Durante el resto de los días, hasta el viernes, fueron igual para todos. Monótonos.
Pero eso no quiere decir que no fueran divertidos.
Michael, Alex y Luke se escondían detrás del edificio del instituto, sólo ellos tres. Hablaban, reían, hacían estúpideces. Eran ellos mismos.
Por el otro lado, Joss cada día estaba más furioso. ¿Por qué prefería irse con su estúpido amigo raro y el solitario tartamudo antes que estar con él? No iba a permirlo de nuevo.
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Alex corría por las calles, huyendo de su casa. Le había dejado un mensaje a Michael con unas indicaciones que, seguramente, su amigo no cumpliría, por eso al final del mensaje escribió "si me quieres, hazlo" mietras se dirigía corriendo a la casa de Luke.
Mordía su labio frenéticamente, estaba al borde del llanto. Pero no lo haría.
Serían las nueve y media de la noche cuándo abandonó su casa. Los padres de ella se encontraban en el supermercado, terminando de hacer la compra.
Cuando entró saltando por la vaya al jardín de Luke, su moretón del brazo dolía como los mil demonios cuando chocó contra la hierba fresca del suelo. Se levantó torpemente, pero aún así con rapidez.
Tal y como veía Alex en las películas, recogió varias piedras al lado de unos matorrales. Observando las ventanas dio con la de Luke y empezó a tirar una por una las piedras que sostenía en la otra mano.
Mientras, Luke jugueteaba con su móvil hasta que escuchó el ruido en su ventana. Vió las piedras chocando contra el cristal y el miedo hinundo su cuerpo.
¿Y si era un asesino en serie que golpeaba la ventana para que el saliera y le disparaba?
El rubio, se puso al lado de la ventana, pegado a la pared, y con cuidado miró por ella.
Vio algo peor de lo que el esperaba. Mucho peor.
Ni si quiera se detuvo a mirar mejor por la ventana cuando ya estaba estrechando a Alexis contra su pecho. Ella cerró fuertemente sus ojos y lo abrazo como si fuera la última vez que lo haría.
Luke tenía una pequeña sospecha de quién había causado todo esto. De quién había rasguñado toda la ropa que ella traía. De quién la había agredido de aquella manera.
Michael llegó con una moto pocos minutos después, con un nudo en la garganta. En cuánto divisó a Luke y Alex bajo la luz de la luna que se asomaba entre las nubes, corrió mientras le empezaba a faltar el aire.
Luke miró a Michael, con lágrimas corriendo por sus mejillas y asintió con la cabeza.
Un valde de agua completamente fría cayo sobre el cuerpo de Michael. O eso pensaba él. Porque se sentía exactamente igual.
Alexis, despegó su rostro del pecho de Luke y giró la cabeza para ver a Michael. Se asustó.
Los ojos de Michael solo reflejaban odio. Pero en cuánto sus ojos conectaron con los asustados de Alex, su expresión cambió y la abrazó tan fuerte como lo había hecho Luke.
- D-dime que no te hizo nada más aparte de lo que he visto. Por favor. -susurró con un hilo de voz.
Alexis sollozó.
- ¡Dímelo! -vociferó Michael y ella tembló bajo sus brazos.
- ¡¿Qué coño te pasa, Michael?! -gritó esta vez Luke.
- L-lo siento. -susurró él e hizo más fuerte el agarre- Solo dímelo, por favor. -susurro contra su pelo.
- N-no l-lo hizo. -negando por fin, con la voz apagada.
«Voy a matar a ese gran hijo de puta» pensaron ambos chicos.
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debéis darme un premio por haber actualizado tan rápido