* Narra Brenda *
En cuanto vi a Ariana venir junto con Jalandra por el pasillo, me paré de mi asiento para ir por ella. Ni siquiera presté atención a las preguntas de Minho o Sartén cuando observaron cómo me alejaba de la mesa donde estábamos almorzando. Cierta emoción me recorría el cuerpo desde que llegamos. Habíamos sido bien recibimos con comida, una ducha donde limpiarnos, una cama y ropa nueva. Esto no podía estar mejor.
- ¡Al fin vienes!- le dije acercándome cuando terminó de intercambiar algunas palabras con la Doctora segundos atrás, quién luego se alejó por el camino por el que había venido- ¿Puedes creerlo? ¡No éramos el único Laberinto!
Ariana no pareció atender mis palabras, estaba demasiado concentrada en todas aquellas chicas que ocupaban casi todas las mesas del comedor.
- Vamos- le tomé la mano para guiarla hasta nuestra mesa-, te guardé un lugar junto a mí.
Llegamos junto con el resto y antes de acomodarnos en nuestros lugares, Ariana se detuvo observando a los desconocidos que teníamos sentados en frente.
- ¿Qué es todo ésto?
- Ellos son del Grupo B- dije mirando a las tres chicas y al muchacho rubio situado en el medio de ellas- ¡Oh, sí! Olvidé mencionarlo; su grupo era sólo de chicas y dos chicos
Volví a sentarme en el mismo lugar en el que estaba cuando me fui, al lado de Minho y del otro lado tenía a Ariana.
- ¿Cómo está él?- la pregunta de Thomas iba referida a Newt.
- Bien, con algunas dosis extrañas que trae efectos secundarios en partes incómodas en su cuerpo, pero bien- sonrió Ariana ignorando por completo que teníamos a cuatro personas desconocidas en frente.
Thomas hizo un gesto de dolor por la mención de "efectos secundarios en partes incómodas en su cuerpo" y tomó el tenedor para comer su almuerzo.
- ¿Como te llamas?- habló una de las chicas- Mi nombre es Anne. Éstas clones de aquí son Katie y Carrie, y él es...
- Aris Jones- se adelantó éste.
Anne le envió un fugaz mirada a Aris como si estuviera molesta y reparó en su comida, ocultando su rostro entre sus castaños rulos.
- Ariana...- respondió con cierta curiosidad en el chico rubio- ¿Cómo es que recuerdas tu apellido?
- Es una larga historia, la contaré en otro...
- Cuando salimos del Laberinto encontró una... ficha personal, o algo así y estaba escrito su apellido sobre la hoja- habló con cierta rapidez una de las gemelas con cierto entusiasmo-, fácil.
- ¿No es blizante que ambos grupos tengan tantas coincidencias?- Katie parecía un parlante con pelo rojizo al igual que su hermana.
- ¿Blizante?- Sartén alzó las cejas como si la palabra fuera lo más gracioso que hubiera escuchado y rió- ¿Qué shuck es "blizante"?
- ¿Shuck?- respondió Katie boquiabierta.
Todos reímos por algunos segundos.
- ¿Ustedes también tenían una jerga?- preguntó Winston entre risas.
- ¡Sí!- Carrie terminó de reír- ¿También estaban en un Área campestre, rodeados por un Laberinto lleno de los malditos Penitentes?
- ¡Esas cosas eran imposibles de matar!- Minho rodó los ojos.
- ¡Exacto!- respondió ella- Mira, esas cosas me hicieron ésto.
Carrie levantó su brazo izquierdo mostrando una asquerosa cicatriz, pero su hermana lo bajó rápidamente con una mueca de desagrado en su cara.
-Tendrías que estar agradecida de que fuera una parte de tu brazo y no tu cabeza por completo- soltó Aris como si algo de lo que habían dicho anteriormente le molestara demasiado.
Anne detuvo su mirada en él y acarició su brazo. Éste lo notó y lo apartó un poco aún enojado.
- Sí, Carrie- le reprochó Anne- Siempre te quejas, pero recuerda que si no fuera porque Andrew...
- Matthew- corrigió el rubio.
- Matthew, claro. Si no fuera porque Matthew se sacrificó por ti, ni siquiera estarías aquí.
Era cierto. Siendo que nos habían contado que eran dos chicos en un grupo de chicas, no había ningún otro chico alrededor del grupo B que no fuera Aris y automáticamente un silencio incómodo se instaló entre todos.
Aunque no duró mucho porque, una vez más, una de las gemelas abrió la boca para volver a parlotear. Ésta vez, fue Katie.
- Entonces... Grupo A, son contrariamente iguales a nosotros.
- ¿Qué quieres decir?-pregunté interesada, mientras todo el resto estaba ocupado en sus platos.
- Claro, ¿no captas?- preguntó con obviedad de sobra- Grupo A: lleno de chicos y dos chicas, Grupo B: lleno de chicas y dos chicos, y esas cosas.
- Seguramente ustedes también a ese chico imbécil que excluyen de todos lados, ¿no?- se burló Anne.
- ¿Chico imbécil?- alcé las cejas- ¿Excluir?
- Oh, vamos. No me dirán que todos eran amiguitos y que todo era feliz. ¿No tenían al típico tímido que todos excluyen por idiota?, porque nosotros si teníamos a una- se giró su asiento y señaló a una chica- Adivinen porque está sola...
Las gemelas rieron y Aris, seguía contemplando a la chica.
-Tal vez deberíamos ir con ella- propuse.
- ¿¡Qué?!- chilló Katie- No, gracias. Ni loca.
- ¿Qué tiene ella?
- ¿No lo ves, Brenda? Es un bicho raro- Katie y Carrie volvieron a atacar su comida.
Observé a la chica alzar la cabeza hacia mí. Parecía no haber tocado su comida. Subí la mirada y miré sus ojos, que a pesar de la distancia, me hacía poder distinguir su color azul en ellos. Su cabello negro estaba desordenado y hacían que su cara luciera más pálida de lo normal. Volvió la vista a su plato, escondiéndose debajo de la capucha de su campera azul.
- ...aunque nuestro grupo era más coordinado al parecer- ¿desde cuándo Katie había estado hablando?-, llegamos hace aproximadamente una semana. Éstos tipos nos rescataron y nos trajeron aquí.
- ¿Qué saben de Janson?- la voz de Thomas tenía un tono de curiosidad y yo sólo me enfoqué en mi comida.
- Ese terredo viejo- los ojos de Carrie rodaron- Gracias a estos soldados, él está muerto.
- Sí, yo misma vi como uno de estos tipos de negro le dispararon y asesinaron.
Mis ojos iban a salirse de sus órbitas, al igual que el resto de mis compañeros.
- ¿¡Qué dices!?- exclamó Ariana- ¡Eso es imposible!
Varias miradas dentro del comedor, tanto de guardias como de chicas, se fijaron en nuestra mesa y Thomas bajó la voz al hablar.
- Nosotros escapamos ayer y el mismísimo Janson nos recibió.
- Estás de broma, astilla- rió Anne sin poder creerlo- ¡Yo vi como lo mataron!
- Y eso es la mejor parte- agregué- Escuchen, cuando estas personas vinieron en nuestro auxilio, ellos "mataron" a Janson... ¿otra vez?
- Esto es extraño- Sartén tenía una voz temblorosa-, muy extraño.
Winston asintió a su favor.
- Shanks, si ese tipo sigue vivo, no descansará hasta conseguir su miertera cura y nos perseguirá hasta que estemos de nuevo en sus cuarteles para usar nuestros cerebros.
- Debemos hablar con Jordan- le dijo Thomas a Ariana-, ¡Ahora!
Las puertas traseras se abrieron y los guardias que la custodiaban se hicieron a un lado. Janson entró seguido de Jalandra y un asistente más.
- Justo a tiempo- sonreí.
- ¡Muy bien, chicos!- la voz de Jordan hizo eco en la habitación- Ya saben como funciona ésto, si digo sus nombres, pónganse de pie y hagan una fila a mi lado.
Jordan comenzó a reparar su vista en su fichero y comenzó a llamar aleatoriamente a básicamente chicas.
- ¿Qué sucede?- preguntó Winston.
-Al parecer, una "salvación"- Aris hizo comillas con sus dedos- Los llevan en pequeños grupos hasta un lugar sano y salvo de toda esta mierda y esas cosas. O eso dicen. Las personas que se van de aquí nunca más vuelven a verse por este lugar o a saberse de ellas.
- ...Jennifer, Chloe, Anabelle- todas las mencionadas saltaban de alegría y seguían las indicaciones de Jordan sin dejar de reír, como si lo mejor que pudiera pasarles en la vida fuera estar en esa lista- Katie y Carrie.
Las gemelas se incorporaron de un salto y comenzaron a gritar como si se tratara de niñas pequeñas.
- ¡Adiós chicos!- gritaron al unísono.
Antes de irse con el resto de las chicas, Katie se dio media vuelta.
- Oh, y Thomas- sonrió pícaramente-, estás jodidamente bueno.
El grupo de chicas desapareció por la puerta en cuestión de segundos.
- De todas maneras, esas idiotas no me caían bien- Anne se dirigió a Aris con una sonrisa-, como esa niña regordeta del Área.
- Sólo tenía doce años, Anne- se quejó en un suspiró- Sólo déjalo. Además, todavía no entiendo que le sucedió.
- Ya te lo dije, Penitentes.
Dejé atrás su conversación. Mi pecho se contraía y sentía mi corazón a punto de explotar. Apreté la tela de mi pantalón con mi mano debajo de la mesa para así apaciguar el recuerdo de Chuck y evitar que lágrimas salieran a la vista de todos. Esa niña era el equivalente de Chuck en el otro grupo.
La mano de Minho apretó la mía debajo de la mesa y consiguió relajarla. Mis ojos viajaron a los suyos y vi su rostro de perfil, fingiendo que nada estaba sucediendo con nuestro contacto. El apretón terminó en una suave caricia y me sentí un poco mejor.
Al mirar a mi izquierda, el lugar junto a mí estaba vacío. Busqué a Ariana por el recinto y trataba de alcanzar a Jordan. Supuse que le advertiría sobre Janson y C.R.U.E.L.
Reedus cruzó la puerta antes de que Ariana pudiera decirle algo y los guardias le impidieron el paso a la chica. Todos en la mesas- y en el resto de las mesas- observaban expectantes la discusión entre la seguridad y Ariana.
- Iré por ella antes de que se meta en problemas- susurré a Minho, y a pesar de su rotunda negación, hice oídos sordos a sus comentarios.
Aceleré mis pasos sin tratar de llamar la atención de todo el mundo, pero ya que todos tenían la vista posada en aquella situación, fue en vano.
- Ya te dijimos que no- uno de los hombres soltó con fiereza-, ahora vuelve a tu lugar antes de que pierda la paciencia.
- Ariana, ven. Se lo diremos después.
- ¡No!- gritó- ¡Quiero hablar con él, ahora!
- Vuelve a tu lugar- el otro guardia empujó a Ariana y supe que esa era la gota que rebalsaría el vaso- ¡Ahora mismo!
Ariana le escupió en la cara. El hombre hizo crujir su mandíbula y sus brazos se tensaron haciendo remarcar cada una de sus venas.
Otra vez en problemas.
El puño de aquel tipo de gran tamaño se levantó para golpear a Ariana. Mis reflejos sólo extendieron mi brazo y detuve su mano antes de que tocara a mi amiga.
- Ten cuidado con lo que haces, fortachón- clavé mis ojos en los de ese idiota y solté su puño- Ahora vamonos de aquí, Ari.
Al dar la vuelta y encarar a todos los demás, todos tenían los ojos en nosotras. Hasta aquella chica rara estaba viéndonos con atención. Minho, Thomas y Aris estaban de pie a un lado de la mesa, seguramente lo hicieron cuando vieron lo del "casi golpe" y se incorporaron por si tenían que entrometerse en la situación.
- Buen trabajo, chicas- soltó irónicamente el asiático.
- Cállate, Minho.
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¡Tercer capítulo!
Gracias por todos los votos y comentarios que recibo día a día.
Supongo que ya se dan una idea de quién se trata la misteriosa chica...
¡Nos leemos en la próxima! :)