Narrado por Jazzlyn:
—¿Podrías calmarte un segundo? —Tire de mi cabello mientras caminaba dentro de la tienda destruida evitando por completo que mis ojos cayeran sobre el cuerpo de Lauren o rompería a llorar sin dudas.
No entendía como Bastian era capaz de estar arrodillado a su lado para revisar su cuerpo sin que sus emociones se descontrolen por la escena y a eso debía sumarle que mis emociones debían de estarlo enloqueciendo.
—Tus emociones me están comiendo vivo —respondió sin separar sus ojos del rostro de Lauren mientras la revisaba—. Pero no es algo malo.
—¿El que mis emociones te traguen no es algo malo?
Mi camiseta comenzó a tirar de mi cuerpo e iba a comenzar a poner resistencia cuando recordé que las camisetas no tiraban de ti por voluntad propia pero Bastian si podía cambiar esto. Termine cediendo y por esa misma razón termine parada frente a él justo cuando se levantaba del suelo y quedaba aún más alto que yo.
—Es bueno que sigas teniendo tantas emociones arrolladoras porque te hacen aún más humana. —Estiro su mano e hizo que levantara mi mentón para que nuestras miradas chocaran—. El que me comas con tus emociones también es bueno porque por algo se comienza.
Mirar a Bastian era resignarte a olvidar todo aquello que te rodeaba. El te envolvía, te cautivaba y te mantenía allí sin permitir que tu mente procesara cualquier otra cosa pero en esos momentos necesitaba concentrarme en otra cosa, necesitaba recordar la profecía y comenzar a unir puntos o jamás saldríamos de aquel estúpido sitio.
Aunque me costo muchísimo tuve que sonreír y apartar todos los pensamientos no aptos para menores que tenía cuando Bastian coqueteaba conmigo.
—¿Realmente me estas coqueteando cuando tenemos a una mujer muerta a menos de un metro? —Vi como hacía una mueca provocando que sus ojos quedaran más pequeños de lo que parecían ser.
—Desde que te conocí hemos tenido pocos momentos en los cuales no haya riesgo de que te mueras o alguien más lo haga.
El tenía razón, cuando no intentaban matarme era yo quien parecía querer que lo hicieran.
—O chocas con las cosas —dijo—. O entras a lugares que no deberías.
—Ya deja, no ayudas. —Me aparte de el un paso antes de arrodillarme y acariciar el rostro sereno de Lauren—. No es justo.
—Últimamente nada lo es, no para nosotros. —No voltee a verlo pero no necesite hacerlo para saber que estaba caminando por la tienda en busca de cosas que nos ayudaran—. ¿Sabes que le ocurrió? Aún no has pensado en eso por lo cual no me he enterado.
—¿No puedes buscar en mis pensamientos? —pregunté.
—Ya te lo dije, Jazz. —Suspiro frustrado—. No puedo husmear en tu mente, solo puedo leer lo que piensas en el presente, no lo que pensaste hace minutos.
—Hey, eso es genial. —Al menos lo era para mi—. Cuando los guardianes decidieron que alguien estaría encargado de mostrarme la profería ella misma se ofreció de voluntaria. Había perdido a su propósito hace mucho tiempo, no tenía por quien más seguir aquí.
—Hasta que llegaste tú —afirmó.
—Hasta que llegue yo.
—¿Por qué morir después de dar el mensaje?
—¿Por qué crees que hizo esto? —Me coloque de pie y señale a mi alrededor—. Lauren jamás estuvo loca como todos creían pero era la única fachada que podía mantener para que nadie se le acercara demasiado. Cualquier Dreamer u otro al leer sus pensamientos creería que estaba loca, ella sabía como ocultar hasta sus emociones verdaderas.
—Eso lo note.
—Vivía así solo para que el mensaje me llegara seguro y ahora que lo hizo debía seguir cuidándolo —continué—. Debía llevárselo a la tumba.
—Es una medida dura para una mujer que tenía una vida por delante.
—Es una medida dura para cualquier ser humano. —Corregí—. Hay que hacer algo con ella, no podemos solo dejarla aquí.
—Tampoco podemos salir con un cuerpo, Jazz.
—No podemos dejar que se la coman aquí dentro, Bastian. —Vi como resoplaba, como si Lauren le importara muy poco—. Ten algo de coherencia.
—Ella dio su mensaje, listo.
—Bastian, no dejaré las cosas así. —Tome mi móvil de mi bolsillo y comencé a buscar el número de mi padre en la agenda—. Ni siquiera sabemos que es eso de la profecía, no podremos solos.
—¿Y crees que un montón de narcotraficantes nos podrá ayudar? —Casi en el momento levanté mi cabeza para verlo—. Piensas en ellos la mayoría del tiempo, era imposible no enterarme.
—Ellos pueden ayudarme mucho más de lo que tú podrás hacerlo.
Le di llamar al teléfono sin preocuparme en nada más porque realmente solo me importaba terminar con todo de una buena vez y si Bastian se estaba preocupando más por ser visto salir con un cuerpo que por dejar un cuerpo de una mujer inocente ya era muestra suficiente para ver las prioridades distintas que tenemos.
—¿Cielo? —Sonreí al escuchar a papá—. ¿Cómo estas, cariño?
—Necesitando tu ayuda. —Con papá las cosas iban así, sin rodeos—. No tengo mucho tiempo y prometo explicarte todo en casa pero estoy necesitando un par de hombres y un helicóptero con urgencia.
—¿Dónde estas? Joder, dime que estas bien Jazzlyn.
—Estoy bien, papá. —Escuche un suspiro al otro lado de la línea—. Lo prometo, solo necesito volver a casa.
—Alex ya salió con Brad a buscarte, te están rastreando así que no te muevas de donde estas y comienza a explicarme que pasa.
—Termine viniendo a Leaf River y di con una tienda de adornos pero esta destrozada. —Mire a mi alrededor—. Realmente destrozada.
—Continua.
—La dueña era una Dreamer que había tenido una reunión con los doce guardianes del universo. En dicha reunión se hablaba de una profecía donde decían que tres nacimientos alterarían el equilibrio del universo. Una niña nacería y tendría dos guías.
—Voy entendiendo, continua.
—Dos niños serían los guías, un puro y un imparcial. —Tomé aire antes de dirigir mis ojos a Bastian—. Y tengo el imparcial justo frente a mi.
—¿Hablamos del chico al que Jaden quiere matar? —No pude evitar una pequeña sonrisa.
—Sin duda hablamos de él —respondí—. Necesito que vengas porque cuando la encargada de mostrarme la profecía cumplió con lo que debía falleció y no puedo quitar un cuerpo de un lugar tan pequeño sin que alguien vea.
—Alex se encargará, no te preocupes de eso.
—¿Papá? —Un nudo pareció crecer en mi garganta mientras dejaba escapar aquello que tanto miedo me daba—. ¿Cuantas personas más tendrán que morir por esto?
—Cariño, la verdad tiene sus consecuencias pero vale la pena antes que vivir toda tu vida creyendo que sabes todos los secretos del Universo cuando no sabes absolutamente nada.
—No quiero que nadie más muera.
—Todo estará bien, cariño. Solo vuelve a casa.
Y eso es justo lo que haría.
(...)
—¿Dónde está mi hermosa...? —El tío Brad no había siquiera avanzado dos pasos cuando corrí hacía el y lo abrace con fuerza provocando que se tambaleara pero recuperara el equilibrio con rapidez—. Hey, ¿qué sucede, enana?
—Hay un mujer allí dentro, se ha muerto por mi culpa. —Sentí sus manos en mi cabello mientras comenzaba a acariciarlo, queriendo aligerar parte de la angustia que tenía.
Sabía que su muerte no dependía de mi pero mientras vivió sus últimos 19 años como una loca fue por mi y si murió fue porque la profecía ya había llegado a mi.
—Nadie ha muerto por tu culpa, Jazz. —Escuche como varios hombres entraban a la tienda que había a mis espaldas—. Todo sucede por algo, tú no planeaste esto.
—Pero es por mi culpa, la profecía debía llegar a mi por algo ¿no crees? —Me aparte de él para ver como asentía con una pequeña sonrisa.
—Le debo mil dolares a tu padre, el dijo que serías tan especial que revolucionarías el mundo.
No era la situación ni el momento adecuado pero sin poder evitarlo solté una pequeña risa mientras volvía a esconder el rostro en el suéter de mi tío.
Se sentía bien saber que tanto las cosas estuvieran bien o se fueran a la mierda siempre tendría a mi familia dispuestos a apoyarme.
—Papá jamás dejará de apostar por ti, Jazz. —Asentí, sabiendo que tenía razón—. Eres uno de sus más grandes tesoros.
—Jamás dejaré de verlo como el mejor hombre del mundo.
—Lo sé, hasta yo creo que lo es. —Me obligo a apartarme de él para ver si había soltado alguna lágrima pero lo cierto es que me encontraba totalmente decidida a mantenerme en pie todo el tiempo que me fuera suficiente—. ¿Debería preocuparme por ese chico?
Miré sobre mi hombro a Bastian y negué con la cabeza.
—No le digas nada, ambos sabemos que papá se encargará de eso.
Vi como se reía pero jamás decía lo contrario a lo que yo había soltado porque sabía que papá es un caso especial.
(...)
—Jazz, despierta. —Me removí incomoda mientras abría mis ojos y la luz de un móvil me cegaba—. Vaya, si hubiera sabido que te despertabas tan rápido con la luz de un móvil ya lo hubiera hecho antes.
—¿Qué diablos hago en un coche? —Aparte la vista de Bastian para voltear a ver por la ventana—. ¡¿Ya hemos llegado a casa?!
Frente a mi estaban las escaleras de mármol negro que llevaban a la entrada imponente que posee la casa en la cual viví los últimos diez años de mi vida pero esta vez parecía mucho más especial que antes.
Me había ido por respuestas y había llegado con gran parte de ellas sin importar cuantas dudas más hubieran aparecido pero regresaba siendo una chica distinta a la que se había ido hace dos semanas y nada en el universo podía cambiar eso.
Lo que había vivido no se calculaba en días, se calculaba en experiencias y esas sabía que me marcarían para toda la vida.
—Si, te dormiste en el helicóptero así que no quería despertarte.
Sabía que ninguno de nosotros había descansado bien en los últimos días y lo merecíamos sin dudas.
—Entraremos allí y descansarás. Yo debo ir a hacer unas cosas con mi familia pero tu debes descansar.
—¿Por qué te preocupas tanto? Estoy bien.
Estiré mi mano y deje que esta rozara su mandíbula con leves toques que desestabilizaban cada uno de mis nervios.
—No estás bien todo el tiempo, Bastian.
—Sé una forma que me dejaría estar aún mucho mejor.
Sabía lo que pasaría en el momento que comenzó a estirarse en mi dirección y allí fue cuando note como ansiaba que algo así sucediera entre nosotros. Mi mano se volvió más firme en su mejilla mientras su mano iba a mi nuca y simplemente estrello sus labios con los míos sin rodeos previos.
Era un beso demandante pero no dejaba de tener aquello que nos caracterizaba a ambos. Había un compás, había anhelo, había una necesidad de llevar a cabo eso que nos estaba tentando hace tantos días y ninguno jamás terminaba de dar el primer paso.
No había nadie que interrumpiera allí y pude agradecer por eso porque ya estaba cansada de siempre dar pequeños pasos con Bastian cuando lo cierto es que quería saltar del acantilado sin mirar atrás.
Sentí que mordía mi labio con cuidado cuando comenzaban a golpear la ventana del coche con fuerza lo que provoco que saltara a mi lugar lo más rápido que me fue posible para ver quien era el desgraciado que interrumpía esa vez.
Lo cierto es que, al otro lado de mi ventana, no solo había un hombre.
Eran dos hombres.
Eran mi padre y Roger.
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Warrior's! Les cuento que para navidad habrá un movimiento de parte de todos los Warrior's que deseen unirse.
La primer idea es hacer un vídeo deseando algo especial para esta navidad a todo aquel que mire el video el cual será subido al grupo de Facebook.
La segunda idea es, en el mismo grupo de Facebook, hacer un estado general deseando una feliz navidad con un deseo navideño y/o comentar cada estado que se vea y hacer lo mismo.
La tercer idea es en twitter hacer lo mismo que en el punto anterior pero dejar los deseos navideños con el hashtag #ChristmasWarrior para que todos los que comenten bajo el Hashtag puedan verlo.
Se puede hacer uno o todos pero la idea es que todos colaboren en lo que puedan ya que no todos pueden pasar una buena navidad por diversas razones y aquello que te lleva unos minutos puede robar mas de una sonrisa.
Los amo y espero que como la familia que me han enseñado que son estén dispuestos a colaborar en esto.