Es una linda mañana, me encanta cuando los animales del bosque trabajan en conjunto para crear una sola y hermosa melodía, me encanta cerrar los ojos y tomar una gran cantidad de aire llenando los pulmones y dar un largo y muy relajante suspiro mañanero, no todos los días logras apreciar esa casi imperceptible melodía.
Me había quedado en el borde de mi habitación con las piernas colgando, estaba a punto de dejarme caer cuando escuché una pequeña onda espansiva, es ese momento me di cuenta que era No. 19, Nadie deja un rastro sonoro como ese, tan suave y sigiloso.
--Buenos días, ¿Qué te trae al borde de tu habitación? --Dice 19 mientras llegaba y se sentaba a mi lado.
--Me relajaba antes de bajar. Enserio, deberías pararte en algún momento a escuchar la gran orquesta que nos da el bosque. --Me animé a contestar alzando mi mano derecha y de un sólo movimiento de izquierda a derecha mostrar la vista que tenía del bosque desde mi habitación. --Es sublime.
--Oye. --Dice diecinueve mientras juntaba sus manos y empezaba a jugar con sus pulgares.-- Se que te gusta explorar y todo, pero, --hizo una pausa--pero no me gusta que pases todo el tiempo allá y nada de tiempo aquí, con nosotros, conmigo. --Corrigió-- Se que no pasamos mucho tiempo en la clínica para jugar, pero podemos hacerlo ahora, antes de que empecemos este rollo con el tal Rafael que vino contigo.
--Hoy.
--¿Eh?
--Juguemos hoy. --Le dije lo primero que se me ocurrió, mirándola a los ojos y dándole una sonrisa.-- Demos un paseo por la ciudad, podríamos pasar por un sitio y si encontramos algo que sirva lo podríamos traer. Será divertido.
--¿Enserio? --Dijo sin poder creer lo que había dicho-- ¿No me estas engañando? --Si rostro pasó a ser uno sonriente, parecía un sol, sólo me quedé observandola, como un tonto.
--Cl-claro. --Dije como pude. No la había visto más sonriente antes.
Me dejé caer, di una mirada rápida a mi habitación para ver si 19 ya había bajado también, pero ya no estaba, ella se encontraba a mi lado para cuando toque el suelo. Parece que le gusta caer, igual que yo. A pesar de ya no vivir encerrados en la clínica no nos juntamos más como antes, es bueno que salgamos así de vez en cuando.
--Oh vaya, el par superpoderoso se junta. --Dice 36 mientras estaba bajando de su habitación.
36 no es muy hablador que digamos, pero si es muy trabajador, el ayuda con las cosas pesadas, más cuando el puede levantarlas fácilmente, el tiene la habilidad antigravedad que descubrí que poseía hasta hace poco y como es fase 3 puede hacer que los objetos ya no sean tan afectados por la gravedad de la tierra, flotan, pero el tiene que tocar el objeto o si no, adquiere la gravedad original de golpe y nadie quiere quedarse sin dedos de los pies.
--Y tú que 36, ¿te quedaste solo? Oh espera, siempre lo has estado. --Contesta 19 de forma arrogante y sarcástica.
--Vamos, hay que desayunar. --Les dije a los dos para que se calmaran.
Los dos se miraron unos segundos, suspiraron y se dirigieron al comedor. Yo sólo los seguí manteniéndome entre los dos. 19 y 36 se llevan bien pero sus actitudes chocan un poco, ellos son como incompatibles pero no se odian, sólo no pueden mantener una conversación normal sin alguna discusión.
--Calmense los dos, ¿No pueden decirse buenos días tranquilamente sin discucion alguna? --Les reproché.
--Lo intentamos. --Dijeron los dos casi al unísono, con un tono algo apagado.
--Pues no lo parece, me gustaría que se llevarán mejor en algo por lo menos. --Les comenté y seguí con mi camino, dirigiéndome a la cocina a ayudar a Martha a poner la mesa e ir por mi plato.
Los dos también ayudaron, callados, evitando las pláticas y contestando con monosílabos.
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Terminando todos de comer, Rafael estaba conociendo a los demás, mientras que yo ya me estaba preparando para salir al igual que 19, que me seguía el paso.
Salimos corriendo del campamento persiguiéndonos entre nosotros, haciendo carreras y jugando. Los divertiamos mientras recorriamos la ciudad, ella se frenó cuando pasamos por la tienda de juguetes en la que yo había estado antes, 19 se quedó con la mirada fija a un peluche, era el mismo que le di, pero más grande y con un pañuelo en el cuello.
--¿Lo quieres? --Le pregunté.
--¿Puedo? --Me volteó a ver aún indecisa.
--Claro, no soy quien para permitirlo pero no hay dueño así que, --Hice una pequeña pausa y empecé a sonreir-- si quieres tomarlo, nadie está para impedirlo. --Termine con dirigirme a tienda y tomar el peluche.
--Tienes razón.--Me sonríe mientras toma el peluche y hace lo posible por amarrarlo a su mochila, ya que no cabía dentro.
--Vamos, y dije que te mostraría un lugar y eso es lo que haré. --Agregué mientras empezaba a correr.
Justo antes de llegar, me detuve y 19 también.
--¿Porque te detienes? --Me miraba confundida-- ¿Ya llegamos? --Comenzó comenzó mirar el lugar-- Por que no lo veo genial ni interesante.
--Cubrete los ojos.--Le ordené.
--¿Por qué? --Me miró con un ligero enojo y confusión.
--Tu sólo hazlo.
--Bueno. --Reprochó mientras se tapaba los ojos, pero aún seguía viendo a través de los dedos.
--¡Heey! Sin trampas, no me obligues a cubrirlos por ti, y sabes que no te gustará.--Le amenacé mientras alzaba un pedazo de tela con mi telequinesis y lo mantenía flotando en mi mano, mirándola con un enojo fingido.
--¡JEEEZ!--Gritó se forma rara y aguda mientras se cubría los ojos como si su vida dependiera de ello.
Me preparé, la alzaba ligeramente del suelo sin que lo sintiera, mientras la dirigía a mi lugar favorito, es al extremo de la ciudad, me encanta pasar caminando por ese sitio.
--Puedes abrirlos.--La acomodé en una parte en la que viera mejor el lugar. Ella los fue abriendo poco a poco, tuvo que parpadear varias veces para enfocarse ya que se oprimió los ojos cuando la amenacé un poco.
--¡Woow! No puedo creer lo que estoy viendo. --19 estaba con la boca abierta. Yo sólo me reía en silencio por sus caras raras de asombro.
--Eres muy expresiva, puedo apostar que si viste algo sabré qué es por tus caras raras. --Le comenté entre risas.
--Oye, --Se quejó-- ¿Enserio hago caras raras? --se sonrojó y se llevo sus manos a su rostro, cubriéndose sus cachetes.
--Y seré sincero, parece como si hablaras sin palabras. Es como si en tu rostro estuviera escrito. --Ella seguía sonrojandose mas así que traté de comentar algo mejor. ¿Qué se le dice a una niña cuando esta sonrojada?-- Pero no lo encuentro malo, más bien me parece bonito. --Ella sólo dé sonrojó aún más, creo que iba más allá de un tomate.
De un momento a otro me comenzó a ver de forma cortada, cuando nuestras miradas se encontraban por un rato, se volteaba y en sus ojos veía un brillo distinto y a la vez algo familiar, como cuando la doctora me cantaba y de la nada acariciaba mi cabello para dormir después de salir de esa cámara de contención con un gran dolor insoportable del que no podía parar de llorar, y que solo ella me lograba calmar, haciendome descansar en mi cama y antes de entrar en un sueño profundo, la veía más brillante que antes, más cálida y 19 parece tenerlo. Pero es distinto a la vez, ¿Qué significará?, bueno, en la doctora no lo encontraba raro, ella es como un hogar ambulante cuando estoy con ella y no me pongo raro a su lado, sólo dije que su rostro es bonito, en si ella es mucho más linda, pero aún así, 19 es... ¿Ehhh?
Espera un momento...
Me parece... ¿Linda?
Reaccioné ante tal pensamiento y sentia como el rojo tomate se hacia presente en mi rostro, y mirando al suelo le hablé --E-es mejor q-que no-n-nos regres-semos. Se está haciendo de noche. --¿Por que me porto así? Y que voz tan ridícula he hecho, no sabía que la podía hacer tan aguda, ¿Será algún poder? Por que si lo es, no lo quiero.
--Emm, si, claro. Regre-regresemos. --Me contestó pero de forma pausada y con un hilo de voz.
Nos dirigimos al campamento, pero entre nosotros había un silencio muy raro, un ambiente pesado, algo incómodo. No me gusta. La verdad me quiero ir de inmediato a mi habitación y enterrar mi cara en la almohada y olvidar lo que acaba de pasar, o mejor no, más bien dejar pasar esta incomodidad.
Al regresar, 19 salió corriendo directo a su habitación, parece que pensamos parecido, por que no tarde en ir corriendo a mi habitación igual. Me di un baño rápido y con mi pijama puesta me dirigí a mi cama e hize lo que pensé con anterioridad, enterrar mi cara en mi almohada, me quedé así hasta que entré en un sueño profundo, no sin pensar en algo antes:
Si yo pienso que 19 es linda, ¿Qué es lo que piensa ella de mi?
¿Será bueno o será malo?
Antes de entrar en un sueño profundo nunca me percaté de que alguien nos había observado antes.
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Aquí está la descripción de No. 36.
El es medio flaquito, moreno y de cabello negro, sus ojos son de un amarillo con azul y un poco de naranja como si fuera un brillo. Tiene 17 años y si poder de antigravedad hace que sus ojos se vuelvan más naranjas y un contorno de luz se presenta a su alrededor. Lo que usualmente usa son camisas con y sin mangas con pantalones de mezclilla con los colores que varían por el color de la camisa que use.
Esto fue la WikiUs!!
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Nos vemos!