La hija del Señor Tenebroso (...

By Venusssenscorpio_

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El señor tenebroso tuvo una hija. Ella fue criada por la mortífaga más fiel entre sus filas, Bellatrix Lestra... More

Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo Once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo Catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
After all this time- Always
Capítulo dieciocho
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidos
Capítulo veintitrés.
Capítulo veinticuatro.
Capítulo veinticinco.
Capítulo veintiséis.
Capítulo veintisiete.
Título
Capítulo veintiocho

Capítulo diecinueve

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By Venusssenscorpio_

Después de su último examen, los alumnos salieron del salón de Estudios Muggles pero al demorarse en recoger sus cosas, la profesora aprovechó para hablar con la pequeña Ryddle.

- ¿Puedo hablar contigo, Bianca?

- Claro, de todos modos, ya lo está haciendo.- dijo lo último entre dientes pero Burbage lo escuchó perfectamente aunque lo ignoró.

- Bueno, solo quería decirte que entre Severus y yo no hubo ni habrá nada, así que puedes estar tranquila.

Bianca soltó una risa.- ¿Y por qué me habría de importar eso?

- Sé perfectamente que los dos ya comenzaron una relación y solo quería aclarártelo para que no quisieras matarme.

La menor bajó la mirada algo apenada y sonrojada.

- ¿Tanto se notaba?

- Mm... Sí, mucho.- dijo con una cálida sonrisa.

- De acuerdo. Lo... siento.

- No hay problema.

Terminó de guardar sus cosas e iba a poner un pie fuera de la sala pero la escuchó llamarla de nuevo.

- Sí, ah... Solo quería decirte también que cuides a Severus. Merece ser feliz y quiero ver contento a mi amigo.

- Claro. Lo haré feliz.- sonrió nerviosa y se retiró del aula dejando a Charity satisfecha.

Bianca le dio el alcance a Nicola y al llegar a la sala común se fueron directo a su habitación a dormir hasta la cena o, por lo menos, fue lo que hizo Bianca porque Nicola se quedó en su cama leyendo libros muggles como estaba acostumbrada antes de los exámenes.

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- Severus Snape, no escaparás de mí.

- Hola, señorita Ryddle ¿qué la trae por aquí?- dijo sarcástico.

- Vete a joder a otra persona pero a mí no ¿Cuándo Burbage y tú se dieron cuenta de que yo pensaba que había algo entre los dos?

- Bianca, eras demasiado obvia. No es muy difícil darse cuenta de tu dulce mirada asesina. La pobre Char estaba asustada de que la fueras a lanzar al lago negro para que se ahogara o que la lanzaras de la torre de astronomía.

- Sí... No me des ideas y tampoco la llames "Char" si la quieres seguir viendo con vida.

Severus la atrajo hacia sí y posó sus labios en los de la pelirroja. Lentamente los labios de ella se fueron abriendo y la lengua del pelinegro se coló. La menor sintió como toda la sangre subía a sus mejillas mientras intentaba mover su lengua. Las sensaciones que ambos sentían eran increíbles.

Ambos se separaron con la respiración algo agitada y verla ruborizada era encantador. Le daba un aire inocente y tierno.

- ¿Qué piensas?- le dijo mientras pasaba sus manos por su cabello. Neecks se había equivocado, no era grasoso.

- ¿Qué fue lo que te gustó de mí?

- ¿Quieres saber?- preguntó y este asintió.- Bien... Tu manera de ser cuando estamos solos, también podría decir que el miedo que generas a otros, tus ojos, tu boca, tu nariz, tu cabello... todo tú. Lo que conozco de ti.- hizo una pausa y luego gritó riendo.- ¡Merlín! Me has vuelto cursi.

Severus se río también.

- Debes irte a tu sala común. Ya es tarde y debo hacer algo importante.

- Está bien. Te veo mañana.

Salió de las mazmorras para irse hacia la salida cuidando que nadie la atrapara, pero al ver tres cabezas ya conocidas, se escondió detrás de los arbustos.

Ronald Weasley estaba tendido en el suelo con Hermione y Harry cerca del Sauce Boxeador mientras un enorme perro negro de ojos claros se acercaba a ellos y claramente sabía que ese animal no era nada menos que su idiota favorito, Sirius Black, al que mataría cuando tuviera la oportunidad.

El pelirrojo terminó siendo arrastrado por el perro hacia un hueco que había entre las raíces del Sauce Boxeador hasta que su cuerpo desapareció por él.

Observó entre divertida y preocupada como intentaban acercarse al árbol y este los golpeó. Le lanzó un hechizo para inmovilizarlo y esperó a que estos pasaran para hacerlo también.

Cuando ellos se encontraban en la misma habitación que el animago, Bianca se quedó apoyada en la pared del pasadizo esperando a que algo se saliera de control hasta que escuchó como Harry gritaba <<¡ÉL MATÓ A MIS PADRES!>> para después escuchar como algo caía sobre el suelo.

Inmediatamente entró a la habitación y vio como Harry estaba encima de Black. Intentó apartarlo de él pero solo recibió un empujón por parte del ojiverde que la dejó adolorida en el piso. Lo siguiente fue que le gritara a Hermione y a Ron que se apartaran mientras que con su varita le apuntaba a Sirius directamente al corazón.

- ¿Vas a matarme, Harry?- preguntó.

- Usted mató a mis padres.

- Si lo dejaras hablar comprenderías todo.- dijo Bianca aún en el suelo.

- Tú cierra la boca, Ryddle. Comprendo más de lo que creen. Nunca lo oyeron. Nunca oyeron a mi madre impidiendo que Voldemort me matara... Y usted entregó a mis padres en bandeja.

Harry estaba furioso y con la varita en alto, decidido a acabar con Black y tal vez ¿por qué no? con Bianca de paso.

En el piso de abajo se escuchaban unos pasos amortiguados.

- ¡ESTAMOS AQUÍ ARRIBA! ¡SIRIUS BLACK! ¡DENSE PRISA!

Lupin apareció y para sorpresa de Bianca, desarmó a Potter.

Sirius lo veía sin ninguna expresión en su rostro.

- ¿Dónde está, Sirius?

El mencionado levantó la mano señalando a Weasley.

- Pero entonces... ¿Por qué no se ha manifestado antes? A menos que fuera él quien... a menos que transmutaras... sin decírmelo.

Remus cogió a Sirius de la mano para levantarlo y lo abrazó. Bianca veía la escena enternecida. Se volvían a encontrar.

- ¡NO LO PUEDO CREER!- gritó Granger, lo que ocasionó que Lupin soltara a Sirius.

Bianca resopló molesta. Sus dos personas favoritas se reencontraban y la estúpida sabelotodo lo arruinaba.

- Usted... Usted...

- Hermione...

- ¡... Usted y él!

- Tranquilízate, Granger.- dijo Bianca.

- Yo confié en usted y en realidad era amigo de él.

- Estás en un error. No he sido amigo suyo durante estos doce años, pero ahora sí... Déjame que se los explique.

- ¡NO! Harry no te fíes de él. Ha ayudado a Black a entrar en el castillo. También él quiere matarte ¡Es un hombre lobo!

Bianca, que se había levantado del suelo tras el hermoso encuentro de Lupin y Black, se acercó a Hermione y la golpeó de una cachetada en la cara para que se tranquilizara. Todos en la habitación, incluyendo a los adultos, miraban a Ryddle inmóviles.

- ¡DÉJATE DE IDIOTECES Y ESCUCHA! ¡Lupin no ha estado con Black en todo este tiempo porque la que ha sido amiga de él desde que empezó el curso he sido yo y en ningún momento él se ha aparecido por aquí! ¡ASÍ QUE LE BAJAS A TUS ACUSACIONES ESTÚPIDAS DE UNA VEZ!

- Lo que dicen ambas es verdad.- dijo Remus.- No negaré que soy un hombre lobo pero lo que dijo Bianca de que no he sido su amigo en este tiempo también es cierto.

Ron intentó levantarse de nuevo pero cayó al suelo. Remus se le acercó preocupado pero exclamó:

- ¡Aléjate de mí, licántropo!

El pobre paró en seco. El dolor se veía en su rostro y se dirigió a Granger que aún se sobaba la cara. Bianca se dio cuenta que se le había pasado la mano al ver su mejilla roja.

- ¿Cuánto hace que lo sabes?

- Siglos.- contestó Hermione.- Desde que hice el trabajo para el profesor Snape.

- ¿Y desde cuando tú conoces a Sirius?- le preguntó a Bianca.

- Dos semanas después comenzadas las clases. Nos hicimos amigos y después...

- ¿"Después" qué?

- Nada. Es un asunto del cual hablaré después con él. Algo entre él y yo que debíamos terminar.

- No me digas que Quejicus...

- Sip. Además de que lo tuyo va a funcionar después de lo que acabo de ver.

Ahora si ya nadie entendía de lo que hablaban y volvieron a lo mismo.

- ¿Entonces es usted un hombre lobo?- preguntó Ron y Lupin asintió.- ¿Y Dumbledore lo contrató sin saberlo?

- Él ya lo sabía, también los profesores. Le costó convencer a ciertos que yo era de fiar.

- ¡Y ESTABA EN UN ERROR! ¡A ESTADO AYUDÁNDOLOS TODO ESTE TIEMPO!

- ¡Pero qué terco es tu ahijado!.- le dijo Bianca a Sirius aburrida de Potter.

- Si no lo estaba ayudando ¿cómo sabía usted que se encontraban aquí?

- Por el mapa.

- ¿El mapa del merodeador?

- Sí. Estaba examinándolo.

- ¿Sabe utilizarlo?

- Por supuesto. Yo colaboré en su elaboración. Yo soy Lunático... Es el apodo que me dieron tu padre y Sirius. Tuve la idea de que irían a ver a Hagrid antes de que el hipogrifo fuera ejecutado y tuve razón. Los vi cruzar los terrenos del colegio y entrar a la cabaña de Hagrid. Veinte minutos más tarde dejaron la cabaña de Hagrid y volvieron hacia el castillo. Pero en aquella ocasión los acompañaba alguien.

- ¿Qué dice?.- interrumpió Harry.- Nada de eso. No nos acompañaba nadie.

- No podía creer lo que veía. Creía que el mapa estaba estropeado. Y entonces vi otro punto que se les acercaba rápidamente, con la inscripción <<Sirius Black>> Vi que chocaba con ustedes, vi que arrastraba a dos de ustedes hasta el interior del Sauce Boxeador.

- ¡A uno de nosotros!- dijo Weasley enfadado.

- No, Ron. A dos ¿Me dejas echarle un vistazo a la rata?

- ¿Qué tiene que ver Scabbers en todo esto?

- Mucho, Ronald. Déjale a Lupin que la vea.- dijo Bianca con voz calmada.

Lupin se le acercó a Ron examinando a la rata.

- ¿Qué tiene que ver mi rata en todo esto?

- No es una rata.- dijo Sirius.

- Es un animago. Peter Pettigrew.

- ¡Eso no es verdad!- dijo Hermione.- Estudiamos a los animagos con la profesora McGonagall. Y yo los estudié en la enciclopedia cuando preparaba el trabajo. El Ministerio vigila a los magos que pueden convertirse en animales. Hay un registro que indica en qué animal se convierten y las señales que tienen. Yo busqué «Profesora McGonagall» en el registro, y vi que en este siglo sólo ha habido siete animagos. El nombre de Peter Pettigrew no figuraba en la lista.

- ¡Bien otra vez, Hermione! Pero el Ministerio ignora la existencia de otros tres animagos en Hogwarts.

- Profesor Lupin ¿puede darse prisa? Ya es suficientemente malo para todos estar aquí y Sirius está impaciente por cumplir su venganza.

- De acuerdo.

La puerta se abrió detrás de Lupin y al ver que no había nadie, contó su historia de cómo se había convertido en hombre lobo, de cómo sus amigos se habían vuelto animagos para hacerle compañía en su metamorfosis... Hasta que en la conversación se metió a Snape.

- ¿Qué pinta Severus aquí?- preguntó Bianca.

- Quiso impedir que Dumbledore me diera el puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras. Le ha estado diciendo a Dumbledore durante todo el curso que no soy de fiar. Tiene motivos... Sirius le gastó una broma que casi lo mató, una broma en la que me vi envuelto.

- Le estuvo bien empleado. Siempre husmeando, siempre queriendo saber lo que tramábamos... para ver si nos expulsaban.

- ¡Sirius Orión Black! ¿¡Qué mierda fue lo que le hicieron!?

- Él estaba muy interesado por averiguar adónde iba yo cada mes. Estábamos en el mismo curso y no nos caíamos bien. En especial, le tenía inquina a James. Creo que era envidia por lo bien que se le daba el quidditch...

En ese momento se le oyó una carcajada a Bianca.

- Por favor, Lupin. Dudo que Snape haya sido tan superficial por algo como un estúpido juego con escobitas.

- De todas formas, Snape me había visto atravesar los terrenos del colegio con la señora Pomfrey cierta tarde que me llevaba hacia el sauce boxeador para mi transformación. Sirius pensó que sería divertido contarle a Snape que para entrar detrás de mí bastaba con apretar el nudo del árbol con un palo largo. Bueno, Snape, como es lógico, lo hizo. Si hubiera llegado hasta aquí, se habría encontrado con un licántropo completamente transformado. Pero tu padre, que había oído a Sirius, fue tras Snape y lo obligó a volver, arriesgando su propia vida, aunque Snape me entrevió al final del túnel. Dumbledore le prohibió contárselo a nadie, pero desde aquel momento supo lo que yo era...

- Sirius, te quiero, pero en estos momentos me maldigo por haberme olvidado la jodida varita para matarte.

- ¡De la que me salve!

- Yo no estaría tan seguro, Black.- habló una voz fría y burlona que le encantaba.

Severus se desprendió de la capa invisible de Potter y apuntó al licántropo con la varita.

- He encontrado esto al pie del Sauce Boxeador. Muchas gracias, Potter, me ha sido muy útil. Tal vez se pregunten cómo he sabido que estaban aquí. Acabo de ir a tu despacho, Lupin. Te olvidaste de tomar la poción esta noche, así que te llevé una copa llena. Fue una suerte. En tu mesa había cierto mapa. Me bastó un vistazo para saber todo lo que necesitaba. Te vi correr por el pasadizo.

- Severus...- comenzó Lupin pero lo interrumpió.

- Le he dicho una y otra vez al director que ayudabas a tu viejo amigo Black a entrar en el castillo, Lupin. Y aquí está la prueba. Ni siquiera se me ocurrió que tuvierais el valor de utilizar este lugar como escondrijo.

- Sev, te equivocas. Sirius no quiere matar a Harry. Puede explicártelo todo, pero...

- Me temo, señorita Ryddle, que usted junto al profesor Lupin acompañarán a su querido Black a Azkaban mientras Potter, Weasley y Granger serán expulsados.

- Severus, escucha...

- ¡CÁLLATE! Fue suficiente, Bianca. Yo no permito que me tomen de idiota y no voy a escuchar más mentiras tuyas.

- Severus, ella no...- no pudo terminar Lupin porque unas cuerdas salieron de la varita de Severus enroscándose al cuerpo del licántropo.

Sirius se abalanzó sobre Severus pero este le apuntó con la varita al cuello impidiendo que lo atacara.

Bianca observaba todo con los ojos vidriosos por las lágrimas contenidas. Tenía miedo por la amenaza que su novio se había atrevido a hacerle. Tenía miedo de Azkaban, de los dementores. Nadie podría soportar eso.

Dejó de prestar atención a todo hasta que el sonido de una caída la devolvió a la realidad.

Severus yacía desmallado en el suelo con un hilo de sangre que le pasaba por su frente.

- ¿¡Qué le han hecho!?

- ¡Hemos agredido a un profesor...! ¡Hemos agredido a un profesor...! ¡Vamos a tener muchos problemas!

- ¡CÁLLATE, GRANGER! ¡DEJA DE DECIR LO QUE ES OBVIO!- dijo Bianca nerviosa y en esos momentos Hermione con su voz chillona no era de ayuda.- ¡Ya me harté de toda esta mierda! Dame a la jodida rata, Weasley ¡AHORA!

Ron, asustado, se la dio antes de que le cayera un crucio en el trasero y, mientras "Scabbers" se retorcía en sus dedos, se la mostraba a Remus.

- ¡Dios mío! Su pata delantera.

- ¿Qué le ocurre?

- Le falta un dedo. Se lo cortó al poco tiempo de transformarse. Cuando lo arrinconé, gritó para que toda la calle oyera que yo había traicionado a Lily y a James. Luego, para que no pudiera echarle ninguna maldición, abrió la calle con la varita en su espalda, mató a todos los que se encontraban a siete metros a la redonda y se metió a toda velocidad por la alcantarilla, con las demás ratas...

- Escuchen. Para demostrar que la teoría de Sirius es cierta, transformen a la rata.

- Bien.- dijo Lupin en un suspiro. Dirigió la mirada hacia Sirius.- ¿Listo, Sirius?

Él asintió y cogió la varita de Snape que había caído en la cama.

Un destello de luz azul y blanca salió de las dos varitas dejando al animal en el aire, torcida y en una posición extraña. Se escuchó un grito por parte de Weasley. La rata cayó al suelo y hubo otro destello. Una cabeza surgió del suelo seguida de sus piernas y brazos. Un hombre bajito y encogido ocupaba el lugar de la rata de Ron.

- Hola, Peter.- dijo Lupin con voz amable pero era obvio que estaba fingiendo.- Cuánto tiempo sin verte.

- Si...Sirius. Re... Remus.- su asquerosa voz seguía sonando como la de una rata.- Amigos, queridos amigos.

Sirius estaba a punto de tirársele encima con un hechizo pero Bianca se le puso enfrente y le quitó la varita.

- Acabamos de tener una pequeña charla, Peter, sobre lo que sucedió la noche en que murieron Lily y James.

- Remus, no le creerás ¿verdad? Intentó matarme a mí ¡Ha venido porque otra vez quiere matarme! ¡He temido este momento durante doce años!

- ¿Sabías que Sirius se escaparía de Azkaban cuando nadie lo había conseguido hasta ahora?

- ¡Tiene poderes oscuros con los que los demás solo podemos soñar! ¿Cómo, si no, iba a salir de ahí? Supongo que El Que No Debe Ser Nombrado le enseñó algunos trucos.

Un par de risas sonaron en la habitación, la de Sirius, que era triste y horrible, y la de Bianca, que estaba llena de burla y un poquito de locura que recordaba de la prima de Black.

- ¿Trucos? ¿Y por qué yo, siendo la hija de Voldemort y habiendo sido criada por Bellatrix Lestrange, su mortífaga más allegada, no tengo conocimiento de trucos como esos?

Peter, al escuchar el nombre de esas dos horribles personas, retrocedió como si Bianca acabara de blandir un látigo en su dirección.

- ¿Qué ocurre? ¿Te asustas al oír el nombre de tu antiguo amo?- preguntó Black.- No te culpo, Peter. Sus secuaces no están muy contentos de ti ¿verdad?

- No sé... qué quieres decir, Sirius.

- No te has estado ocultando durante doce años de mí. Te has estado ocultando de los viejos seguidores de Voldemort. En Azkaban oí cosas. Les he oído gritar todo tipo de cosas. Cosas como que el traidor les había traicionado. Voldemort acudió a la casa de los Potter por indicación tuya y allí conoció la derrota. Y no todos los seguidores de Voldemort han terminado en Azkaban ¿verdad? Aún quedan muchos libres, esperando su oportunidad, fingiendo arrepentimiento... Si supieran que sigues vivo...

- No entiendo de qué hablas...- dijo Peter. Tenía la cara llena de sudor y le temblaban las manos. Se secó la cara con la manga y miró a Lupin.- No creerás nada de eso, de esa locura...

- Tengo que admitir, Peter, que me cuesta comprender por qué un hombre inocente se pasa doce años convertido en rata.

- ¡Inocente pero asustado! Si los seguidores de Voldemort me persiguen es porque yo metí a Azkaban a uno de sus mejores hombres: el espía Sirius Black.

- ¿Cómo te atreves? ¿Yo, espía de Voldemort? ¿Cuándo he husmeado yo a los que eran más fuertes y poderosos? Pero tú, Peter... no entiendo cómo no comprendí desde el primer momento que eras tú el espía. Siempre te gustó tener amigos corpulentos para que te protegieran, ¿verdad? Ese papel lo hicimos nosotros: Remus y yo... y James.

- ¿Yo, espía...? Estás loco. No sé cómo puedes decir...

- Lily y James te nombraron guardián secreto sólo porque yo se lo recomendé. Pensé que era una idea perfecta... una trampa. Voldemort iría tras de mí, nunca pensaría que los Potter utilizarían a alguien débil y mediocre como tú...Sin duda fue el mejor momento de tu miserable vida, cuando le dijiste a Voldemort que podías entregarle a los Potter.

En ese momento, Bianca dejó de interesarle todo lo que hablaban. Se sabía más de la muerte de los padres del niño idiota adversario de su padre que la de su madre de la cual no sabía casi nada.

Vio el cuerpo de Severus en el suelo sin que nadie le prestara atención y se aproximó a él con la intención de limpiarle la herida que tenía en la cabeza.

No podía enojarse con él sabiendo que estaba consumido por la ira y por los deseos de venganza, pero aún así no quitaba el hecho de que estuviera dolida.

Después de que por fin terminaron toda esa charla innecesaria, decidieron matar a la rata, pero esta, desesperada, se arrastró a pedirles piedad a cada uno de los niños que se encontraban en la habitación.

- Ron, ¿no he sido un buen amigo?, ¿una buena mascota? No dejes que me maten, Ron. Estás de mi lado, ¿a que sí?

- ¡Te dejé dormir en mi cama!- dijo con asco.

- Buen muchacho... buen amo...- Pettigrew siguió arrastrándose hacia Ron-. No lo consentirás... yo era tu rata... fui una buena mascota...

- Si eras mejor como rata que como hombre, no tienes mucho de lo que alardear- dijo Sirius con voz ronca.

Ron alejó su pierna rota de Pettigrew. El hombre giró sobre sus rodillas y se aferró a la túnica de Hermione.

- Dulce criaturita... inteligente muchacha... no lo consentirás... ayúdame.

Hermione tiraba de su túnica para que Pettigrew la soltara y retrocedió horrorizada.

Pettigrew se acercó a Bianca temeroso. La hija de su señor lo salvaría, pensaba. Estaba equivocado.

- Ama mía, por favor, ayúdeme. Tenga piedad.

La sonrisa cruel de Bianca lo hizo temblar de pies a cabeza. Ella de una patada se liberó del agarre que Pettigrew tenía a su pie.

- Si no fuera por ti, rata de porquería, tu amo hubiera cuidado de mí. Eso hubiera sido mejor a una mujer como Bellatrix Lestrange ¿Sabes lo que es vivir con esa desgraciada loca? Nada me gustaría más que practicar toda la mierda que viví contigo.

Pettigrew estaba perdiendo las esperanzas. Solo quedaba pedirle a Potter que lo perdonara.

- Harry, Harry... qué parecido eres a tu padre... igual que él...

- Uh... grave error, ratita.- dijo Bianca viendo el rostro de Black.

- ¿CÓMO TE ATREVES A HABLAR A HARRY? ¿CÓMO TE ATREVES A MIRARLO A LA CARA? ¿CÓMO TE ATREVES A MENCIONAR A JAMES DELANTE DE ÉL?

Black y Lupin se dirigieron hacia él para tirarlo al suelo.

- Vendiste a Lily y a James a Lord Voldemort ¿Lo niegas?

Peter se veía patético. Temblando y llorando, pidiendo clemencia. Bianca no pudo evitar reírse de su estado.

- Tendrías que haberte dado cuenta de que si Voldemort no te mataba lo haríamos nosotros. Adiós, Peter.

Bianca estaba encantada. Vería la muerte de ese desgraciado.

- ¡No!- gritó Potter que se puso entre Pettigrew y ellos.- ¡No pueden matarlo! No pueden.

- ¡TÚ ESTUVSTE A PUNTO DE MATAR A SIRIUS Y AHORA DEFIENDES A ESTE INTENTO FALLIDO DE HOMBRE CUANDO ERES CONSCIENTE DE LA VERDAD! ¿ES QUE ERES UN IMBECIL?

- Lo sé, pero ahora que sé la verdad no pueden dejar que lo maten. Si lo hacen, no habrían pruebas de que Sirius es inocente y ambos irían a Azkaban. Lo llevaremos al castillo. Ahí los dementores se lo llevarán.

- De acuerdo, lo haremos.

- Pero yo quería ver un asesinato.- dijo Bianca haciendo un puchero.

- Yo también, Bea, pero si se transforma lo matamos ¿Sí?

- Okay...

Remus apareció unas vendas para Ron y le ataron una tablilla.

- Mejor. Gracias.

- Bien ¿Qué haremos con Severus?

Le lanzó un mobilicorpus y quedó con la cabeza colgando, lo que a Bianca no le hizo gracia alguna como a los demás.



Sé que me demoré pero este capítulo creo que lo compensa. Es el capítulo más largo que he escrito... Lo publiqué anteriormente pero no estaba completo.
Estoy escribiendo el capítulo 20 lo más rápido que puedo. Mis clases comenzarán el 14 de marzo y publicare antes de esa fecha.

#TuJodidaPesadilla (parece que la mamá de mi amiga está de acuerdo con mi firma -_-)

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