1.

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Capitulo 1.

Me había prometido ignorar la maldita musiquita que proviene del salón, pero ya es suficiente. Enfadada y con un dolor horrible en la sien camino hasta el salón donde Mi hermano y su amigo están jugando con la Wii.

-Ry ¿Puedes traernos unas cervezas? —Dice Liam apenas me ve aparecer.

-¿Disculpa? —Le respondo. Esto ya sobrepasa los límites.

-¿Puedes traernos unas cervezas? —Repite mirándome. —No estás haciendo nada.

-Liam, me tienen harta. Pueden irse a la mierda. —Respondo yéndome directamente a la cocina.

Definitivamente hoy no es mi día. Busco entre los cajones alguna píldora, necesito con urgencia quitar el dolor en mi cabeza.
Niall aparece segundos después, lo veo ir directamente a la nevera y sacar las cervezas.
Siento la enorme necesidad de gritarle que lo detesto, que no soporto verlo aquí, pero en vez de eso me quedo callada.

-¿Que ocurre contigo? —Me pregunta de repente.

-¿Qué?

-Cada día eres más insoportable Rylie. —Se queja mientras sale del lugar.

Debería sentirme mal, por supuesto que debería. Pero ya son años soportando los tratos desagradables de Niall.
Cuando lo conocí, yo apenas tenía cuatro años. Desde ese momento él nunca más salio de mi vida. Todos los días venía a casa para jugar con Liam. Yo los observaba de lejos, ya que mi hermano nunca me dejó jugar con ellos, por el simple echo de ser mujer.

Niall me trató bien hasta cuando el tenía trece años. Después de esa edad todo cambió. El nunca más volvió hacer el niño que me sonreía amablemente, o el que intentaba razonar con liam para integrarme a sus juegos. Aún recuerdo su rostro cuando Liam le daba un rotundo no, la forma en que se molestaba con él, pero aun así seguía jugando en silencio.

Pero como todo cambia, él no seria la excepción. Con el tiempo fue tomando una postura diferente, apenas me dirigía la palabra, ya no le pedía a Liam integrarme a sus juegos, aunque claro yo tampoco quería. Ya que sus juegos eran realmente estúpidos.

Fui creciendo y con el pasar del tiempo mis sentimientos también. Cuando tenía quince años comencé a verlo de una manera diferente. En ese tiempo el tenía diecinueve años y ya era todo un hombre. Yo era una simple niña que estaba encaprichada con el mejor amigo de su hermano. Lo observaba de una manera que solo lo hace una chica enamorada. Aunque claro, él nunca se daba cuenta de nada.

Fue entonces cuando nuestras peleas y malos tratos comenzaron. Yo sabía el motivo, él me gustaba y odiaba la forma en que me ignoraba, y mi mejor manera de tratarlo era siendo desagradable con él, a lo que él también respondió de la misma manera.
Sí pudiera justificar mi actuar, sería diciendo que apenas era una niña. Una niña que estaba celosa de todas las chicas del vecindario, ya que la gran mayoría estaba loca por él.

Él ahora tiene veintiún años, y debo decir que nada a cambiado entre nosotros. Quizás está un poco más maduro, y ya no discutimos tanto como antes, pero de vez en cuando —Como ahora— tenemos nuestros intercambios de palabras.
Suspiro resignada, me tomo la píldora con un sorbo de agua y salgo de la cocina, camino hacia la sala de estar y ahí están, dos idiotas con la vista pegada a la televisión, como si fuera lo único que existiera.

-Papá llamó. —dice liam, aun con la vista en la TV.—te manda saludos y dice que vendrá a visitarnos.—agrega mientras mueve el control hacia su derecha.

Mis padres, quienes llevan separados diez años. Aún recuerdo cuando mamá dijo que papá se iría de viaje. Yo apenas tenía siete años, nunca pensé que aquél viaje duraría tanto. Cuando asimile las cosas, entre en una terrible depresión, que duró mucho tiempo.

Y aunque no quiera admitirlo, Niall fue de gran ayuda, él aún me defendía en ese tiempo, yo tenía once años, me hacia reír. Inventaba juegos cuando Liam no estaba y nos divertíamos. Mamá lo quiere como un hijo más, por eso no le importa si arrasa con la nevera o que se quede durante semanas aquí en casa.

-¿Dijo cuando vendrá? —Le pregunto sentándome al lado de Niall pero sin ponerme en su campo de visión.

-No. —Responde mi hermano.

Suspiro. Papá nunca tiene tiempo, espero que cuando lo tenga, ya no sea demasiado tarde. Mi ánimo cae mientras observo la pantalla solo por hacerlo.
De reojo puedo notar que Niall está mirándome, pero luego desvía la vista para seguir jugando.

-¡No, mierda! —Grita Niall soltando el control.

-Te dije que juego mejor que tú. —Responde Liam sonriendo. —Tengo que ir al baño. —Agrega mientras se aleja hacia las escaleras.

Los ojos de Niall vuelven a posarse en mi. Mentiría si dijera que no me pone nerviosa quedarme sola con él.

-¿Porqué estás usando ese tipo de blusas? ¿Eres consciente de que tu brasier se ve, verdad? —Me dice.

-¿Y a ti que te importa? —Respondo inmediatamente, intentando con todas mis fuerzas no ruborizarme.

-No me importa, pero puedo ver perfectamente tus pechos.

-Eres tan estúpido. No veas entonces. —Me quejo.

-Sí, puede que sea un estúpido pero ese rubor en tus mejillas no lo puedes disimular. —Responde con diversión mientras se pone en pie.

Quiero responderle, decirle algo que lo haga sentir mal, como siempre lo he echo y él espera que haga, pero me quedo callada. Observo mi blusa, preguntándome si al menos lo que vio, le gustó.
Sí Rylie, eres una idiota.

𝐔𝐍 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora