Lindas Apariencias |Muke Clem...

By yourdevotioncalum

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Detrás de una sonrisa se esconden muchas cosas. Bajo la ropa se esconden muchas marcas. ¿Has escuchado eso d... More

✿Introducción
✿Capítulo 1.
✿Capítulo 2.
✿Capítulo 3.
Adelanto.
✿Capítulo 4.
✿Capítulo 5.
✿Capítulo 6.
✿Capítulo 7.
✿Capítulo 8.
✿Capítulo 9.
✿Capítulo 10.
✿Capítulo 11.
✿Capítulo 12.
✿Capítulo 13.
✿Capítulo 14.
✿Capítulo 15.
✿Capítulo 16.
✿Capítulo 16 (SEGUNDA PARTE).
Nota de mierda jdhdj
✿Capítulo 17.
✿Capítulo 18.
✿Capítulo 19.
✿Capítulo 20.
✿Adelanto cap.21 y 22✿
✿Capítulo 21.
✿Capítulo 22.
✿Capítulo 23.
✿Capítulo 24.
✿Capítulo 25.
✿✿✿
✿Capítulo 26.
✿Capítulo 27.
✿Capítulo 28.
✿Capítulo 29.
✿Capítulo 30.
✿Capítulo 31.
✿Capítulo 32.
✿Capítulo 33.
✿Capítulo 34.
✿Capítulo 35.
✿Nota aburrida e IMPORTANTE.
✿Capítulo 36.
✿Capítulo 37.
Preguntas.
✿Capítulo 38.
✿Adelanto capítulo 39.
Importante
✿Capítulo 39.
✿Capítulo 40.
✿Capítulo 41.
✿Capítulo 43 (Final).
✿Epílogo.
Agradecimientos.

✿Capítulo 42.

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By yourdevotioncalum

Luke de dio la vuelta y se quejó cuando su frente chocó con algo. Una caja. Esa estúpida caja.

En esa caja habían fotos, cartas y recuerdos de Michael, de el tiempo que pasó con él y las cartas que recibió durante tres meses, ya pasaron dos años y nunca más llegó una carta de Michael.

Los últimos años, el rubio se dedicó a sus estudios, después de la última carta de Michael, no pudo mantener una relación, a todos los comparaba con el teñido y las cosas que hacían juntos. Era imposible olvidar a la persona que lo ayudó, curó su corazón y él tanto amó.

—¡Luke! —gritaron unos niños entrando a su habitación.

—¡Lukey, vamos!

Sintió un peso en su cuerpo y sonrió. Para sus hermanos era costumbre despertarlo así los fines de semana.

—Ya, Aaron —rió el rubio—. Estoy despierto.

—¡Llegaremos tarde! —gritó uno de los gemelos.

—Aris, no grites en mi oído.

—Luke, dijiste mal nuestros nombre —murmuró el castaño riendo.

—No es mi culpa que sean completamente iguales y sus nombres sean casi iguales, niños.

—Pero nuestros ojos no son iguales —dijo Aaron acercando su rostro al de su hermano mayor, tanto que golpeó su cabeza con el rubio.

Finalmente Luke fue al baño, el pequeño rubio había cambiado mucho en el último tiempo. Ya no era pequeño, creció unos centimetros y él todas las noches pensaba en como sería estar al lado de Michael ¿el reñido seguiria llamandolo "pequeño"? Dejó crecer su cabello, sus hombros estaban más anchos y había recuperado peso, por fin se podía sentir contento de su cuerpo, por fin estaba feliz de ser quien era. Pero algo faltaba.

Miró su reflejo, sus ojos estaban vacíos. Necesitaban conectarse el verde de Michael, lo necesita tanto.

—Buenos días, Luke —saludó Brenda, su madrastra.

—Hola —sonrió—. ¿Donde está papá?

—Arreglando unas cosas en la oficina, ya viene.

Luke quería mucho a Brenda y ella a él. No era su madre, pero lo parecía más que Liz, tres años viviendo juntos y ella se preocupó más de Luke que Liz. Luke por fin sabía lo que era el cariño de una madre, y vivir en familia, el amor familiar.

—¡Mamá! —gritó Aris corriendo por la cocina—. ¿Ya le diremos a Luke?

—¿Qué cosa? —cuestionó el rubio.

—Nada, cariño —respondió Brenda sonriendo nerviosa—. El desayuno está listo.

Luke asintió algo desconfiado. De todos modos iba a saber que era eso que le tenían que decir, no se escondían nada en esa familia.

El rubio miró su celular y se dio cuenta de lo tarde que iba. Terminó su desayunó y tomó sus cosas para subir a su auto y salir directo a su trabajo. Lo que más amaba después del teñido, sí.

No terminó el primer año de psicología, porque simplemente no le gustó, en cambio descubrió que le gustaba enseñarle a los niños así que estudió párvulo, y trabaja en una jardín infantil con niños de 4 a 6 años, tiene su propio curso y adora a los niños que están con él, y los niños lo adoran a él.

—Buenos días —sonrió el rubio abriendo la puerta del aula.

Las madres dejaron a sus hijos al cuidado de Luke y las puertas del recinto se cerraron.

Los niños estaban concentrados en sus dibujos, se estaba acercando el día de la madre así que estaban todos emocionados por hacer un regalo lindo para sus madres. Luke nunca hizo un dibujo para Liz, pero ver a todos los niños felices por hacerlos de cierto modo lo llenaba de felicidad y sastisfacción al ver que sus niños tenían a una madre que los ama.

—Maestro Lukey —murmuró una pequeña hacia él.

—¿Qué pasa Gina?

—Hice esto para ti —le tendió una hoja—. Mi hermano me ayudó a recortar.

—Gracias —sonrió—. Es muy lindo.

Ella sonrió y se marchó para terminar su dibujo.

Luke se sentía demasiado feliz en su trabajo, tenía una linda familia pero faltaba él para que su felicidad esté completa.

✿✿✿

Pasó el lápiz de carboncillo delicadamente por el papel. Llevaba horas dibujando, el dibujo tenía que estar perfecto si quería verlo en una galería de arte.

—Mikey —llamó su hermano a la puerta.

—George —murmuró concentrado.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Debes esperar un poco, pequeño. Solo dame unos minutos y te escucho.

El pequeño rubio asintió y se sentó viendo a su hermano mayor dibujar tan concentrado. George era un niño muy observador, se fijaba en cada detalle de las personas y lo que vio en su hermano fue la dedicación que tiene con su arte, pero le llamaba mucho la atención que sus dibujos eran siempre de un chico. Tenía otros dibujos y pinturas, obviamente. Pero había un cuaderno con miles de dibujos de ese chico desconocido.

Minutos después, Michael terminó los últimos detalles de su dibujo, sonrió satisfecho y miró a su hermano sañalando el lienzo.

—¿Te gusta?

—Sí —asintió—. Está muy bonito, Mikey.

—Gracias —sonrió y comenzó a guardar sus lapices—. ¿Qué querías decirme?

El mayor se sentó junto a su hermano y lo miró atento, esperando una palabra de parte del pequeño.

—¿Por qué siempre dibujas lo mismo? Tus dibujos son siempre del mismo chico, Mike.

Michael sonrió y se estiró hacia atrás en el colchon, invitando a su hermano también.

—Te contaré una historia, George.

El nombrado abrió los ojos asombrado y se levantó, quedando sentado frente a Michael. Al pequeño niño le gusta mirar a las personas cuando hablan, le gusta ver las muecas que hacen, así que buscó una forma comoda de ver a su hermano narrar la historia que él tanto había esperado.

—Hace unos años yo tenía un novio —comenzó Michael—. Era un chico dulce y lindo, pero lastimado y solo. Vivia en la casa de lado.

—¿La casa embrujada? —preguntó George asustado.

La casa donde vivia Luke quedó completamente vacia después de que la tía de Luke falleció, nadie supo nada de Jospeh, ni de los demás integrantes de esa familia.

—Sí, pero antes no era así, tranquilo. Bien, yo estaba enamorado de ese chico y él de mi, vivimos juntos por un tiempo, compartiamos muchas cosas lindas hasta que él un día se marchó.

—¿Por qué lo hizo si te amaba? —preguntó ladeando la cabeza confundido.

—Por lo mismo, George. Él me amaba y yo a él, pero estábamos mal ambos, nos estábamos haciendo daño y no sabíamos como salir adelante porque fuerzas ya no teníamos. Él se fue lejos y yo me quedé, claro. A lo que voy es que él es mi inspiración, y no le he visto en tanto tiempo que temo algún día olvidar su rostro, olvidar como era completamente. Así que por eso lo dibujo, para no olvidar.

El invierno estaba llegando a Sydney, aunque no se nota mucho. Michael caminó hasta la escuela, donde enseñaba artes. Era un excelente profesor de artes, y muchas estudiantes se le insinúan demasiadas veces, pero en el corazón de Michael solo había espacio para el chico de sus dibujos.

Entró a la sala de artes, donde pasaba toda la tarde y comenzó a arreglar los materiales que usaría con sus alumnos. Quienes eran de los 14 a los 17 años. No era fácil tratar con adolescentes pero él estaba tratando de entenderlos, por ser el más joven era quien mejor se llevaba con los estudiantes, pero sus cambios de humor y las faltas de respeto era lo que entendía ¿él era así cuando tenía esa edad?

Si bien ahora es mayor de edad, no ha cambiado en mucho, solo que ahora toma las cosas en serio realmente, aunque con Calum y Ashton sigue siendo un Michael de 17 años. Esos chicos decidieron intentar algo y funcionó, y Michael está feliz por ellos. Aunque al principio Ashton no le caía bien, aprendió a soportarlo y ahora es un amigo muy cercano.

—Hola —saludó una chica entrando al salón.

Michael levantó la cabeza y se encontró con una mujer mayor

—Buenos días.

—Eres Michael Clifford ¿no?

—Sí, eh, soy yo.

—Mi nombre es Heather y soy jueza para el concurso de los dibujos que serán expuestos la proxima semana en la galería del centro.

Michael asintió, escuchando atento.

—Estoy aquí para dartle la noticia personalmente, tu dibujo quedó clasificado sacando 18 puntos de 20. Eso significa que tu pintura será expuesta, tendrás un lugar en nuestra galería durante un mes y si haces otro dibujo como ese, o mejor, lo publicaremos de forma permanente ¿que dices?

—Primero, gracias por calificar tan bien mi dibujo y selecionarlo. Y claro que acepto, esto es genial, muchas gracias.

La noticia llegó a los oídos de los alumnos y profesores, todos lo felicitaban en los pasillos y eso hacía sentir a Michael orgulloso de él mismo. Se sentía bien.

Entró a la sala de profesores cuando el recreo comenzó y enseguida ganó las miradas de todos ahí. Algunas felicitaciones y fue hasta su casillero.

—Felicidades, Mike.

Se dio la vuelta y se encontró con Regina, profesora de matemáticas.

—Gracias —sonrió se dio la vuelta para seguir ordenando sus cosas.

—¿Quieres salir hoy?

Sorprendido se dio la vuelta y negó.

—Tengo planes con mi padre y hermano, tal vez otro día.

La castaña asintió y se dio la vuelta.

Michael no quería una relación, todavía no. No se sentía lo suficientemente preparado para estar en una relación porque cierto chico de ojos azules estaba todo el día en sus pensamientos. Y hace unos meses salió con una profesora y no resultó bien.

Él estaba esperando por Luke, porque sabía que algún día iba a volver por él.

✿✿✿

Sus piernas temblaban, mordió su labio inferior y arregló su cabello por tercera vez en los últimos diez segundos. Estaba nervioso obviamente.

—Luke, ya vamos —lo llamó Brenda.

—Sí, sí...ya voy.

Tomó su maleta y puso un pie afuera del aeropuerto. Estaba en Sydney después de casi cuatro años. Había vuelto al lugar donde nació, creció, donde lo maltrataron y donde se enamoró. Estaba de vuelta y eso lo ponía nervioso, pero también tenía ganas de buscar a Michael y besarlo hasta que sus labios sangren.

Pidió una transferencia de escuela, así que en una semana comenzaba con las clases. En una escuela con almunos de 4 a 17 años. Pero él usaría solo las aulas de kinder, así que no tenía que estar con los mayores.

—¡¿Cómo es nuestra casa, papá?!

Aris parecía más emocionado por estar en otro país, Aaron estaba más relajado, lo contario a Luke, quien era un nudo de nervios, miedo y emoción.

—Les va a encantar, chicos. Tiene piscina.

—¡Genial! —gritó Aaron corriendo.

Los gemelos tenían un pequeño problema y es que son hiperactivos y hablan demasiado fuerte. Luke recordaba muy bien las calles, sabía exactamente donde quedaba la casa de Michael y departamento donde habían estado juntos y el departamento de Ashton, aunque no sabía si sigue viviendo ahí.

—¿Podemos dar un paseo? —preguntó Aris cuando subieron al auto.

—Luke los llevará mientras papá y yo ordenamos, chicos —les dijo Brenda—. ¿Puedes hacerlo, Luke?

—Claro que sí —sonrió.

Estaba asustado, se podía encontrar con Michael o con cualquier otra persona.

Salió de la casa con sus hermanos, realmente las calles habían cambiado un poco, más edificios, casa y areas de juego. Estaba todo muy lindo.

Caminaron por el centro de la ciudad, tomaron un helado y comieron algodón de azucar en el parque. Pequeñas gotas de agua comenzaron a caer y los gemelos corrieron emocionados por el parque, en Londres no los dejaban salir a correr en la lluvia, por eso estaban aprovechando de hacerlo ahí, sin que su madre les grite que entren a la casa.

La noche caía sobre la cuidad y comenzaron a caminar para tomar el bus de vuelta a su nueva casa.

Vio mucha gente en un locar del centro. Era una galería de arte, pasó mirando por ahí y se quedó parado frente al cristal, viendo a toda la gente que hacía un semi circulo frente a un chico que estaba de espaldas. Miró la obra de arte y sus ojos se abrieron a más no poder. Era un dibujo de él. Bajó la vista hacía el muchacho y este se dio la vuelta, mirando a toda la genre presente...¡Era Michael!

—Luke ¿ya vamos? —uno de sus hemanos tiró de su brazo llamando su atención.

El rubio asintió y se fue a su nuevo hogar con una sonrisa. Michael no se había olvidado de él. Su chico no lo había olvidado.

– – –

Hola buenos días/tarde/noches, este es el penultimo capítulo de la fic jeje el siguiente es el final y luego subo el epílogo. No me odien.

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❝Que quede muy claro; mi cuarto, mis reglas.❞ Copyright © 2016 osnapitzanie