✿Capítulo 22.

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Aviso: este capítulo contiene algunas cosas fuertes, tu sabes si lo lees o no, no me hago responsable ah.

– – – –

Estacioné afuera de la casa de Luke y salté la reja, Calum me estaba viendo si había alguien en el jardín. El auto del hermano de Joseph no estaba, así que supongo que solo estaba su tía.

Subí a la habitación de Luke y no estaba en su cama, pero podía ver la luz del baño encendida. Mierda, tal vez llegué tarde. Tardamos porque nos habían amarrado cadenas a las ruedas y tuvimos que romperlas con la ayuda de Adam, quien tardó mucho, ya iban a ser las cuatro de la mañana.

Abrí la puerta del baño. No esperaba ver a Luke así.

Estaba sentado al lado del inodoro, sollozaba y sus ojos miraban un punto fijo en el techo. En el baño había olor a marihuana y vomito, era muy desagradable la verdad.

Me acerqueé a él y vi una mancha morada en su pomulo y una herida en el labio, lagrimas y ojos rojos adornaban su bello rostro. Sus piernas pálidas estaban llenas de moretones oscuros, sus brazos tenían marcas y cortes nuevos se podían ver. Su falda celeste estaba rota y su suéter igual.

Me arodillé a su lado y sus ojos vacios se encontraron con los míos.

—Sacame de aquí —susurró—. Llevame lejos.

Su cuerpo se sacudió y comenzó a sollozar violentamente. Lo atrapé en mis brazos y el atrapó mi camiseta en sus puños, gritó contra mi pecho, podía sentir las sacudidas violentas que daba su cuerpo y los sollozos me perforaban los oídos.

Sentí mi rostro mojado y me di cuenta de que estaba llorando. Las lagrimas comenzaron a caer con más intensidad y pronto me encontraba sollozando con él en piso del baño.

—Vamonos —susurré—. ¿Donde quieres que te lleve, bebé? —dije suavemente.

—Donde no me hagan daño.

Cinco simples palabras fueron suficientes para comenzar a llorar con él de nuevo.

Me levanté con él, mis piernas estaban debiles y las de Luke más aun.

—Cuéntame que ha pasado —dije lento, tratando de no sonar alterado.

—Joseph —respondió—. Él y uno de sus amigos.

—¿Que te hicieron?

Estaba tratando de contenerme, lo juro.

—Me querian drogar, me obligaron a ponerme la falda y–

Su voz se quebró y se quedó callado. Sus ojos se estaban llenando de lagrimas otra vez y sus labios temblaban.

—Me obligaron, Mike —sollozó—. Son unos asquerosos hijos de puta ¡Soy un asco! Estoy sucio, tengo sus manos sobre mi y e–él me–

Miró su sueter y me di cuenta.

—Luke...

Lagrimas silenciosas resbalaron por mis mejillas y mis labios comenzaron a temblar. Tenía manchas blancas, en el cuello y el pecho, su falda estaba manchada también. Miré sus labios y las mismas manchas blancas estaban en sus babrilla ¿saben a lo que me refiero o no?

—¿Te obligaron a...? —dejé la palabra en el aire, no me atrevia a decirlo.

—Al principio —tomó aire—. Se masturbaron frente a mi y se corrieron en mi...

Cerré los ojos y tomé unas respiración profunda, abrí la boca y un sollozo se escapó de mis labios. 

¿Por qué hay personas tan hijas de puta? No entiendo con que fin hacen daño.

Lindas Apariencias |Muke Clemmings|Where stories live. Discover now