Se acercó a ella con un extraño nudo en la garganta que se formó con solo verla en ese estado. Tan débil y con heridas un poco notorias.
— *¿Qué tanto te hicieron?* —Pensaba el pelirrojo algo deprimido—
Aún conteniendo la tristeza seguía sonriendo. Aquella sonrisa y esos ojos esmeraldas estaban aún brillando a pesar del gran dolor que llevaba, no soportaba verla en ese estado.
— ¿Por qué...viniste?
— Vine por que... por que...
Ni él mismo sabia la razón de su inesperada visita. Algo en él lo impulso a ir. Tal vez las ganas de verla y verificar que estaba bien. Desvío la mirada por unos instantes para luego fijar nuevamente su mirada en los ojos marrones de Shiromi.
— Por que quería verte
Las mejillas de la azabache se tornaron de un cálido tono rojizo, aun que Lavi no lo notó.
— ¿Tienes fiebre? —Colocó su mano en la frente de Shiromi—
— N..No...no tengo fiebre...
Se separó de ella solo para mirar a su alrededor. Le dedicó una sonrisa para luego levantarse a abrir la ventana.
— Hace un poco de calor aquí, supongo que el aire fresco no nos hará daño
En ese momento, Lavi se quitó la banda de su cabeza al igual que su bufanda y el saco. Eso provocó en Shiromi un sonrojo más notable. Se volvió a sentar al lado de la joven azabache y le sonrió. Shiromi estaba encantada por la vista que tenia, era como si un rayo de luz estuviera enfrente suyo.
SHIROMI POV
Este sentimiento, ¿qué es?. No puedo evitar que mi corazón lata con rapidez. Desde la primera vez que lo vi a sido así. Su cabello rojizo es tan brillante al igual que sus ojos color esmeralda. ¿Esto es amor?, ¿estaré enamorada de él?.
— L..Lavi... ¿pasa algo?... -pregunté al notar que su mirada estaba 100% fijada en mi-
— Nada en especial... solo ignórame...
¿Ignorarlo?, no puedo, sus ojos no me lo permiten. Tengo miedo de enamorarme, puede que sea un amor no correspondido. Desvíe la mirada y este rió. Acaricio mi cabeza para luego ponerse de pie y alejarse.
— Nos vemos luego, Shiromi-chan
— Ha..Hasta luego... Lavi...
Cuando se fue pude notar que habia dejado sus cosas sobre la cama. Tomé su bufanda y me la enrollé al rededor del cuello solo para sentir su calor. Dejé su banda del cabello en la mesita de noche y tomé su saco para ponérmelo encima. Quería sentir que él estaba a mi lado.