Capitulo 19: Acostumbrar.

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Ya estoy despierto desde hace rato pero no quiero ir abajo todavía, tengo que desayunar pero ya están todos ahí.

--Mi estómago ruge. --Me quejé. --Creo que debí comer antes que todos.

Sinceramente, no quiero hablar con nadie, me siento raro cada que me imagino a la doctora como mi mamá y aun tengo dudas y no me siento muy seguro de preguntarle todavía. Iré lento y seguro, de una u otra forma tengo que aceptarlo, al menos no tratare de pensar lo contrario. Me revolqué en mi cama y no quise volverme a levantar aunque mi estómago me dijera que fuera por un bocadillo.

Escuche un sonido de un impulso, supongo que es 19. Escuché que se quedó en el borde por el sonido de sus zapatos.

--19, no quiero hablar ahora. --Me volteé para mirar el techo. --Me gustaría que me dejaras sólo.

--Primero debes comer algo. --Escuché una voz familiar, no es 19, voltee a ver.

Doctora...

Ella dejó el plato de comida, eran algunos huevos revueltos con un acompañamiento de algunas verduras y frijoles.

--Gracias por traerme la comida. --Dije con un tono algo mecánico.

--Oh vamos, quiero que comas, no me voy hasta ver el plato vacío. --Me dijo decidida y con un tono mandón, como toda madre. Hizo los brazos como jarras y no dejó de mirarme, yo sólo miraba el plato estando sentado en mi cama, ya me había acomodado, cambié mi vista hacia el suelo un momento.

Telequinesis. Atraje el plato hacia mi y sin olvidar la cuchara en su trayecto la atraje con un poco de huevo y algo de los frijoles en la cuchara hacia mi boca.

Después de dar el bocado, el plato ya lo tenía en mis manos, fui comiendo todo, hasta acabar luego de un rato, ella sólo me miraba con triunfo.

--Que buen niño eres. --Me dijo con una sonrisa y una mirada cálida.

--¿No habrá problema, que le siga llamando doctora? --Dije de la nada. --Sinceramente aun no me siento cómodo. --Su expresión cambió, pero conservando la misma calidez.

--No, ninguno. En cambio me alegra que no te hallas enojado conmigo por no decirlo, podemos ir lento, para mi siempre serás mi pequeño 16. --Hizo una pequeña pausa. --Con el tiempo podremos acostumbrarnos, juntos.

--Como madre e hijo que debimos ser.

--Exacto. Perdón por no ser como la madre que en algún momento imaginaste tener.

--No. --Moví mi cabeza a los lados como negación.-- al menos no me abandonaste ni nada por el estilo, por eso no me enojé tanto. Una gran cantidad de emociones llegué a sentir, entre ellas el enojo, algo de tristeza pero también alegría, ya que de por si eras la imagen materna que tenía en mente, ahora ya no puedo imaginar a alguien más como mi madre. Sólo tu. --La señale con la vista, luego empecé a jugar con mis manos.--En algún momento ya me acostumbraré a decirte mamá. --Le sonreí, me correspondió el gesto, pero ella tenía lágrimas en los ojos, pero parecía feliz.

--Tu eres mi querido hijo y no permitiré que me separen de ti otra vez, si vas a Zona Norte, voy contigo. --Dijo sin querer retractarse. -- Tienes la misma actitud que tu padre. --su represión cambió a una melancólica.

--¿Quién es mi padre?.

--El de la foto que viste en mi habitación, el quería llamarte Dylan desde un principio así que por eso te llamas así, el se llama Félix Rader. Por lo tanto tu eres Dylan Rader. En mis papeles están los tuyos, ahí decidí que los guardaran.

--¿Y por que los tienes en tus papeles?

--Por que tus archivos eran los mas monitoreados y no podía poner los papeles que justamente me prohibieron hacerte. Pero yo desobedecí a eso. Aún tenía la esperanza de salir de ahí y vivir los tres como familia pero ni siquiera se el paradero de Félix. --Arrugó la manga de su sudadera.-- Me gustaría ir a buscarlo y contarle todo lo que sucedió.

--En la foto se veían felices, puedo tratar de buscarlo. --Me comenzó a mirar fijamente. -- quiero aprender a como distinguir familia y personas con olores fusionados, es muy diferente tener dos olores completamente distintos y que se impregne en la ropa que ser naturalmente similares. --Le expliqué.

--¿Y cómo puedes saberlo?. --Me preguntó con algo de confusión.

--Petra y niebla.

--¿Quiénes?.

--Dos Coyolos. Una madre y su hijo, ellos tienen buen olfato. Si una madre Coyolo puede distinguir a su propio hijo de otros cachorros que son casi iguales debe de buscar un olor similar al suyo. Aparte de que con la foto no me tendría que preocupar sólo del olor. No necesariamente tienes que ir tú, puedo hacerlo yo con toda tranquilidad. Además, ¿Quién te dijo que iría a Norte? --Pregunté confundido, no recuerdo haberle dicho antes.

--Ah, bueno, me dijo Rafael, el hombre que vino contigo la otra vez. El me contó cuando te estaba buscando, fue durante el desayuno. --Me explicó.

--Bueno, pues. Pero aún así no quiero que vallas, tu eres buena doctora, puedes servir aquí que algo puede suceder. ¿Cuando dijo que nos tendríamos que ir?.

--Mañana, recibió un mensaje de alguien, no sabía que el tenía un teléfono, por cómo llegó.

--Ok. Te voy a bajar. --Comenté mientras me levantaba de la cama con el plato en la mano, y me frenó.

--Y otra cosa. --Me puso la mano en el pecho.

--No sólo tu absorbiste los químicos que estaban en las inyecciones esas.--Se acercó a mi rostro y veía más detenidamente sus ojos, vi un pequeño brillo blanco y con un azul casi imperceptible, fruncí en seño, y se dejo caer con una sonrisa.

--¡Doctora! --Salió de mi boca.

La vi caer como si estuviera en cámara lenta, y así como estaba viéndola caer, note un pequeño bote de agua transparente en su cinturón de su pantalón pesquero, el agua salió de golpe rodeando la punta de sus pies cuando ella se acomodaba en el aire y escuche como un zumbido, el mismo de antes, sentí un click en mi cabeza al ver detenidamente, agite mi cabeza a los lados me dejé caer con el plato sucio cuidando de que no se rompiera, para sólo quedarme mirando a la doctora, mi mamá, con los ojos bien abiertos y sorprendido o más bien impresionado.

--Genial. --Creo que hasta tenía la boda abierta, ella sólo sonreía.

--¡Así es como se le levanta el ánimo un niño! ¡JaJaJa! --escuché decir a 36, un latigazo de agua le pego en la nariz que lo hizo caer de donde estaba sentado.

--Así se calla a un pequeño idiota. --Dijo la doctora con la mano extendida en dirección a 36, yo sólo comencé a reír a carcajadas.

--Alguien ya está mejor. --apareció 19 sonriendo casi de oreja a oreja. --Creo que seguías mal. Quería ir a verte pero la doctora Alison quería hablar primero. --Dice señalándola.

--No es doctora. --Me quedaron mirando los que estaban observando desde un principio.

--¿Entonces? --Pregunta 19.

--Es mi mamá. --La miré y olvidando completamente el plato y fui a abrazarla.

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HOLA A TODA GENTE QUE ESTA LEYENDO!

PERDÓN POR NO PUBLICAR EL VIERNES PERO ME SENTÍA QUE ME MORÍA! :D

En fin, de que cumplo, cumplo guapuras. Es muy bonito el que les guste y estén leyendo hasta acá C':

En fin me enfermé y tenía el capítulo todavía ala mitad así que mis disculpas.

Espero y les haya gustado!
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Ya saben, es gratis xD.










Anomía [Editando/Reescribiendo]Where stories live. Discover now