Heart Breakerz

By KarlaKassapian

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Cuando Taeil (un estudiante de música) y Ji Hoon (un chico con un sueño frustrado de tener su propia banda) t... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17

Capítulo 6

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By KarlaKassapian

Ji Hoon estaba en la mesa desayunando junto con sus padres, la fiesta había terminado tarde por lo que los señores Pyo prefirieron que su hijo se quedara a dormir allí en casa en vez de irse a la suya y conducir por esas calles oscuras y solas a tan altas horas de la noche. El muchacho desganado, observaba y revolvía la comida en su plato llevándose bocados de vez en cuando, le había sentado mal el regaño de su madre al haberse escapado de la reunión para ir al concierto pero más le preocupaba Taeil y como se había ido tan molesto después de haberse lastimado por su culpa al caer.

Después de calarse conversaciones entre sus padres que realmente no le interesaban, Ji Hoon regresó a su edificio y en su piso se detuvo frente al departamento de Taeil antes de llegar al suyo; levantó su mano para tocar, lo cual dudó pero se decidió y llamó a la puerta. Como no obtuvo respuesta tocó el timbre unas dos veces y luego de unos pocos minutos, Taeil le abrió.

-Te tardaste en abrir – le dijo Ji Hoon.

-Me estaba duchando – señaló su cabello mojado - ¿Qué quieres tan temprano?

-Quería saber cómo te sentías, te golpeaste en la pierna ¿No?

-Sí, cuando caí creo que mi pierna aterrizó en una piedra, tengo un enorme morado.

-Lo siento, no debí haberte pedido que me ayudaras a entrar a mi habitación... ¿Estás molesto conmigo?

Taeil se cruzó de brazos, suspiró y negó en silencio con la cabeza. A Ji Hoon eso lo hizo sentir más tranquilo.

-Yo fui el que debió haberse ido y no ayudarte, fui bastante idiota al aceptar.

-De verdad ¿Por qué lo hiciste?

-¿Qué se yo? – se encogió de hombros – Supongo que fueron tus insistencias y yo como buena persona tenía que ayudarte ya que estabas desesperado.

-¿Ahora eres un buen samaritano?

-Siempre lo he sido – sonrió con orgullo aunque realmente eso no era del todo cierto, nunca se ha considerado un buen samaritano pero si alguien lo necesita lo ayuda, aunque a Ji Hoon no lo hubiese ayudado, eso no forma parte de la tregua que hicieron. Sin embargo lo hizo y ni sabe por qué - ¿Sólo viniste para ver cómo estaba? Estoy bien, ya te puedes ir – iba a cerrar la puerta pero Ji Hoon la detuvo.

-Otra cosa... ¿Por qué estabas llorando anoche? ¿Fue porque te dolía el golpe?

-¿Por qué más podría ser? Además, no estaba llorando, sólo se me aguaron los ojos.

-Lo siento por eso. No vuelvas a llorar de nuevo, te ves feo.

-¿Ya es todo? Bien, chao – cerró la puerta.

Ji Hoon ya se sentía más tranquilo, sin embargo no podía quitarse la imagen de Taeil llorando aunque sólo eran unas cuantas lágrimas en sus ojos y no un llanto como tal. Cuando eran novios, nunca lo llegó a ver triste, o por lo menos no se lo demostró, el mayor siempre se mostró como alguien fuerte y ahora verlo tan frágil a pesar de ya no estar relacionados de ninguna manera hacía que se sintiera preocupado. Sin embargo no era la gran cosa, sólo estuvo así porque le dolían los golpes que recibió por la caída y era normal pero a Ji Hoon no le gustó verlo de esa forma, su corazón se apretó y no pudo evitar eso. Pero eso no significaba que aún tenía sentimientos por él, sólo le pareció inusual ya que nunca lo vio así.

Ji Hoon regresó a su departamento, tomó una ducha rápida y se puso un cambio de ropa cómoda. La noche anterior salió tan rápido del lugar del concierto que no supo qué había pasado después y ni habló con ninguno de los otros chicos mientras estuvo en la reunión de sus padres así que llamó a Ji Ho para que le contara que cosa interesante pudo haber sucedido pero no había ninguna novedad. Ji Hoon y los demás sabían que algunos productores de discográficas asistirían al recital y tenía la esperanza de que alguno se interesara por la banda y se acercaran a ellos para hablar de un posible contrato pero por lo que Ji Ho le decía no tuvieron mucha suerte. El hacer despegar una carrera musical de manera profesional es difícil si son un grupo de amigos que formaron una banda por su cuenta, podían mandar sus demos a compañías o presentarse frente a los productores pero estos buscaban lo mejor y eso hacía pensar al chico si de verdad serían tan buenos como para llegar a tener una de esas oportunidades o sólo perdían el tiempo.

-Esa gente no aprecia el verdadero talento. No saben de lo que se pierden – le decía Ji Ho a Ji Hoon.

-No sé, quizás no seamos tan buenos.

-¿Cómo no? Tenemos muchos fans y nos adoran-

-Sí, pero quizás sólo sirvamos para la escena underground y no tenemos madera como para ser parte de una compañía discográfica y ser una banda de renombre.

-No seas tan pesimista. Ya llegará nuestra oportunidad, nosotros somos buenos en esto-

-¿Pero si no se da qué hacemos? No podemos vivir toda la vida metidos en pequeños clubs presentándonos, de ser así ésta banda no tiene futuro.

-¿Por qué dices eso? Nosotros estaremos siempre juntos aunque no seamos famosos, lo único importante es hacer la música que nos gusta. Cierra la boca y no seas negativo-

-Sí, lo siento, es lo que pasa cuando pienso mucho – rió ligeramente –Luego hablamos, te dejo.

Siendo domingo para descansar, Ji Hoon se recostó en su cama, prendió su laptop y la puso sobre sus piernas para pasar un rato en internet. En un portal de noticias había un artículo sobre el concierto del día anterior en donde hablaba sobre las bandas que se habían presentado y cómo había sido según el punto de vista del reportero que escribió dicho reportaje. A Ji Hoon sólo le interesaba saber qué decía de Heart Breakerz y le gustó leer que era una banda muy talentosa que tenía un buen futuro; eso lo animó después de las dudas que tuvo hace un rato sobre si de verdad serían lo suficientemente buenos.

Ji Hoon dejó la laptop pasado un rato y fue hasta la cocina para buscar algo para merendar pero al abrir la nevera se dio cuenta que estaba casi vacía, sólo había un cartón de leche, de jugo, unos cuatro huevos y pocos vegetales; ya era tiempo de hacer mercado y aprovechando que no estaba haciendo nada, iría al supermercado que no queda muy lejos de allí. Revisó todos los gabinetes para saber qué necesitaba e hizo una lista, se vistió y salió, topándose con Taeil que estaba frente al ascensor esperándolo. En silencio se puso al lado del mayor para también esperar y se montaron en cuanto llegó.

-¿Hoy tienes que trabajar? – preguntó Ji Hoon a Taeil.

-No, hoy el restaurante cierra, es el día de descanso para todos.

-Que bueno...Oh.

De pronto el ascensor se detuvo.

– No otra vez – se quejó Ji Hoon.

Taeil dio un brinco y el ascensor volvió a andar pero aunque estaba agradecido de que no se quedó de nuevo encerrado con Ji Hoon, el hacer eso hizo que le doliera la pierna que se había golpeado y frunció levemente la cara tratando de ocultar su dolor. Pero lo que sí no podía esconder era su cojera aunque intentaba caminar lo mejor que podía, pensó que tan sólo era un simple hematoma lo que tenía, ya los ha tenido y nunca alguno le dificultó el caminar pero el dolor se extendía más allá de esa mancha morado oscuro y tenía toda la pierna sentida. Ji Hoon notó los pasos del mayor al salir del ascensor y dirigirse hasta la puerta del edificio y sabía la razón de ello.

-Taeil – lo llamó Ji Hoon y el otro se dio la vuelta - ¿Quieres que te lleve a dónde vas? No fuerces tu pierna.

-Sólo voy al supermercado, no es muy lejos.

-Yo también voy para allá, iba a ir a pie pero podemos ir en auto y así no tendrás que ir con esa molestia.

-No pero gracias.

-¿Por qué siempre eres tan terco? Ven, déjame compensarte por lo de ayer.

-Esto realmente no lo compensa pero está bien – caminó en dirección hacia la puerta que da al estacionamiento, Ji Hoon iba a ayudarlo dejando que se apoyara en él pero no quiso y fue por su cuenta hasta el auto de Ji Hoon –Gracias por darme la cola – dijo una vez ya en el auto.

-Gracias a ti por dármela ayer aunque no salieron las cosas bien y terminaron por descubrirme. Mi mamá se disgustó bastante – encendió el motor.

-Pero tenías que hacerlo, no podías defraudar a tu banda sólo porque tu mamá quería que estuvieras todo el tiempo en una aburrida reunión.

-Sí, fue muy aburrida, todos mis primos son ya de treinta años y hasta tienen hijos, yo soy el menor de todos y no había nadie de mi edad allí para pasar el rato. Espero no me obliguen de nuevo a ir a otra reunión de esas al menos que sea algo más importante como un cumpleaños...Ya llegamos – buscó un puesto y se estacionó - Es tonto venir a un lugar tan cerca en auto pero todo sea por el bien de tu pierna –sonrió y bajó del auto.

Ya en el supermercado cada uno se fue por su lado, Taeil aún caminando con dificultad fue a uno de los pasillos mientras Ji Hoon estaba en el área de las verduras y después de allí buscó el resto de las cosas que necesitaba metiéndolas en su carrito. Al fondo de uno de los pasillos vio al mayor pasando con una cesta llena en mano y seguía cojeando, resopló y se acercó a él, quitándole la cesta después y metiéndola en su carrito.

-¿Qué haces? – preguntó Taeil.

-La cesta está muy pesada, no la puedes ni cargar bien.

-No me trates como si fuese un discapacitado, sólo me duele la pierna – iba a sacar la cesta pero Ji Hoon lo golpeó en el dorso de la mano.

-Ya que vinimos juntos, compartamos el carrito, aunque bien pudiste haber tomado uno.

-Son pocas cosas las que iba a comprar, no necesitaba un carro. Igual ya terminé.

-Yo igual – dio vuelta a otro pasillo para dirigirse a donde están las cajas para pagar.

Al terminar Taeil de pagar, Ji Hoon ni siquiera lo dejó que cargara sus bolsas, él que ya había pagado antes lo estaba esperando para tomar sus cosas junto con las suyas. A pesar de que el mayor no quería e intentó quitárselas, el pelirrojo se apresuró hasta el auto para que no le arrebatara las bolsas. Taeil bufó en voz baja y lo siguió.

-No necesito que me ayudes – dijo Taeil al llegar al auto.

-Te ayudan y te quejas. Eres tan extraño.

-Ya deberías conocer cómo soy.

-Yo te olvidé, ni me acuerdo cuáles son tus mañas – subió al auto y lo encendió para volver al edificio.

Taeil se apresuró en tomar sus bolsas en cuanto Ji Hoon abrió la cajuela del auto y éste no se las quitó ya que la distancia de allí hacia el ascensor no era muy larga por lo que no tenía por qué caminar tanto con ellas y tampoco quería discutir por eso. Taeil presionó el botón del ascensor y al ver que no se encendió, le dio varias veces como si sirviera de algo pero nada pasó. De nuevo se había dañado y más temprano ya había dado indicio de eso. Taeil no sabía cómo haría para subir porque por más que se empeñara en caminar sin ayuda, el subir siete pisos es demasiado esfuerzo para su adolorida pierna; lo único que podía hacer era flexionarla y saltar cada escalón con la otra. Eso fue lo que hizo y Ji Hoon que iba atrás de él no podía evitar reír en silencio pero sorpresivamente el mayor logró llegar al primer piso.

-¿Irás saltando así todo el camino? – preguntó Ji Hoon.

-No puedo hacer más nada, me duele la pierna.

Ji Hoon se le adelantó y se acuclilló frente a él.

-Sube en mi espalda.

-Estás demente, nunca subiría en tu espalda aunque tuviera ambas piernas rotas.

-Por Dios Taeil, deja de ser tan malhumorado e inmaduro. Pensé que nos comportaríamos como adultos y yo sólo te estoy ofreciendo ayuda.

-Bien, gracias pero yo puedo seguir solo – siguió subiendo pero tuvo que detenerse al sentir un pinchazo en la pierna.

-No puedes – subió para adelantársele de nuevo y se acuclilló – Sube que aún faltan muchos pisos.

De nuevo Taeil volvía a acceder a algo que Ji Hoon le decía, no entendía por qué lo seguía haciendo pero definitivamente no es porque quisiera que el otro lo cargara sino porque lo necesitaba; por lo menos en esa oportunidad no saldría herido al menos que lo dejara caer por las escaleras. Rodeó el cuello del alto con sus brazos y una vez en una posición segura, éste se levantó y comenzó a subir lo cual se le hacía bastante difícil pero ya él insistió en ofrecerle su espalda y no podía quitárselo de encima. Durante los años sin verse, Taeil había ganado mucha masa corporal por los ejercicios y Ji Hoon sentía ese peso sobre él; el mayor se daba cuenta que estaba poniendo mucho esfuerzo pero pensaba que tenía que aguantárselo porque él solo no podía subir y además podía ver eso como parte de la retribución por lo sucedido la noche anterior. Ya estaban a mano.

-Ya va – Ji Hoon se detuvo ya en el cuarto piso para descansar – Estás bastante pesadito.

-Son los músculos. Tú deberías hacer ejercicio, así no te cansarías tanto.

-Tener a alguien en la espalda mientras subo escaleras no es placentero.

-Tú fuiste el que se ofreció, no te quejes – se impulsó más hacia arriba porque sentía resbalarse y le dio un golpecito con su pie a Ji Hoon en la pierna para que continuara.

Taeil se sostenía con fuerza de Ji Hoon, rodeándolo del cuello mientras aún mantenía las bolsas en sus manos y recordaba una vez que el menor también lo cargó así cuando subieron una vez a una montaña de excursión y estaba tan cansado que le pidió que lo cargara pero en realidad fue porque le gustaba sentir su cercanía y ahora estando así de nuevo se sentía un poco inquieto pero intentaba ignorar eso, no había razón para sentirse así si ya no sentía nada por Ji Hoon. Sin embargo podía percibir el aroma de su perfume al tener su cuello justo al lado de su cabeza, tan sólo iba al supermercado y se puso un poco. A Taeil eso le agradaba, siempre le gustó como Ji Hoon era tan aseado y se arreglaba aunque no fuese a salir a ningún lugar importante como en esa ocasión. Sin darse cuenta el chico inhaló esa fragancia aspirando fuerte y el menor se detuvo al darse cuenta.

-¿Acabas de olfatearme? – preguntó Ji Hoon.

-No.

-Claro que sí – volteó para mirarlo y sus rostros quedaron muy cerca. Ambos se sintieron igual al sentir un aleteo en sus estómagos. No pudieron apartar sus miradas el uno del otro, los dos se quedaron distraídos en ellas hasta que por fin Ji Hoon reaccionó y volvió su vista al frente para seguir subiendo ya que quedaba un solo piso; allí dejó que Taeil se bajara – Que tengas buen día – dijo y se metió rápidamente en su departamento.

Ji Hoon dejó caer las bolsas de las compras en la entrada en cuanto cerró la puerta tras él, cubrió su rostro con sus manos y golpeaba suavemente su cabeza contra la madera. Se lamentaba por estar dejando que en su interior sus sentimientos se revolvieran y lo pusieran tan nervioso, eso no debía de estar pasando porque ya no quiere a Taeil pero aún así no puede verlo como un simple chico más que es su vecino. Respiró profundo y volvió a tomar las bolsas para llevarlas a la cocina y distraerse sacando y guardando las cosas; de una de ellas comenzó a sacar algo que él no había comprado por lo que asumió que debía de ser de Taeil y se había confundido. Salió para entregársela y dudó unos segundos en llamar a la puerta pero lo que sintió no significaba nada, estaba bien si veía al otro de nuevo.

-¿Qué? – Taeil abrió.

-Esto es tuyo, me confundí y la tomé – se la entregó y bajó la mirada viendo que Taeil se había cambiado sus pantalones a un mono deportivo y tenía la pierna derecha del mismo remangada - ¿Puedo ver que tan mal está el moretón?

Taeil giró su pierna para que lo viera y Ji Hoon se sorprendió de lo mal que estaba, le ocupaba casi toda la pantorrilla y tenía un feo y oscuro color, ya entendía por qué le dolía tanto. Además de eso estaba un poco hinchada.

-¿Te has puesto compresas de gel frías?

-No tengo de esas.

-Yo si tengo, espera aquí – regresó a su departamento y regresó donde Taeil con una de esas compresas de gel que se guardan el refrigerador y sirven para poner sobre una lesión. Quiso entrar pero el mayor le bloqueó el paso.

-Sólo dámela.

-Tú solo no te la podrás poner –hizo a Taeil a un lado y entró.

-¿Qué no te enseñaron en tu casa que no puedes entrar a casas ajenas sin ser invitado? Eso es allanamiento.

-Si eres exagerado – rodó los ojos – Acuéstate boca abajo en el sofá.

Taeil frunció el ceño y lo miró con desconfianza.

-Para poder ponerte la compresa. Rápido si quieres que me vaya ya.

-Bien – hizo una mueca y se tendió boca abajo en el sofá, enseguida sintió la compresa helada sobre su pierna – Mierda, que fría está.

-Eso ayudará a que se te desinflame y que la sangre no se acumule. Déjatelo unos diez o quince minutos.

-Sabes mucho de esto.

-No hay que ser doctor para saber cómo tratar una lesión así tan común.

-Yo no sabía que se podía quitar un morado con frío.

-El frío hace maravillas en esos casos. Me voy.

-Sí, gracias. Luego te devuelvo la compresa – escuchó la puerta cerrarse y miró hacia atrás. No sabía si el otro lo había escuchado.

Taeil se quedó tendido en el sofá por quince minutos que iba checando en el reloj de su teléfono y una vez pasados, se quitó la compresa fría e iba a dejarla en el refrigerador pero el timbre enseguida sonó y pensó que debía de ser Ji Hoon pero se trató de Jaehyo.

-¿Ahora vienes sin avisar? – se hizo a un lado para que Jaehyo pasara y cerró la puerta.

-¿Tengo qué?

-Claro, pude no haber estado.

-¿Y dónde podrías haber ido sin mí?

-Yo tengo más amigos aparte de ti... ¿Pero qué te trae por aquí?

-Sólo vine a visitarte – se sentó en el sofá – Estaba aburrido en casa y vine para pasar aquí un rato con mi mejor amigo – sonrió y miró la pierna de Taeil con curiosidad - ¿Qué tienes en la pierna?

-No es nada – le mostró el morado y Jaehyo abrió los ojos sorprendido – Sólo me caí.

-Y vaya que caída ¿Cómo fue?

-Fue...Me caí de la moto – no quería decirle la verdadera razón porque si no tenía que explicarle a detalle cómo es que terminó en casa de los padres de Ji Hoon y con éste sobre sus hombros.

-Ten cuidado, las motos son peligrosas.

-Sí sí, tendré más cuidado – se sentó al lado de Jaehyo y éste le arrebató la bolsa de gel que aún traía con él y empezó a distraerse con ella, apretándola – Cuidado no la vayas a romper, no es mía.

-¿De quién es?

-Es de Ji Hoon – dijo en voz baja.

-¿De Ji Hoon? ¿Ahora son amigo y se prestan las cosas?

-No somos amigos - bajó la cabeza observando sus manos y comenzó a jugar con estas de manera nerviosa - Él sólo quiso ser amable al saber que tengo ésta lesión.

Jaehyo observaba lo que Taeil hacía con sus manos y su tono de voz inseguro lo hacía comprender que era por causa de comenzar a hablar de Ji Hoon. Sabía que cuando su amigo actuaba de esa manera era porque algo sucedía que lo tenía inquieto o preocupado. Jaehyo posó una mano sobre las del otro para que se detuviera y éste lo miró.

-¿Qué sucede? – preguntó Jaehyo – Hay algo que te tiene nervioso ¿Qué hizo Ji Hoon?

-Él no hizo nada.

-Pero hay algo sobre él que te preocupa. Sabes que puedes contar conmigo, yo te ayudaré en lo que sea.

Taeil suspiró profundo y se acomodó en el sofá, subiendo una pierna en éste para quedar frente a Jaehyo.

-Hace rato, Ji Hoon y yo veníamos del supermercado, casualmente fuimos al mismo tiempo y de regreso tuvimos que subir por las escaleras y como a mí se me dificultó por el dolor de la pierna, Ji Hoon ofreció cargarme en su espalda.

-No aceptaste, por supuesto.

-Sí lo hice pero porque la pierna me duele.

-Ah, y entonces...

-Me sentí extraño al estar sobre su espalda, tan cerca de él. Fue como en los viejos tiempos cuando podía sentir su calor cuando me abrazaba y olía el delicioso perfume que usaba...

-Espera...-lo interrumpió - ¿Te sentiste como en los viejos tiempos? Pero tú ya no sientes nada por él, tú lo olvidaste después de lo mal que se comportó contigo.

-Lo sé y es lo que me inquieta que no sé por qué me sentí así. Ha pasado mucho tiempo desde que terminamos y estuvimos todo ese tiempo sin vernos. No hay razón para sentirme de esa manera.

-Debiste haberlo amado mucho para que después de tantos años aún quede un rastro de ese sentimiento.

-Sí, lo amé mucho pero no se mereció ese amor. Lo que sentí hace un rato no significa nada – suspiró y miró la hora en su teléfono – Ya son las dos ¿Pido algo de comer?

Jaehyo asintió con la cabeza efusivamente, era claro que tenía hambre y sugirió pedir comida china porque tenía tiempo que no la comía y Taeil estuvo de acuerdo.

Jaehyo se quedó con Taeil hasta que oscureció, aprovechando esa tranquila tarde de domingo ya que al día siguiente sería lunes de trabajo. En cuanto el cielo comenzó a nublarse, el chico decidió irse antes de que comenzara a llover porque así no le gustaba conducir. Afuera en el pasillo al salir del departamento y despedirse de su amigo, se topó con Ji Hoon que salía para botar una bolsa en el bajante de la basura; ambos se miraron, Jaehyo con desinterés y el pelirrojo con altanería ya que aún creía que Taeil le había puesto los cuernos con él en el pasado y no le agradaba para nada. Realmente lo que más odiaba de él es que luce como alguien muy inocente, como si no rompería ni un plato pero cree que esa es sólo una falsa imagen de un chico malo rompe relaciones que se escode debajo de esa careta. Al igual que Taeil, Jaehyo sabía lo inútil que sería hacerle entender a Ji Hoon que ellos nunca tuvieron nada y de hecho muchas veces quiso hablar con él para que se retractara y le pidiera disculpas a su amigo pero éste no lo dejó porque sabía que no serviría de nada.

Ninguno de los chicos dijo nada, Jaehyo siguió su camino y luego de desaparecer por la escalera, Ji Hoon le sacó la lengua. Botó la basura y volvió a su departamento, tomó su guitarra y se sentó en el sofá para tocar un poco; aún no era experto con ella pero estaba todavía aprendiendo y mientras más practicara mejor lo haría. Acarició las cuerdas del instrumento, sacando un sonido libre y después llevó su mano izquierda al asta para tocar los acordes. Sólo una melodía se sabía completa y esa era la que siempre terminaba tocando en vez de seguir practicando otras que había dejado a la mitad pero esa le gustaba mucho; era tranquila pero con acordes complejos que ayudaban a la habilidad de sus dedos. De la guitarra llevó su vista hacia la ventana en cuanto escuchó la lluvia que comenzaba a caer y con ese clima y esa melodía que tocaba comenzaba a ponerse melancólico; era una perfecta escena dramática que se había creado en ese momento tan sólo con un fenómeno natural y unas cuantas notas musicales. Se detuvo y suspiró sin apartar los ojos de la ventana, dejó el instrumento a un lado y fue hasta su cuarto cuya pared de fondo separa su apartamento del de Taeil y pegó su oreja buscando escuchar alguna cosa. No podía percibir nada y ni siquiera sabía qué quería escuchar o por qué lo hacía así que dejó de hacerlo y se sorprendió por la repentina luz que iluminó la habitación la cual fue seguida por un fuerte trueno.

-Que feo llueve - comentó Ji Hoon para sí mirando por la ventana y se encogió de hombros por el fuerte sonido del trueno. No les temía pero lo sorprendía cada vez que explotaban.

Pero quien sí les tenía miedo era Taeil, él podía ser muy valiente para la mayoría de las cosas pero desde pequeño le ha temido a los truenos. Él mismo piensa que es estúpido ya que es sólo un fuerte ruido y no hacen daño pero por alguna razón lo inquietaban mucho y siempre se ponía a escuchar música a todo volumen con sus audífonos para bloquearlos. Sin embargo la luz se fue gracias a la fuerte lluvia y su reproductor de música estaba quedándose casi sin batería y no iba a poder cargarlo; estuvo escuchando la música como por unos quince minutos más y en cuanto se apagó, no se quitó los audífonos pero aún se podían seguir escuchando los truenos. Cada vez que veía el relámpago, se tapaba fuertemente los oídos.

En su departamento, Ji Hoon buscaba velas para iluminar la sala y se ayudaba con la poca luz que entraba desde la calle para encontrarlas entre los cajones, las encendió y volvió a sentarse en el sofá tomando su guitarra ya que era lo único que podría hacer mientras esperaba que regresara la electricidad. Tocaba las notas mientras miraba al techo y se detuvo en cuanto sonó un fuerte trueno, pero no fue por eso si no porque se acordó que a Taeil le asustaban mucho. Siempre que estaban juntos y llovía así, Ji Hoon se encargaba de taparle los oídos al mayor y lo abrazaba para que no tuviera miedo. Siempre le había parecido adorable que le temiera a eso porque Taeil es un chico valiente y rudo pero que tenga esa fobia hacía querer al menor protegerlo siempre.

Ji Hoon se preguntaba si aún Taeil les tendría miedo y en caso de que sí ¿Cómo estaría en ese momento?...Se levantó y salió de su apartamento, sólo tenía curiosidad de ver cómo estaba el mayor así que usaría cualquier excusa para tocar a su puerta. Varias veces presionó el timbre y golpeó la puerta pero Taeil no le contestaba.

-¿Taeil? ¿Estás allí? - pegó su oreja de la puerta y volvió a tocar. Se separó en cuanto escuchó la cerradura abrirse - Hola.

-Hola ¿Vienes por la compresa?

-¿Eh? Ah sí, venía por eso....¿No tienes velas? - miró al interior del departamento que estaba a oscuras.

-No tengo, casi nunca se va la luz por lo que no me molesto en comprar.

-Te puedo prestar unas.

-No es necesa...¡Ah! - dio un respingo y cubrió sus oídos al momento en que tronó - ¡Malditos truenos!

-¿Aún les temes?

-¿Qué si sí? Siempre te burlabas por eso, porque era algo tonto ¿Crees que no lo sé?

-Sólo bromeaba contigo, nunca me burlé de eso. Cada quien tiene sus fortalezas y debilidades y eso es normal...¿Por qué no escuchas música? A veces hacías eso.

-Me quedé sin baterías en mi reproductor y no lo puedo cargar - resopló hastiado - Tengo mala suerte pero ya debería de dejar de llover, puedo aguantar. Iré a buscar la compresa.

Taeil volvió adentro intentando no tropezarse con nada en medio de esa oscuridad y logró llegar a la cocina pero allí chocó con una silla que cayó en el piso; el chico pudo mantener el equilibrio para no caer pero se golpeó en la pierna lesionada.

-Taeil ¿Estás bien? - Ji Hoon entró pero no pasó de la puerta.

-Sí - dijo ahogado tratando de aguantar el dolor de su pierna.

-Ya vengo, te traeré unas velas.

Taeil ignoró cualquier cosa que Ji Hoon le dijo, se sobaba con cuidado la pierna hasta que poco a poco se le fue pasando el dolor y llegó hasta la nevera para sacar la compresa. Enseguida escuchó un golpe y un quejido.

-¿Ji Hoon?

-Estoy bien, sólo choqué con la pared - rió.

-¿Y por qué entras como si fuese tu apartamento? Eres bien abusador.

-Aish, y tú bien pesado. Sólo vine a traerte unas velas para que no te andes tropezando con todo a tu paso o te terminarás lastimando todo.

-Sí, ajam ¿Dónde estás? - caminaba con sus brazos extendidos para palpar cualquier cosa que se le pusiera en medio y no chocar. Vio tan sólo la silueta oscura de Ji Hoon y se acercó a él.

-Pudiste por lo menos abrir las cortinas para que entrara algo de luz - él también hacía igual que Taeil y caminaba con cuidado - No te veo.

-Estoy frente a ti.

Ji Hoon avanzó unos pasos más y sus manos alcanzaron a tocar la cabeza de Taeil.

-Oye, oye, deja - Taeil apartó las manos del otro y se acomodó el cabello que le había despeinado - ¿Estás cegato o qué?

-Sabes que mi vista nunca ha sido de lo mejor.

-Pensé que te habías hecho cirugía, como no te he visto con los lentes.

-Tenía lentes de contacto, es obvio. Pero me los había quitado por eso no puedo ver tan bien. Toma las velas y busca donde ponerlas.

El menor sin poder ver por dónde iba, buscaba llegar a la ventana para abrir la gruesa cortina y que entrara aunque sea un poco de luz; se golpeó en la pierna con la mesa de centro del recibo pero pudo llegar y subir la cortina. Aún afuera el agua seguía cayendo con fuerza pero las luces de la calles se colaban tenuemente y eran suficiente para ver por lo menos la silueta de los muebles y saber dónde están. Ya Taeil había logrado encontrar algo donde poner las velas y las encendió; dejó una en una mesita de entrada y la otra en la mesa de la sala donde Ji Hoon estaba sentado en el sofá.

-Ya está - dijo Taeil.

-Bien, entonces me voy – se puso de pie- Ten - le mostró un reproductor de música, Taeil lo miró confuso - Para que escuches música, por los truenos.

-Me llevaste al supermercado en tu auto, me cargaste por las escaleras, me prestaste la compresa, las velas y ahora quieres prestarme tu reproductor de música. Todo eso en un sólo día ¿Por qué? Si la pierna me duele o si los truenos me asustan no debería importarte.

-No sé, sólo intento ser un buen vecino y estoy cumpliendo la tregua, en vez de pelear te ayudo.

-¿Por qué no sólo me ignoras?

Tenía razón, que tuviesen una tregua para comportarse como adultos y no pelear por cosas del pasado no significaba que debían preocuparse el uno del otro o ayudarse, sin embargo Ji Hoon sin pensarlo lo hacía, quizás era sólo una costumbre ya que a él le gusta ayudar a la gente cuando lo necesita pero con Taeil estaba poniendo demasiado esfuerzo y tan sólo en un día...O tan sólo sentía culpa.

-No malinterpretes esto, sólo intento ser amable – dijo Ji Hoon. La luz de un relámpago resplandeció por lo que ya venía un trueno, así que le puso los audífonos a Taeil y reprodujo una canción.

-¿Es de Heart Breakerz?

Ji Hoon asintió en silencio.

-Es muy buena, ustedes de verdad tienen mucho talento.

-¿De verdad lo crees?

-Espera – se quitó un audífono - ¿Qué dijiste?

-¿Qué si de verdad crees que somos buenos? Tenemos años en esto pero nunca ningún productor nos ha contactado para contratarnos.

-Sí, son muy buenos y tienen mucha fuerza. Sabes que aquí lo que más tiene público es el pop, ver bandas de rock o de metal es muy difícil y si las hay no son muy conocidas. Quizás no busquen algo como ustedes pero eso no quiere decir que no tengan talento. La batería es muy poderosa, me encanta, y ese Yu Kwon toca la guitarra genial.

-¿Y yo?

-Tu voz es perfecta para éste género.

-Gracias – sonrió tímidamente y escondió su rostro. Aclaró su garganta – Puedes escuchar las otras si quieres. Ya me voy.

-Quédate – dijo sin pensarlo.

-¿Quieres que me quede? – entrecerró los ojos – Es porque tienes miedo ¿No? ¿Ni siquiera con la música te es suficiente?

-Es sólo porque estaré aburrido por la falta de luz – se sentó en el sofá – Puedo ser un vecino hospitalario también.

Ji Hoon sabía que Taeil quería que se quedara por su miedo a los truenos ya que es indiferente si se queda allí o en su propio departamento, igual no podrían hacer nada por la falta de luz pero Taeil se sentiría más seguro si alguien más se queda a su lado. Por ello Ji Hoon decidió quedarse, fue a su apartamento para apagar las velas y no fuese a ocurrir un incendio y tomó su guitarra para distraerse mientras el mayor estaba perdido en la música. Mientras tocaba, el sonido del instrumento no llegaba a los oídos de Taeil, Ji Hoon de vez en cuando levantaba la mirada para verlo y éste estaba con los ojos cerrados y batiendo levemente la cabeza al ritmo de la música que escuchaba y que parecía disfrutar mucho. El pelirrojo se sintió complacido que le gustara la música de su banda, sabía que lo era porque el volumen estaba bastante alto como para que saliera un poco de sonido a través de los audífonos. Volvió a concentrarse en su guitarra, tocando ahora otra pieza que sabía sólo hasta la mitad y Taeil abrió los ojos en cuanto la canción terminó y miró a Ji Hoon; pausó el reproductor para escuchar lo que tocaba y reía para sí cada vez que se equivocaba pero el otro no le hacía caso.

Sin darse cuenta, Taeil se había quedado mirando fijamente a Ji Hoon, como movía sus largos dedos acariciando las cuerdas tan delicadamente lo cual lo veía tan hipnótico y como parecía que se había metido en su propio mundo porque estaba muy concentrado y ni siquiera levantaba la mirada ni un momento. Escuchaba la melodía con detenimiento aún así Ji Hoon se equivocara y maldijera por lo bajo pero estaba expectante por si podía lograr las notas que intentaba una y otra vez hasta que desistió, suspiró cansado y se pasó una mano por la cara, echando su cabello hacia atrás. Entonces sus miradas se encontraron en medio de la tenue iluminación de las velas.

-¿Qué? – preguntó Ji Hoon.

¿Por qué no podía dejar de mirarlo? ¿Por qué le atraía en ese momento si estaba tan desarreglado tan sólo con una camiseta y unos jeans? ¿Era ese instrumento romántico que tenía apoyado sobre su regazo y la manera tan delicada con que lo tocaba? Ji Hoon quizás no era el chico más apuesto del mundo pero hay algo en él que Taeil vio y lo atrajo la primera vez, no sólo su personalidad sino un aura que desprendía que lo hacía ver tan especial y único. Eso mismo estaba haciendo efectos en el chico en ese momento y estaba tan distraído por ello que no pensaba bien. Se quitó los audífonos y se levantó acercándose hasta donde estaba sentado Ji Hoon; apoyó sus manos sobre la guitarra y se inclinó hacia el pelirrojo quien se echó para atrás.

-¿Q-Qué haces? – dijo Ji Hoon nervioso.

Taeil pasó un nudo por su garganta y su corazón latía con mucha fuerza. Estaba tan cerca de Ji Hoon, consciente de que lo que estaba haciendo era una locura y no sabía por qué lo hacía, su cuerpo actuó solo pero enseguida reaccionó y se alejó.

-Vete – dijo Taeil.

-¿Eh?

-Me iré a acostar, vete –apagó las velas, dejando a Ji Hoon en medio de la oscuridad y se fue directo a su habitación, encerrándose y metiéndose bajo el cubrecama.

Ji Hoon se quedó confundido por lo que acababa de pasar pero eso lo acaloró un poco y se abanicó con la mano. Sí era mejor que ya se fuera, de todas formas la lluvia había disminuido y ya había pasado un rato que no tronaba. Aún era temprano como para acostarse pero Ji Hoon sin más nada que hacer se tendió en su cama boca arriba pensando en lo que Taeil había hecho ¿Qué pretendía? Tenía una idea pero eso no podía ser posible.

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-¿Hola?...En media hora ¿Por?...Iba a ir a almorzar con Kyung pero puedes ir, es en el restaurante que siempre voy cerca del trabajo...Bien, nos vemos – Jaehyo trancó.

Taeil lo había llamado porque necesitaba hablar con él, Jaehyo no se imaginaba de qué se podría tratar pero por su tono de voz pensó que debía de ser algo importante. Media hora después de la llamada, Jaehyo salió a su descanso para almorzar y fue a aquel restaurante cercano a donde casi siempre va debido a la linda empleada que allí trabaja pero que aún no se ha atrevido a invitar a salir. Se adelantó a sentarse en una mesa mientras esperaba a Kyung y a Taeil y unos minutos después sintió como alguien tapaba sus ojos.

-Kyung – se imaginó que debía ser él ya que Taeil no haría eso.

-No – dijo con un canto divertido. Destapó los ojos de Jaehyo y lo rodeó con sus brazos, apoyando su mentón en el hombro.

-¡Ay no puede ser! – exclamó Jaehyo al girar su cabeza y ver que se trataba de Yu Kwon - ¿Qué haces tú aquí?

-Supe que Kyung vendría a verte y me pegué a él.

-¿Por qué? Y quítateme de encima – quitó los brazos de Yu Kwon de alrededor de su cuello y éste se sentó frente a él - ¿Y Kyung?

-Pasó al baño...Oye ¿Y cómo has estado?

-¿Te importa? No somos amigos.

-¿Por qué eres tan antipático conmigo? Yo sólo quiero ser tu amigo porque me caes bien.

-¿Amigo? Sé cuáles son tus intenciones y yo no caeré en eso – negó con su dedo índice – Además a mí me gustan las mujeres, no pierdas el tiempo conmigo.

-No lo estoy perdiendo – sonrió – Yo quizás ahora sea un hombre pero antes era mujer.

Jaehyo arqueó una ceja, incrédulo. Yu Kwon se recostó del espaldar de la silla con sus brazos cruzados y asintió de la cabeza.

-Yo nací mujer, me gustaban los chicos pero no me sentía cómodo en ese cuerpo, por eso cambié y me convertí en un hombre. Tomé unas pocas hormonas para ya no verme tan femenino pero suerte que siempre fui plano, o plana jajaja.

-No te creo. Quizás no te veas tan masculino pero se ve que eres un chico aún con ese delineador en los ojos.

-Me da igual si me crees o no, sólo te cuento algo de mi vida para que me conozcas mejor – miró sus uñas, despreocupado y luego a Jaehyo quién tenía el ceño levemente fruncido seguramente preguntándose si sería verdad o no. Yu Kwon reprimió una risa

Kyung que ya había salido del baño iba hacia la mesa donde sus amigos estaban y se sentó junto a Yu Kwon.

-Hola Jaehyo. Perdona pero él insistió en venir – refiriéndose a Yu Kwon.

-¿Ya qué? – hizo una mueca.

-¿Por qué hay tanta gente aquí?

Todos voltearon al escuchar la voz de Taeil que ya había llegado y se sentó en la silla al lado de Jaehyo.

-¿Por qué Yu Kwon está aquí? Necesito hablar contigo a solas – le dijo Taeil a Jaehyo – Todavía a Kyung lo paso porque es amigo pero Yu Kwon no puede escuchar lo que tengo que hablar.

-Yo quiero saber – Yu Kwon se inclinó sobre la mesa en dirección a Taeil – Por favor, no diré nada, sea lo que sea.

-No, tienes cara de ser chismoso y apuesto a que abrirás tu boca.

-No lo haré – hizo como si pasara un cierre en su boca.

-No sé, no te conozco bien, no sé si pueda confiar en ti.

-Te lo juro – levantó su mano derecha.

-¿Por Dios?

-Sí.

-¿Por tus padres?

-S...Sí – dijo con dificultad y a Jaehyo le extrañó la expresión de incomodidad del chico.

-Bien – Taeil suspiró y comenzó a hablar – Anoche cuando estaba lloviendo, se fue la luz en mi edificio y Ji Hoon me prestó unas velas porque yo no tenía, también me prestó su reproductor de música porque el mío estaba descargado y como le temo a los truenos, siempre escucho música para ignorarlos. Yo le dije que se quedara en mi departamento porque con compañía me sentiría más seguro, él llevó su guitarra para distraerse y en un momento que lo vi yo...Me sentí extraño.

-¿Extraño cómo? – preguntó Jaehyo.

-Yo...-rascó su cabeza – Me sentí un tanto atraído y...Quise besarlo– su expresión cambió a una lamentosa.

-Estás loco – le dijo Jaehyo.

-¡Lo sé! – se apoyó de la mesa con sus codos y cubrió su cara – No sé por qué pasó eso, a mi ya no me gusta él – se destapó la cara – Lo juro.

Taeil miraba a Jaehyo y Kyung en busca de alguna respuesta, de que alguno de los dos le dijera algo que lo tranquilizara y le hiciera entender por qué se sintió así con Ji Hoon. Ninguno de los dos no dijo nada pero Yu Kwon que se había quedado pensativo, habló.

-Quizás sólo tengas ganas reprimidas – dijo Yu Kwon. Taeil arqueó una ceja – Tal vez ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuviste o besaste a alguien y como todo ser humano, tienes necesidades. Si estaban a oscuras, con sólo unas velas encendidas y Ji Hoon con una guitarra en la mano, eso creo un ambiente que hizo que te atrajera pero no quiere decir que te gusta o sientes algo por él. Yo me he sentido atraído por muchos chicos cuando voy a algún club, pasamos una noche juntos para liberar esas ganas que tenemos y luego cada quien se va por su camino; que haya estado con él no quiere decir que sienta algo por él. Eso es lo que tienes, sólo debes dejar de reprimirte.

-¿Qué rayos estás diciendo? No le des consejos raros a mi amigo – le reclamó Jaehyo.

-Espera, quiero saber cuál es su punto – lo calló Taeil.

-Mi punto es sencillo, acuéstate con Ji Hoon y verás que después te sentirás más relajado.

-¿¡Qué!? – exclamó Taeil –Jamás haría eso y menos con mi ex novio. Yo no soy como tú que se acuesta con el primero que ve, eso es algo serio que se debe hacer con tu pareja.

-Sí que eres anticuado, es el siglo veintiuno, la gente es libre de hacer lo que quiera y no necesita compromisos...Y para tu información, yo no me acuesto con cualquiera, yo soy decente y me cuido – miró a Jaehyo y asintió con la cabeza, el alto rodó los ojos y volvió su atención a Taeil.

-Taeil, no vayas a seguir los consejos de éste tonto. Que te hayas sentido así seguramente no quiere decir nada, sólo te confundiste, nada más – Jaehyo intentó de tranquilizar a su amigo pero éste pensaba que Yu Kwon podía tener razón sobre el por qué se sintió así, no de lo que tenía que hacer.

En la tienda de discos que estaba cerrada por una hora debido al descanso del almuerzo, se encontraban Ji Hoon y Ji Ho en la parte trasera de la misma comiendo ramen instantáneo; el mayor de los dos le vertía el agua caliente al envase y revolvía los tallarines para que se ablandaran, se sentó al lado del pelirrojo en el pequeño sofá y llevó una porción a su boca, soplándola antes pero no lo hizo lo suficiente y se quemó la lengua. Esperando a que se le pasara el malestar, miró a Ji Hoon que tenía el pote del ramen en la mano más no lo comía y en vez de eso lucía pensativo, con la mirada fija al frente. Ji Ho entonces posó su dedo índice sobre los labios del otro, siendo esa una costumbre que tiene y logró captar su atención haciendo que saliera de su distracción.

-¿Qué piensas? – preguntó Ji Ho.

-Nada en particular – sonrió y revolvió su ramen, llevándose un poco a la boca - ¡Agh! Está muy caliente.

-Yo ya me quemé la lengua, ten cuidado –sopló su envase, empujando el humo que salía de éste y miró a Ji Hoon de reojo que ya estaba comiendo. Se mordió el labio levemente, estaba tan cerca pero a la vez tan lejos de él y aún no podía decirle de sus sentimientos.

Justo la noche anterior cuando llovía, Ji Ho en casa junto con su hermano se encontraban jugando videojuegos, el menor le contaba lo que Ji Hoon había hecho para poder estar en el concierto y en la reunión de sus padres al mismo tiempo y ya que hablaban de él, Ji Seok sacó el tema de cuando le confesaría que le gustaba. Ya habían sido varios años que Ji Ho se había guardado todo eso y el único que lo sabía era su hermano en quien confiaba más y por ende éste tenía que calarse siempre que el otro le estuviera hablando de Ji Hoon, de lo que hacía y lo que dejaba de hacer y ya parecía chica de secundaria enamorada. Ji Seok un montón de veces le aconsejó a Ji Ho que era mejor que ya le confesara sus sentimientos al otro, así se sentiría más aliviado y sabría si valía la pena seguir gustando de él o no en el caso de que lo rechazara diciéndole que sólo lo ve como un amigo. Esa noche lluviosa volvió a decirle lo mismo y Ji Ho se preguntaba si debía acabar de confesársele o no, a veces lo practicaba solo en su cuarto y se sentía confiado pero cuando llegaba frente a Ji Hoon, se acobardaba.

-Hyung...-Ji Hoon lo llamó.

-¿Sí?

-¿Puedo probar de tu ramen? El tuyo es diferente.

-Sí – le pasó el envase para que tomara con sus palillos pero Ji Hoon abrió la boca – No te lo daré.

-Malo – hizo un puchero, fingiendo molestia y le dio un golpecito en el hombro a Ji Ho.

-Ay, está bien – con sus palillos tomó un poco de ramen, lo sopló y se lo pasó a Ji Hoon quien lo tomó y sonrió mientras lo masticaba.

-Mmm, está rico, picante. Prueba el mío – tomó un poco y se lo dio a Ji Ho en la boca quien dudó un poco en tomarlo pero luego lo hizo.

-¿Qué están haciendo ustedes dos ahí? – Entró el dueño de la tienda al cuarto - ¿Dándose comida en la boca?

Los dos lo miraron y Ji Ho con unos fideos colgando de su boca, los sorbió.

-Terminen rápido que ya abriré de nuevo la tienda – dijo el jefe y se retiró.

Los chicos terminaron de almorzar y luego volvieron al frente del local para tomar sus puestos de nuevo. Yu Kwon después de comer con Kyung, Taeil y Jaehyo fue directo a la disco tienda y buscó a Ji Hoon que vio de pie al lado de un estante de discos de vinyl lo cuales organizaba.

-Hola Ji Hoon.

-Hola Yu Kwon – sonrió complacido por verlo - ¿Qué te trae por aquí, necesitas algo?

-No, de hecho sólo vine a verte a ti.

-¿A mí? – dejó lo que hacía - ¿Tienes algo que decirme?

-Quizás – dijo insinuante.

-Ya, si tienes algo que decir no pierdas el tiempo y habla.

-De acuerdo pero no le vayas a decir a nadie que te hable sobre esto.

Ji Hoon asintió en silencio.

-Supe lo que pasó anoche – dijo Yu Kwon.

-¿Qué pasó anoche?

-Hoy Kyung fue a almorzar con Taeil y Jaehyo y yo me anoté y Taeil contó lo que sucedió anoche mientras llovía.

Ji Hoon abrió los ojos de par en par porque ya sabía a lo que se refería.

-¿Q-Qué dijo?

-Dijo que estaban en su apartamento, tan sólo iluminado por velas y que tú tenías una guitarra por lo que él se sintió atraído a ti.

-¿Dijo eso?

-Ajam y también dijo que tuvo ganas de besarte y está confundido por eso. Yo le dije que tal vez necesitaba satisfacer sus necesidades por lo que no te extrañes que un día de estos se te lance encima – rió ligeramente.

-No, eso no puede ser verdad – respondió alarmado -Yo ya no le agrado y si lo que dices es cierto, Taeil nunca haría algo como eso al menos que sea con su pareja.

-Eso es lo que él dijo pero quién sabe si un día no aguante, toqué la puerta de tu departamento y...-hizo ademán de saltarle a Ji Hoon y éste retrocedió sorprendido – Te brinque como un animal desesperado – sonrió tranquilo.

-¿Quién le va a brincar a quién? – Ji Ho se acercó y miró a Yu Kwon.

-Nadie, es algo entre Ji Hoon y yo, no es de tu incumbencia – le explicó Yu Kwon y Ji Ho lo jaló de la oreja - ¡Ay! ¿Qué haces? Ten más respeto que soy mayor que tú.

-Pues no parece, sigues siendo muy inmaduro – lo soltó – Todo por lo que has pasado y no has aprendido.

-Cierra la boca – se enserió. Lo que Ji Ho le dijo lo ofendió.

-Lo siento – Ji Ho se sintió culpable por haber tocado ese punto que sabía que a Yu Kwon le afectaba –Está bien, no me digan nada – se alejó de ellos.

-Yu Kwon ¿De qué hablaba Ji Ho? Tenemos pocos años conociéndonos y realmente no sé mucho de tu pasado.

-No hay nada que tengas que saber. Me voy ya, suerte con Taeil – le dio unas palmadas en el hombro y se fue.

Vio como Yu Kwon se iba, preguntándose que ocultaba pero eso no era importante ahora si no lo que le había dicho sobre Taeil. Estaba sorprendido ¿Por qué Taeil se sentiría atraído por él después de tantos años? En ambos hay rencor y todo lo que tuvieron alguna vez había desaparecido. No era posible que el mayor sintiera algo por Ji Hoon aunque estuvieran en una habitación oscura iluminada por velas.

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