Capítulo 15: Paseo.

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Es una linda mañana, me encanta cuando los animales del bosque trabajan en conjunto para crear una sola y hermosa melodía, me encanta cerrar los ojos y tomar una gran cantidad de aire llenando los pulmones y dar un largo y muy relajante suspiro mañanero, no todos los días logras apreciar esa casi imperceptible melodía.

Me había quedado en el borde de mi habitación con las piernas colgando, estaba a punto de dejarme caer cuando escuché una pequeña onda espansiva, es ese momento me di cuenta que era No. 19, Nadie deja un rastro sonoro como ese, tan suave y sigiloso.

--Buenos días, ¿Qué te trae al borde de tu habitación? --Dice 19 mientras llegaba y se sentaba a mi lado.

--Me relajaba antes de bajar. Enserio, deberías pararte en algún momento a escuchar la gran orquesta que nos da el bosque. --Me animé a contestar alzando mi mano derecha y de un sólo movimiento de izquierda a derecha mostrar la vista que tenía del bosque desde mi habitación. --Es sublime.

--Oye. --Dice diecinueve mientras juntaba sus manos y empezaba a jugar con sus pulgares.-- Se que te gusta explorar y todo, pero, --hizo una pausa--pero no me gusta que pases todo el tiempo allá y nada de tiempo aquí, con nosotros, conmigo. --Corrigió-- Se que no pasamos mucho tiempo en la clínica para jugar, pero podemos hacerlo ahora, antes de que empecemos este rollo con el tal Rafael que vino contigo.

--Hoy.

--¿Eh?

--Juguemos hoy. --Le dije lo primero que se me ocurrió, mirándola a los ojos y dándole una sonrisa.-- Demos un paseo por la ciudad, podríamos pasar por un sitio y si encontramos algo que sirva lo podríamos traer. Será divertido.

--¿Enserio? --Dijo sin poder creer lo que había dicho-- ¿No me estas engañando? --Si rostro pasó a ser uno sonriente, parecía un sol, sólo me quedé observandola, como un tonto.

--Cl-claro. --Dije como pude. No la había visto más sonriente antes.

Me dejé caer, di una mirada rápida a mi habitación para ver si 19 ya había bajado también, pero ya no estaba, ella se encontraba a mi lado para cuando toque el suelo. Parece que le gusta caer, igual que yo. A pesar de ya no vivir encerrados en la clínica no nos juntamos más como antes, es bueno que salgamos así de vez en cuando.

--Oh vaya, el par superpoderoso se junta. --Dice 36 mientras estaba bajando de su habitación.

36 no es muy hablador que digamos, pero si es muy trabajador, el ayuda con las cosas pesadas, más cuando el puede levantarlas fácilmente, el tiene la habilidad antigravedad que descubrí que poseía hasta hace poco y como es fase 3 puede hacer que los objetos ya no sean tan afectados por la gravedad de la tierra, flotan, pero el tiene que tocar el objeto o si no, adquiere la gravedad original de golpe y nadie quiere quedarse sin dedos de los pies.

--Y tú que 36, ¿te quedaste solo? Oh espera, siempre lo has estado. --Contesta 19 de forma arrogante y sarcástica.

--Vamos, hay que desayunar. --Les dije a los dos para que se calmaran.

Los dos se miraron unos segundos, suspiraron y se dirigieron al comedor. Yo sólo los seguí manteniéndome entre los dos. 19 y 36 se llevan bien pero sus actitudes chocan un poco, ellos son como incompatibles pero no se odian, sólo no pueden mantener una conversación normal sin alguna discusión.

--Calmense los dos, ¿No pueden decirse buenos días tranquilamente sin discucion alguna? --Les reproché.

--Lo intentamos. --Dijeron los dos casi al unísono, con un tono algo apagado.

--Pues no lo parece, me gustaría que se llevarán mejor en algo por lo menos. --Les comenté y seguí con mi camino, dirigiéndome a la cocina a ayudar a Martha a poner la mesa e ir por mi plato.

Anomía [Editando/Reescribiendo]Where stories live. Discover now