Capítulo 31.
Es difícil volver a casa después de haber disfrutado un excelente fin de semana junto a Niall. Caminar junto a él tomados de la mano, dormir juntos sin temer que la puerta se abra sorpresivamente, sin tener a Liam sobre nosotros todo el tiempo (E intentando hacer lo posible para no ser descubiertos) ... Todo eso extrañaré y anhelaré volver a vivir muy pronto.
Niall detiene el coche en el garaje de Antonia. El plan era así, llegar aquí y fingir que nada ha pasado, aunque en realidad pasó de todo.
-Extrañaré la casa de la playa —Le digo y él sonríe con tristeza.
-Más adelante podemos volver.
-Sería genial.
Acercándose, me besa.
-Debo ir a casa, intentar solucionar las cosas con mi madre —Dice —Te llamaré más tarde.
-Por supuesto.
Ambos bajamos del coche al mismo tiempo que Antonia y Ed aparecen. Pienso que mi amiga me llenará de preguntas, pero por primera vez se mantiene en silencio, un silencio nervioso que me preocupa.
-¿Ocurrió algo? —Pregunto.
-No, nada que ver ¿Como lo han pasado?
-Super —Sonrío y mis mejillas se calientan, delatándome.
Ella sonríe.
-Lo sospeché.
Niall se acerca y se despide de mí. Sus brazos me rodean y me besa suavemente, tomándose su tiempo, sin importar que ellos estén aquí. Cuando se marcha, me quedo mirándolo como una tonta enamorada.
-Sí, está siendo demasiado obvio —Se burla mi amiga y sonrío sin querer entrar en detalles —Vaya fin de semana que han tenido.
-Fue muy lindo —Admito.
-¿Te refieres a él en la cama o en general?
-Ambas —Termino admitiendo de nuevo —¿Feliz con esta contestación?
An ríe a carcajadas mientras caminamos al coche de Ed.
-Sabía que iba a pasar, lo sabía —Murmura tomándome del brazo.
Intento no poner los ojos en blanco.
-Dime si has visto a mi hermano —Le pido, cambiando de tema.
-Liam estuvo aquí una vez, preguntando por mi novio. Pero no por Niall, y cuando preguntó por ti, le dije que dormías, es fácil de engañar.
-Eso quiere decir que puedo ir a casa sin sentirme nerviosa ¿Verdad? —Pregunto y ella asiente sin mirarme.
-¡Cariño ¿Podemos ir al centro comercial después?! —Le pregunta a Ed cuando nos acomodamos en los asientos traseros del coche —Hace tanto calor.
La observo notando algo extraño en ella ¿Qué le pasa? Cada día está más loca.
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Mamá está en la cocina cuando cruzo el umbral de la puerta. Ella me sonríe y me invita a sentarme en un taburete libre.
-Ya te echaba de menos —Me dice.
-Yo también a ti —Miento y ella se ríe sabiendo que no es así —De verdad mamá —Insisto riendo también.
-¿Tienes hambre?
-No, quizás más tarde busque algo para comer, pero gracias.
-Está bien ¿Que tal el fin de semana? —Me pregunta mientras vierte un poco de agua en un vaso de cristal.
-Todo bien.
-¿La has pasado bien?
-Sip.
-¿Que hicieron? —Pregunta con curiosidad y sonrío.
-Cosas de chicas, mamá. Ver películas, comer hamburguesas, pizza, beber mucha coca cola... Eso.
-Vale —Murmura mientras se sienta frente a mí y la sonrisa simpática abandona su rostro —¿Eso incluye paseos a la playa con el chico que te gusta también?
Santa purísima mierda.
Me quedo mirándola boquiabierta ¿Cómo demonios se enteró ella de eso? ¿Y porqué no está gritándome? Sonrío haciéndome la tonta.
-Ay mamá que dices por Dios —Respondo, pero mi sonrisa es demasiado fabricada.
-Rylie Elizabeth Payne —Ella alza su dedo índice, oh no —No mientas.
Rylie, asume las putas consecuencias.
-Mamá... Yo... —Comienzo a decir.
-¿Qué? ¿Me vas a decir que lo sientes? Porque no tienes cara de sentirlo, incluso creo que lo has pasado muy bien, así que no me digas que lo sientes —Me advierte y suspiro completamente rendida.
-Siento haberte mentido, mamá.
-¿Porqué has hecho algo así, Rylie? —Dice, más herida que enfadada.
-Porque sabía que no me ibas a dejar ir con él.
-¿Y como puedes estar segura de eso?
-Ay mamá, si sabes que jamás lo hubieras permitido.
-¡Esto es lo último que me faltaba! —Se queja —¿Acaso no te he dado demasiado ya? Permití que él se quedara aquí sabiendo que están juntos, Rylie.
-Lo siento, mamá —Repito —¿Quién te contó?
-Antonia ¿Quién más?
Chismosa, chismosa. Ahora entiendo su actuar tan extraño ¡Y no me advirtió de nada la muy desgraciada!
-Yo le pedí que no te dijera nada, así que no pongas esa cara de querer estrangularla —Me pide —Fui a dejarles unas donas que compré en el centro comercial, y no te vi. La pobre chica no sabía que inventar, así que me contó la verdad entre lloriqueos —Continúa diciéndome —Mira Rylie, has hecho muy mal, pero por esta vez no te diré nada, solo porque yo también fui joven un día y hacía tonterías y locuras, pero te advierto que si vuelves hacerlo sin mi consentimiento no volverás a ver a ese chico jamás ¿Entendido?
-Entendido —Respondo mirándola —Entonces ¿Puedo volver a ir con él pero con tu consentimiento?
-Dios mío —Me observa y niega lentamente, como si me hubiese vuelto loca —Mejor cállate —Me pide —Ah, y por favor deja de pensar que Liam y Niall dejarán de ser amigos porque tú estás con él. Antonia me dijo que estabas asustada y es sumamente absurdo.
-No quiero que se peleen por mi culpa.
-Liam es adulto, no puede enfadarse por algo así.
Sí, pero tú no sabes lo que Liam sí sabe de Niall y el porqué no me quiere cerca de él como algo más.
-Lo sé mamá, ¿Puedo ir a mi habitación?
-No, jovencita —Se ríe —Voy a preguntarte algo y quiero que seas honesta.
-Esta bien.
-¿Tuviste relaciones sexuales con él?
Mi cuerpo y mi alma se encienden como un volcán en erupción. La observo casi impactada por su falta de filtro para preguntar las cosas.
-No puedo creer que me estés preguntando algo así —Respondo.
-Pues lo estoy haciendo, dame una respuesta decente Rylie Elizabeth, ahora.
Jodeeeeeeeeer.
-¡Vale, sí. Pero nos cuidamos! —Respondo queriendo que la tierra me trague en este mismo instante.
-Ay Dios mío —Chilla, pero sin lágrimas —¿Qué voy hacer contigo?
- No lo sé.
-¿De verdad se cuidaron? —Pregunta alteradísima.
-Sí, mamá —Escondo mi rostro entre mis manos.
-¿Con qué exactamente?
-¡Mamaaaaaá! —Me quejo —¡No voy a darte los detalles, nos cuidamos!
-¿Él vendrá más tarde o se quedará fuera? —Pregunta y la observo nuevamente.
-No lo sé, vendrá supongo.
-Más le vale venir, porque no se escapará del reto.
-Ay mamá, déjalo.
-No, Rylie. Mira... —Ella se detiene abruptamente ya que siente voces en el salón.
Oh no, están aquí.
Salgo detrás de ella, en la sala efectivamente está Niall, con mi hermano. Mamá los saluda sin mostrar ningún tipo de expresión que delate nuestra conversación, aunque acercándose a Niall le dice que es agradable verlo después de un fin de semana donde estuvo desaparecido. Ay mamá ¿Porqué eres así?
Niall me observa y aunque las mariposas revolotean en mi estómago, me preocupa lo que mamá vaya a decirle. Él no hace ningún intento de acercarse a mí.
Bueno, jamás lo hizo cuando llegaba a casa buscando a Liam, así que no debería sorprenderme. No debería, claro que no debería, pero lo hago, porque hemos pasado tanto tiempo juntos que no puedo evitar no querer estar ahora abrazándolo y besándolo.
Mamá se retira de la sala sin hacer ningún comentario más, así que le agradezco mentalmente por eso antes de ver mi teléfono, que no ha dejado de vibrar.
-Ay no —Murmuro observando de quién se trata.
Un mensaje y cinco llamadas perdidas.
Harry: Estoy afuera, necesitamos hablar, por favor sal.
Mierda.