Yaguareté·Abà II

azanatoslagesis tarafından

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Secuela de Yaguareté·Abà I Si no lo has leído aún... no te lo pienses más. Daha Fazla

Avisos Previos
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Epílogo

Capítulo 24

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azanatoslagesis tarafından

ADVERTENCIA: Este capítulo tiene contenido no apto para menores de edad.


Stiles se levantó a las seis de la mañana, cuando su tío estaba duchándose para ir a trabajar. Tras una breve conversación típica de los desayunos, el tío desapareció rumbo a su trabajo y Stiles decidió darse una ducha y cotillear las librerías de Dmitri hasta que fueran las siete y media.

Cuando por fin llegó la hora, fue a su habitación y encendió el portátil. Derek ya estaba en línea, así que le dio a videollamada y dos tonos después, la imagen del lobo, con gotitas de agua por el pelo y los hombros le dejó sin respiración.

-Muy puntual.

-¿Esa pinta es para provocarme? -rió Stiles.

-Acabo de salir de la ducha.

-¿Llegaste a casa ahora?

-Sí. Después del trabajo entrenamos y después me fui a tomar una ronda con Jordan.

-¿Jordan?

-Parrish. -dijo cogiendo una toalla y secándose el pelo.

-¡Ah! ¿Quedas con Parrish?

-¿Te estás poniendo celoso?

-Sólo... solo me sorprende.

-A mí también me sorprendió cuando me lo propuso. Pero... tú no pareces con mucha pinta de recién levantado. -dijo el lobo poniéndose una camiseta y haciendo que Stiles chasqueara la lengua por esto.

-Llevo en pie desde hace... dos horas. -dijo después de consultar el reloj. -Ayer me acosté como a las diez... así que he dormido demasiado y como me esperabas al ordenador, pues quise estar guapo.

El lobo rió abiertamente y cogió el portátil para llevarlo a la cama y ponerse más cómodo, con la espalda recostada en el cabecero. Fue entonces cuando, sin darse cuenta, Stiles transformó sus ojos, convirtiéndose en dos grandes orbes dorados.

-¿Stiles?

-¿Hmmm?

-Tus ojos.

-¿Eh? -Stiles se acercó a su pantalla para mirar la pequeña pantallita en la que se veía su propia imagen y tras mirar hacia debajo, sonrió. -O el celo ha empezado o me ha venido algún recuerdo de esa cama...

-O puede que simplemente seas un salido.

-Puede... -dijo volviendo a mirar a su entrepierna, que comenzaba a abultarse. -Oye, Derek... En serio, ¿puedes cambiarte de escenario?

Derek alzó las cejas incrédulo, pero tras un bufido, se levantó de la cama, con tan mala pata que el trasero quedó en la pantalla, y el wifi se congeló durante unos segundos, haciendo que un gemido lastimero saliera de la garganta de Stiles.

-¿Stiles? ¿Pasa algo? -escuchó y vio la cara de Derek en la pantalla, mirándole interrogante.

-El wifi me la acaba de jugar... -rió Stiles.

-¿Acabas de gemir?

-Creo que sí. -dijo rompiendo a reír Stiles, con los ojos dorados.

-Y te ríes.

-¿Qué hago, sino? ¿Llorar? Pues prefiero resignarme y reír. ¿Y sabes lo mejor? ¡Que ayer quedé con Jackson para vernos hoy! -el rostro de Derek se ensombreció y Stiles siguió. -Que no tengo miedo a que yo intente nada... pero quedamos en el puto Soho y me niego a ir con este empalme por el centro de Londres.

-Pues cancela.

-No puedo hacerle eso a Danny. Nada... no te preocupes... en cuanto cuelgue puedo... en fin, eso.

-¿Eso?

-Sí, Derek... en cuanto cuelgues, puedo hacer eso. -el gesto de Derek dejó claro que seguía sin entender, así que Stiles rodó los ojos y siguió explicándose. -Puedo hacer eso... yo solo... para desahogarme.

-¡Oh, Dios! -se quejó Derek entendiendo por fin. -¡Stiles!

-Sí, sí, ya sé... no era necesario decírtelo... -empezó a decir, pero paró de golpe cuando escuchó la carcajada de Derek. -¡¡DEREK!! ¡Para de reírte! -se quejó Stiles mirando su entrepierna.

-¿Qué? ¡Ah! -logró decir antes de mirar la pantalla y ver el gesto frustrado de Stiles, mirando a su entrepierna y volver a explotar en carcajadas.

-¿Por qué no paras? -preguntó desesperado, con un remix de ronroneos y gemiditos que salían solos de su pecho.

-Vale, vale... perdón. -dijo el lobo respirando hondo y serenándose. -¿Mejor?

-Sí. No. Bueno, dejaré de pensar en ello.

-¿Seguro?

-Supongo.

-Vale, porque... bueno, si lo necesitaras, podrías hacerlo ahora.

-¿Ahora? ¡No! Ahora quiero hablar contigo, el jaguar salido se tendrá que joder porque el humano quiere hablar con su... -comenzó Stiles, pero un gruñido interrumpió su discurso. -jodidamente sexy novio.

Derek alzó las cejas y miró la pantalla, donde el jaguar había devorado la parte humana, o al menos sus rasgos. Ahora sus ojos eran dorados, los colmillos alargados, las orejas puntiagudas y podría jurar que tenía garras. Y que dios lo perdonara por lo que iba a decir a continuación, pero eso fue la visión más erótica que jamás hubiera visto el lobo.

-¿Stiles?

-Sí... lo sé... me estoy viendo. -dijo estirándose de las orejas con sus manos que, en efecto, terminaban en garras.

-Eres precioso. -soltó Derek sin siquiera pensarlo.

-¿Qué? ¿Cómo...?

-Quítate la camiseta. -ordenó el lobo, y el jaguar miró su camiseta, esperando entender el motivo por el que el lobo, repentinamente odiaba esa camiseta. Era una henley gris, normal... de las que usaba últimamente día sí y día también.

-¿Por qué?

-¿Quién es el inocente que no pilla las indirectas ahora? -dijo Derek quitándose su propia camiseta, dejando al jaguar ronroneando ante la visión. Stiles sacudió la cabeza y miró ojiplático a su novio.

-¿En serio me estás diciendo que...?

-Quítatela. -gruñó Derek, a lo que el jaguar obedeció instantáneamente.

-¿Por qué tienes que esperar a que acabemos la videollamada? Eres mi novio, prefiero que te corras viéndome a mí, aunque sea a través de una pantalla.

-Dios. -gimió Stiles súbitamente y juró que casi se caía de la silla de lo cachondo que le acababa de poner Derek con esas palabras.

-No metas a Dios en esto. -dijo el lobo con voz grave y terroríficamente sensual.

-Te echo de menos. -gimoteó Stiles viendo cómo Derek se volvía a poner sobre la cama. -Y echo de menos esa jodida cama. -murmuró Stiles dejando caer sus manos por su abdomen hasta la cremallera de su pantalón.

-Quítatelos. -volvió a ordenar Derek con su voz grave.

Stiles se levantó de la silla para quitarse los pantalones, dejando a plena vista de la web cam su torso perfectamente torneado y el nacimiento de su pubis. Lo que nunca se hubiera esperado fue escuchar un leve gemido salir del ordenador. Cuando se volvió a colocar en la silla, se encontró con Derek también sin pantalones, acariciándose su propio pene, con la mirada azul clavada en la pantalla del ordenador.

-Derek...

-¿Hmmm?

-Quiero lamerte. -gimoteó el jaguar mirando el embelesante vaivén de la mano del lobo y comenzando él mismo a masturbarse, imaginando que era el pene de Derek y no el suyo, imaginándose que era la mano de Derek y no la suya la que acariciaba diestra su propio miembro.

La conversación con palabras cesó para ser sustituida por murmullos sin sentido, gruñidos y gemidos desde ambos sentidos de la videollamada. Con un gruñido completamente salvaje de lobo, Derek terminó antes, corriéndose sobre su mano y mirando el rostro de Stiles, que tenía los ojos cerrados y la boca abierta. Poco después fue el turno del gruñido felino del jaguar, que se corrió al escuchar la voz de Derek.

-Voy a comerte.

Notó el semen correr por su mano con leves espasmos y gruñó bien alto. Respiró hondo y por fin abrió los ojos, para clavarse en los ya ojos verdes de Derek, que lo miraba embelesado. Stiles sonrió satisfecho y se dejó caer contra el respaldo de la silla con tal vez, demasiada fuerza, pues las ruedas de la silla de escritorio cedieron y cayó para atrás, quedándose espatarrado en el suelo, lejos de la vista de Derek, que comenzó a reírse desde el otro lado de la pantalla.

-Auch. -dijo apareciendo de nuevo en la pantalla.

-¿Estás bien?

-Que sepas que eres un cochino provocador de menores. -rió Stiles. -¡Mira que torta me he metido por tu culpa!

-¿Por mi culpa? Si no tuvieras el celo, podríamos estar haciendo esto mismo... en mi cama.

-¡Oh, Dios! Otra vez no... -imploró Stiles mirando de nuevo hacia abajo. -¡Derek! Deja de decir esas cosas, que me alteras...

-¿En serio? -dijo Derek suprimiendo un bostezo. -Pues yo estoy agotado.

-Será la edad. -se burló el jaguar.

-Ya... será eso... -bufó Derek, recostándose un poco más en la cama.

-Tienes sueño.

-Estoy muerto. Tu padre me espolia.

-Ya... siempre ha espoliado a todos sus súbditos. Pero él también trabaja mucho.

-Nunca he dicho lo contrario. -sonrió el lobo al ver cómo defendía a su padre.

-Te dejo dormir. -sonrió Stiles también. -Yo tendré que darme otra ducha.

-Con agua fría.

-¿Eso funciona de verdad?

-Sí. -rió Derek. -Aunque tú acabarás tiritando durante todo el día.

-Si eso me ayuda a comportarme... me vale. -rió Stiles. -Venga, anda... descanse, sargento Hale.

***

Horas después, Stiles salía del metro, en dirección a la dirección del Soho donde había quedado con Jackson. Pronto llegó y vio la llamada entrante del rubio. Antes de descolgar pensó que, si el rubio le daba plantón, no sería algo tan malo. Después de todo, podría ir a ver Londres él solo.

-¿Qué? ¿No vienes?

-Perdedor, ya estoy llegando.

-Oye, mira, Jackson, no me toques las pelotas...

-¿O qué? -rió Jackson. -Ya estoy aquí y tú no estás.

-Y una mierda. Levanta la patita, chucho, y te localizo.

-Vaya, veo que has desarrollado el valor que te faltaba antes. -fanfarroneó Jackson.

Stiles afinó el oído y le localizó. Sonrió al comprobar que Jackson olfateaba disimuladamente en busca del humano. Se acercó calmadamente y posó su mano sobre el hombro de Jackson, que se giró con una ceja alzada para luego convertir su rostro en pura sorpresa.

-Te equivocas... tú eras el cobarde que suplicaba el mordisco.

La cara del rubio fue un verdadero poema. El lobo pródigo de la manada, incluso antes de que Scott se convirtiera en el alfa, le miraba estupefacto, con la boca abierta y los ojos como platos, aunque Stiles no sabría decir si fue de la sorpresa de no localizarle por el olfato, porque Stiles lo hubiera encontrado a él o por su cambio de aspecto con la transformación a Yaguareté.

-Yo era el valiente humano que me metía en vuestros asuntos, ¿recuerdas?

-¿Stiles?

-El mismo. -dijo sonriendo triunfal al ver que el gesto prepotente de Jackson no aparecía por ningún centímetro de su cara. Se descolgó la mochila y buscó el paquete de Danny. -Toma.

-Pero... ¿qué...?

-Esto es lo que me dio Danny. Supongo que estarás muy ocupado y asqueado para tenerme delante, así que te ahorro la despedida que yo me iré a investigar Londres. Ala, venga... ¡Que te sea bonito! -dijo despidiéndose con una palmada en el hombro del aún estupefacto Jackson y comenzando a caminar.

Anduvo dos calles, cotilleó los bajos comerciales de la zona e incluso estuvo tentado a sacar alguna que otra foto a las tiendas pijas de moda, a los pubs cool del momento... hasta que una respiración acelerada tras él hizo que se girara para encontrarse con el rubio mirándolo con el ceño fruncido.

-Te has convertido. -sentenció sin más, haciendo que Stiles se riera.

-¿Yo?

-Tú. -sentenció y, a cambio, Stiles se encogió de hombros con una sonrisa pilla. -¿Quién fue? ¿Derek?

-¿Derek qué? ¿Si me mordió él? Uy, que pregunta tan comprometida...

-¿De qué hablas?

-Nada, nada... -rió ante su propia broma. -Y no, por si es lo que me quieres preguntar... No soy un lobo.

-¿Kanima? -alzó las cejas el lobo.

-Uy, andas tú muy perdido eh... -rió Stiles. -No, no soy kánima y no me mordió nadie de la manada.

-Entonces...

-Jaguar. -cortó Stiles mirando el reloj. -Y no te preocupes, tu olfato está bien... pero jamás me localizarás por el olor. Bueno, Jackson... me ha encantado este reencuentro pero quiero llegar al London Eye, así que tengo que darme prisa antes de que cierren. Un placer verte.

-¡Stiles!

-Diiiiime. -respondió con voz cansada y rodando los ojos.

-¿Cómo está Lydia?

-¿Qué? ¿Lydia? -repitió sorprendido Stiles. -¡Pero si tienes sentimientos!

-¡Cállate y responde!

-Verás, te voy a decir una cosa... -dijo acercándose con los ojos amarillos y haciendo que Jackson retrocediera un paso de la impresión. -Los jaguares no responden órdenes de cualquiera. Así que si quieres algo de mí, controla el tonito.

-¿Cómo está Lydia? -repitió el lobo, transformando sus ojos azules de humano en los del lobo.

-Bueno... no es una disculpa pero viniendo de Jackson-su eminencia-Wittermore, haré como que sí lo es. -dijo el jaguar volviendo a sus ojos castaños. -¿Lydia? Bien... resultó ser una banshee, empezó a salir con un gemelo alfa psicópata que murió en una batalla... y ahora ha adoptado a su cuñado gay como mascotita. Es la mejor amiga de la novia de Scott...

-Sí, Allison.

La mención del nombre de la cazadora resultó ser como una bofetada para Stiles, que aún seguía sintiéndose culpable por su muerte. El gesto de Stiles hizo que Jackson frunciera el ceño confundido.

-¿Es que Danny no te cuenta nada? -preguntó sorprendido el jaguar.

-Le prohíbo que me hable de Beacon Hills... o de vosotros, más bien.

-Tío, eso no tiene sentido. -dijo antes de sacudir la cabeza y siguió hablando. -Bueno, pues... Allison... Allison ya no está con nosotros.

-¿Se ha ido?

-Eso es lo que dicen los mayores a los niños cuando... -dijo serio Stiles. -Allison murió a finales del curso pasado.

Jackson abrió los ojos como platos y su pulso se aceleró súbitamente, con su mirada clavada en la de Stiles, intentando comprobar si lo que había dicho Stiles era cierto.

-¿Qué pasó?

-No quiero hablar de eso. -respondió nervioso Stiles.

-Stiles.

-He dicho que no. -sentenció Stiles. -Si quieres saber más, pregúntale a Danny, de todos modos, él lo sabe todo... acerca de los hombres lobo, de todo lo sobrenatural... lo sabe todo.

-Stiles, no me puedes soltar que Allison ha muerto y largarte como sin más.

-¿Por qué demonios te preocupas más por Allison que por la que fue tu novia durante media secundaria?

-Allison era mi amiga. Y Lydia es fuerte, siempre lo supera todo.

-Ya bueno, pues en eso te equivocas. -dijo riendo de medio lado. -Te dije que estuvo con otro tío, no que te superara o te olvidara. Lo cual, sinceramente, hasta hace poco me hubiera jodido el pensarlo, decirlo en alto me mataría, pero sobre todo lo que más me hubiera hundido en la mierda sería decírtelo a ti. Pero ahora Lydia es mi amiga y con eso me basta. Y ni siquiera sé por qué estoy contándote esto, pero es así como están las cosas.

-Vamos a tomar algo y me cuentas.

-Te he dicho que quiero ir al Ojo de Londres.

-Te llevaré yo mismo después.

Stiles lo sopesó durante un momento. Vale, Jackson no le caía demasiado bien, pero estaba seguro de que se perdería por Londres y si él le llevaba... bueno, en realidad no era mala idea. Tendría guía propio por la capital de Inglaterra.

-Pagas tú.

***

Era ya de noche y el Ojo de Londres estaba ya cerrado al público. Jackson y Stiles se habían entretenido bastante en salir del pub ya que había demasiado que contarle al rubio y la oscuridad ya había alcanzado Londres. Sin embargo, allí estaban los dos, al pie de la enorme noria iluminada, icono de la ciudad.

-Dicen que desde arriba se ve todo Londres.

-Y es cierto. -asintió Jackson mirando hacia arriba.

Stiles miró alrededor, miró hacia arriba y tras remangarse la chaqueta, saltó sin problemas la verja. Jackson miró alrededor y a Stiles.

-No me he cruzado un océano con ganas de ver esta dichosa noria para quedarme a sus pies...

-¿Pero qué haces? ¡Está cerrada!

-Sé trepar. -sonrió Stiles caminando hacia el pie de la noria. -¿Qué? ¿Te quedarás ahí toda la noche? ¿O es que te dan miedo las alturas, chucho?

Jackson gruñó y saltó la verja también, encaminándose junto con Stiles al pie del Ojo de Londres. Ambos miraron alrededor, Jackson activó el olfato y Stiles su oído ultrasensible y comenzaron a trepar. Stiles iba mucho más rápido, dejando detrás a Jackson que aún así, trepaba con suficiente habilidad.

Cuando Stiles llegó a lo más alto, miró a su alrededor y lo que vio le dejó sin aire. Toda la ciudad de Londres se dejaba contemplar desde ese punto.

-Quita el aliento. -dijo Jackson terminando de subir.

-Es impresionante. -coincidió Stiles apoyando sus codos en las rodillas para mirar estupefacto, con ojos brillantes, todas las lucecitas de la ciudad.

Estuvieron un rato en silencio, observando la ciudad. De vez en cuando, Jackson señalaba a algún punto de la ciudad y decía qué barrio era, qué edificio era cuál... Stiles le escuchaba, pero pronto su mente fue hacia un rincón que nunca tocaba, el rincón en el que estaba la cicatriz que Nogitsune había dejado en él.

Había estado poniendo al día a Jackson de todo. De todo... menos de la muerte de Allison, todo el periodo del nogitsune desapareció... aunque logró hablarle de los kitsunes, de Kira... pero siempre esquivando lo culpable que se sentía y el por qué; evitando decir cómo y por qué Allison había muerto.

Stiles suspiró e, invadido por la belleza de Londres, se abrió como nunca lo había hecho con nadie. No acerca de ese tema.

-Allison murió por mi culpa.

-¿Qué?

-Yo... soy la razón por la que Allison murió.

-Murió protegiéndote. -afirmó Jackson sin dudar. Stiles bufó y sonrió de medio lado, encarando por primera vez al rubio.

-Fui poseído por un espíritu maldito... jugué con todos, con todo, enredé todo lo que se podría haber enredado... y por mi culpa, ella murió en la batalla final. Allison y Aiden murieron la misma noche, por el mismo motivo: yo.

-Te odias. -afirmó Jackson serio.

Stiles volvió a mirar a la ciudad, intentando esconder unas lágrimas huidizas que decidieron resbalar de sus ojos, cansadas de estar encerradas.

-Recuerda que yo fui una kanima vengativa que maté a varias personas inocentes e intenté mataros a todos.

-Tú estabas dominado por...

-Tú estabas poseído por no sé qué cosa rara.

-Nogitsune.

-Esas frikadas japonesas. -bufó Jackson, haciendo que Stiles riera. Jackson se movió un poco en su sitio y rodeó a Stiles con un brazo. -Joder, estás helado.

-Ya, bueno... -rió Stiles. -Efectos secundarios del jaguar... somos frioleros.

-Sí, pues venga. -dijo chocándole en el hombro. -Bajemos de aquí, hay un pub genial por aquí cerca... ¡y es sábado!




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