Sangre y Aullidos.

By isaki55

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Cristal Towsend, hija de Arán Towsend y Bianca scott, una chica criada en un mundo lleno de lujos y comodidad... More

Prólogo.
Capitulo. I. El chico rubio.
Capitulo. II. Fran.
Capitulo. III. Un nuevo chico.
Capitulo. IV. Ser fuerte.
Capitulo. V. Cambio.
Capitulo. VI. Hombre predestinado.
Capitulo. VII. ¿Un sueño?
Capitulo. VIII. Una mujer peligrosa del pasado.
Capitulo. IX. Dolor.
Capitulo. X. alcohol.
Capitulo. XII. Sabrina.
Capitulo. XIII. Clara.
Capitulo. XIV. Halk.
Capitulo. XV. Una extraña sorpresa.
Capitulo. XVI. ¿Andrea?
Capitulo. XVII. La verdad.
Capítulo. XVIII. ¡última oportunidad!
Capítulo. XIX. Nuestro amor.
Capítulo. XX. Sacrificio.
Capítulo. XXI. Vida no deseada.
Capítulo. XXII. Ser fuerte.
Nota para mis lectoras.
Capítulo. XXIII. ¿Casualidad?
Capítulo. XXIV. Más dolor.
Capítulo. XXV. Rota.
Capítulo. XXVI. ¿Esposa?
Capítulo. XXVII. Libre.
Capítulo. VXIII. Traicionada.
Capítulo. XXIX. Un nuevo comienzo.
Capítulo. XXX. Mío hasta el final.
Capítulo. XXXI. Horrible pasado.
Capítulo. XXXII. Declaración entre luciérnagas.
Capítulo. XXXIII. ¡Mi Lucas no!
Capítulo. XXXIV. Una líder.
Capítulo. XL. Mis heridas.
Capítulo. XLI. Muerte.
Capítulo. XLII. Asesina.
Capítulo. XLIII. Inicio de la guerra
Capítulo. XLIV. Encerrados.
Capítulo. XLV. Descontrol
Capítulo. XLVI. Deseos incontrolables.
Capítulo. XLVII. Él - Ella.
Capítulo. XLVIII. Desgarrar.
Capítulo. XLXV. Lejos
Capítulo. XLXVI. confusión.
Capítulo. XLXVII. El comienzo de todo.
Capítulo. XLXVIII. Una vida.
Capítulo. XLIX. Al fin murió.
Capítulo. XLIX. Al fin murió.
volví!!!

Capitulo. XI. Declaración.

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By isaki55

Cristal

Ya ha pasado un mes desde lo de Fran, las cosas siguen iguales; yo tratando de conseguir la atención de Lucas mediante mis estudios él siempre me ayuda en todo... mi Lucas es tan dulce y tierno, lo amo.

__ ¡Cristal! –la voz de Amanda casi me da un infarto.

La miro seria.

__ ¡Deja ese mal hábito de gritarle a las personas! –la reprendo.

Ella me dedica una mirada tierna y me abraza. Eliot llega a nuestro lado.

__ Ustedes son incorregibles, cinco segundos pelean y a los dos están como sin nada. –dice sentándose. – ¿Bien qué haremos está noche?

__ Vayamos a divertirnos viendo una película de romance.

Yo la observo un momento, ella ladea la cabeza confundida.

__ Si vemos una de romance lo más probable es que se quede dormido. –Coloco mis manos juntas y con una sonrisa macabra me acerco a su oído. –mejor veamos una de terror.

Amanda se tapa la cara con la mano.

__ Eso es de lo que hablo, bien dicho Cristal. –interviene Eliot.

Amanda nos mira horrorizada.

__ Ustedes y sus gustos raros, los dos necesitan un psicólogo.

Los tres nos comenzamos a reír, me giro para encontrarme con Fran y la traidora de Anabel, bajo la mirada.

__ ¿Por qué de repente pones esa cara? –dice Amanda.

__ ¡Esos dos! –se coloca de pie y Eliot la detiene.

__ ¡Ya amor déjalos!

De pronto mi celular timbra, Amanda lo toma y con unos ojos brillantes atiende la llamada.

__ ¡Hola Lucas! –de inmediato trato de quitarle el celular, pero ella es más rápida que yo. –Sí, ella esta acá. Bien quería invitarte a una reunión en la casa de Cristal. ¿Eh? ¡Claro que no! Sólo veremos una película y me pareció bien invitarte. ¿Enserio? Bien te esperamos.

La miro con odio.

__ ¡Eres la peor de todas! –le grito haciendo un puchero.

Ella me saca la lengua.

__ Eso se llama venganza, cuando tu querido. –hace énfasis en esa palabra. –vea lo loca que estás no querrá volver a verte por un largo tiempo.

Eliot suspira y se levanta.

__ Bien es mejor ir a comprar las cosas después de clase. Así que tenemos dos clases más.

__ Vamos.

Esas cuatro horas de clase se hicieron largas y más con la sola idea de que Lucas estará en casa, me desconcentró casi toda la tarde. Al salir del salón Amanda se tropieza con Anabel.

__ ¿Qué tenemos acá? –dice mirándola con desprecio. –eres un vil hipócrita, sí eso es lo que eres.

Anabel le dedica una sonrisa.

__ Me vale un reverendo pepino lo que tú pienses de mí, total Fran y yo somos muy, pero muy felices. –me mira con odio. –Nos vemos.

Se da la vuelta marchándose.

Es triste ver lo falsa que siempre fue Anabel con nosotras, pero me duele saber que Fran fuera de esa manera. Sigo mi camino, tiro del brazo de Eliot que se gira para verme.

__ Es mejor ir de compras, ya es tarde.

Amanda no dice nada, aun está enojada por lo de Anabel, la verdad al inicio me sentía igual, pero si ellos son felices es mejor dejarlo de lado; yo sólo espero que Lucas acepte mis sentimientos. Ha pasado todo este tiempo y lo que siento es lo mismo, lo amo.

La voz de Amanda me saca de mis locos pensamientos.

__ Cristal, ya llegamos. Apresúrate que necesitamos tener todo listo. –dice con una sonrisa.

__ Todo el tiempo es mi casa, a ver ¿Por qué nunca en la de ustedes? ¿Eh?

Ellos me miran con una radiante sonrisa.

__ ¿No es obvio? Tienes una tele mucho más grande que la nuestra. –se giran y toman una canasta.

Esos dos me dejan sin ganas de nada, exhalo y los sigo. Diez minutos después de andar de un lado a otro, subimos al auto. Eliot saca de su bolso el montón de películas de terror, Amanda no deja de quejarse por nuestra elección, al llegar a casa preparamos todo, Eliot sigue con la búsqueda de la mejor película de horror.

__ ¡Apresúrate! –me grita. –esto va sobre la mesa y no olvides las bebidas.

__ Sí ama. –digo estresada.

Ella me dedica una mirada asesina.

__ Busca tu muerte natural pequeña mocosa. –dice alzando una cuchara.

Al fin Eliot da por terminada su búsqueda, levanta la mano y nos mira.

__ Bien sólo falta esperar a tu querido amor. –me acerco a Eliot.

__ ¡Eliot!- digo alarmada.

Amanda deja escapar una carcajada.

__ ¡Claro como si él no lo supiera! –ella al ver mi cara de enojo se calma. –bien ya.

__ Bueno ahora apaguemos las luces, esto se pondrá súper interesante.

Amanda me mira con molestia.

En ese momento el timbre suena, Amanda corre hacia la puerta y la abre.

__ ¡Bienvenido Lucas! –dice con una gran sonrisa.

Él observa el ambiente y entra, en sus manos trae algunas bolsas.

__ Gracias, traje algunas botanas y algo de bebida. –Amanda las toma y las lleva la cocina.

Lucas ve a Eliot y lo saluda, yo me acerco despacio.

__ Hola. –digo en un susurro. –pasa toma asiento.

Le ofrezco, él sin demora lo acepta. Aprovecho entro a mi habitación y me visto con algo más cómodo, un short y una camiseta. Al llegar al salón ya todos están sentados y Amanda como buena amiga me dejo un lugar al lado de Lucas ¡Genial!

__ Bien ya estamos todos que empiece la función. –indica Eliot.

La película inicia con un par de adolescente como siempre, los chicos van de campamentos y entran a un lugar donde hay un letrero con la palabra peligro en rojo y como siempre terminan muertos. Después de eso mi atención se fue al rubio que tengo al lado, luego de unos veinte minutos Amanda grita como loca.

Eliot pasa su brazo por la cintura de Amanda, mientras ella se aferra a su pecho, yo sólo miro a la televisión. En realidad no sé cómo reaccionar ante dicha situación, así que juego con mis dedos. Con cuidado me acerco un poco más a Lucas rozando su brazo. Al parecer él está igual de incómodo con el ambiente.

¡Piensa querida, Vamos tú puedes! –me apoyo mentalmente. Despacio esperando el momento de una escena escalofriante y fingir que muero de miedo, en ese instante el asesino pasa una enorme guadaña por el estómago de la víctima, y como una buena actriz me aferro a su brazo.

__ Tranquila Cristal es una película. –dice Amanda en tono juguetón.

Yo le dedico una mirada de odio. Lucas pasa su brazo por sobre mis hombros, y sin demora me acomodo quedando pegada a su cuerpo.

__ Es natural sentir miedo. –expresa Lucas mirando la pantalla.

Y así fue en el resto de la película, cada vez que pasaba algo horroroso me cubría con su pecho, y él sólo acariciaba mi cabello, me agrada cuando él se comporta de esa manera conmigo, dulce y atento. Amanda se coloca de pie y Eliot la sigue.

__ Amor acompáñame a la cocina por unas bebidas. –los dos nos dejan solos.

Mi celular suena y leo el mensaje, es Amanda "Amiga te apoyamos" me acerco más cortando toda distancia. Lucas me mira extrañado.

__ ¿Aun tienes miedo? –dice acariciando mi mejilla.

Yo asiento débilmente, debo parecer una chica asustadiza con él, poco a poco me posiciono sobre él, de inmediato se alarma.

__ ¿Qué haces? –susurra. Gira la mirada a la cocina.

Yo paso mis brazos por su cuello y lo miro con una gran sonrisa, él trata de quitarme de encima, pero no lo logra, mis labios se acercan a los suyos y al estar a unos milímetros me detengo y me bajo de su regazo.

__ Sólo bromeaba, no te asustes de esa manera. Además no pretendo dar un espectáculo estando ellos acá. Bien iré por algo de beber ¿Quieres algo?

Él suspira y no dice nada. Yo sigo mi camino como si no hubiese pasado nada, ¿Qué puedo hacer para que este hombre me ame? Entro a la cocina, abro el refrigerador y busco agua. Amanda se acerca.

__ ¿Qué haces acá? –dice sorprendida. –los dejamos solos para que ya sabes plan de conquista.

La miro y luego bajo la mirada, sin más me siento en una de las sillas y le doy un sorbo al agua.

__ Lucas no tiene interés en mí, ni un poco. Ya no puedo estar así de por vida, además esa adivina dijo que conseguiría al amor de mi vida y la verdad. –aprieto los puños. –no quiero que sea otro... sólo quiero a Lucas.

Mi amiga me abraza para luego hace que la mirara a los ojos.

__ Será mejor que nos marchemos, los dejaremos solos, a ver si así se animan las cosas. –sujeta a Eliot del brazo y sale a la sala. –bien Cristal, ya es tarde Eliot y yo nos vamos. –llega a la puerta. –adiós Lucas hay te dejo a mi linda amiga cuídala bien.

Camino en dirección a Lucas y le ofrezco una taza chocolate que preparó Eliot, él me dedica una sonrisa y le da un sorbo. Un silencio incómodo que siempre aparece cuando estamos solos. Mis manos están heladas ¿Acaso estoy nerviosa? Me siento a su lado. –Señor no tengo nada que decir. –rápido me giro y lo observo.

__ Lucas. –él me mira esperando mis palabras. Vamos Cristal tú puedes. – ¿Qué piensas... de mí?

Sus ojos se abren por la sorpresa de mi pregunta, bajo la mirada; no quiero escuchar su respuesta, me dolería mucho sí él dijese que sólo soy una niña. De pronto su voz llena el lugar.

__ ¿En verdad quieres saberlo? –yo asiento. –bien, eres una chica caprichosa, obstinada, capaz de conseguir lo que quieres sin importar las consecuencias y bueno sólo eres una niña.

¿Eso piensa de mí? ¡Qué soy una mocosa minada! Bajo el rostro ¡No, no puedo permitir que mis lágrimas salgan delante de él! me coloco de pie y doy un paso adelante, pero una mano firme me detiene.

__ Pero aun así. –no me giro, sólo espero sus últimas palabras; él suspira y presiona mi brazo. –... Me gustas.

¿Qué acabo de escuchar? ¿Dijo que le gusto? Me doy la vuelta y lo miro confundida, él me dedica una media sonrisa. Esto debe ser un sueño. Me acerco a él y lo miro fijamente.

__ ¿Qué acabas de decir? –su mano acaricia mi mejilla.

__ Que me gustas. –susurra. –debo estar loco. –dice llevando su mano a la cabeza, haciendo una linda expresión.

Una sonrisa se dibuja en mis labios ¡Soy feliz! Hago que me mire, deposito un beso en su frente y luego lo abrazo. ¡Le gusto! Él se aparta un poco.

__ ¿No estás jugando conmigo verdad? –él me dedica una mirada seria.

__ Estoy muy viejo para eso. –dice en un tono firme. –y tú eres tan joven y fresca. –indica rozando su dedo índice en mis labios.

Su simple contacto es para mí como un millón de descargas eléctricas, sin pérdida de tiempo me subo sobre sus piernas y presiono mis labios contra los suyos, sin demora sus brazos rodean mi cintura atrayéndome más hacia él. Este beso no es sólo un beso apasionado, no es sólo el desenfreno de un amor tardío, es el más cálido susurro a mi alma.

Nuestros labios se separan en busca de oxígeno, nos miramos por un segundo y puedo ver esa mirada que tanto desee ver en esos lindos ojos azules, mi frente está contra la de él, puedo sentir su aliento rozando mis labios deseosos de poseerlo los suyos.

__ Debo ser correcto y hacer las cosas como son, así que mañana vendré por ti a las siete, ahora debo irme. Mañana tengo trabajo temprano.

No quiero que él me deje sola, no después de lo que pasó.

__ Bien, espero mañana.

Me levanto, pero Lucas tira de mi brazo dejándome caer sobre él, sin demora pasa su mano por mi nuca y atrae mi cara hasta la de él plantándome un cálido beso de buenas noches.

__ Nos vemos. –se levanta y se marcha.

¿Qué fue eso? me pellizco para ver si es un sueño.

__ ¡Ay, duele! Así que no es un sueño. –me levanto y doy brincos de la felicidad.

Lucas

Me levanto con pocas ganas de ir a trabajar, pero que se puede hacer es mi obligación, llevo una semana asesorando a Cristal en algunas materias después del trabajo y eso no me deja dormir las horas necesarias. Pero no es eso lo que me tiene en este estado mental bloqueado... es el simple hecho de que hace unos meses para acá, cada vez que estoy cerca de ella algo dentro de mí se enciende como la primera vez que nos besamos.

Son unas ansias de querer poseerla en cuerpo y alma, hacerla mía. Suspiro, ella ya no es tan insistente como antes, a veces deseo que fuera un poco más sincera y atrevida igual que antes.

Al llegar a la oficina, comienzo con mi oficio diario, hasta que me celular suena, sin demora tomo la llamada.

__ ¿Diga?

Una voz familiar llega a mi oído.

__ ¿Así es cómo le respondes a tu padre?

Mi cuerpo se pone rígido, el oírlo me causa molestia.

__ Lo siento, ¿Qué desea?

__ Tengo un trabajo para ti, pero por los momentos no tienes de que preocuparte, es sólo que la hija de María irá de visita a Londres y ya que tú estás allá tienes que hacerte cargo de ella. Dentro de seis meses, por ahora mantén a María muy entretenida.

__ Bien lo haré.

Una carga más, al parecer la víbora tuvo una hija ¡Qué horror! Desvío mi mirada a mi agenda y veo que mi secretaria ha marcado la hora del almuerzo, eso quiere decir que tengo que hablar de negocios en la hora de la comida.

__ Qué vida tan agobiante la mía. –dejo salir un suspiro. –bien sólo faltan dos hora para eso.

Después de terminar mis asuntos a la hora del almuerzo me dirijo donde María, esa mujer me enferma con la sola idea de pensar en ella. Me detengo frente a la entrada y exhalo. –bien ánimos. –me apoyo mentalmente. Cuando pensaba tocar la puerta se abre.

__ Bienvenido. –dice con una gran sonrisa. –pasa. Ya me imagino que tu padre te avisó.

Miro a los lados y veo algunos chicos a medio vestir, mi mirada se centra en María.

__ ¡Esos chicos son menores de edad! –le reclamo. – ¿Te has vuelto loca?

Ella deja escapar una carcajada. Se da la vuelta y se sienta en uno de los sillones. Yo sigo sorprendido por lo que acabo de ver.

__ ¿No has escuchado que los jóvenes son mejores? –se reclina y me sonríe alzando una copa. –Lucas somos seres superiores, podemos hacer con estos simples mortales lo que queramos. No entiendo tu actitud.

Sus palabras me producen coraje ¿Cómo puede ella decir tales palabras? La miro con desagrado.

__ Mi madre era una humana, la cual sufrió por seres como tú, sin sentido moral. Deberías dejar olvidada esa absurda venganza en contra de Bianca y Arán. A mi parecer debes estar con uno de tu misma lógica estúpida de auto nominarse superiores.

Me doy la vuelta.

__ Ah, espero que tu hija no piense igual que tú, sería una lástima.

Sin pérdida de tiempo entro en el auto y me marcho lejos de esa loca.

__ Madre. –susurro.

La única persona en mi vida, la primera mujer que amé, fue asesinada por mi padre, la única persona que me cuidaba y aliviaba mis dolencias. No hay un día en la que no deseo verle la cara nunca, sólo espero ese momento donde pueda vengar a mi madre.

Dirijo la vista a mi celular, de inmediato la imagen de Cristal viene a mi mente, sin dudarlo marco su número. Pero para mí decepción responde otra persona. Después de hablar con Amanda me veo obligado a ir más tarde al apartamento de Cristal.

Al llegar a mi apartamento que alguien espera frente a mi puerta, di un paso largo para encontrarme con Fran. Su mirada baja al verme llegar.

__ Toma. –le digo ofreciéndole una taza de café.

Él sigue sin decir una palabra, me acomodo en el sillón y le doy un sorbo a mi café.

__ Bien ¿Qué te trae por acá? –él de inmediato alza la vista.

Sus manos sujetan con fuerza la taza para luego dejarla sobre la mesa.

__ Tío quiero que... no le cuentes a mi madre lo que pasó con Cristal... yo no sé qué sucedió conmigo esa noche.

Lo observo por unos segundos. Yo sé muy bien que mi sobrino no es esa clase de persona por esa razón no puedo juzgarlo a la ligera.

__ Bien de mi boca no saldrá nada, pero ¿Ya te disculpaste con ella?

Él rápidamente baja la mirada.

__ No. Creo que no es el momento, ella aun esta dolida por lo que pasó. Yo sé qué no debí ser tan brusco... pero ¡Ella nunca me amo! –dice en voz alta. –ella sólo pensaba en ti.

De alguna manera me hizo sentir mal por eso, además no puedo creer que esa niña tonta siguiera con eso, bueno la verdad no me desagrada ahora. Es más creo que me gusta... bueno la verdad me gusta más de lo que puedo llegar a imaginar.

__ Bien, sólo no vayas por ahí rompiendo corazones. Y la verdad entre esa chica y yo no hay nada.

Fran me mira dudoso. Como si leyera mi mente como un libro abierto. Dejo salir un suspiro.

__ Tranquilo, ya no me molesta lo que tú y Cristal hagan con sus vidas. Debo reconocer que le hice mucho daño durante un tiempo. Bueno es hora de irme.

Me despido de Fran, recojo las tazas y las llevo a la cocina.

__ Es casi la hora de ir a la supuesta película.

Me ducho rápido y compro algunos bocadillos y bebidas. Sin demora entro al auto. Al subir por el ascensor mi mente va llena de Cristal, de cada una de esas veces en las que nuestros cuerpos se volvían uno en un loco frenesí. Algo dentro de mí se estremece, es una sensación extraña tal vez sea miedo, de demostrar mis sentimientos, todo este tiempo torturándome de mil maneras en aceptar lo que siento por ella. Mi dedo ya está sobre el timbre. La puerta se abre dejando a la vista a Amanda con una sonrisa de oreja a oreja.

__ ¡Bienvenido Lucas! –dice con una sonrisa.

Miro a los lados; Eliot mira entretenido su mochila, Cristal se mantiene al margen. Amada mira lo que llevo en las manos, así que levanto las bolsas.

__ Gracias, traje algunas botanas y algo de bebida. –Amanda las toma y las lleva la cocina.

Saludo a Eliot, el cual responde el saludo sin mirarme, de pronto Cristal esta justo a mi lado.

__ Hola. –dice en un tono bajo.

Sin más me ofrece asiento, yo sin demora lo acepto, luego ella se dirige a su habitación, después de minutos aparece con algo más cómodo. Amanda y Eliot están a mi lado, ella se acerca y se sienta cerca de mí con una sonrisa.

__ ¡Ya estamos todos que empiece la función!

La verdad no le prestaba mucha atención a la película, mi mente trata de mantener la calma en todo momento. Miro de reojo y veo como está inquieta; de seguro debe estar asustada, de repente siento como se pega a mí, luego de unos minutos ella deja escapar un grito ahogado y se cubre con mi hombro, yo sin demora acaricio su cabello calmándola.

__ Tranquila Cristal es una película. –dice Amanda en tono burlón.

De inmediato le paso la mano por los hombros, ella se pega a mi brazo.

__ Es natural sentir miedo. –expreso mirando la pantalla.

Durante el resto de la película Cristal cubría su rostro pegándolo en mi pecho, su aroma me está volviendo loco, sentirla cerca es una tortura, así que me limito a acariciar su cabeza; ¡Al fin termina! Amanda se coloca de pie y Eliot la sigue.

__ Amor acompáñame a la cocina por unas bebidas. –los dos nos dejan solos.

Noto que su móvil suena ella le da un vistazo para luego mirarle.

__ ¿Aun tienes miedo? –digo acariciando su mejilla.

Ella asiente débilmente, de pronto esta sobre mis piernas sintiendo su peso y provocando una sensación que no debo sentir, al estar en dicha posición.

__ ¿Qué haces? –le susurro. Giro la mirada a la cocina.

Ella pasa sus brazos por mi cuello y me mira con una gran sonrisa, yo trato de quitármela de encima, pero no lo logro, sus labios se acercan a los míos; un millón de sensaciones recorren mi cuerpo, su aliento rozando mis labios, su olor a jazmín me embriaga, al estar a unos milímetros se detiene y se baja de mi regazo.

__ Sólo bromeaba, no te asustes de esa manera. Además no pretendo dar un espectáculo estando ellos acá. Bien iré por algo de beber ¿Quieres algo?

Suspiro y no digo nada, ¿Cómo decir algo si? Casi me da un infarto al verla sobre mí, esta mujer es demasiado para mi corazón, ella no le importa hacerme sufrir al parecer, ella no sabe las miles de veces que me he tenido que contener por no tomarla entre mis brazos y acariciar esa tersa piel que me vuelve loco cada vez que nos rozamos.

Al darme cuenta ella ya no estaba.

¿No sé qué sentir? ¿Soy un egoísta al tener este tipo de sentimientos por esta chiquilla? Mi mente gira entorno a ella desde hace un mes, cierro mis ojos necesito lucir calmado y muy relajado. La voz de Amanda me sobresalta.

__ Será mejor que nos marchemos, los dejaremos solos, a ver si así se animan las cosas. –los veo salir de la cocina. –bien Cristal, ya es tarde Eliot y yo nos vamos. –llega a la puerta. –adiós Lucas hay te dejo a mi linda amiga cuídala bien.

El lugar queda en un terrible silencio. Veo a Cristal acercarse con unas tazas de chocolate caliente, me ofrece una no puedo decir nada, no me atrevo.

__ Lucas. –su voz llena la sala. Alzo la mirada y en su rostro se refleja duda con algo de miedo. – ¿Qué piensas... de mí?

Mis ojos se abren por la sorpresa de su pregunta, ella baja la mirada, puedo sentir sus nervios algo la incómoda. Así que la miro serio.

__ ¿En verdad quieres saberlo? –ella asiente. Suspiro. –bien, eres una chica caprichosa, obstinada, capaz de conseguir lo que quieres sin importar las consecuencias y bueno sólo eres una niña.

Su expresión se vuelve amarga al escuchar mis palabras, baja la mirada. – ¿Qué le puedo decir? ¿La verdad? Si no lo hago pueda termine lastimándola más de lo que ya he hecho. Ella se levanta pasando de largo, sin demora sujeto su muñeca con firmeza.

__ Pero aun así. –digo en voz baja, ella sigue sin girarse; así que suspiro y presiono su brazo. –... Me gustas.

Cristal se queda inmóvil como asimilando mis palabras, después de unos segundos ella se da la vuelta y me dedica una mirada incrédula.

__ ¿Qué acabas de decir? –mi mano acaricia su mejilla.

__ Que me gustas. –susurro. –debo estar loco. –digo llevando mi mano a la cabeza.

Una sonrisa se dibuja en sus labios, se nota una leve sonrisa; ella hace que la mire, deposita un beso en mi frente y luego me abraza. Yo me aparto un poco.

__ ¿No estás jugando conmigo verdad? –la miro serio.

__ Estoy muy viejo para eso. –digo en un tono firme. –y tú eres tan joven y fresca. –indico rozando mi dedo índice en sus labios.

Ver esa linda sonrisa en sus labios perfectos que me invitan a besarla, ella se sube a mis piernas y sin demora planta un beso apasionado, sus manos rodean mi cuello, mientras a sujeto por la cintura, ella de inmediato corresponde a mi cercanía, lo cual me hace que la junte más a mí cuerpo. En definitiva me gusta esta chica, me vuelve loco la sola idea de acariciar su piel.

Luego nos separamos para mirarnos un momento y ver como su linda mirada dorada doblega mi voluntad, me gusta indudablemente. Ya no lo puedo negar más, ya mi mente no piensa en Bianca como antes, ahora está llena de Cristal. La miro mientras acaricio su mejilla enrojecida.

__ Debo ser correcto y hacer las cosas como son, así que mañana vendré por ti a las siete, ahora debo irme. Mañana tengo trabajo temprano.

Ella me mira con sutileza, como deseosa de que me quedara, pero no puedo, si lo hago me dejare llevar mis instintos de poseerla, de hacerla mía, de sentir su piel sobre la mía.

__ Bien, espero mañana.

Le dedico una leve sonrisa y me marcho.

Al salir llevo mis manos a mi cara, por poco mi autocontrol se va al drenaje. Respiro con calma, al llegar a casa me daré un baño de fría. En definitiva este sentimiento más fuerte del que llegue a sentir por Bianca, es como si mi sangre y cada partícula de mi ser la llamara.

Cristal

La voz incesante de Amanda me saca de mis pensamientos junto con un golpe en la frente.

__ ¡Oye mocosa te estoy hablando! –dice exasperada.

Parpadeo un par de veces mientras me sobo la zona adolorida, le dedico una mirada asesina.

__ ¿Estás loca o qué? Una no puede pensar. –me quejo cruzando los brazos.

Eliot despeina mi cabello.

__ Tranquila pequeña princesa. Es sólo que desde que llegaste andas en las nubes ¿Acaso anoche pasó algo interesante? –finaliza con una sonrisa pícara.

Lo miro horrorizada ¿Qué cosas pasan por su mente?

__ ¡Yo no pienso hacer nada de esas cosas pervertidas! –digo cubriendo mi cuerpo.

Una carcajada se escucha a mi espalda.

__ ¿Segura? Recuerda que Lucas es un hombre adulto y sabes que los vampiros son muy lujuriosos. –expresa con una sonrisa.

Miro a ambos atónita ¿Qué les pasa a esos dos? Yo no he pensado en esas cosas, además sólo soy una chica de veinte años. Lucas y yo... en ese momento mi mente se llena de todas esas veces en las que terminamos en situaciones un poco extrañas para mí... ¡Entonces estuvimos a punto! ¡No, no, no y no!

__ Por el color de tu cara creo que si pasó algo. –dice Amanda.

De inmediato me pongo a la defensiva.

__ Lucas es diferente. –digo segura.

Recordándolo bien él siempre se mantiene al margen.

Soy la última en salir del salón, y esos par de idiotas me dejaron, ahora tengo que regresar caminando a casa, ya que deje mi cartera. Apresuro el paso ya que está oscureciendo, la calle por donde camino luce más lúgubre de lo habitual, de repente una de las farolas de apaga, dejando la calle a media luz un frío recorre mi espalda, es como si alguien me vigilara desde una distancia prudente, sin más camino más rápido; disimuladamente miro hacia atrás y veo como una figurea se acerca, sin más me echo a correr, de pronto mi cuerpo choca contra algo, haciéndome caer al piso. Al levantar la mirada veo a un chico moreno de ojos verde... ¡Es él! el de aquella vez. Él extiende su mano.

__ Vaya nos vemos de nuevo. –dice en tono seductor.

No sé porque razón, pero tomo su mano y la misma sensación de frialdad en sus manos me hacen liberarme de su agarre.

__ Gracias. –me giro.

Pero él me sujeta del hombro, mi cuerpo se congela al sentir su tacto.

__ ¿Al menos puedo darte mi nombre? Pequeña Cristal.

Al oír pronunciar mi nombre algo dentro de mí se hiela ¿Cómo sabe él mi nombre? Un sinfín de escalofríos recorre mi espina dorsal. En eso mi celular suena. Me giro y le dedico una sonrisa.

__ Lo siento tengo una llamada, será en otra ocasión. –sin más que decir salgo corriendo y me subo en un taxi. –señor a esta dirección.

Suspiro aliviada, no sé quién es, pero su sola presencia me deja aterrada. Le doy un vistazo al celular y veo quién me llamaba.

__ Lucas. –digo en voz baja. –el auto se detiene y bajo. –espere un momento por favor. Me acerco al vigilante. –Buenas noche señor Alfred disculpe que lo moleste, pero necesito que me preste dinero. –digo en un susurro.

Él me mira con una agradable sonrisa.

__ Pues claro, tome y tranquila.

__ ¡Gracias! –le doy un beso en su mejilla.

Le pago al taxista y subo a mi apartamento, sin demora entro y voy directo al baño. Me ducho rápido y busco el armario que vestir.

__ ¿Qué será mejor vestido o jeans? –digo ladeando la cabeza. Suspiro. –es tan complicado. Bueno debo lucir linda; usare mejor un vestido.

Saco un lindo vestido blanco de encaje sin mangas, lleva un cinturón delgado marrón, al vestirme con él, veo que me queda lindo, al final del vestido cae el encaje de flores un poco más arriba de mis rodillas con unas zapatillas bajas del mismo tono del cinturón. Dejo mi cabello suelto mostrando mis rizos naturales. Me fijo en el reloj y ya van a hacer las siete, pero aun no estoy lista.

Rápido me maquillo y coloco un poco de perfume. Estoy tan nerviosa que no sé qué es lo que Lucas tiene para mí. El timbre me avisa de la llegada de Lucas, corro hasta la puerta abriéndola. Su expresión al verme es muy notoria, es como si nunca se imaginara verme vestida así.

Aprieto mi bolso. Estoy tan nerviosa. Él me dedica una cálida sonrisa, haciendo que mi corazón se expanda.

__ Hoy luces encantadora. –dice con una voz sutil.

__ Gracias. –logro decir.

Lo miro de pies a cabeza, unos jeans negros y una camisa blanca cubierta por una chaqueta negra, sin duda luce guapo. Estoy ansiosa de saber a dónde iremos; él me ofrece su brazo el cual no tardo en sujetarlo. Como todo un caballero me abre la puerta del auto.

__ ¿A dónde vamos? –lo miro emocionada.

Él me sonríe para luego poner en auto en marcha. Se detiene en un semáforo y aprovecha para verme.

__ Eres una niña curiosas.

Lo miro haciendo un puchero y le doy un golpe en su hombro.

__ No soy una niña, soy toda una mujer.

__ Pero a veces pareces una, en especial cuando inflas tus mejillas.

Sin más le sonrío.

Nos detuvimos en un enrejado y al lado en grandes letras en dorado dice "Parque privado Loayos" que nombre tan extraño. Sin aviso el portón se abre dejándonos pasar, luego Lucas se baja y me abre la puerta.

__ Vamos desde aquí nos corresponde caminar.

Mis ojos no dejan de asombrarse al ver tan lindo lugar, una enredadera hacerla función de techo sobre el angosto camino. Pero al dar el primer paso algo sorprendente pasa, se va iluminando al ir caminando ¡Están mágico!

__ ¿Te gusta? –mis ojos se van directo a los de él.

No puedo contener la emoción de lo que veo.

__ ¡Es hermoso!

Al llegar al final del angosto camino veo una mesa en el centro del jardín y de repente la rodean un montón de luces blancas. ¡Dios soy tan feliz! Lucas me guía hasta el centro y un sinfín de luces brillantes van formando letras, palabras; al leerlas mis ojos se llenan de lágrimas.

"¿Quieres hacerme el honor de ser mi novia?"

Me giro para encontrarme con sus hermosos ojos azules como el mar, ¿Cómo podría negarme tal pedido? Si este ha sido mi sueño desde el primer momento que lo vi, me acerco a él y beso con suavidad sus cálidos labios.

__ ¡Claro que sí!

Lucas suspira relajando el cuerpo. Me aparto unos centímetros de él. Lucas me ofrece la silla, yo me siento y él hace lo mismo. Un chico vestido de traje nos trae vino blanco. Después de cenar, damos un paseo por este lindo parque. Lucas toma mi mano y la entrelaza con la de él. Ninguno decimos nada, llegamos a un banco y nos sentamos.

__ ¿Esto no es sueño verdad? –le digo rompiendo el silencio.

Él me mira y acaricia mi mejilla.

__ Por supuesto que no. –dice con una voz suave y seductora.

Su cara se acerca a la mía despacio, nuestras respiraciones se mezclan, sin demora mis mejillas se tiñen de rosa, siento su tibia mano pasarse por mi nuca atrayéndome a sus labios donde nos une un ardiente beso.

Nada puede superar este momento, nada puede arruinar este recuerdo; donde Lucas y yo somos los protagonistas de este hermosa y romántica velada. Nuestra noche convirtiéndonos en amates.

¡Hola! Disculpen la demora, ya que mis capítulos ahora son un poco más largos, ya que al principio estaban como muy cortos, bueno espero sea de su agrada y gracias por leer. Al principio algunos me preguntaron por Sara, la hermana gemela de Cristal... pues bien déjeme informales que dentro de poco tendrá el honor de aparecer y las cosas se pondrán color hormiga para nuestros personajes principales. De nuevo mil gracias por leer.

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