Sentía su cabeza doler por los jalones que le propinaba Bellatrix.
Se había obsesionado con dar golpes y si ella estaba a su alcance la hacía sufrir. Le gustaba escuchar sus gritos, ver sus lágrimas correr por sus enrojecidas mejillas y ver su adolorido cuerpo arrastrarse.
Ese día había conseguido saciarse con su dolor. Había cogido su varita y la había clavado en su brazo escribiéndole algo que hasta la misma Bianca reconocía <<Maldita bastarda traidora>>
Bellatrix encontró divertido ver su cuerpo retorcerse mientras le escribía en su piel ese calificativo y la dejó tirada en el suelo del calabozo lloriqueando.
Llamó al elfo para que la ayudara a curarse y la ayudó a levantarse del suelo.
- Estoy harta, Kips.
- No podemos hacer nada, señorita, sería ir en contra de mi naturaleza como elfo domestico.
- Sí, lo sé. Pero van solo mes y medio para volver a clases y estoy así: llena de moretones, con heridas y con cicatrices recientes. Si Dumbledore sabe que estoy a la custodia de ella ¿ Por qué mierda no manda al ministerio para arrestar a esa perra?
- No sabría decirle, señorita, yo mismo iría por el ministro pero si se entera, ya no volvería a ver la luz del día.
- Lo sé, por eso no te pido nada. Lo peor es que mañana tendré que comprar mis libros para las clases e ir con el maldito de Lucius Malfoy y su jodido hijo. Ah...
En ese momento, Kips le estaba vendando el brazo y le dolía a horrores.
- Lo siento, señorita Bianca Esperanza.
- No importa, y ya te dije que no me llames así.
- Lo lamento.
Mientras que el elfo le envolvía el brazo recordó la vez que le quiso curar la pierna a Severus después de la mordida de Fluffy y él se negó. Había pensado en escaparse para molestarlo como lo hacía cada vez que lo llamaba viejo o senil y con tal de alejarse un día del lugar donde estaba.
- Joder. Me molesta no hablar con nadie, además de ti, Kips.
- Yo podría llevar cartas a quien quiera.
- Bien.
Cogió un trozo de pergamino y comenzó a escribirle a Severus con su otro brazo.
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" Hola Severus: (digo Snape)
Soy Bianca, tu alumna favorita, ¿Cómo estas pasando tus vacaciones?, Si son buenas, genial; si son horribles, también yo. ¿Recuerdas que te conté que vivía con Bellatrix? Pues, ahí va la porquería. La muy perra me escribió en el brazo con su varita y me quedé sola en mi "habitación" con un elfo que me ayuda a curarme. Lo peor es que mañana voy a adquirir los libros y demás. No es porque no quiera, sino que voy con el jodido de Lucius Malfoy y su hijo. Bueno, si no te agradó que te mandara esta carta, no me importa. Ya te la mandé y ya no hay vuelta atrás. ¿Te importaría enviarme algo de poción para mi brazo? te lo agradecería bastante.
Espero que te haya quitado el tiempo. Con mi más sinsero dolor por la maldita de Bellatrix.
Bianca Esperanza
Ryddle,
tu queridísima y
jodida
pesadilla"
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Le entregó el pergamino al pequeño elfo y le dijo que se lo llevara al profesor Snape.
Él desapareció dejándola en ese lugar. Se preguntaba que estaría haciendo su profesor favorito. Extrañaba demasiado Hogwarts y mientras más rápido terminaran la vacaciones, todo estaba mejor.
El elfo había vuelto y se encontraba de nuevo con los otros.
Se quedó dormida en una esquina y se movía incómoda por el brazo.
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Algo había golpeado el conducto de luz que había en ese lugar. Se había despertado y había visto una lechuza de color marrón. Fue a verla y vio que tenía una carta y un paquete el cual desamarró y abrió la carta.
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" Querida señorita Ryddle:
Gracias por arruinar mi tranquilidad. Y le informo que no es mi alumna favorita *esa ni tú te la crees- pensó Bianca* Le envío adjunta la poción que me pidió. Lamento que tenga que soportar a Lestrange, pero no puedo hacer nada.
No sé que tipo de relación tenga con el señor Malfoy, pero le deseo suerte con él.
Severus T. Snape
Prince"
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Le mandó un trozo de nuevo agradeciéndole la poción y la suerte. Abrió el empaque con la poción cicatrizadora, se tomó un sorbo y la guardo para después. La poción pasó por su garganta como hielo y tenía un sabor para nada agradable que provocó que le dieran arcadas.
Kips bajó y le abrió la puerta.
- Señorita Ryddle, el señor Malfoy a venido con su hijo por usted para ir al callejón Diagon.
- Uh, ya voy.
Cogió su varita y se la guardó en su pantalón. El elfo la observó dubitativo.
- Pero...
- Es por las dudas.
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Los tres se aparecieron en una tienda extraña; no le pasó el preguntar donde estaban y se comenzó a pasear por el lugar. Pronto reconoció que era "Borgin & Burks".
Al cabo de dos segundos, identificó un par de anteojos que pertenecían a cierto niño. Estos se encontraban detrás de un mueble el cual pateó atrayendo la mirada del rubio y del vendedor con quien este hablaba.
- Upss... perdón.
Ambos adultos siguieron hablando mientras el pequeño Malfoy andaba distraído con otra cosa.
Se percató de la mirada de Potter y le sonrió burlonamente. Esta le dio una ventaja para huir del lugar y cuando se fue comenzó a ver más.
Era casi tan deprimente como la mansión Lestrange.
En el momento en que los tres salieron de la tienda, comenzó a sentir un olor nauseabundo.
Draco se adelantó a la Librería y dejó a la niña a solas con el adulto. Ella intentó ir detrás de su par pero el mayor la sujetó.
- De aquí no te mueves, mocosa.
- ¿Qué pasa? ¿Acaso ya no te paran las del burdel?
- No es eso, querida, es que ninguna de ellas se compara a ti.
- No sé si debería ofenderme o halagarme.
No obtuvo respuesta a su pregunta pero si una acción: fue arrastrada hasta una parte alejada, tan alejada que ni media alma se acercaba.
- ¿¡Qué haces, idiota!? ¡Suéltame!- Exigió y al no recibir respuesta por segunda vez, sacó su varita apuntándolo.- No dudaré en lanzarte un Avada si no me sueltas, bastardo.
- ¿Quién habla de bastardos, señorita Ryddle? Además, tú sabes que no puedes usar magia fuera del Hogwarts.- iba a replicar pero en ese momento sintió caerle un imperio.
- Me hubiera gustado no tener que usar un hechizo pero ya me estabas hartando.
Cayó al suelo y Lucius se posicionó sobre ella, quizo empujarlo pero ni siquiera lo intentaba sabiendo que sería inútil. El mayor comenzó a desvestirla y no podía hacer nada.
Trató de mantenerse serena e ignorar lo que pudiera pasarle hasta que sintió una mano colocarse entre sus piernas, emitió un leve quejido de negación pero fue apenas perceptible. Unos dedos se colocaron en su interior y sintió asco por lo que pasaba, especialmente cuando los dedos fueron reemplazados por un grueso pedazo de carne.
La penetraba sin piedad sin poder hacer nada más que maldecir, odiar y lloriquear. Al parecer, Lucius disfrutaba al ver su negación corrompida mientras entraba y salía de lla, la manoseaba por todo lugar y pasaba su lengua sobre su piel dándole arcadas.
Su tortura continuó por varios minutos hasta que se corrió dentro de ella, dejándole adolorida y asqueada en extremo. Antes de levantarse le devolvió el autocontrol. Lucius se arregló la ropa y se fue con una expresión de estar complacido, dejándola allí tirada.
Trató de levantarse y comenzó a vestirse, maldiciendo infinitamente a Lucius.
Sin tener más opción, comenzó a seguirle los pasos dirigiéndose ambos a "Florish & Blots" donde encontrarían a Draco insultando a los Weasleys, ya a Harry y Hermione.
Cuando llegó a la librería, el trío de oro la mataban con la mirada. Bajó su rostro arrepentida y no dirigió ni una sola palabra a ninguno.
Estaba escuchando todo hasta que el padre de los Weasleys y el mayor de los Malfoy empezaron a repartirse golpes en plena librería mientras todos los miraban expectantes.
Después de que lograran separar a ambos adultos, notó el ojo morado que Lucius tenía soltando una risa que no pudo ahogar y se fue para que no la pudieran ver.
Empezó a buscar varios libros y fue a una sección alejada de las demás. Quería encontrar un libro con el cual vengarse de Malfoy pero se dio cuenta de que tendría que volver al callejón knocturn. Estaba cogiendo uno de tapa roja pero...
- ¿Qué haces aquí?- preguntó un rubio haciendo que se le cayera al suelo.
Se agachó a recogerlo para dejarlo de nuevo en el estante.
- ¿Qué es lo que quieres, Draco?
- Nada, estoy aburrido.
- Y viniste a joderme a mi puesto que ya se fueron los Weasleys con Potter y Granger.
- No exactamente. Quiero respuestas: ¿Eres la amante de mi padre?
- No, soy su pequeña prostituta. JÓDETE MALFOY.
- No sé por qué tuvimos que traerte con nosotros, no eres más que un estorbo.
- Entérate, mocoso, que yo no quería vivir aquí.
Se fue del lugar golpéandole con el hombro mientras se ganaba otro enemigo, pero no tan peligroso.
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Cuando terminaron de conseguir todos los materiales, dejaron a la niña en la mansión Lestrange. Se fue hasta el calabozo que llamaba habitación y cogió un pergamino.
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Severus, necesito en serio que me mandes una poción de Dionaea Muscipula. Te pido, en serio (muy en serio) que no me preguntes para qué. La necesito para ahora, por favor.
Bianca E. Ryddle.
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Llamó a Kips a gritos y le ordenó llevárselo a Snape y que regresara con el encargo que le había pedido. No quería que el mago le preguntase sobre la poción, ambas utilidades eran vergonzosas: una era para la mestruación y la otra para la anticoncepción. Rezaba para que pensara que era para la primera opción.
El elfo regresó y le entregó un paquete y una nota pequeña. Leyó y solo decía:
<< Creo que será mejor que no pregunte.>>
Se tragó media botella y guardó la otra mitad. Ya quería regresar de una vez a Hogwarts.
Hola. ¿Ya están contentas?
En el próximo capítulo entrarán un par de nuevos personajes y gracias a ELLOS, la actitud de Bianca cambiará, o eso es mi parecer.
Dionaea Muscipula: Buscaba plantas para inventarme una poción o algo así y encontré esta planta. Dionaea es un género de en la familia . La única especie Dionaea muscipula, de nombre común dionea atrapamoscas o venus atrapamoscas, atrapa presas vivas —principalmente y —.
Su estructura de captura está formada por la porción terminal de cada hoja dividida en dos lóbulos que contiene tres diminutos pelos sensitivos sobre la superficie interna. Cuando la posible presa hace contacto con uno de estos pelos la trampa se activa, pero solo se cierra si el contacto se repite en cualquiera de ellos dentro de los siguientes veinte segundos. Este requisito del doble contacto es un sistema de seguridad para evitar el desperdicio de energía en caso de que el objeto atrapado no tenga ningún valor nutritivo.
Gracias por haber leído. Ojalá les guste.