—Hola Caroline —salude a la rubia con una gran sonrisa al abrir la puerta de mi casa—. ¿Qué pasa? —mi sonrisa se borro al ver su rostro.
—¿Puedo pasar? —más que pregunta exigía hacerlo.
—Adelante, claro —señale el interior de la casa haciéndome a un lado para que ella ingresara. La rubia así lo hizo por lo que cerré la puerta. Ella seguía a mi lado con esa cara de terror.
—¿Están tus hermanos? —habló y yo asentí .
—¡Chicos visitas! —hable un poco más alto, solo un poco pues como quiera escucharían—. Ven, ven, por tu cara creo que nos dirás algo malo —asintió.
—Hola Barbie —saludo Damon.
—Damon dale un trago —pedí, mi hermano asintió sirviéndole un trago y entregándoselo—. ¿Qué pasó Caroline?
—Es sobre Katherine —Damon y yo nos dimos una mirada.
—Somos todo oídos —mencione tomando asiento en el sillón.
Caroline tomó un trago de su bebida, tomó un respiro por igual y entonces comenzó hablar como solo la rubia lo sabía hacer
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—Siéntate —pidió mi hermano mayor al menor cuando hizo acto de presencia—. Esto te va a interesar —Stefan se uso frente a la rubia esperando por una respuesta.
—Hoy vi a Katherine —soltó ella.
—¿Dónde? —cuestionó Stefan.
—En el grill —respondió aprenda—. Solo fui a ver, o a acosar a Matt —reí despacio, es que alguien aquí es un poco impulsiva.
Empezó a relatar lo que hizo y lo que hablo con Matt, como se sentía y todo eso, que sinceramente no era de relevancia en la conversación esta vez.
—Olvidemos el drama —pidió Damon.
De nuevo la rubia empezó a explicar todo, absolutamente todo lo que vivió esta mañana, hasta llegar a la parte emocionante.
—¿Cuál era el mensaje? —pregunto Stefan, intrigado, preocupado, desesperado.
—Dile a Damon y a Stefan que me den la piedra de luna o no voy a parar hasta que llueva sangre en el pueblo.
Stefan le dio una mirada preocupada a el mayor de nosotros.
—Y falta lo mejor —aseguró Damon.
—Hoy en el baile de las máscaras —hable llamando la atención de mi hermano.
—Quiere hacerlo en público —aseguro Stefan analizando cómo era su costumbre—. Matar Mason la descontrolo.
—Está asustada —contraatacó el mayor—. Lo de Jenna fue desesperado, ya no tiene trucos.
—Oh, no, no —esta vez fui parte de la conversación—. Es Katherine de quien estamos hablando querido.
—No la subestimes —apoyo Stefan—. Tenemos que ser más listos.
—¿Si le damos la piedra? —mencionó la rubia cansada de este asunto—. Que se largue y ya.
—No le voy a dar nada —aseguro Damon.
—No sabemos el poder que puede llegar a tener, ni para que la quiere —le mencione a Caroline.
—Ya me harto —Damon y su paciencia—. Voy a ir a la mascarada la matare y ya —sonrió ante su plan ultra sencillo.
—No lo harás —mencionó Stefan desconcertándome por completo.
—¿Perdón? —exclame—. ¿Escuche bien? ¿No quieres verla muerta? Según yo tu eres el primero que desea verla muerta, y ahora que por primera vez en la vida Damon tuvo un buen plan, con fallas —aclare—, pero buen plan ¿no ayudaras?
—No la matarás —aseguro Stefan señalando a Damon.
—No me vengas con tonterías Stefan —amenazo Damon.
—No lo harás.
—¿Ah, no? —reto.
—Porque es mía —concluyo Stefan.
—Esto se pondrá más que interesante —sonreí feliz de la vida.
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—Yo abro —comunique por lo alto yendo directamente a la puerta—. Hola Alaric —salude—. Pasa —me hice a un lado permitiéndole el paso.
—¿Dónde están?
—Al fondo a la izquierda —señale el camino.
—Alaric —menciono Damon entusiasmado de verlo.
—¿Por qué me encargaron todo esto? —cuestionó poniendo su arsenal en la mesa.
—Iremos a cazar vampiros —informó el mayor de los Salvatore—. Mataremos a una la perra mayor.
—Mataran a su ex —comunique al ver que Alaric no entendía a qué se refería mi hermano.
—¿Mataran a Katherine? —pregunto mirando a Stefan en busca de respuestas.
—Así es —aseguro —. Por eso necesitamos de tus armas.
—De acuerdo, les enseñare como se usan.
Después de minutos llego Jeremy a casa. Alaric nos enseñaba a todos en el lugar como funcionaban sus armas. Aburrida tome una estaca, la gire entre mis dedos y sonriendo la mire con un deje de maldad así como después le di la misma mirada a Damon. Tomé la estaca entre mis manos lanzándola hacia mi hermano pasando el pedazo de madera a un lado de la cabeza de él, este levanto su rostro mirándome asombrado y casi asesinándome. Damon tomo una estaca más grande lanzándola en mi dirección, la esquivé con facilidad y tome esta misma estaca la cual se encajó en un cuadro para lanzársela de regreso.
Damon tomo unas estacas más y con una gran sonrisa me las lanzo con fuerza y de manera rápida, logre esquivarlas corriendo por toda la casa, hasta que tropecé y caí de pompas en el suelo.
—¡Basta! —sentenció Stefan—. Se van a lastimar —hablo de manera seria. Mi pequeño hermano menor me observo en el suelo, con una pequeña sonrisa y encogiéndome de hombros intenté parecer lo más inocente del mundo. El sonido del timbre de la casa me salvo esta vez.
—Yo abro —comunico Caroline corriendo hacia la puerta. Me incorpore recogiendo las estacas que me había lanzado Damon.
—Trajiste el grimorio, gracias —mencionó Stefan.
—¿Qué ocurre aquí? —la voz de Bonnie hizo acto de presencia. Me di la media vuelta rápidamente tomando la estaca en que se encontraba en el aire aún e iba directamente a mi cabeza.
—Mataremos a la ex de mis hermanos —comunique pasando a su lado.
—Yo te explico —menciono Stefan.
—Explica.
—Mataremos a Katherine —menciono lo que yo dije solo que con sus palabras.
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—¿Seguros que no quieren que vayan? —pregunto Alaric.
Todos ya nos habíamos reunido en la sala después de poner en claro todo el plan y repasarlo por unas, no sé... miles de veces. Tan interesada estaba en aquello que me había acostada en el sillón bebiendo sangre a mi antojo.
—No, está bien —confirmo mi hermano—. Necesito que vigiles a Elena.
—Me asegurare de no perderla de vista —aseguró Alaric.
—Bien —prosiguió Stefan—. Ahora si alguien quiere retirarse, lo entenderé.
Reí ante aquella oración de película, esa tonta oración de "peligro". O sea, si todos se retiraran por miedo, la película acabaría ahí, pero volviendo aquí a la sala, nadie dijo ninguna palabra.
—Si —apoyo Damon—. Si alguien tiene dudas largo, no quiero que esto salga mal porque alguien se acobardo. ¿Caroline?
—Sin duda —aseguró—. Ella me mato, me la debe. Claro, mientras no haya licántropos cerca.
—Yo me encargue de eso —mencionó un Damon orgulloso.
—Mientras Tyler no mate a nadie todo está bien —mencionó Jeremy.
—¿Bonnie? —pregunto Stefan—. ¿Si lo harás? —una pequeña pausa suspensiva, nos dejó a los presentes intrigados por saber su respuesta. La bruja lo pensó por unos segundo, pero al final asintió.
-—Pero sin heridos —advirtió.
—Excepto Katherine —menciono Damon—. Esta noche va a sentir la estaca.
—¿Ana? —menciono Stefan—. ¿Segura que quieres participar?
—Claro —asegure—. Solo si me dejan colgar su cabeza como trofeo —Damon levanto la mano haciendo que le diera los cinco.
—Lo digo por...
—¿Por qué la quería como una hermana? —cuestione—. Si lo hice, pero todos morimos y el amor se acaba si es dañino, aparte para hacerles la vida miserable a ustedes dos nuestros padres me hicieron.
—Lo mismo para ti —me señaló Damon advirtiéndome.
—Esta bien —cerró Stefan.
—De ser así —tomé asiento correctamente en el sillón—. Necesito buscar un vestido —me puse de pie—. ¿Caroline quieres ir de compras? —la rubia asintió encantada. Tome mi pequeño bolso y Caroline tomó el suyo—. Nos vemos —me despedí de los presentes yendo a la salida.
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—No había nada lindo para mí —chillo Caroline entrando a mi habitación, solté una pequeña risita colocando la bolsa que traía conmigo en la cama.
—Yo solo me compre zapatos —señale lo único que había traído conmigo.
—Es que todo el mundo acabo con los vestidos y antifaz —la rubia se dejo caer en mi cama con la espalda al colchón.
—Que bueno que mis maletas son grandes —le di una mirada con una pequeña sonrisa ocasionando que ella se pusiera de pie de inmediato.
—¿Tienes...?
—Solo traje los que más me gustan – camine a mi enorme armario y busque en el área de ropa que casi no suelo usar—. Se usar otra cosa que no sean pantalones —asegure con un deje de diversión—. Elige lo que quieras —le di paso a la rubia quien de inmediato fue en busca de.
—¿Todos son tuyos? —pregunto impresionada viendo cada vestido.
—Ventajas la compulsión —ambas reímos—. Escoge lo que quieras, buscare los antifaces —busque en el mismo armario, solo que en la parte de abajo encontrando la caja con algunos antifaces que tenia—. Los tengo.
—Todos son muy bonitos y no se cual escoger —menciono Caroline mirando los vestidos.
—Tengo uno que te quedara estupendo – recordé aquel vestido que me habían regalado, pero que no era mi talla. Seguía en su bolsa aún—. Aquí está —lo tomé y se lo tendí a la rubia—. Nunca lo use sigue nuevo, hasta tiene la etiqueta.
—Es hermoso —chillo emocionada mirándolo de arriba abajo.
—Solo tu escoge el antifaz que quieras. Arréglate aquí, yo iré a bañarme al cuarto de Damon.
Tome mi ropa interior de uno de los cajones, caminé hacia mi baño para tomar mi toalla y por supuesto que mi shampoo. Salí de la habitación dirigiéndome a la de mi hermano mayor, toque la puerta una vez dando tres golpes.
—Pasen —ordenó su voz del otro lado de la puerta.
—¿Puedo usar tu ducha? —pedí mostrando lo que traía conmigo.
—Claro. Al fondo a la derecha —señaló desde su posición, pues era a un lado a la izquierda.
Me introduje al baño de Damon, él salió cerrando la puerta y dejándome libremente para poder relajarme bajo su enorme regadera.
Al terminar de bañarme seque mi cuerpo completamente, coloque mi ropa interior, puse la toalla en mi cabello mojado, tomé mi shampoo y salí del baño para ir a mi habitación de nuevo. Al abrir la puerta mire que no hubiera nadie cerca, pues solo me encontraba en ropa interior y no quería que me vieran de esa manera.
—¡Dios mío! —exclamó una voz—. Que suertudo el hombre que se case contigo —gire encontrándome con mis hermanos.
—Damos es nuestra hermana —regalo Stefan.
—Eso no quita que sea muy hermosa —mencionó sincero esta vez el mayor de los tres.
—Gracias —sonreí apenada— Años de entrenamiento y mucho gimnasio —comenté—. Descuida Stefan es como decir que ustedes se convirtieron en unos hombres muy apuestos. Permiso —pedí dándome la media vuelta para perderme de sus vistas e ir a mi habitación. Una vez en ella me percaté que Caroline ya no se encontraba más ahí, por lo tanto de nuevo me introduje al armario tomando el vestido que ya tenía en mente usar.
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—Estupido cierre —me queje mientras intentaba cerrarlo, pero era en vano al parecer se había atascado.
—¡Chicos alguien ayúdeme! — pedí abriendo la puerta de mi habitación girando dejando la espalda hacia afuera, sujete mi cabello y el vestido por igual de la parte del busto para que esté no se cayera. Sentí unas manos tomar aquel cierre y en dos movimientos el cierre está en su lugar—. Gracias —ingrese de nuevo a mi habitación comenzando a hacer un poco de magia en mi
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Mis hermanos ya se habían venido hace un buen tiempo, y es que tenían que preparar el ambiente, así que, me vine en mi auto a la fiesta.
Al por fin encontrar un lugar para estacionar, baje de mi auto dando una mirada a todo el lugar en busca de alguien conocido, pero parecía que todos se habían escondido. Pase por la casa y ni siquiera Tyler se encontraba, salí al jardín trasero echando un vistazo panorámico cuando por fin los identifique por sus cabelleras tan características.
—Caballeros —mencione con voz seductora llegando hasta los dos.
—Señorita —Damon y ese espíritu galán.
—¿Qué hacen dos hombres guapos solos? Es una fiesta.
—Lo siento señorita —menciono Stefan—. No nos gusta bailar
—Jamás me habían rechazado tan feo. Que idiotas —quite mi antifaz
—Por Dios tu —Damon por primera vez se había quedado sin palabras.
—¿Anabella? —los ojos de Stefan se abrieron más de lo normal—. Luces tan...
—Hermosa —mencionaron los dos al unísono.
—Ay gracias chicos —sonreí enternecida—. Supongo que tengo mis momentos ¿Algo?
—No, aun nada —informó Stefan.
—Bien —coloque de nuevo el antifaz en su antiguo lugar— Yo vine a divertirme así que... —Stefan coloco su brazo para que lo tomara—. Lo siento joven Salvatore, pero me rechazo hace unos instantes dando justo en mi ego. Disculpe joven Salvatore —mencione refiriéndome a Damon—. ¿Le gustaría bailar esta pieza conmigo?
—Será todo un placer —Damon coloco su brazo y sonriendo lo tome. Observe a Stefan quien miraba la escena con una sonrisa divertida, guiñe mi ojo en su dirección haciendo las amena la situación.
Damon me llevo a mitad de pista, coloco su mano en mi espalda a la altura de la cintura, y con la otra tomo mi mano. Yo por mi parte coloque mi mano en el hombro de mi hermano y la otra sosteniendo su mano. La música era suave pero con un clásico ritmo antiguo.
—¿Qué pasara de ahora en adelante? —pregunte colocando mi rostro en su pecho.
—Supongo que viviéremos felices por siempre —menciono y por su movimiento bajo su cabeza para mirarme.
—¿De verdad lo crees? —lo mire hacia arriba.
—No lo sé —me dio una vuelta y volví a estar en la misma posición—, pero es lo que espero.
—¿Por ti o por Stefan? —de nuevo una vuelta y volví a él, pero me hizo hacia atrás.
—Por ustedes.
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—Linda fiesta joven Lockwood —le ofrecí una copa de champaña al llegar frente a él y por fin encontrarlo.
—Gracias —la tomó entre su mano con una sonrisa nerviosa—. ¿Nos conocemos? —preguntó mirándome detenidamente.
—No lo sé —sonreí de manera inocente—. Si quiere usted —pronuncie coqueta—. Luce muy apuesto esta noche —pase mi índice por su corbata—, pero la corbata está mal puesta —le acomode la corbata que tenía hacia un lado.
—Gra...gracias —tartamudeo y trago seco.
—¿De verdad no me reconoces? —solté una enorme risa ante lo divertido que estaba la situación—. Por Dios Tyler, primera chica que conozco que te pone nervioso —me quite el antifaz dejando revelar mi identidad—. Y ese privilegio me lo llevo yo —sonreí con egocentrismo.
—¿Ana? —mencionó sin poder creerlo—. Tu... wow, luces tan... —se quedó mirándome de arriba abajo— diferente —levante ambas cejas en su dirección—. Por diferente no me refiero a fea —fruncí el ceño confundida y divertida—. No, no, nada de eso al contrario luces hermosa. No quiero decir que otra veces no luzcas bien o así, eres muy bonita es solo que hoy...
—Ya entendí Tyler gracias —interrumpí riendo—. Respira por favor, no quiero cargar con tu muerte en mi conciencia. Lección de hoy jamás coquetear con Tyler Lockwood nunca más —ambos reímos—. ¿Cómo estás?
—Bien —asintió—. Un poco desconcertado y molesto con Mason
—¿Con Mason? ¿Qué paso? —pregunte con un nudo en la garganta.
—Se fue y al parecer no va a volver.
—Lo siento Tyler —no pude ni sostenerle la mirada—. Tal vez tuvo asuntos que arreglar y se tuvo que marchar.
—Da igual, siempre hace lo mismo —recibí un mensaje en mi celular.
*Te necesito arriba ahora*
—Tyler discúlpame debo ir al baño —Tyler asintió, con media sonrisa me di la media vuelta para ir en dirección al baño, en cuanto Tyler desapareció camine entre los invitados hacia la escalera y una vez ahí subí tan rápido como pude a velocidad humana—. Damon —susurre—. Damon ¿Qué pasa?
—Katherine mato a una chica —menciono mi hermano.
—Esto es lo que no quería —aseguró Stefan yendo de aquí para acá preocupado.
—Es daño colateral —comentó Damon
—Por eso no vamos a hacerlo —aseguró Stefan señalando a el mayor.
—¿Qué? —cuestionamos Damon y yo al unísono.
- ¿Quién esta dudan ahora? – pregunto un poco molesto Damon – No me hagas esto – se acercó a Stefan – Esa mujer arruino nuestras vidas – nos apuntó a los tres – Nos destruyó. Hoy se termina – sentencio – Podemos hacerlo – tomo a Stefan de los hombros dándole ánimos – Yo te cubro
—Damon tiene razón Stef, ya llegamos muy lejos como para rendirnos ahora y tirarlo todo a la borda. Estamos juntos en esto —asegure tomándolos de la mano desde mi posición afuera de la habitación.
—Si claro —aseguro Stefan más convencido.
—Empecemos el juego —anuncio Damon.
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Esperaba en la habitación frente a donde se encontraban mis hermanos, tanto tiempo esperando a que Katherine llegara y la susodicha aún no aparecía, por lo que me encontraba aburrida, así que decidí sacar mi celular y tomarme un par de fotos. Una idea cruzó por mi cabeza, con una sonrisa divertida envíe la mejor foto por mensaje.
*Mascarada*
Le di enviar y reí por lo infantil que podía llegar a hacer en momentos, de inmediato el sonido de mensaje se hizo escuchar recibiendo una respuesta.
*Que horrible*
Rodé los ojos, pulse la tecla responder y empecé a contestar el mensaje, los ruidos en la habitación de enfrente se hicieron presentes, supuse que era Katherine cayendo en algún mueble, así que de nuevo coloque toda la atención al celular, pero los ruidos no cesaban, por lo tanto me puse de pie para mirar lo que pasaba en la habitación de enfrente.
Observe a Damon de espaldas a mi luchando contra Katherine, me quede en mi lugar viendo lo que pasaba, ellos seguían ahí de pie luchando. Moví mi cuerpo hacia un lado para observar mejor a ambos vampiros, Katherine tenía la mano de mi hermano doblada a punto de encajarle una daga. A velocidad vampírica corrí sujete a Katherine por el cuello y tomando con la otra mano la daga, estampe su cuerpo fuertemente en la pered. Los ojos de la antigua vampiro se abrieron de par en par al mirarme.
—Hola Katherine —sonreí sínicamente. Tome la daga con fuerza entre mi mano llevándola a su rostro—. Adiós Katherine —moví la daga con toda la fuerza que tenia.
—Deténganse —a milímetro, milímetros me quede de atravesar a Katherine con la daga.
—Gilbert —gruñí molesta—. Dame una buena razón para no matarte a ti también.
—Lastiman a Elena —informó rápidamente Jeremy—. Todo lo que le hacen le ocurre a Elena —Katherine sonrió con cinismo.
—Lastima que a mí me importa un comino lo que le pase a Elena —su sonrisa se borro al instante tras mi comentario.
—No lo hagas Ana —pidió Stefan asustado.
—Tranquilos —la solté dejándola poner los pies en el suelo—. No lastimare a su nueva novia.
—¿Creían que eran los únicos que tenían brujas? —cuestionó—. No, y me parece que mi bruja es mejor que la de ustedes.
—Jeremy ve a asegurarte de que Elena este bien —mando Stefan—. Corre.
—Veamos todos que la pobre Elena este bien —hablo ella—. Pongámosle más presión —Katherine tomo la daga y con ella corto la palma de su mano. Stefan golpeo la daga de la mano de Katherine haciéndola caer al piso. Ella nos miró disfrutando el espectáculo y tomo otra daga.
—Esto si va a doler —la movió hacia su abdomen en señal de encajarla.
—Alto —hablo Damon antes de que cortara más su piel.
—Claro —nos miró a los tres—. Me sorprendiste Anabella —me miro con una sonrisa—. Nunca imagine que estuvieras aquí.
—Bueno soy tan buena como tú para esconderme —me cruce de brazos y borro sus sonrisa —¿Qué pasa Katherine? ¿Huyes de algo? —sonreí.
—¿Y mi piedra de luna? —cuestiono evadiendo mi pregunta.
Nadie respondió y optamos por darle la espalda. Avance hacia la salida de la habitación sabiendo que había una pared invisible que me impedía salir, levante mi mano llevándola hacia enfrente logrando sacarla por completo sin sentir nada. Giré a ver qué nadie hubiera visto eso, pero Damon quien era muy observador, por no decir otra palabra, había visto eso, por ello avanzó hacia mi colocándose a mi lado e imitando su acción, sólo que él sí topó con pared.
—¿Pero que carajos? —mencionó mirando con el ceño fruncido mi mano y el exterior.
—Nosotros tres juntos —comentó Katherine—, como en los viejos tiempo. El hermano que me ama de más—me di la media vuelta percatándome que se refería a Damon—, y el que no me ama suficiente —esta vez su mirada se dirigió a Stefan—. ¡Ah! Y no nos olvidemos de la niña que me quiere como a la hermana que nunca tuvo.
—Conseguí tu remplazo —sonreí desde mi lugar.
—Y la zorrita vampiro que solo se ama a ella —contraataco mi hermano mayor.
-—¿Qué paso contigo Damon? Eras tan dulce, amable.
—Ese Damon murió hace mucho tiempo
—Bien —aseguró—. Me aburría.
—Ay ya —pidió Stef cansado—. ¿Por qué no dejan de antagonizarse?
—¿Dónde está la piedra? —cuestionó molesta.
—¿Para que la quieres? —pregunto Stefan en un pequeño contraataque, ella sonrió y negó
—¿Elena goza que ambos la adoren tanto?
—Es tu Doppelganger —me gire a verla—. Es tu copia exacta querida.
—En eso te equivocas —aseguró señalándome con su índice—. Ella no sabe jugar como es debido. Tiene que aprender a diferenciar entre el amor y el buen sexo. Tus hermanos son buenos para ambos.
—Eso fue... —empezó Stefan dándole una mirada a Damon—: desesperado Katherine ¿Crees que no vemos lo que quieres?
—¡Ah! ¿Y no te molesta que Damon ame a tu novia? —le cuestionó a Stefan.
—Ya basta —amenazo mi hermano.
—¿O qué? —pregunto ella divertida de la situación—. ¿Me harás daño? —indagó poniéndose de pie avanzó hasta ponerse frente a Stefan—. Por favor Stefan, todo lo que siento ella lo siente —recordó—. Adelante ¡Ah! —exclamo para darse la vuelta para observar a Damon—. O mejor aún —camino hacia él—, bésame Damon, también lo sentirá.
—¿Sentirá todo? —curiosee "intrigada" Katherine me observo dándome una sonrisa en respuesta—. Genial, porque he tenido ganas de hacerle esto —la cogí del cuello a velocidad vampírica y enterré mis uñas en su brazo—. No me tientes Katherine, porque Caroline esta allá afuera y tan fácil como darle sangre de vampiro a Elena, ella vive, tu mueres —la solté bruscamente.
—Estas de su lado —aseguro. Gire a verla y su sonrisa estaba presente.
—Kat, Kat —chasque la lengua—. Realmente no me importa si Elena vive o muere, me da completamente lo mismo, mi amiga no es —aclaré—, pero no le voy a quita la felicidad a mis hermanos por un capricho tuyo.
—Lo de Mason me tiene confundido —hablo Stefan antes de que hiciera una tontería—. ¿Por qué un licántropo? La piedra rompería la maldición, pero eso destruirían a los vampiros ¿no? ¿Cuál es tu beneficio? —Katherine hizo una mueca.
—Lamento lo de tu perrito —comento Damon —. Le hubieras dejado la correa.
—Lo recordare la próxima vez —Katherine se giró a mirar a mi hermano mayor—. Hay otros lobos aquí.
—¡Ay no! —susurré—. ¿Qué hiciste con Tyler?
—¿Yo? —se señaló a sí misma—. Nada.
—No estoy para tus juegos Katherine —gruñí y mis venas amenazaron con salir.
—El sexi Matt es tan ardiente —mordió su labio inferior.
Salí corriendo de la habitación rápidamente, baje las escaleras lo más deprisa que pude abriéndome paso entre la gente, pero no veía a Tyler por ningún lado. La voz de Caroline llego a mis oídos y guiándome con ella seguí el camino.
—¡Tyler! —mencione , pero no había llegado a tiempo pues aquel abrecartas ya había sido incrustado en el cuerpo de Tyler y este por inercia empujó el cuerpo de la chica el cual cayó golpeándose la cabeza en el escritorio y de ahí al suelo—. Dios mío no.
—¡Ay no! —Tyler se agachó hacia la chica —. Sara abre los ojos, abre los ojos por favor —pidió con voz temblorosa y miedosa. Pero era muy tarde. Su corazón había dejado de latir—. ¡No! ¡No! ¡No! —Tyler se reincorporo poniéndose de pie. Tal vez y mis nervios habían afectado mis sentidos, por lo tanto me coloqué de rodillas a un lado del cuerpo de la chica, lleve mis manos temblorosamente a su cuello donde no había pulso alguno. Trague en seco cerrando mis ojos con frustración. Me reincorporo no sin antes darle una mirada a Caroline.
—Tyler tranquilo —camine hacia él con pasos pequeños—. Fue un accidente. Trata de tranquilizarte por favor.
—Aléjate de mí —pidió con miedo y suplica.
Avance un poco más a él intentando acercarme lo más posible, el coco frente a mi se tiro de rodillas al suelo tomando su cabeza en las dos manos mientras soltaba pequeños quejidos de dolor, que pronto comenzaron hacerse más fuerte y altos.
—Tyler —lo llame con un nudo en la garganta. Tyler se giró a verme, pero esta vez sus ojos eran amarillos. Tomándolo del rostro rápidamente con mis manos acune su cara obligándolo a quedarse quieto—. Quédate conmigo por favor.
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—Matt y yo estábamos peleando —explicaba Caroline—, Ana estaba aquí para que nos detuviéramos, Sara estaba muy borracha tomando y bailando, se calló.
—Y dejo de respirar —concluí con la rubia.
—¿Están seguras de esto?
—Si señora Lockwood —asentí—. Le dije un par de veces que dejara de tomar, que ya estaba muy ebria, que podía causar un accidente o caerse, pero no me hizo caso.
—Si —aseguro nerviosa la alcaldesa—. Tu mamá ya viene —miro a Caroline—. Llamamos a sus padres. Fue un accidente, un terrible y trágico accidente.
—Mamá —llamo Tyler apareciendo en escena—. La sheriff llego.
—Voy a hablar con ella —informo la madre de Tyler—. No se vayan, quédense con ella. Va querer saberlo de ustedes. —salió y desapareció por el pasillo. Tyler avanzo y miro el cuerpo de la chica en el suelo, Caroline giro y me miro con desesperación y pena.
—Matt está en el auto —mencionó la rubia hacia Tyler—: Recuperándose. Yo me encargare. Yo, no quiero que se involucre en esto.
—¿Qué estás haciendo? —le cuestiono Tyler.
—Yo reparo una muy, muy mala situación —aclaró Car.
—¿Por qué? —pregunto—. Yo lo hice, yo la asesine.
—Entonces ve a la cárcel y paga tu condena —mencione desde mi lugar. Tanto Tyler como Caroline se giraron a verme.
—No —menciono Caroline—: fue a propósito y creo que es mejor para todo el mundo...
—Pero está muerta —aclaro Ty—. No sabes que significa.
—Ay Tyler —pronunció Caroline—. De hecho si lo sé —menciono segura.
—No es cierto Caroline
—Tu herida cerro —mencione. Tyler giro a mirarme, después a Caroline que señalo, se miró y efectivamente su herida había sanado.
—¿Cómo lo...? —menciono desconcertado viéndonos a las dos.
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—Hola —entre a casa saludando a mis hermanos que por las luces prendidas supe que aún se encontraban despiertos.
—¿Todo bien? —preguntaron mis dos hermanos al unísono.
—Si —asentí—. ¿Y Katherine?
—En la tumba —respondió Damon.
—Genial —suspire aliviada—. Un problema menos.
—¿Supiste algo del hombre lobo? —preguntó Stefan cruzándose de brazos. Suspire colocando una mano en el respaldo de las escaleras y poniendo mi peso en un lado.
—Anabella —habló Damon esta vez de forma autoritaria.
—Tyler activo la maldición —solté—. Tyler ahora es un hombre lobo.