Los días habían pasado volando y justo ese día sería el mundial de Quidditch en el que los mortífagos atacarían y donde su amiga se encontraría.
Se había despertado temprano por ese motivo.
Fue a la cocina por su desayuno y le pareció extraño no ver a Severus siendo él tan madrugador.
No se había tomado la molestia de recorrer el piso superior en todo el tiempo que llevaba viviendo con Snape y moría de curiosidad por ver qué había ahí.
Subió lentamente los escalones hasta llegar a un pasadizo con tres puertas. Una de ellas debía ser la habitación de Severus, pero no tenía ni idea de cuáles serían las otras.
Se aventuró a abrir una y se encontró con un armario el cual tenía un baúl con las iniciales "S.S". Estaba más que claro que ese había sido el que Severus había utilizado cuando fue a Hogwarts.
Cuando estuvo próxima a tocarlo, escuchó un carraspeo detrás suyo y se giró de inmediato.
Severus estaba parado delante de ella con una ceja alzada y una media sonrisa.
- ¿Nunca te han dicho que la curiosidad mató al gato?
- El gato murió sabiendo, entonces. ¿Dónde estabas?
- En mi oficina.
Vio una puerta abierta y asumió que esa era.
- ¿Qué estabas haciendo aquí?
- Me había despertado y me sorprendió no verte. Luego me entró la curiosidad y subí para ver dónde estabas. ¿Vendrás a desayunar?
- Ahora iré. Me demoraré un poco. Tú puedes ir comiendo.
- Bien. No tardes mucho.
Bajó las escaleras y se fue a la cocina.
Kips estaba haciéndoles el desayuno a ambos, pero cuando ella entró lo interrumpió.
- Necesito que me ayudes con algo, pero debes hacerlo rápido ¿si?
- Por supuesto, amita. Kips la ayudará.
- Ten este sobre.- dijo sacando una carta de su bolsillo.- Debes ir a casa de Nicola MointClaire, traerla y dejar esto sobre su cama. Llévala a mi cuarto y dile que esté en silencio.
- Como la amita desee.- y de un PLOP desapareció.
Sabía que Nicola la mataría por "secuestrarla" pero le daba igual.
Tomó un plato con tocino y huevos revueltos y se fue a su habitación. Nicola y Kips aparecieron después de treinta segundos.
- ¡¿Pero qué mierda?! ¿Qué carajos hago aquí?
- "Hola, Bianca. ¿Cómo has estado, mia caro amica?" Bien, Neecks. No sabes cuánto te extrañé.
- Bianca, hoy es el partido de Quidditch. Iba a acompañar a mi padre. Lo sabías. Pensará que me sucedió algo.
- Lo sé, tienes razón. Te devolveré...
- Grazzie.
- Al final de los mundiales.
- ¡Bianca! Si mi padre no me encuentra se volverá loco.
- Despreocúpate. Mi elfo dejó una carta donde me hago responsable de tu desaparición. Lo entenderá. Y tranquila. Te alimentaré.
- ¿Y por qué me trajiste?
- ¿Qué no puedo extrañar a mi amiga?
- ¿Qué hiciste?
- ¿Por qué supones que yo hice algo?
La voz de Severus se escuchó y Neecks abrió los ojos asombrada.
- ¡¿Esta es la casa de Snape?!
- Cállate y quédate aquí.
Se levantó de la cama y salió de la habitación.
Severus la miraba extrañado. La había escuchado hablar con alguien y era más que obvio que la interrogaría.
- ¿Había alguien en la habitación?
- Nadie.
- ¿Yo soy nadie?- preguntó Neecks saliendo de la habitación.
- ¡Bastarda desleal! Te dije que te quedaras aden...
- ¿Qué hace MointClaire en mi casa?
- ¿Qué hago en la casa de Snape?
- ¡Bianca!- dijeron al unísono.
Se dejó caer sobre un sillón y los hizo sentarse.
- Bien... Hace un mes, o más o menos, me enteré que iban a organizar un ataque mortífago en los mundiales y por eso traje a Neecks.
- ¡Pero mi padre estará en los mundiales! ¡Me hubieras avisado para planear su funeral!
- ¿Por qué no me lo dijiste?- dijo Severus.
- Porque podrías haberle dicho a Albus, él avisaría al ministerio y ellos me preguntarían cómo lo sé. Me pedirían detalles... y Draco me odiaría.
- ¿Por qué Draco te odiaría?
- Se llevarían a su jodido padre.- dijo mirando a Severus.- Lucius Malfoy es mortífago y se lo llevarían, Draco me perseguiría y llevaría todo el curso detrás de mi para asesinarme.
- Okay... ¿Pero qué haré aquí mientras tanto en casa de Snape?
- Mientras no me molestes, yo estaré bien.- dijo él.
Bianca se llevó a Neecks a su habitación y se sentó en la cama mientras la azabache veía todo con un gesto inexpresivo.
- Así que... Aquí vive Snape.- dijo después.- Lindo, pero pequeño. Completamente diferente a lo que creía.
- ¿Qué esperabas? ¿Antorchas?
- Si, esperaba antorchas.- se rió.- Así que volviste con Snape. Ni una carta en todo este tiempo, me traes aquí y... Oh, sorpresa. Volviste con el anciano.
- Es imposible no reconciliarme con él puesto que ahora vivo en su casa. Creeme. Si los hechos de la captura de Lestrange no hubieran pasado aún seguiría peleada con él y tampoco estarías aquí conmigo.
- Está bien, pero ¿qué hacemos aquí? ¿Tienes algo que podamos hacer?
- No. Ya terminé todas las tareas que nos dejaron. ¿Y tú?
- Sólo una bolsa llena de galeones pero dudo que nos sirva de algo.
Bianca se levantó de la cama y le quitó la bolsa.
- Nos servirá.
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Después de rogarle por media hora a Severus, por fin lograron usar sus polvos flu para irse a Hogsmeade.
Ambas habían acordado utilizar los galeones en bromas para las idiotas de Weasley, Matsuoka, Degregorie y Parkinson pues ese curso no se salvarían.
Fueron hasta Zonko y gastaron su dinero en Bombas Fétidas. Tenedores Muerde Lenguas, Tostadas Electrizantes (que dejarían "accidentalmente" en las cocinas), Shampoo Teñidor y Dentífrico Picante para después irse con sonrisas burlonas a las Tres Escobas por unas cervezas de mantequilla.
- Y... ¿Has hablado con Neville últimamente?- preguntó Neecks.
- No. Planeaba mandarle una carta a él y a su abuela para saludarlos. ¿Por qué preguntas?
- Por nada. Sólo curiosidad. ¿Qué tal es vivir con Snape?
- Tranquilo. Sinceramente, es mucho mejor que dormir en un calabozo. Además de que no tengo que quedarme encerrada sin hacer nada.
- Bueno, si te sientes bien ahí, genial. Aunque creo que sería mejor que vinieras a mi casa. Así no tendrás olor a murciélago cuando tengamos que ir de nuevo a Hogwarts.
Bianca prefirió no responderle y se dignó a seguir tomando su cerveza.
En los últimos días había estado pensando en Hogwarts. En cómo conseguiría lo que necesitaba para ese año.
Le molestaba enormemente el tener que pedirle a Severus que la ayudase porque era suficiente con sentirse una carga para él, aunque ya lo era alojándose en su casa.
- Debo asumir que ya se encargaron de tus materiales para este año ¿correcto?
- Sí. ¿Tú aún no?
- No.
- Debes pedirle a Snape. Por algo son pareja ¿no? Te puede ayudar.
- Sabes que me jode ser una carga para él.
- Ya lo eres quedándote en su casa. No sé para qué te preocupas.
- Neecks, a veces eres tan... Adorable.
- Lo sé.
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Neecks y Bianca regresaron al anochecer recibiendo una reprimenda de Snape por regresar deshora y ambas fueron mandadas a dormir a la habitación de Bianca.
Apenas la almohada tocó su rostro, Nicola quedó dormida, pero a Bianca le dificultaba el conciliar el sueño. Se levantó con cuidado de no despertar a Nicola y se fue a la cocina donde Severus estaba.
- No te has dormido como te dije.- afirmó.
- Creo que eso es más que obvio.- dijo con burla mientras se servía un vaso de leche.- No puedo dormir.
- ¿Y para hacerlo te sirves un vaso de leche?
Ella rió y se encogió de hombros.
- Me gusta la leche, en especial con vainilla.
- Ya veo.
Se sentó a su lado y le sacó el libro que tenía de las manos.
- ¿Tú también?- preguntó.
- ¿A qué te refieres?
- Neecks me regaló el libro en navidad. Para ser muggle es bueno.
- Por el hecho de que algo sea muggle no significa que no sea bueno.- dijo él, sorprendiéndola.
- Si piensas así, ¿qué hacías entre los seguidores de mi padre? ¿No detestabas a los muggles?
- Sólo a uno, pero no quiero hablar de eso por ahora. Por cierto, en tu ausencia fui por tus materiales.
- ¡¿Qué?! ¡Pero no te lo pedí!
- Sabía que no lo harías y por eso lo hice.
- Es que no quería que lo hicieras.- dijo ella, llevándose las manos al rostro.
- ¿Por qué se te hace tan difícil pedirme tus materiales?
- Porque ya es suficiente con quedarme en tu casa para seguir cargándote con esto.
- Tranquilízate. Bianca, no me molesta el tenerte aquí en mi casa y tampoco me molesta conseguir tus materiales. Si lo hago es porque necesitas ayuda y porque te amo. ¿Está bien? No dudes en pedirme que te ayude en algo como tus estudios o que te ayude a proteger a MointClaire aunque no la tolere. Quiero que sepas que estaré para ti cuando lo necesites. ¿Entendiste?
- Entiendo.- sonrió.
Severus la tomó de la cintura y la atrajo hacia sí para besarla.
Los labios de Bianca siempre le sabían exquisitos y ese día no fue la excepción. Delicados. Siempre iguales a los pétalos de una rosa. No habría quien no se perdiera entre ellos. La pelirroja ya no tenía ninguna duda de por qué lo amaba. En Severus tenía un príncipe: atento, caballeroso, y aunque no muy apuesto a vista de otros tenía encantos que la atrapaban. Si bien la había lastimado una vez, sabía que no pasaría de nuevo pues confiaba en el amor que él decía tenerle.
Al finalizar el beso, se miraron a los ojos y se sonrieron. Quién los viera no dudaría de su amor en ningún instante.
Esa noche fue la primera en la que ambos durmieron con tranquilidad.
ESPEREN! Antes de que me maten debo hacer algo. *se inyecta insulina* Ah, listo.
Bien, sé que me demoré un poco... Nah, mucho tiempo en actualizar pero es que he estado con poca inspiración últimamente.
Estoy comenzando con el siguiente capítulo y trataré de subirlo rápido ¿Okay?
Bueno, yo me voy a dormir. Por cierto, gracias por hacer caso al aviso de la vez pasada ¿eh? *sarcasmo* -_-
#TuJodidaPesadilla