Capítulo 4

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-También cambia el bombillo del baño – le dijo Taeil a Jaehyo quien lo juzgó con la mirada – ¿Qué?

-Me hiciste venir hasta acá en mi tiempo libre, diciendo que tenías una emergencia y sólo para hacer esto. No vas a estar llamándome cada vez que necesites cambiar un bombillo.

-Es que yo no alcanzo, son desventajas de ser bajito – hizo una mueca de lamento.

-Pues móntate en una silla ¿O por qué no le dices a tu vecino? Él es bien alto también.

-Si quisiste hacer un chiste no me dio nada de gracia. Ni loco llamaré a Ji Hoon – hizo un mohín y se cruzó de brazos.

-¿Pasó algo entre ustedes? Últimamente te noto muy molesto y estresado.

-¿Y por qué crees que es por causa de ese idiota? Mi vida no gira en torno a él – salió del cuarto y se lanzó en el sofá.

Le molestó demasiado lo que Ji Hoon le dijo la otra vez en el ascensor, aunque debería ignorarlo, no podía dejarlo pasar y también estaba molesto con él mismo por haber llorado por eso cuando ya no lo ama como hacía en el pasado; algunas cosas que le dicen a veces le entran por un oído y le salen por el otro o les responde con sus cuatro palabras merecidas y luego lo olvida pero Ji Hoon se había pasado de la raya, Taeil quería hacerle daño para descargar su rabia. Si dijo que no lo odiaba, ahora se retractaba y el menor le dio razones para hacerlo al hacer ver como si todo el tiempo en el pasado vivieron en una mentira, y al parecer así lo fue, ahora Taeil lo veía bien. Ji Hoon decía amarlo pero dudó del amor del otro y desconfió, si hubiese sido real no tendría esos pensamientos.

-Ya cambié el bombillo – dijo Jaehyo saliendo del baño – Mejor voy yéndome ya que pronto tendré que entrar de nuevo al trabajo, nos vemos.

-Sí, gracias – lo acompañó a la puerta pero antes de irse Jaehyo se giró hacia su amigo.

-Oye Taeil ¿No deberías estar trabajando?

-Iba a ir en un instante.

-Que seas el hijo de los dueños del restaurante no quiere decir que puedes llegar a la hora que te dé la gana, ellos te dejaron en claro que te tratarán como un empleado más.

-Por un día no se molestarán pero mejor aprovecho la cola ya – tomó su chaqueta y se fue con Jaehyo para que lo acercara al restaurante.

En el vestíbulo después de salir del ascensor, Ji Hoon venía entrando al edificio con una bolsa de la tienda de conveniencia en su mano, él y Taeil cruzaron miradas pero enseguida se ignoraron y siguieron su camino. Para hacer enojar más al pelirrojo, el mayor rodeó el brazo de Jaehyo mientras lo guiaba hasta la salida; el otro por supuesto se percató aunque hizo como si no los viera y en cuanto salieron, levantó su puño con un ademán de golpearlo. Aún le restregaba en la cara el motivo de sus cuernos, o los que él creía que le había puesto con Jaehyo quien estaba entre esos dos y era totalmente inocente. Ji Hoon se preguntaba si aún seguían siendo novios, se la pasan juntos de arriba para abajo por lo que si ya no lo son no deberían ser amigos puesto a que eso es muy improbable a pesar de haber terminado en buenos términos.

-Tienen que seguir juntos esos dos, definitivamente – hizo un mohín y casi se cae al momento en que las puertas del ascensor donde estaba recostado se abrieron.

Ji Hoon llegó a su apartamento para cambiarse de ropa y después ir a su primer día de trabajo en la tienda de discos que consiguió gracias a Ji Ho. Abrió una de las gavetas de su cómoda para sacar una camiseta con un diseño de una famosa banda de rock, se dejó sus mismos jeans rasgados y se puso por encima su chaqueta de cuero negra; se peinó el cabello de lado, echándose gelatina para no salir despeinado y abrió el cajón de su mesa de noche para tomar las llaves de su auto y vio las cartas de sus admiradoras que aún tenía pendiente para leer. El escribir la canción lo había distraído mucho y no tuvo chance de leerlas por lo que pensó que sería una falta de respeto con las chicas si las dejaba por más tiempo allí guardadas. Eran sólo cuatro y las sacó, se sentó en su cama y leyó la primera; no eran muy largas por lo que no le tomó mucho tiempo pero esas palabras de aliento allí escritas eran suficientes para subirle los ánimos. Ese apoyo que sus admiradores les dan, aunque sean pocos de ellos, lo motiva a seguir adelante y mejorar cada día más, gracias a ellos se da cuenta que escogió el camino correcto al seguir su sueño como músico.

Heart BreakerzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora