Forte Oscurità [Hemmings] |Ed...

By Hemmingscrew

1.5M 67.1K 9.6K

Se arrojó desde lo más alto del London Eye porque sentía que no podía más con su vida. Al despertar, una enfe... More

Forte Oscurità [Hemmings]
1.
2.
<<Continuazione>>
<<Tre>>
<<Quattro>>
<<Continuazione>>
<<Cinque>>
<<Sei>>
<<Continuazione>>
<<Sette>>
<<Otto>>
<<Nove>>
<<Dieci>>
<<Continuazione>>
<<Undici>>
<<Continuazione>>
Estadísticas en STRONG
<<Dodici>>
Extra
<<Continuazione>>
<<Tredici>>
Respondo...
<<Quattordici>>
Respondo...
<<Quindici>>
<<Sedici>>
<<Diciassette>>
<<Continuazione>>
<<Diciotto>>
<<Diciannove>>
<<Continuazione>>
<<Venti>>
<<Ventuno>>
<<Ventidue>>
<<Ventitré>>
<<Ventiquattro>>
<<Venticinque>>
Celebraciones
<<Ventisei>>
EXTRA
EXTRA
<<Ventisette>>
<<Ventotto>>
Novedades
Ventinove
<<Trentuno>>

Trenta

3.7K 237 80
By Hemmingscrew


Capítulo 30

6 de noviembre de 2015

Ensayo sobre Realidades Conectadas, basada en el trabajo de Pierre Reverdy.

Materia: Filosofía y Letras.

Alumna: Riley Leonardi.

Sistema de Preparatoria Abierta de Sydney.

Veintinueve. Veintinueve palabras escritas según el contador. El insignificante número se sentía como una burla. El monitor parpadeaba tal como lo hacían las luces en mi cerebro antes de quedarse completamente en blanco. Había leído el texto al menos unas tres veces ya y aunque captaba de cierta manera el contenido, seguía teniendo una especie de bloqueo para poder expresarlo en mi tarea. Había tres bases esenciales en cuanto a lo que el escritor había planteado en uno de sus escritos:

-La imagen es una creación pura del espíritu.

-La imagen no puede nacer de una comparación, sino del acercamiento de dos realidades más o menos lejanas.

Me mordí el labio leyendo las dos primeras oraciones repetidamente. Finalmente antes de poder llegar a la tercera cerré con un sonoro golpe la laptop que descansaba sobre mis piernas, apoyé mi cabeza contra la pared y miré el techo. Dejé salir un resoplido estresado.

-Ese ensayo no se va a terminar solo ¿Sabes eso?

Dijo una voz calmada y de cierta manera teñida con burla. Bajé la vista y observé a Ashton; ambos estábamos en el suelo de su habitación pero en extremos diferentes. Yo cerca de la puerta con las piernas extendidas y él en el muro contrario desparramado sobre un puff muy cerca de la ventana que dejaba entrar la luz del sol a raudales.

-No pero sería estupendo si me ayudaras a escribirlo.-repliqué.

El lugar se había convertido en el favorito de Ashton para tirarse y hacer cualquier cosa; desde juguetear con su teléfono, escuchar música o llevar a la práctica su hobby recién adquirido. Levantó la vista del libro que tenía entre las manos y me miró por unos segundos antes de volver a concentrarse en la lectura; estaba usando unos anteojos de pasta gruesa, la luz que entraba por la ventana convertía su cabello en un halo luminoso.

-Podría ayudarte pero entonces ¿Dónde queda tu responsabilidad? –respondió pasando de hoja. Sí, a últimas fechas el chico había comenzado a interesarse por la lectura y para todos en esa casa había sido un alivio no tenerlo saltando de un lado a otro todo el tiempo. A mí aun me sorprendía el hecho de que aprendiera a controlar su hiperactividad pero del mismo modo que podía estar quieto leyendo... En un segundo podía ponerse eufórico y cantar al tope de sus pulmones trepado a la barra de la cocina.

Pero al menos tenía razón en algo; había dejado los días correr y una cantidad monstruosa de tareas se había acumulado. La bandeja de pendientes en mi modulo en línea estaba a reventar. No llevaba avances y pronto tendría que entregar un portafolio de actividades, asistir a clases presenciales por dos semanas y luego los exámenes ¿Cómo había pasado tan rápido el tiempo?

-¿Qué estás leyendo? –pregunté en cambio genuinamente interesada. Habíamos estado en apacible silencio por al menos hora y media. Ashton se veía tan abstraído por el libro que sostenía cuidadosamente, me hacía preguntarme cuáles serían sus géneros favoritos. Con qué soñaba despierto entre hojas y mundos infinitos. Tal vez en algún universo paralelo era un guerrero de mil batallas, un héroe romántico, algún detective que vivía aventuras increíbles o un pequeño pez nadando por todo el mar viendo toda clase de belleza escondida bajo varias leguas marinas. Yo amaba eso de los libros, la posibilidad de soñarte a ti como el protagonista, toda esa magia que se podía crear con el don adecuado y las palabras acomodadas de la forma más bonita.

-Cuentos.-respondió sin más.

-¿Qué clase de cuentos? –insistí deseando escuchar más que respuestas cortas. Admiraba que lograra desconectarse del mundo. Pero estaba resultando muy difícil hacerlo regresar.

Lo escuché suspirar y me lanzó una mirada divertida pese a que logré captar un atisbo de irritación que ocultó rápidamente. Se aclaró la garganta de forma exagerada para después empezar a leer en voz alta y pausada.

-Si ustedes continúan tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las astutas precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba mientras yo cumplía con mi trabajo en silencio pero con rapidez. Ante todo descuarticé el cadáver. Y le corté cabeza, brazos y piernas.

-Adorable.-musité unos segundos más tarde-. Lo que yo leería a cualquier niño antes de irse a dormir.

-No todos los cuentos están destinados a ser sobre princesas y dragones, Riley. Y Poe no es precisamente un escritor para niños.-explicó y el tono de su voz me hizo verlo. Realmente verlo.

Lucía diferente, cansado se podría decir. Del mismo modo que alguien lo estaría después de llenarse la cabeza por horas con pensamientos no deseados. Por primera vez noté la fuerza con la que sostenía la tapa gruesa del libro; como las puntas de sus dedos estaban casi blancas y como sus ojos parecían exhaustos tras sus gafas. No había rastro de su adorable sonrisa, este día el sol no lo seguía.

-¿Qué está mal? –pregunté. Dudaba si acercarme era o no la mejor opción. El ambiente suave y tranquilo que habíamos creado de repente ya no estaba. Empeoraba gradualmente como la cuerda de una guitarra floja al irse tensando lentamente.

-Nada.-respondió rápidamente y refugió su vista en el libro.

Había aprendido por experiencia propia que las personas no siempre querían hablar de sus problemas, yo misma tenía cosas difíciles de escupir pero también conocía la sensación de ahogo al retener tantas palabras, al no contar con alguien más que te escuchara y aminorara la presión en el pecho y Ashton... Ashton que siempre trataba de ayudar a otros parecía en estos momentos necesitar precisamente que alguien le ayudara.

-Ashton... -dije con un tono de advertencia en la voz, estaba repentinamente ansiosa.

-¿Podrías por favor irte? –pidió sonando aún más cansado y angustiado. No había rudeza o malicia en su voz, solo la tesitura de alguien que desea estar solo con todas sus fuerzas.

Los hombros se me vinieron abajo en cuanto me puse de pie y dejé su laptop cerrada encima de su cama, le eché otro vistazo antes de salir y observé como se llevaba las manos a la cara antes de suspirar sonoramente. Por más que intentara, no lograría sacarle que le pasaba. El chico era terco como una mula. Me quedé a medio pasillo pensando en todo y nada a la vez, se me ocurrió que podría regresar e insistir, que podría incluso sacarlo de la casa pero si quería y necesitaba estar solo esa era la mejor ayuda que yo podía brindarle hasta que quisiera hablar sobre ello.

Llegué a mi habitación que bien parecía una zona de guerra entre el bote de basura y las hojas esparcidas por todos lados, tomé un bolso y eché dentro un par de cuadernos, un libro y algunas plumas para escribir. No lograría concentrarme en la casa con Irwin a un par de puertas y realmente necesitaba terminar toda mi tarea, podría pasar a tomar café negro extra cargado en algún lugar del centro y avanzar más con mis ensayos. Podría traerle un jugo orgánico a Ashton de regreso, tenía que salir antes de que los muros empezaran a agobiarme.

Tomé un autobús y caminé un par de calles antes de llegar a un bonito lugar que vendía toda clase de bebidas y que tenía pocos clientes. Era dada a distraerme con las personas, a dejar que los ojos se me fueran inspeccionándolas, tratando de adivinar quiénes eran y cómo habían ido a para a los lugares donde las veía.

Al sentarme ya con mi café en mano sentí mi teléfono celular vibrar en la parte delantera de mis jeans.

''Te extraño...''

Sonreí a medias al leer el breve mensaje. Era Luke por supuesto. Desde aquel día en las películas no lo había visto de nuevo pero habíamos hablado por mensajes. Nuestra relación no estaba definida, yo no sabía que éramos y no me iba a detener a preguntarle porque tal vez no estaba lista para ponerme alguna etiqueta. Seguía esperando que algo saliera mal (porque al final siempre se estropeaba algo) por eso sentía que no estaba mal si movía a un lado poco a poco el muro que me imponía cuando se trataba de él. Sorpresivamente me había sentido bien o al menos no tan extraña y el ardor de mis heridas dolía menos. Mi cabeza se iba y nadaba en aguas que no quería explorar pero el tener cosas que hacer me distraía de pensar a fondo en lo que pasaba dentro de mí.

Poco a poco el lugar fue llenándose de gente, después de dar una hojeada a mí alrededor. Parecían turistas acalorados y alegres que entraban parloteando uno tras otro al local. Pero la multitud había empezado a ser demasiado para mí y mi concentración. Pronto en mis oídos se juntó el sonido de risotadas, de la caja registradora al abrirse y cerrarse, de la campanilla encima de la puerta que repiqueteaba cuando alguien más entraba; el ruido de vasos chocando, de celulares timbrando con mensajes de texto. Lo escuchaba todo y no podía soportarlo Tomé mis cuadernos al mismo tiempo que pasaba la correa de mi bolso por encima de mi cabeza y salí de la cafetería antes de que me sintiera completamente asfixiada por los demás. Me molestaba sentirme rodeada de tantas personas, el pulso empezaba a correrme a mil por hora y sentía de alguna manera que no estaba segura allí donde el espacio vital se redujera a cero. El ruido se convirtió en un suave murmullo de autos en cuanto me mezclé entre las personas que caminaban por la acera. Había comenzado a sentirme nerviosa sin razón, cosquillas repugnantes me recorrían el estómago. Era una horrible sensación de presentimiento; donde sabías que algo iba a pasar pero que la incertidumbre te mantenía zumbando, volteé varias veces de un lado a otro pero todos seguían con sus vidas sin notar que yo los miraba. Unos pasos más adelante el aliento quedó atascado en mi garganta en cuanto lo vi a unos cuantos metros de distancia. Estaba de perfil pero aun así yo reconocería ese cabello rubio que se oscurecía progresivamente hasta las raíces. Los otros transeúntes parecían no notarlo, porque pasaban a su lado sin siquiera lanzar un comentario de que estaba estorbando para pasar. Al detenerme hice que las personas detrás de mí chocaran contra mi espalda. Pero no me importaba, todo en mi interior estaba revolucionándose después de haber estado las aguas en calma. Ladeó el rostro y el frío que sentía en mi interior se volvió escarcha en cuanto sus ojos; ojos tan claros y nítidos se posaron en mi figura a medio desmayar y enseguida se dio la vuelta por completo empezando a caminar.

Alejándose.

Nuevamente.

El hecho de verle, aunque no tuviera explicación lógica me provocó querer llorar pero al mismo tiempo alcanzarlo para decirle que no se fuera nunca. Podía ver su cuerpo andando, caminando ágilmente con los hombros medio encorvados y las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones. Tenía la impresión de que desaparecería en cualquier instante.

-¡Espera!

Grité y un par de chicos se detuvieron para lanzarme miradas extrañas. Empecé a mover mis pies más rápido, a trotar y apartar con manotazos y empujones a quienes estaban estorbando. Un zumbido atroz me tapó ambos oídos, ya no escuchaba nada más que mi respiración errática.

Y finalmente mi ansiedad se convirtió en histeria pura. Dejé caer mis cuadernos y comencé a correr porque de repente ya no podía ubicarlo.

-¡Niall! ¡Espérame! ¡No te vayas! -grité en mi carrera, alterada y con las lágrimas amenazando en el borde de mis ojos. No supe si mi grito fue lo suficientemente fuerte pero algunas cabezas volteando y preguntándose que ocurría cuando pasaba como flecha entre ellas me indicaron que tenía una buena audiencia de mi locura.

Doblé la esquina y me lancé a correr más rápido y lo vi de nuevo: caminando sin prisa por la acera contraria. Crucé la calle sin ver y me gané la protesta de varios autos.

-¡Oye! -grité nuevamente esperando detenerlo. Vi como miró por encima de su hombro sin dejar de caminar-. ¡NIALL DETENTE!

Dio una vuelta más en el espacio desnudo entre dos tiendas y arrojé todo mi cuerpo en esa dirección. Pero al entrar en el estrecho callejón... No había nadie. Solo un par de contenedores de basura y luego un muro de concreto de más de seis metros de altura.

No podía respirar con facilidad, estaba asfixiándome.

-¡¿NIALL?! -llamé a medio grito y medio sollozo-. ¡¿NIALL?! ¿DÓNDE ESTÁS?

Caminé de un lado a otro sin encontrarlo. Me dolía todo por dentro y no era un dolor que fuera fácil de explicar, porque no había manera humanamente posible de describirlo. Le di una patada al basurero y luego a puño cerrado golpeé la pared más próxima a mí antes de dejarme caer de rodillas, aun respirando a grandes bocanadas.

-No puedes hacerme esto.-susurré y luego comencé a gritarle a la nada, a ese inequívoco fantasma de su recuerdo o invento de mi propia mente-. ¡NIALL HORAN NO TIENES DERECHO DE HACERME ESTO! ¡NIALL! ¡NIALL, POR FAVOR APARECE! –grité y grité hasta que la garganta me ardió-. Por favor... Déjame verte.-susurré al final bajito y con lágrimas mezcladas.

Miré mis manos polvosas y lastimadas por golpear el muro. Podía jurarle a quien fuera que incluso el aire olía como él. La cabeza iba a estallarme.

Finalmente el zumbido en mis oídos se hizo atronador y al tratar de levantarme perdí el equilibrio de mi propio cuerpo.

La última base sobre el trabajo de Pierre Reverdy en la que basaba mi ensayo me apareció en la mente y tuvo un siniestro significado.

-Cuanto más lejanas y justas sean las dos realidades, más fuerte será la imagen, más fuerza emotiva y más realidad poética tendrá.

[Nota de una mala escritora]

Ni siquiera sé si debería auto llamarme a mí misma de ese modo. Ni cinco planillas en Word y alrededor de 2300 palabras que invertí en el capítulo anterior son suficientes para compensarlas por todo el tiempo que pasé sin actualizar. Sé que muchas lectoras se fueron, que eliminaron la historia de sus bibliotecas y no las culpo, una se cansa de esperar capítulos por meses. Aun así me gustaría decirles que en estos días he leído todos sus comentarios ¡TODAS Y TODOS USTEDES SON DE LO MÁS BONITO QUE ME HA PASADO! Recordé cuando recién comencé a escribir STRONG y como en menos de un mes ustedes me subieron a más de 50,000 leídas y en menos de ocho meses logramos rebasar el millón de lecturas.

Me di cuenta que muchas chicas se identifican con la historia, con algunos pensamientos y situaciones que vive Riley y no saben cómo me gustaría atravesar la pantalla y darles un abrazo inmenso a cada una de ustedes. Si bien la depresión, ansiedad y desórdenes alimenticios pudieran no manifestarse con fuerza en la novela como algunas esperarían, están presentes en momentos claves y muchas de las narraciones que se hacen respecto a estos problemas se han escrito en base a la vida real. No es fácil vivir con una enfermedad mental porque no sabes cuando las cosas van a ponerse feas y me molestan como no tienen idea algunos comentarios que citan ''Eso no es para tanto'' ''Nadie puede estar tan mal, es solo cuestión de actitud'' también recibí algunos mensajes privados donde me pedían que dejara de escribir porque solo incitaba a las lectoras a creerse depresivas y hacer estupideces. Solo diré una cosa: SI TE MOLESTA ESTE TIPO DE TEMAS, NO LOS LEAS, NO COMENTES. PUNTO. Apoyo la libertad de expresión pero para opinar hay que saberse conocedor aunque sea con bases de lo que estás hablando.

Regresando a lo principal... Muchas gracias por su tiempo, constancia y cariño aunque yo me desaparezca por meses. Como muchas saben, estoy ya en la Universidad; voy a completar mi tercer semestre ahí y las cosas se ponen pesadas y no me da tiempo de escribir, de pensar, de estructurar un capítulo siguiente y debido a eso me esfumo. Sin embargo tengo algunos proyectos en mente y muchos planes (ya va siendo hora de que ponga en orden todas las cosas en mi vida, de que eche a andar las cosas que quiero hacer) he pensado en hacer un curso online de escritura creativa para ustedes por ejemplo, de abrir un canal en YouTube (porque me pica el gusanito de pararme frente a una cámara) y de no quedarme con las ganas de hacer lo que yo quiera.

Y creo que eso es todo. Como sé que hay lectoras nuevas y algunas otras que han comentado a lo largo de los capítulos me gustaría saber ¿De dónde son? ¿Qué edad tienen? ¿Qué opinan respecto a la novela (PUEDEN HABLAR CON HONESTIDAD)?

Y si les interesaría el curso de Escritura Creativa (estaría padre) podrían añadirlo a su comentario que espero sea largo porque amo los comentarios largos.

Tengo Instagram: @ceciamur

Tengo Twitter: @namelessces

Tengo snapchat que no sé usar así que ese se los dejo luego.

Ces xx. 

COMENTA QUE TE PARECIÓ EL CAPITULO.

Las quiero.

Continue Reading

You'll Also Like

322K 51.6K 26
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
71.9K 2.1K 25
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
254K 25.3K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
770K 92.1K 118
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...