Educando a la futura princesa...

Por Emina02

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Tras una típica vida sin preocupaciones por el futuro, nuestras protagonista tiene que enfrentarse a una inev... Mais

IMPORTANTE
Libro 2!!
CAPITULO 1: "El comienzo"
CAPITULO 2: "Propuesta"
CAPITULO 3: "Destino o Karma"
CAPITULO 4: "Un paseo en la fuente"
CAPITULO 5: "¡Buen apetito!"
CAPITULO 6: "Los gatos y los ratones"
CAPITULO 7: "Game Center"
CAPITULO 8: "Cena y mentiras como postre"
CAPITULO 9: "Grupo de idiotas"
CAPITULO 10: "You're an idiot"
CAPITULO 11: "Un Secreto Problemático"
CAPITULO 12: "Conversaciones De Pasillo"
CAPITULO 13: "Castigo"
CAPITULO 14: "Fanática loca"
CAPITULO 15: "Corredores y pasadizos"
CAPITULO 16: "Cita y parejas"
CAPITULO 17: "Como por primera vez"
CAPITULO 18: "Comidas y visitas"
CAPITULO 19: "La cita perfecta"
CAPITULO 20: "Idiota sin remedio"
CAPITULO 21: "Cine y bodas"
CAPITULO 22: "Juntas de consejo"
Muy importante
CAPITULO 23: "Zeth y apuestas"
CAPITULO 24: "La chica que necesitamos"
CAPITULO 25: "La chica 2A"
CAPITULO 26: "Aniversario"
CAPITULO 27: "Baile Real"
Un enlace ingenioso
CAPITULO 28: "Salto en el tiempo"
CAPITULO 29: "Feliz cumpleaños"
CAPITULO 30: "San Valentín"
CAPITULO 31: "Parque de diversiones"
CAPITULO 32: "Conversemos y riamos"
CAPITULO 33: "Sin un gatito"
CAPITULO 34: "Dos veces"
CAPITULO 35: "Doppelgänger"
CAPITULO 36: "Decisiones"
CAPITULO 37: "¡Mierda!"
CAPITULO 38: "Soluciones"
CAPITULO 39: "La hoja de la reglas"
CAPITULO 40: "Amistades"
CAPITULO 41: "Salida en grupo"
CAPITULO 42: "Días de juventud"
CAPITULO 43: "Verdad o Verdad"
CAPITULO 44: "De princesa a Hada"
CAPITULO 45: "La decisión de Romeo"
CAPITULO 46: "Romeo y Julieta"
CAPITULO 47: "El viaje"
CAPITULO 49: "Somebody call me wrong"
CAPITULO 48: "Somebody call me right one"
CAPITULO 51: ¡Por Helios!
CAPITULO 52: "La chica del cuento"

CAPITULO 50: "La princesa de la torre"

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Por Emina02

 DYLAN ANDERSON

― Tienes dos opciones, quedarte y casarte con Osiris, o correr, detener el vuelo y confesarle tu amor rogando por recibir una respuesta positiva de su parte; pero tienes que pensar rápido, ya que ponto comenzará la boda y en menos tiempo, despegará el avión.

No puede evitar que mis pensamientos dieran vuelta en todas las posibles respuestas que tenía, en las soluciones a lo que parecía el final del conflicto, de la historia.

― Decide rápido, Romeo ― Me presionó Gray.

Pero sabía lo que tenía que hacer. No había nada que pensar, nada tenía sentido más que esta solución.

Debía casarme con Osiris.

No podía correr hacia Bannett, no debía hacerlo. Había prometido casarme a cambio de que la chica recibiera la sangre, que fuera operada y viviera.

― No hay nada que decidir ― le dije con firmeza al chico, él sonrió ― Me casaré con Osiris.

Su sonrisa se desvaneció tan pronto como se formó.

― ¿Estas bromeando?

― Este asunto es serio, no bromeo ― me acomodé el saco tratando de distraerme ― Mi abuelo acordó este matrimonio, es lo que tengo que hacer, si asi hubiera sido el caso, me casaría con Bannett, solo es un acuerdo matrimonial... nada más.

Estaba repitiendo la frase en mi cabeza una y otra vez para poder creérmela.

Si Bannett había decidido irse a Inglaterra, probablemente ya había sido operada, ella no me lo comentó, como el resto de las cosas, pero eso no quitaba de la mesa el trato que yo había hecho con Osiris, y el que mi abuelo hizo con su familia.

Si este matrimonio era la razón por la que ella viviría y sonreiría, todo estaría bien, jamás me arrepentiría de mi decisión, debía tomarlo con la cabeza fría, como un rey, y ver los beneficios.

― ¡Felicidades, te has ganado el premio al idiota más grande del mundo! ― soltó con sarcasmo y la mandíbula apretada, podía ver los músculos de su cuerpo contraerse.

No me importaba que descargara su furia contra mí, era justificada y estaba bien mientras no hubiera nadie alrededor.

― Y pensé que realmente eres alguien que valía la pena.

― Eso no tiene nada que ver con esto ― solté un poco la corbata, me sentía ahogado.

― Esto es decepcionante ― se pasó la mano por el cabello agotado ― El gran príncipe, valiente, seguro de sí mismo, audaz, que lucha por lo que quiere, no es más que un maldito cobarde que se deja manipular por todos.

Comenzaba a perder la paciencia.

― ¡Tú no sabes nada de responsabilidades! ― exclame molesto ― El día que tengas que dirigir una nación a los dieciocho años, me hablas.

― ¿Culparas a tus responsabilidades por tu decisión? ― preguntó sorprendido y divertido ― Los matrimonios arreglados no son una obligación en esta época, ¿Lo haces por la nación? ¡Al maldito país le importa una mierda con quien te cases! Asi que no pongas de excusa la corona.

― ¡Pues ya he decidido Gray! ― exclamé enojado, estaba enojado conmigo mismo, no con él, pero gritarle, era única forma en la que podría desaguarme ― ¿Qué quieres de mí? ¿Qué esperas que haga?

― Nada ― se sacó la corbata del traje de un jalón ― Ya no espero nada de ti en realidad, todo esto fue un error ― Tambien se desabotonó los gemelos ― Espero que tú y tu intolerante e insoportable prometida vivan felices.

Me quedé callado ante la idea.

No habría felicidad.

― Son el uno para el otro ― esto lo soltó con amargura y veneno ― Ninguno es capaz de sentir nada.

Con esa frase se marchó, no había la iglesia, sino hacia el camino que llevaba al palacio principal. Probablemente se marchaba de los terrenos reales.

No lo culpaba, de hecho, lo agradecía. No me apetecía verlo y sentirme más miserable.

No podría ni mirar a Osiris a la cara al saber cómo me había chantajeado para obtener ese matrimonio, no importa cuando tiempo pasara, nunca podría pensar en ella de una buena manera. No habría felicidad para nosotros, era frustrante.

Todo era un desastre, me estaba conteniendo ara no liberar todo mi enojo en una rabieta, porque sabía que eso no sería adecuado ni apropiado. Asi que solo me quede parado, intentando suprimir el enojo.

Me ponía de malas el pensar en Bannett, ella no se había siquiera despedido, no mencionó nada al respecto, después de todo lo que pasamos juntos, del tiempo. Aun si ella no me amaba, porque básicamente apenas me conocía, esperaba, que su atracción por mí, quizas la hubiera convertido en al menos una amiga, que al menos me considerara uno.

Probablemente todo fue solo un juego para ella. Una divertida aventura, como cenicienta, que visita el palacio solo unas horas, y cuando se ha divertido, se marcha, dejando al príncipe con nada más que una zapatilla de cristal en las manos.

Acomodé mi pelo con la manos y ajuste mi ropa para estar presentable, no importaba que, seguía siendo el heredero a la corana, en unos días, me volvería el rey, no podía perder los estribos.

Tome aire para obtener valor, y entré por las grandes puertas dobles abiertas hacia el ala norte de la iglesia, era un pasillo con altas cúpulas.

Me sorprendí al ver a una chica rubia con un largo y blanco vestido en cuclillas. Cubría su rostro con su largo cabello ondulado que caía como una manta sobre la delgada tela. El ramo de orquídeas estaba en su mano izquierda arrastrando en el suelo.

― ¿Osiris? ― susurré confundido.

La chica volteó a verme sorprendida, sus mejillas estaban rojas y las lágrimas cubrían su rostro cayendo por su barbilla, su maquillaje se había corrido y su guante blanco de la mano derecha estaba manchado por este.

Cuando ella me vio se levantó de inmediato e intentó secarse las lágrimas, eso solo logró que su cara se manchara más y se enrojeciera. La vi sacudir su vestido y sonreír, como si nada de eso estuviera pasando realmente, como si nos obligara a los dos a actuar como siempre.

― Que sorpresa verlo aquí, príncipe.

― ¿Escuchaste? ― pregunté entrecerrando los ojos.

La vi dudar, sus ojos se cristalizar nuevamente, pero apretó la mandíbula, quizas como una técnica para reprimirse.

― Príncipe, no debería ver a la novia antes de la boda, es de mala suerte.

La vi reír, pero su risa, se vio ahogada por las lágrimas, las cuales limpió. Me acerque a ella y le tome de los hombros, quizas con demasiada fuerza.

Lucia débil, quebrada, como una niña indefensa perdida en el bosque.

― ¿Estas bien? ― no sabía exactamente como había sonado mi pregunta.

Me sostuvo de los antebrazos y el ramo de flores se cayó, ella siguió su recorrido con la vista, pero yo lo ignoré.

La oí absorber y encogerse al hacerlo.

― No, no estoy bien. Se supone que no debes de ver a la novia, es de mala suerte, se supone que convertirá el matrimonio en una pesadilla ― estaba intentando sonreír, aun cuando las lágrimas seguían cayendo y hablaba de forma entrecortada ― ¿Qué haremos si no podemos ser felices? No quiero eso...

Aun si ella nos había escuchado, ella ya sabe lo que yo sentía por Bannett, ¿Por qué se comportaba de esa manera? Era difícil saberlo. Su actitud era confusa.

― Te traeré un poco de agua ― le dije intentando soltarla, pero ella se mantenía aferrada a mí.

Podía sentir que estaba dejándome cargar un poco de su peso, ella estaba inclinada hacia delante, su vestido estaba por todas partes en el suelo de forma descuidada.

― Quizas un nuevo vestido no sea suficiente ― balbuceó.

― No entiendo de lo que hablas.

Ella levantó la mirada, sus ojos se estaban haciendo competencia a su rostro en su color rojo, estaban tambien un poco hinchados, no sonreía, parecía más bien aterrada.

― No quiero casarme.

Ella lucia frágil, y no pude evitar que algo en mi tambien se rompiera al verla en ese estado.

Probablemente porque era la cara de Bannett.

― ¿Qué sucede?

― Eres un tonto, ¿No sabes nada de maldiciones?

Di un paso más cerca de ella, para que lograra sostenerse de mi mejor.

― No quiero casarme, ya viste mi vestido.

No sabía porque lloraba con tanto lamento, porque escondía todo detrás de escusas tontas, tampoco podía pensar una razón por las que sus manos temblaban; pero esa Osiris frente a mí, no era la misma que me amenazó antes, no era la misma hasta ahora.

Como si la chica hubiera sido expuesta ante un nuevo espectro de luz, uno más azul.

― Me rindo ― murmuró apretándome ― No quiero continuar siendo la villana.

Tampoco podía soltarla, como si pudiera verme reflejado en ella, deshecha, mostrando una cara diferente, oculta hasta ahora tras una máscara y sonrisas hipócritas, felicidad falsa y placer culposo.

¿Por qué lloraba?

Ella se aferraba cada vez con más fuerza, como si temiera quedarse sola, una súplica.

El llanto pasó de ser un quejido bajo y reprimido a uno abierto, sin importarle quien la viera o la escuchase. Estaba inclinada hacia al frente, asi que sus mechones dorados caían y cubrían la visita de su rostro, yo podía ver su cabeza, moverse al ritmo de su llanto.

No sabía que decir o que hacer, no entendía lo que sucedía, lo único que quedaba claro era que estaba sufriendo.

― Sé que dije que lo protegería, pero no puedo continuar con esto ― murmuró entre sollozos, sus palabras apenas se entendían ― Tengo miedo.

No sabía de quien hablaba, pero no pude evitar coartar la distancia entre nosotros y abrazarla, por un segundo pensé en que todo se trataba de una estratagema, pero ¿Qué ganaría con todo esto? Cuando la abracé, ella se aferró a mi toso con fuerza y pegó su cara contra mi pecho. Como si hubiera deseado ese contacto hace mucho.

― Tranquila ― murmuré suevamente mientras la acariciaba, seguía la línea de su cabello, de arriba hacia abajo, de la corona de su cabeza hasta su espalda.

― Soy muy egoísta ― su voz sonaba amortiguada por mi cuerpo ― Aun cuando no debería, quiero estar con él.

Mi saco estaba siendo jalado por la espalda, sus manos se ferraban con fuerza de él.

― Pero si le hace daño por mi culpa...

Mi mente no entendía del todo, pero comenzada a enlazar algunas ideas entre sí. Pedazos sueltos que no me dejaban ver bien el panorama completo.

― Príncipe, por favor ― suplicó alejándose de mi lo suficiente como para verme a la cara ― Te lo suplico, ayúdame.

No, no era por que tuviera la cara de Bannett que me partía el corazón verla asi, simplemente, era ella.

Deslicé mis manos hasta tus mejillas con una sonrisa triste, su cuerpo estaba temblando por completo.

― Solo quiero ser feliz ― me dijo, sus lágrimas aun ni paraban ― Solo quiero que me vea un poco, no importa si es solo porque me odia.

No estaba seguro de que decirle, asi que solo acaricie sus mejillas limpiando sus lágrimas.

― Lo quiero tanto que duele, pero aun asi lo quiero aún más.

No dijo mucho después de eso, sus palabras dejaron de ser entendibles en algún punto, solo lloró en mis brazos y se aferró a mí. Cuando ya era demasiado tarde vinieron varias personas a buscarnos, porque las cámaras y todos los demás, esperaban por nosotros.

Ella se ocultó detrás de mí, cuando cualquiera se acercaba, como un cachorro callejero que temía ser lastimado nuevamente.

― ¡Señorita Osiris! ― La exclamación de su institutriz la hizo temblar en mi espalda.

Continuaba aferrando una de sus manos temblorosas a mi saco mientras intentaba estar presentable con la otra.

― No puede estar aquí, toda la ceremonia se ha atrasado por su ausencia.

Sabía que algo en ella está mal, quizas la forma en la que agarraba con fuerza su fusta. Por mi cabeza pasó una idea, una idea que cuando se formó, desee que fuera incorrecta.

― Yo le pedí venir ― le dije con firmeza ― Quería hablar con ella antes del compromiso.

― Lo entiendo majestad, pero ahora debe ver a algunos empleados, está hecha un desastre.

Cuando vi que la mirada de la mujer bajó a mi cuello, sabía que la estaba mirado a ella, Osiris se apretó más contra mí.

La expresión de la mujer se volvió una mueca, pero solo fue unos segundos antes de que volviera a su expresión seria e impasible,

― ¿Podría darnos un momento? Estaremos ahí en unos minutos.

La señora Agatha dudó un segundo, lanzó una mirada severa, y después de una reverencia pequeña, se marchó.

― ¿Qué es lo que sucede con ella? ― Pregunté volteando a ver a la rubia.

Se encogió de hombros avergonzada, estaba limpiándose la cara para quitar el maquillaje que se había regado en sus ojos.

Me sentí contrariado en mis pensamientos.

Algo en mi quería sostenerla y protegerla para que nada le pasara, pero otra me decía también, que ella me había amenazado para casarme con ella a cambio de darle su sangre a Bannett.

― El abuelo ― murmuró, pero cerró los ojos con fuerza y una mueca, como si se reprendiera a si misma ― El rey hizo un contrato con ella, el dinero solo se le dará cuando nosotros estemos casados.

― ¿Dinero? ― pregunte extrañado.

― Es un bono supongo ― rodó los ojos mordiendo por unos segundos su labio inferior ― Por educarme durante estos diecisiete años.

Me acerque a ella y la sostuve de los antebrazos, la parte de mí que sentía culpa y tristeza por ella, le ganó a la que desconfiaba.

Sus ojos cristalizados se alzaron hacia los míos.

― ¿Ella te obligó a hacer algo?

― Todo ― murmuró haciendo caer más lagrimas por sus mejillas ― No quiero casarme, no quiero ser princesa, ni siquiera te conozco.

Aun cuando había tomado tiempo que se calmara, la abracé, para hacerlo otra vez.

― Estoy sola y tengo mucho miedo.

― No estas sola ― le aseguré ― No ahora.

― Ella lo lastimará si no me caso contigo.

― ¿A quién?

No respondió. No lo hizo incluso después.

Pero estaba claro que ninguno de los dos deseaba caminar por esa iglesia y aceptar amarrarnos al otro.

Después de insistencias de parte de los organizadores y de mi propia abuela, salimos a dar la cara, ya todos estaban ansiosos y las cámaras esperaban por saber qué es lo que estba pasando.

Osiris se había quitado los guantes manchados y había limpiado su cara para que nada malo se notara.

La actitud que tomó al caminar por la alfombra roja en medio de todas esas personas hasta el altar, era completamente diferente.

― Lamentamos mucho los inconvenientes ― dije en voz alta hacia todos, en la primera fila se encontraba la reina y algunos miembros de la guardia.

Más atrás, la corte y gente importante de la sociedad, después conocidos y amigos.

― Osiris y yo, queremos discúlpanos por el retraso.

La chica a mi lado, estaba erguida, con la frente en alto, una media sonrisa dulce y sus manos al frente, era una postura correcta, formal y amigable.

― Y tambien por las malas noticias a continuación.

Los reporteros se acercaron con los micrófonos hacia delante.

― Sabemos que esto es problemático y repentino ― seguí hablando ― Pero después de hablarlo seriamente, creemos que tomamos todo el asunto con muy poco tacto.

Todos se mantenían callado, pero ya podía ver en sus caras expresiones de confusión o desagrado.

― Nos tomaremos un poco más de tiempo en el palacio antes de formalizar, en una unión matrimonial, nuestra relación. Debemos resolver unas cosas antes de dar este gran paso, y como futuro gobernante, me gustaría asegurarles que jamás daré un paso adelante sin estar antes completamente seguro de que es lo mejor para todos.

Voltee de reojo a ver a la rubia, quien se había removido incomoda.

― Mis relaciones personales o mi estado civil al tomar la corona y la responsabilidad que conlleva no pesara en nada a mis elecciones, toda mi vida me he preparado para esto, desde que nuestra antiguo heredera al trono, y mi madre, murió he sabido que tendria que enfrentarme a este puesto a una edad temprana. Créanme cuando les digo, que no caminaré solo en este recorrido y siempre haré lo mejor para todos nosotros.

Despues de que termine las preguntas de los reporteros estallaron en una improvisada rueda de prensa. Preguntaron sobre todo, ¿Qué había pasado con Osiris? ¿Por qué había decidido casarme con ella en primer lugar? Si tenía algo que ver con su hermana gemela, con la cual ya se habían revelado fotos antes, Si hubo con tipo de problema con Osiris, o si ella era quien cancelaba la boda.

Algunos invitados tambien se habían parado de su sitio y hablaban entre sí, la corte real no parecía encantada con las noticias y ya hablaban de eso con la reina.

― En lo absoluto ― respondió la rubia con una sonrisa, llevo su pelo detrás de su oreja y los miró con dulzura ― No hubo ningún tipo de problema entre nosotros, el príncipe heredero es una persona encantadora, y jamás me lastimaría, tampoco en mi intencion causarle algún problema, la situación es tal cual se dijo, aun no estamos preparados para contraer nupcias.

Rio a lo bajo, una sonrisa delicada que apaciguó a algunos reporteros,

― Aun somos jóvenes, ¿No lo creen? Ambos hemos sido criados para poder pensar en temas más serios, el bien común y la gobernanza, pero déjenme contarles un secreto ― la chica se inclinó hacia delante como si fuera susurrarle a alguien ― No aprendimos mucho sobre el amor.

Las mujeres y hombres coincidieron con una sonrisa.

― Me gustaría prender sobre el amor primero, y sé que a Dylan tambien, mientras hace un excelente trabajo como príncipe, crecerá como persona.

Le sonreí.

― ¿Alguna vez lo han escuchado decir te amo? ― pregunto riendo ― Me guaría escucharlo alguna vez en una oración en la que no hable de nuestra nación o nosotros, su pueblo.

― Me gustaría decirlo alguna vez tambien ― la acompañé.

La estrategia de Osiris era desviar la atención a un tema más dulce y suave, me sorprendía en demasía su habilidad verbal. Como si con sus palabras incitara a la paz.

Era un poco diferente a las palabras fuertes de Bannett que incitaban a la guerra y la sublevación hacia el mal manejo del poder.

No pude evitar reír por la comparación. No era lo mismo que había pensado cuando recién conocí a la chica a mi lado.

Las cosas después de eso, no fueron fáciles, había subestimado el carácter de la señora Agatha, y aquella idea loca que surcó mi mente el día de la boda, fue confirmada dos días después.

Osiris materia una mueca en nuestro encuentro en uno de los pasillos.

― Sé que dije que encontraría una manera de solucionarlo, pero mañana es mi coronación, solo dame un poco de tiempo.

― No te preocupes príncipe, lo entiendo, estoy agradecida realmente de que me estés ayudando.

Sus palabras mantenían ese todo suave que ella usaba para para hablar, pero su expresión escondía algo.

― ¿Qué es lo que ocurre?

― Solo me siento cansada ― suspiró ― regresaré a mi habitación por el día de hoy, lamentó no poder acompañarlo

Se dio la vuelta sin más, dispuesta a caminar sola por ese largo pasillo hacia el su alcoba.

― ¿Eso en tu camisa es sangre?

Mi pregunta la hizo voltear con los ojos abiertos.

Su camisa banca con volantes estaba siendo perturbada por una linea roja vertical en su espalda.

Su compostura volvió rápido, era increíble cómo funcionaba su cerebro a una gran velocidad para manejar la situación.

― Seguro me habré manchado en la comida de alguna manera, las zarzamoras y las cerezas manchan la ropa ¿Los sabia? Y el vino tiento no es más que un desastre eminente.

Ella era rápida e inteligente, pero yo lo era un más.

― No necesitamos solucionar nada ― dije molesto, apreté la mandíbula tratando de reprimir mi voz ―Hare que se pudra en la cárcel.

Mi su cara enrojecer de la vergüenza.

― No quiero que lo sepa nadie ― me dijo inmediatamente ― Por favor.

― ¿Ya te reviso alguien? ― pregunte acercándome.

― No ― murmuró ― ella lo hace me desinfecta y me venda.

― ¡Es una psicópata!

Fue ella quien termino acercándose a mí, sosteniéndome de los brazos.

― No puede enterarse nadie, es demasiado vergonzoso.

― Solo deja que pongan esa corona en mi cabeza, me encargaré de hacer justicia.

Su expresión preocupada y ojos acristalados me desconcertaban, era como tener frente a ti una pieza de cristal en el borde de un acantilado, a la menor rudeza, podría caerse y precipitarse al fondo.

La tome de las mejillas con suavidad.

― No te preocupes, yo me encargaré de todo.

Sin duda, desde hacerme de Agatha, fue mi primer trabajo como rey, y el más placentero de todos.

Pero sabía que las marcas en la espalda de Osiris, jamás desaparecería. No podía creer todo el daño que la familia real, de una u otra manera le habían causado a esa pobre chica.

Encerrada toda su vida, y criada, como un ganado, con un solo propósito. Maltratada física y psicológicamente hasta el punto de la soledad electiva.

Continuo viviendo en el palacio después de eso, era lo mínimo que podíamos hacer, tambien decidió estudiar una carrera en la universidad de la ciudad, no le diría a Bannett jamás, pero hice abuzo de mi poder para que Osiris entrara ese mismo año, aunque estba fuera de tiempo, sin examen de ingreso o tramites tardados.

Después de clases, ella llegaba emocionada al palacio con ganas de hablar de todo lo que había ocurrido en el día.

Me gustaba escucharla hablar.

No podía evitar sentirme orgulloso de ella, se sentaba algunas veces frente a mi escritorio a hacer tarea mientras hablaba sobre nuevas cosas, tradiciones, o recuerdos.

A veces, incluso, de su vida en Francia.

Al principio le costó hacer amigos, pero tan pronto como todos se acostumbraron a su nueva, y en todo caso verdadera, personalidad, la amaron; sobre todo Karla, Juan, y Tabita, ellos tres, eran de hecho personas que hacían amigos fácilmente.

No toma mucho quererla. Siempre alegre y con una sonrisa en los labios, apoyando y dando ánimos a todos.

Algunas veces corría por el castillo riendo, solo porque podía, o cantaba a todo pulmón en la sala de golosinas, y con cada nueva regla que rompía de su lista, más lejos se sentía de su torre.

― ¿Puedo llamarte Dy? ― preguntó en voz baja.

Nos encontrábamos en un balcón de la parte alta del palacio. Me había convencido de tomar un descanso después de todo un día de deberes sobre el proyecto que estba implementado. Mirábamos las pocas estrellas brillantes que se podían percibir con toda la luz de la ciudad.

― Me encantaría ― le respondí con una sonrisa.

― Gracias... ― murmuró ― por todo.

― ¿Cómo te fue con tus padres?

― Bien ― soltó una risa de emoción reprimida ― Son asombrosos, aunque Seth me da un poco de miedo.

No pude evitar reír.

Ella había avanzado mucho en un año, ya no había mucho de aquella chica confinada, a veces olvidaba que siquiera hubiera existido.

― Sé que esto es raro ― dijo pues, voltee a verla solo para darme cuenta que ella tambien me veía ― Sobre todo porque Bastet y yo tenemos la misma cara; pero ¿Está bien que te vea como un hermano mayor?

Ella estaba avergonzada, como si decir eso le hubiera costado mucho.

― Jamás he tenido hermanos, asi que me encantaría tener una hermanita tan dulce y encantadora ― pase mi mano por su hombro y la acerque a mí en un abrazo, ella sonrió en el proceso.

Después de un pequeño silencio, que para mí fue natura, pero en el que seguro ella debatió en su mente consigo misma, habló.

― Es Gray,

― ¿Cómo?

― El chico de mi historia, es Gray.

Me le quedé viendo sorprendido, mi mente le ponía una cara a ese personaje mi cabeza había creado al escucharla hablar, el chico por el que ella estaba dispuesta a ser rehén solo por mantener a salvo.

― Eso es una increíble coincidencia.

― Es el destino ― respondió sonriendo.

― Ere muy cursi ― reí.

― Tu tambien ― se quejó ― No tienes derecho a hablar.

Todo en ella era fantástico.

Aunque eran gemelas, y era evidente por su apariencia, en mi mente las dos eran personas individuales y separadas, quizas porque nunca actuaron como hermanas.

Una de ella me volvía loco de amor, y la otra me inundaba de ternura

Una era mi primer amor, y la otra, mi pequeña hermana.

--------------

No se ni lo que escribí, nmms, debería estar haciendo mi entrega final, no tengo tiempo... TT

Mientras escribía esto, quería contar muchas cosas... siento que hay mucho de los que se quedaron en Soleil que no se sabe. Por un segundo considere hacer un Spin Off, pero luego dije, "Bro, no puedes ni con tu existencia y quieres ponerte a hacer mas cosas" XD 

1. ¿Qué les pareció este cap?

2. ¿Qué fue lo que le gustó mas?

3. ¿Cuál es su opinión general? Dejen aqui sus sugerencias o criticas constructivas, me ayudarina mucho.

Cuando escribía esta cap, pensé en las carreras que estudiarían los chicos, ¿Cuáles creen que peguen mas con sus personalidades?  ( a ver si eligen lo mismo que yo XD )

Osiris

Mikaru

Oliver

Juan

Sora

Karla

Fonn

Tabita





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