-Al principio pensé que era una broma de mal gusto cuando Stella me dijo que estábamos directo a Londres, a 'mi nueva vida', para ser princesa y luego reina.- Suspiró y sus ojos perdieron el poco brillo que había recobrado en esas semanas bajo la custodia de esos inmensos muros de ese oscuro lugar poco perteneciente a su vida y corazón. Se remojó los labios con la lengua, es evidente que está aguantando las ganas de llorar, su labio inferior tiembla y eso lo deja más que claro. Una lágrima bajó por su mejilla derecha mientras ella miraba a la nada y Joseph le miraba curioso pero con el ceño fruncido. Nunca se imaginó el diminuto tormento que vivió esta chica antes de "ser salvada" de ese horrible lugar.- Luego ví por la ventanilla del avión y...me dí cuenta que no era mentira...
Ese día:
-¿La ha visto?- era como la centésima vez que preguntaba eso a las personas que me encontraba en las calles. Justo había venido a dar al callejón trasero del mercado. La señora vio la foto con calma, analizándola, ojalá y ella sí me pueda dar un poco de información. Frunció el ceño, separó sus labios pero no la vista de la foto. Ya es noche, no sé qué horas con exactitud pero pienso que ya pasan de las 10.-
-Sí.- Dijo por fin. Solté aire de alivio pero mi corazón no deja de latir con fuerza.-
-¿En dónde?- negó con la cabeza, cerró sus ojos no más de tres segundos, los abrió y por último: suspiró pesadamente.- Por favor dígame. Necesito saber de emi hermana.- Me miró con los ojos bien abiertos y con el ceño fruncido.- ¿Quiere dinero?- ¿será que no puede hablar mucho? Rebusqué en los bolsillos de mi pantalón y encontré $20 dólares y 10¢, le tendí el dinero y ella lo miró confundida-. Le doy esto, es todo lo que tengo. Pero por favor dígame de ella. Se lo suplico, estoy desesperado.- Me tragué el llanto y me pasé la mano derecha por mi cabello, apreté mis labios y miré al cielo para evitar llorar...de nuevo.-
-Es inútil.- Dijo una voz femenina que, pienso, se encuentra detrás de mi. Me volteo y me encuentro con una chica de unos 18 o 19 años. Su ropa está sucia, lleva un canasto recargado en su cadera y lo sostiene con su brazo izquierdo.- No habla mucho, solo sabe decir 'sí' o 'no'.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí?
-El suficiente para saber que buscas a la chica de la foto y que ofreces tu poco dinero por información al respecto.
-¿Me podrías ayudar?
-Tal vez.
-¿Quieres el dinero?
-¿Ves que tengo cara de necesitada?- enarcó una ceja divertida.- Me llamo Carolina, mucho gusto- me extendió su mano derecha luego de que dejara su canasto a sus pies. La miré confundido, me sonrió y se la estreché.- Pero dime 'Lina'.
-Soy Carter, ¿me ayudarás?
-¿En dónde la viste?- me hizo a un lado para acercarse a la señora y ver la foto. La señora le hizo señas y Lina asentía con el ceño fruncido. Luego de unos minutos la señora se fue y Lina se acercó a mí para tenderme la foto de Grace.- No está muy lejos de aquí, pero sí en grave peligro.- Volvió a tomar su canasto-.
-¿Sabes en dónde exactamente?
-Sí, pero ya dala por perdida, Carter. Cayó en muy malas manos, seguro y ya no está con vida..
-¡No digas eso!- la interrumpí mientras la apretaba de los hombros. Su mirada se horrorizó, claro, no es común que conozcas a un chico y que luego de unos minutos se vaya encima de ti para lastimarte.- ¿Me vas a decir a dónde se la llevaron?- lo siguiente fue que estaba en el piso en posición fetal retorciéndome de dolor.- ¿Por qué hiciste eso?
-No, ¿tú por qué casi me mueles a golpes?- me preguntó muy alterada.-
-No iba a golpearte. Solo te tomé de los hombros.
-Ah. Entonces yo no iba a dejarte estéril, solo iba a hacer que te arrepintieras de haberme hecho eso. Pero te ayudaré a encontrarla. Solo espérame aquí, voy a volver- se arrodilló a mi lado y pasó su mano izquierda por mi cabello- No tardo- luego se echó a correr y yo traté de pararme o al menos sentarme. Los minutos pasaron, quizás las horas. El sonido de las 12 campanadas me hicieron sobresaltar. Es obvio que la tal Carolina me tomó el pelo. Me levanté de la acera y sacudí mis pantalones. Dí unos pasos para regresar...¿pero a dónde? ¿A casa? No. No puedo regresar sin ella. Le dije que iría a buscarla y no pienso llegar sin ella.- ¡Lo siento, rubio!- gritó desde lejos. Entre cerré mis ojos y la ví correr hacia mí. Traía otro vestido mucho mejor que el anterior, su pelo suelto y unas sandalias.- Perdón mi demora, es que tuve que esperar a que mis patrones se salieran de la casa.
-Creí que no vendrías.
-Yo nunca falto a mi palabra, rubio. Vamos- me tomó de la mano y me hizo caminar varias calles sin descanso, hasta que llegamos a una pequeña casita alejada de la ciudad.- Entra, rubio.- Entré y ella cerró la puerta, todo estaba a oscuras; luego de un minuto vi que se acercaba a mí con una veladora-. Lo siento, pero no me alcanza para la luz, espero y eso no sea algo que no puedas soportar, rubio.- Soltó unas risita-.
-¿Es tu casa?
-Sí. Estaba abandonada. ¿No es genial? Luego de vagar por varios meses en las calles y dormir en las bancas de los parques por fin tengo una casa, un lugar al cual llamarle hogar.- Encendió otras dos, ahora había suficiente luz para mirar en su rostro una sonrisa llena de alegría.- Espera que voy por unas cosas.- Se desapareció en una habitación de la pequeña casa. Yo me quedé apreciando sus pocas pertenencias.-
-Carolina.
-Lina.- Me corrigió-.
-Lina.
-¿Sí?
-¿Y tu familia?- me atreví a preguntarle. Ella tardó en contestar, pero mientras oía cómo batallaba con algo en la habitación a la que se metió con solo una veladora.-
-¡Aquí están!- dijo en voz alta. Luego se apareció entre las sombras con unas 3 cobijas en brazos y con una gran sonrisa en su rostro.- Tómalas- me las dio bruscamente y se trajo la vela.- No sé, debe estar por algún lugar del mundo. No tengo idea, me dijo que volverían pero de eso ya han pasado más de 14 años.- Me contaba con toda la tranquilidad del mundo mientras tendía las mantas en el suelo.- Listo, rubio. Te ofrecería una cama pero solo tengo mi catre. Lo siento- me dijo con una mueca y alzando los hombros-.
-¿Qué?- le pregunté confundido-.
-¿Cómo que 'qué'?- me dijo divertida y con ambas manos alrededor de su cintura-. Dormirás aquí, rubio.
-¿Yo?
-No, el de atrás.
-Lina... No puedo. No es correcto.
-¿Por qué? ¿Porque a penas y te conozco? ¿Porque la gente chismosa va a rumorar cosas sobre que metí a un chico a mi casa? Tranquilo, ya rumoran varias cosas sobre mí. ¿O es porque temes pasarte de listo conmigo?
-Porque me acabas de conocer.
En multimedia está Lina:3