tenía una alta barrera de seguridad y no solo por el montón de guardias y profesionales que la protegían, sino también por un sistema electrónico que mi tío Bradley había colocado. No había nadie más que pudiera controlar la tecnología que me rodeaba porque ese era su trabajo de alguna manera y teníamos una seguridad indiscutible de que hacía cosas que nadie más podría.

No desconfiaba de mi entorno pero sabía que debía comenzar a manejarlo o todo se saldría de mis manos.

—Baja el volumen, no me puedo concentrar y estoy por volverme loca. —Tiré de mi cabello mientras le daba la espalda a la pantalla y mis ojos cayeron sobre el cuerpo de Belial. Se veía pacifico, incluso su rostro parecía relajado y cargado de comodidad pero yo sabía que no era así, él ya no estaba con nosotros—. Por favor, Aría, baja el volumen.

Me acerqué al cuerpo de Belial con lentitud mientras dejaba que todo mi cuerpo fuera golpeado por la realidad. Ya no veía sus emociones, no estaban los colores fuertemente oscuros que lo rodeaban y tampoco hacían acto de presencia sus pensamientos intentando arrasar con mi barrera. No había nada en aquel cuerpo, su alma se había esfumado y había dejado un recipiente vacío que aún podía darme escalofríos.

¿Realmente hubiera logrado salvarlo? Si él me hubiera dicho que veneno era, ¿hubiera conseguido algún antídoto para evitar su muerte? No lo sabía, pero tampoco sabía como miraría a Bastian y le diría que aquel hombre había muerto. No sabía como le diría a mis padres que la fortaleza griega había sido derrotada, no sabía como podía quitar el dolor que muchas personas padecerían con aquella perdida.

No se hablaba de docenas de soñadoras muertas ese día, sino de un número mucho más grande. Todas tenían familia, todas tenían un propósito, una historia y un fin en aquel mundo. No me conseguía creer que su destino hubiera sido morir en manos de un psicópata. ¿Qué pasaría con mi raza? ¿Tan devastadas quedaríamos? La mayor concentración de soñadoras estaba ahí, y lo sabía.

El volumen del televisor pareció ir en aumento y mis oídos comenzaron a doler. Mi cabeza palpitaba del dolor, mi cuerpo comenzaba a percibir el cansancio atrasado y el estrés que quería hacer presencia. Tal vez por esa razón fue que me voltee enfadada dispuesta a gritarle a Aria pero no lo hice en cuanto vi lo alterada que estaba.

Aria tenía en control sin pilas en su mano y la barra de volumen que tenía el televisor no dejaba de verse cada vez más completa.

—No sé que esta pasando.  

Le arrebaté el control remoto en un acto impulsivo y me dejé llevar por el frenesí al que aquella situación me arrastraba. Los canales no cambiaban, ninguna de las funciones del control era cumplida por su clara falta de pilas pero el volumen seguía en ascenso y por primera vez, la escena cambio.

Sentí que todo en mi se detenía cuando las cámaras internas de la fortaleza griega comenzaron a transmitirse en la pantalla. Podía ver como las personas eran empujadas dentro de la sala principal donde Alexander hacía muchos actos a lo grande. Él mismo fue el último en ser empujado dentro e incluso en ese momento pude ver claramente que quien lo empujó era uno de los oscuros que podía reconocer por mi breve estadía en la base. 

Habían familias enteras allí dentro, podía ver a los niños preguntando que pasaba, llorando y pidiendo que por favor los sacaran de allí. La gente golpeaba la puerta, la aporreaba con sus puños y no perdía la fuerza de voluntad. Se los veía desesperados, podía oír sus gritos, su desesperación saliendo de una forma cargada de agonía pura. 

No podía ver como morían, no podía ver como en los últimos momentos se resignaban y abrazaban a sus seres queridos porque sabían que era el final. No podía ver como todo su mundo se desmoronaba, mientras el mío seguía funcionando sin importar nada.

Estaban acabando con sus vidas y llevándose una parte de la mía porque jamás podría quitar sus gritos cargados de dolor cuando cerrara los ojos. Jamás podría olvidar como todo se derrumbó sobre ellos y sobre mi corazón. 

—¡No! —grité en cuanto lo que parecía ser una bomba caía sobre el lugar. Vi los escombros volar, escuché a las personas gritar—. ¡No, no, no!

Sentí que mi pecho comenzaba a cerrarse por completo mientras era presionado hasta robarme el aire por completo. Intenté respirar, intenté hablar pero lo único que salió de mi garganta fue un sollozo antes de que comenzara a llorar sin poder detenerme.

Habían muerto, y sabía que lo habían hecho por mi culpa.

—¡Jazzlyn! —Aria rodeó mi cuerpo con sus brazos e intentó llevar mi rostro a su hombro para evitar que siguiera viendo aquella pantalla pero no podía dejar de hacerlo. Me retorcí entre sus brazos y ella tuvo que aumentar la fuerza con la cual me sostenía—. ¡Jazzlyn! ¡Retoma el control, ellos quieren que te pongas así! 

No había nada que pudiera calmarme en aquel momento mientras el nudo de mi garganta crecía. Las imágenes continuaban, la televisión había llegado a su volumen máximo y los gritos inundaban cada rincón de aquella sala. No sabía que pasaba, no sabía porque era yo quien debía vivir todo eso, no sabía porque debía ser yo quien tuviera que vivir con aquella tragedia cada día de mi vida.

Ellos habían muerto mientras yo jugaba a salvar al mundo, pero ni siquiera podía cuidar a mi propia raza. 

¿Qué diablos podía hacer? Era una mujer con veinte años recién cumplidos, no quería eso, no quería aquella carga por el resto de mi vida. Por primera vez, desee con todas mis fuerzas ser normal. Desee ser una chica que tiene como mayor preocupación sus calificaciones universitarias, un novio que le ha sido infiel o el conseguir un trabajo de medio turno. Quería ser una chica normal de aquellas que me cruzaba constantemente y desconocían por completo la maldad que había en el mundo. Quería ser una chica normal como alguna de las que horas después verían aquella noticia en el noticiero y pensaría "vaya, un acto terrorista. No importa, mi vida sigue" pero no, yo no era una chica así.

Yo tenía que irme a la cama sin saber si alguien interrumpiría mi noche amenazando mi vida. Yo debía levantarme cada día sintiendo que podía ser el último, o que el mundo como lo conocía podía decidir alterarse por mi culpa. Yo, era la chica que había nacido para soportar cualquier responsabilidad que el mundo quisiera tirarme porque el bien y el mal dependían de mis decisiones en aquel momento.

Perdí la noción en medio de un pensamiento porque sentí cada pequeña fuerza de mi cuerpo perderse por completo y mis pensamientos quedaron de aquella manera, colgados de una cuerda tan fina como la que separaba lo bueno, de lo malo.

(...)

Sentí una punzada atravesar mi cabeza de un extremo a otro, como si fuera una leve carga eléctrica que me habían aplicado. Fruncí el ceño e intenté levantar mi mano para frotar mi rostro queriendo regresar a la realidad pero dos pequeños brazos se enroscaban en mi brazo izquierdo y lo mantenían agarrado con fuerza.

Abrí los ojos y la luz me cegó por un momento. Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos por la claridad que les había causado daño pero pasados algunos segundos pude acostumbrar mi visión a esa luminosidad que la ventana dejaba sobre mi. Fui consciente de que estaba en mi habitación y que había amanecido porque el sol parecía traspasar la tela de las cortinas como si fueran algo completamente inútil.

En cuanto miré en dirección a mi izquierda vi que a mi lado en la cama, estaba Sophi. Se había acostado a muy pocos centímetros de mi y sus brazos tomaban el mío como si un salvavidas se tratara. Podía ver que no estaba teniendo sueños pacíficos como los que cualquier niña de ocho años podía tener. Sus rasgos faciales se veían tensos, su nariz se fruncía cada pocos segundos y su ceño hacía un juego bastante importante en su rostro. 

Ni siquiera su respiración se escuchaba normal, respiraba con mucha dificultad.

—Tiene pesadillas. —Levanté mi rostro y fui por primera vez consciente de que Bastian estaba sentado en un sofá pequeño que había al lado de la cama. Se veía cansado, su ropa estaba sucia y su rostro tenía pequeñas heridas o manchas de sangre pero su postura parecía transmitir que estaba bien. No importaba qué, no creía que su rostro transmitiera el dolor que debía sentir—. Vine en una sola pieza, también tu padre y tu familia.

Deslicé mi brazo con mucho cuidado del agarre de Sophia mientras me sentaba en la cama hasta que logré estar cómoda mientras ella sostenía mi mano. Logré frotar mi rostro queriendo despejar ideas antes de enfrentarme a las aclaraciones de Bastian que dejaban mucho que desear.

Quería llorar por verlo frente a mi aún vivo pero también sabía que había llorado lo suficiente y que sí ese hombre aún no se había acercado para mimarme después de lo que había pasado era porque todavía las cosas no habían terminado.

—Estoy segura que haces aquella aclaración porque has perdido más gente de la esperada. —Mi voz sonaba neutra pero no por ese motivo mis sentimientos estaban igual. Lo vi asentir con su cabeza y me preparé para lo peor—. ¿Quienes?

—Lo siento mucho, nena... —Levanté mi mano queriendo que terminara con aquello, no quería más rodeos, quería saber quienes eran los que habían caído—. No seas así contigo misma.

—No seas tú así conmigo —repliqué—. Quiero saber quienes, y quiero que dejes los discursos para después.

Lo único que se respiraba en aquella habitación era la tensión que había entre nosotros y el miedo que tenía a escuchar el nombre de alguna persona excepcional en mi vida. La aclaración de Bastian no era algo que pasaría desapercibido para mi, sabía que era una persona clara y directa pero también que cuidaba mis sentimientos más que los suyos. Él siempre me cuidaría, incluso de las malas noticias que su boca podía dejar escapar.

Bastian se levantó del sofá y se sentó en un pequeño lugar que había a mi lado. Se lo veía inquieto y desencajado, como si jamás hubiera sido él quien debía dar a conocer las malas noticias y sabía que su papel había sido crearlas, no comunicarlas. Estaba haciendo un esfuerzo por mi y lo sabía, pero terminaría golpeándolo si él no soltaba los nombres en los siguientes segundos.

—Tu padre se había separado del grupo cuando bajamos a las celdas que estaban un piso sobre el que ocupaste. Los presos estaban sueltos, los guardias intentaban reprimirlos a ellos y a nosotros cuando él se fue por un corredor que yo no había ordenado. —Lo vi jugar con los dedos de su mano mientras hablaba—. Corrí tras él y escuché que alguien más venía pero eran tantas las personas que estaban que no centré mis pensamientos y pensé que era Agramon. Creí que no debía cuidarlo, creí que todo estaba bien y fue mi culpa.

No me gustaba su consternación, me daba miedo.

—¿Quién era, Bastian?

Dejó de ver sus manos y permitió que sus ojos se cargaran de pesar mientras parecían mirar directo a mi alma. 

—Lo siento, pero quien me siguió fue Roger. 

Pasaron los segundos y no me sentía capaz de reaccionar. No podía articular palabra o procesar con éxito lo que Bastian me había dicho. No creí en sus palabras, yo sabía que Roger no era tan estúpido y tampoco tan arriesgado, él confiaba más en Agramon que en Bastian y si seguía a alguien no sería a mi novio. Yo sabía que Roger tenía entrenamiento, sabía que él era alguien coherente y pensaría en regresar a casa. Yo sabía que eso era una mentira, o una broma de muy mal gusto.

Tal vez fue la tensión o los nervios hablando por mi porque solté una leve risa y aparté un mechón de cabello que caía en mi rostro.

—Siempre supe que eres un hijo de puta pero bromear con algo así ya es cruzar un limite. 

Bastian se acercó un poco más a mi y cuando no quitó su expresión seria supe que realmente la estúpida que no quería ver la realidad era yo.

¿Cómo podía despertar y encontrarme con que Roger no estaba? No era algo que en algún momento estuviera en mis opciones, siempre había sentido que él era un pilar seguro que estaría para mi toda la vida. Jamás había hecho planes para mi futuro pero sabía que él siempre iba a estar incluido en el mismo porque era alguien importante, un componente que había reformado mi historia en cuanto apareció.

¿Cómo podía imaginarme que aquel pequeño niño que había llegado un día en los brazos de su abuela no estaría más? Roger había aparecido en mi vida cuando era muy pequeña para mantener recuerdos claros pero si había recopilado muchos de ellos de mi familia, de como habían visto la historia con sus propios ojos. Una señora muy anciana como para continuar con vida se había presentado con un niño sucio y bajo de peso frente a la casa reclamando ver a Alex, el padre de Roger, una noche demasiado fea como para estar en la calle. Jamás logré saber quien era, o que había sucedido con la madre de Roger pero después de aquella noche Roger había sido alguien permanente en la casa y no solo se había transformado en mi pilar, sino también en el de su padre.

No podía imaginar como estaba Alex cuando le habían arrebatado a su único hijo.

—No puede... —Bastian se removió incomodo en cuanto escuchó que mi voz se quebraba—. Diablos, él no.

—Lo siento —repitió como si estuviera esperando que mi dedo apuntara en su dirección antes de gritar "¡cadena perpetua!"—. Debía ser más atento, tú me pediste que los cuidara pero sentí que la persona que me seguía tenía determinación y seguridad que lo primero que pensé es que se trataba de Agramon. En ningún momento consideré que podía ser él, lo hubiera protegido como me pediste, tú sabes que lo hubiera hecho.

Bastian se sentía culpable y yo también lo hacía, sabía que al final del día Roger era un hombre normal que no debía verse obligado a ir a un lugar como ese. Estaba totalmente expuesto y no podía pretender que Bastian tuviera el control sobre todo, nadie podía, el destino se manejaba a su antojo y nuestras decisiones siempre nos llevarían a un punto critico donde él haría intervención. 

—No es tu culpa —aseguré antes de llevar ambas manos a mi rostro—. Él no debería de haber ido, tendría que haberlo detenido.

En mi vida no había contado con personas demasiado permanentes. Mi familia era lo único seguro y algunas veces por su trabajo ni siquiera podía considerar eso totalmente cierto, no era quien para asegurar lo que podía pasar. Aún cuando estaban esos pequeños riesgos, Roger había sido una de las personas que sí había considerado permanentes. Había perdido muchas amistades por mi vida, por lo que debía hacer e incluso había perdido una gran amistad en cuanto me había ido de casa pero había permanecido siempre con la frente en alto porque él era mi puerto seguro. Había permanecido a mi lado e incluso había compartido nuestra amistad con Agramon, y con Aria. Él no había tenido ninguna obligación de seguirme, siempre había dejado su camino libre con el fin de que pudiera pegar la vuelta en cuanto las cosas se pusieran feas pero ni siquiera era algo que hubiera cruzado por su mente. Él no había dudado en ir a Grecia conmigo, él no había dudado en dejar todo lo que conocía para seguir el rápido ritmo de mi vida.

Roger me había visto cuando tenía más dientes faltantes que dedos en una mano, cuando me habían puesto lentes horribles e incluso cuando caminaba por la casa en ropa interior creyendo que nadie me veía. Roger había sido quien se había echado la culpa cuando mis padres amenazaron con castigarme por caerme del árbol y fracturar mi pierna, él era consciente de la torpeza que tenía y por la misma razón decidió exponerse a un castigo de un mes diciendo que me había empujado en broma y de esa manera, había salvado parte de mi dignidad. 

Había sido Roger quien había interrumpido más noches de las convenientes en mi habitación con su telescopio para enseñarme a descubrir las maravillas que el universo tenía para mostrarnos. Había sido Roger quien me había ayudado a vengarme de los niños que a los ocho años habían atado los cordones de mis zapatos en clase. Había sido Roger quien me había enseñado a bailar para la boda de mi hermana y definitivamente había sido Roger quien junto a Jaden se había encargado de proteger mi trasero desde que tenía memoria.

Yo no podía pensar en mi vida sin Roger en ella.

—¿Cómo fue que sucedió? —Era una pregunta masoquista y yo sabía que no necesitaba hacerme más daño, yo sabía que había tenido suficientes muertes en un día pero aquello se sentía tan necesario que la pregunta había escapado de mis labios con rapidez—. Necesito saber quien fue.

—No te lastimes más de lo necesario, has tenido suficiente por hoy y créeme que yo también... —Se impulsó para levantarse de la cama pero me apresuré y lo tomé por el brazo ganando una mirada reprobatoria de su parte—. Jazzlyn...

—Has llegado y me has dicho directamente que mi mejor amigo fue asesinado por algún psicópata oscuro, lo mínimo que merezco es saber quien fue el hijo de puta. 

Sus ojos se volvieron más suaves en cuanto escuchó mis palabras y lo vi dejar las dudas atrás para volver a sentarse. No me miró enseguida, sino que dirigió su mirada al agarre que Sophi tenía sobre mi y sonrió con un poco de dolor reflejándose en él. Por un segundo me imaginé que hubiera pasado si ella hubiera tenido que quedarse en la fortaleza y también sentí que algo se removía en mi.

Bastian liberó mi mano de la de Sophia con mucho cuidado y delicadeza. Acarició la punta de mis dedos con tranquilidad aparente y después de esto me tomó de la cintura para arrastrarme sobre sus piernas de forma que lo más cómodo del universo fue esconder mi rostro en su cuello mientras esperaba que respondiera.

No importaba donde Bastian hubiera estado, que hubiera pasado o que tan sucio hubiera salido, el perfume tan fuerte y masculino siempre parecía ir con él.

—No fue uno de los oscuros —respondió después de unos minutos donde ambos estuvimos en un silencio ensordecedor—. No se si él había visto que iban por uno de nosotros pero se atravesó frente a Zaira y cuando escuché su grito era demasiado tarde. Acabamos lo más rápido que nos fue posible y lo trajimos aquí pero no lo soportó, no llegamos a tiempo.

Cerré los ojos con fuerza para no largarme a llorar.

—¿Ella fue quien lo hizo? —Bastian no respondió pero ya no era necesario, sabía que tenía razón y también sabía que aunque fuera lo último que hiciera esa zorra pagaría lo que había hecho y no me refería solo a la muerte de Roger—. Necesito verlo más tarde, tengo que despedirme.

—No pienses en eso, no te hace bien. —No pasaron muchos segundos cuando él pasó un brazo por debajo de mis piernas mientras el otro rodeaba mi cintura—. Debes descansar un poco más, evitar todo esto por unas horas no es un pecado capital.

No protesté porque no me sentía con las fuerzas necesarias para hacerlo. Dejé que él nos acostara en la cama dejando a Sophia a nuestro lado y me permití aferrarme a él mientras cerraba los ojos y me prohibía llorar. 

Roger era una persona demasiado hermosa como para recordarla con mi rostro surcado de lágrimas, sabía que él jamás había aprobado ese tipo de cosas.

—Él te amó demasiado —susurró Bastian mientras acariciaba mi cabello—. Jamás me cayó demasiado bien porque lo sentía como una amenaza latente pero también sabía que te iba a cuidar sin importar qué. Anoche me demostró que era un hombre respetable, realmente lamento lo que pasó.

—Él siempre me cuido —respondí—. Con Jaden siempre se encargaron de que nadie tuviera el poder de lastimarme, incluso recuerdo que cuando el primer chico en mi vida intentó dar un paso más lejos del adecuado y Roger se enteró fue personalmente a amenazarlo. Jamás volví a ver al chico y cuando lo hice fue en mi baile de graduación. Puedo asegurarte Bastian, que cuando vio que Roger me acompañaba desapareció de la fiesta.

Pude sentir el pecho de Bastian vibrar levemente bajo mi rostro mientras de manera inevitable comenzaba a llorar.

—Le estaré eternamente agradecido por eso.

—Cuando te amenazó en la casa de Belial él solo intentaba cuidarme —dije y levanté mi cabeza para poder verlo—. Él jamás te odio, solo quería cuidarme.

Bastian limpió mi rostro y sonrió.

—Tampoco lo odié yo a él, sabía que eso quería. —Me conformé con su respuesta y volví a recostar mi cabeza sobre su pecho—. Perdimos a treinta y siete hombres esta noche, entre ellos estaba Gideon.

Mi corazón pareció estrujarse una vez más.

—A su hija le quedan tan solo cuatro semanas de quimioterapia —lamenté mientras me aferraba aún más a Bastian—. No quiero darle la noticia a su mujer, ¿podrías encargarte?

—Cuenta con eso, no debes preocuparte. —Acarició mi cabello en modo de consuelo y aquello hizo crecer el nudo en mi garganta—. Algo debes haber interpretado mal de tu sueño porque no había ninguna carta en las celdas y las mismas quedaron arruinadas, no hay nada más en esa base.

—¿A qué te refieres? —pregunté—. ¿Cómo que nada?

—Trajimos lo importante. —Me volví a incorporar y lo quedé viendo, no necesité preguntar para que supiera que quería saber—. No permitiré que la veas, y tu padre tampoco.

—Necesito hacerlo, ella y Achilles me han arrebatado muchas cosas hoy y tienen que pagar.

Vi a Bastian fruncir el ceño mientras se enderezaba y tomaba mi rostro entre sus manos. Parecía consternado y cargado de preocupación algo que me fue contagioso mientras lo veía reaccionar de esa forma y buscar mis ojos con urgencia.

—No vuelvas a decir algo así —dijo de forma reprobatoria—. Tú no eres como ellos, tú no resuelves la violencia con más violencia. Entiendo que estés dolida pero no puedes olvidar quien eres, no puedes perder el rumbo o les darás el gusto.

No necesitaba analizar lo que había dicho para saber que tenía razón, yo no iría por el mundo siendo una coleccionista de vidas sin pensar en todo lo que eso conllevaba. Convertirme en lo que detestaba era todo lo que necesitaba si quería perderme a mi misma y hacer eso no era algo que estuviera siquiera dentro de mis planes.

—Tienes razón, solo fue el enfado. —Asintió mientras se acostaba nuevamente y no demoré en imitarlo—. No puedo creer que lo perdí.

—Jamás perderías a Roger, no importa qué. —Cerré mis ojos mientras él me abrazaba porque tal vez las reacciones llegaran más tarde, tal vez en algún momento pudiera reaccionar y dejar salir el dolor que debía pero ese no era el momento—. Descansa, estaré cuando despiertes.

—Lo sé, y siento lo de Belial.

Suspiró, pero no reaccionó de otra manera.

—Si, también yo.

(...)

Bastian había cumplido su promesa al pie de la letra porque cuando desperté fue por culpa del calor corporal que aquel horno de hombre parecía provocar, y claro, también fue culpa de la pesadilla que tuve. Cuando fui capaz de despejarme por completo entendí que la pesadilla no era una pesadilla, y que Roger realmente había muerto.

Salí de la habitación mientras era un mar de lágrimas y lo llamaba por la casa, tal vez una parte de mi esperaba verlo doblar un pasillo mientras discutía con Aria como ya se había hecho tan usual. Tal vez una parte de mi, aquella que siempre lo había querido con locura, esperaba tenerlo para siempre recordándome quien era y de donde vengo.

Roger me recordaba a los días de lluvia que esperábamos con ansías para ver películas de terror con un bollón de palomitas dulces. Roger me recordaba a las constelaciones que me había enseñado a diferenciar y su locura con Orión, solo porque le recordaba a su signo zodiacal. Roger me recordaba al chocolate caliente que me llevaba a la cama junto con un trozo de pastel cada día de la amistad mientras decía que él era muy hombre para hacer eso pero que Rosi lo obligaba cada año. No importaba que dijera, ambos sabíamos que era mentira.

Roger era quien traía a mi mente aquel peluche enorme que habíamos destrozado cuando al discutir el se desquitó con mis pantalones favoritos y los hizo jirones, lo cual me recordaba que por desgracia ataqué su consola y luego él, muy vengativo, había ido por mi peluche favorito. No hacía falta decir que el oso bautizado como Popy no volvería a ser el mismo sin su pata y su oreja.

Roger era quien me había hecho descubrir que no toleraba el chocolate en el helado, que tenía locura con el café extremadamente dulce y que coleccionar discos musicales era más placentero que tener las canciones en el móvil. Roger había sido quien me llevó al hospital después de mi primer borrachera y también había sido el estúpido condenado que había olvidado que mi abuela hacía el turno de la noche en esa sala de emergencias y por esa razón estuvimos castigados tres meses.

Había sido Roger quien me había besado cuando tenía unas copas de más en el décimo aniversario del matrimonio de Rosi y Austin.

Era imposible que me acostumbrara a que no habrían más recuerdos como esos. 

Tal vez fue aquel pensamiento doloroso que me llevó directamente a la celda de Zaira.

*******************************************

Warrior's! Tres capítulos más para el final de la segunda temporada.

HABRÁ TERCERA Y ÚLTIMA TEMPORADA!

Los amo muchísimo <3

Continue Reading

You'll Also Like

764K 73.6K 19
"El amor es un secreto, que los ojos no saben guardar" Los profesores están cansados de las peleas entre Draco y Harry. #2 en #drarry 01/04/23 🤍 #5...
43.4K 6K 43
toda mi clase y yo fuimos transportados a todo un mundo de fantasía lleno de magia y poderes, todo para vencer al Rey demonio. ¿¡Porqué debo pelear p...
23.5K 2.9K 11
«Querida amiga: Por favor, no me recuerdes por mis manos frías y flores secas. » Historia participante al concurso "Flores y cartas que nunca fueron...
223K 13.1K 45
¿Qué sucedería si el chico del que estás enamorada desde hace unos años, comienza a tener un interés contigo? ¿Y si te habla e invita constantemente...