En las semanas venideras, el pueblo estuvo literalmente invadido por los cuerpos nacionales de seguridad, el ejército, e investigadores venidos de las principales naciones del mundo.
Luego llegaron las cadenas de televisión, la prensa sensacionalista, y todo tipo de frikis y cazafantasmas en avalancha.
Ni que decir tiene que nadie llegó a saber jamás qué era lo que había pasado en Miravalle de la Colina.
Ni siquiera se acercaron a la verdad.
Nadie quiso volver allí. Miravalle se convirtió en un pueblo fantasma. En un clásico de "Cuarto Milenio" y de todas las publicaciones de corte esotérico que había en el mercado. El caso dio la vuelta al mundo, y pasó a ser un misterio de la entidad de los del Triángulo de las Bermudas, los círculos en los sembrados de los campos ingleses o las líneas de Nazca en el Machu Picchu.
Los cuatro únicos supervivientes fueron ocultados a ojos de la opinión pública. Nada pudo librarlos de ser considerados sospechosos, y aún lo siguen siendo, pero evidentemente nadie pudo demostrar que fuesen culpables de aquella tragedia. Sus cuatro versiones de los hechos eran idénticas y se complementaban.
Si no hubieran sido tan disparatadas, alguien hubiera podido considerar que eran reales.
De todas las versiones, suposiciones e historias que se montaron alrededor de la que se bautizó como la Tragedia de Miravalle de la Colina, ninguna se acercó tan siquiera a la verdad. Desde teorías basadas en intentos de invasión extraterrestre, hasta sectas suicidas, pasando por ataques terroristas, ninguna pudo explicar cómo, en una sola noche, más de doscientas cincuenta personas habían podido ser asesinadas de maneras tan diversas como disparos, heridas de arma blanca, o no tan clásicas como mordiscos o decapitaciones, y por qué las cerca de cuatrocientas restantes víctimas habían aparecido convertidas en amalgamas de carne y hueso derretidas por algo parecido a ácido.
Ese misterio nunca fue ni será resuelto jamás, y aún a día de hoy hace que corran ríos de tinta en los medios escritos.
Hoy, Miravalle de la Colina se ha convertido en un pueblo fantasma, pero con un gran atractivo turístico. En las afueras del pueblo se ha montado un parque temático basado en temas de ocultismo. El hotel siempre está completo.
Periódicamente, se organizan visitas guiadas al pueblo y se cuenta con pelos y señales donde aparecieron los cadáveres y las teorías que intentan explicar lo sucedido.