A medida que Peter recuperó la conciencia, se encontró inmerso en una oscuridad impenetrable que se extendía sin cesar. La niebla en su mente retrocedió, dejándolo desorientado y vulnerable. ¿Qué...? ¿Dónde estoy...?' La duda permanecieron en sus pensamientos, cuestionando la realidad de la situación. No pudo evitar preguntarse si esto era un sueño o no. ¿Volví a mi habitación...? Yo... no me acuerdo...'
Así como la preocupación comenzó a arrañarle, una voz áspera, desencarnada y resonando en el vacío, cortó el silencio, proclamando: "Bienvenido al primer juicio, el Juicio de las Sombras Solitarias. Enfréntate al miedo al aislamiento en el silencio opresivo. Encuentra fuerza en tu interior, porque solo cuando te paras sin quebrar en el vacío puedes desafiar a la oscuridad que busca consumir tu espíritu..."
La voz desapareció tan rápido como parecía, dejando a Peter anhelando más orientación. Intentó llamar, pero el vacío se tragó sus palabras, dejándolo solo en la oscuridad.
Sintiendo como si esto fuera una especie de pesadilla, se pellizcó con fuerza, sintiendo un dolor muy real que se desvaneció rápidamente, disipando cualquier duda persistente.
Esto no fue un sueño.
Con pasos cautelosos, Peter atravesó el abismo, con la esperanza de encontrar un muro que pudiera llevarlo a una puerta. Sin embargo, después de lo que parecía horas, la oscuridad interminable persistió, dejándolo perdido en el vacío. El silencio opresivo pesó sobre él, y se dio cuenta de que una inquietante sensación... este lugar parecía alimentarse de él, sus sentidos se apagaban y su cuerpo se hacía lento cuanto más tiempo se quedaba aquí.
Recordando el propósito del juicio, Peter decidió enfrentarse al desafío. Al sentarse en el suelo, inició la meditación, buscando la fuerza mencionada por la misteriosa voz. "...Encuentra fuerza en tu interior, porque solo cuando no te quedas inquebrantable en el vacío puedes desafiar la oscuridad que busca consumir tu espíritu".
Mientras se adentraba en las profundidades de la meditación, llamando a su fuerza en la fuerza y a su pura voluntad y resistencia para combatir el efecto corrosivo de los vacíos, Peter sintió un cambio sutil dentro de sí mismo, que lo tomó por sorpresa. "?"
Un suave resplandor emanaba de su ser, arrojando un débil brillo en la oscuridad aparentemente infinita. La luz, tanto física como metafórica, simbolizaba la fuerza que descubrió en su interior.
Entendiendo el significado del juicio, Peter dejó de meditar, de pie sobre sus propios pies con una nueva confianza. La luz persistió, iluminando su entorno mientras desafiaba la consumición de la oscuridad.
Mientras Peter se paraba en el nuevo resplandor de su fuerza interior, los ecos de la misteriosa voz regresaban, resonando a través de la oscuridad cambiante. "Felicidades, has salido victorioso del Juicio de las Sombras Solitarias. Ahora, prepárate para el próximo desafío, la Prueba de los Susurros Tentadores".
El entorno se transformó y se retorció, el suave resplandor a su alrededor desapareciendo, como si estuviera siendo suprimido de nuevo en su cuerpo. El abismo infinito se transformó en un espacio cavernoso, lleno de ecos etéreos susurros y sombras que bailaban en los bordes de su visión.
"Los susurros seductores desde los rincones oscuros, deseos y apegos. Resiste el encanto, porque la verdadera fuerza radica en dominar las pasiones que buscan entrelazarte con el lado oscuro". La voz proclamó, reverberando a través de la cueva antes de desaparecer una vez más.
Peter sintió que el aire se espesaba a medida que surgían murmullos sutiles, bromeando en los bordes de su conciencia. Susurros de sueños olvidados, arrepentimientos y anhelos, tratando de atrapar sus pensamientos.
"Ignóralos, Peter. Manténgase enfocado', recordó a sí mismo a medida que los ecos se intensificaban. Los susurros se convirtieron en voces seductoras, cada una de las cuales prometía una visión de una realidad que anhelaba.
A medida que Peter se aventuraba más profundamente en el espacio cavernoso, los susurros seductores se hicieron más fuertes, tejiendo promesas de poder, gloria y deseos a su alrededor. Las voces llevaban ecos de tentaciones, cada una más seductora que la última, tratando de enredar sus pensamientos en una red de anhelo.
"Imagina la fuerza que podrías poseer... Poder más allá de tus sueños más salvajes..." susurraron las voces etéreas, sentándolo con visiones de destreza inigualable. Apretó los dientes, decidido a resistir las atractivas promesas que bailaban en las sombras.
Sin embargo, los susurros persistieron, adaptándose para apresarse de sus vulnerabilidades. De repente, el aire se espesaba cuando una nueva e insidiosa voz le susurraba. "Solo cede a Peter... Acepta nuestro poder... ¿No quieres volver a ver a tu madre?"
La perspectiva de reunirse con su madre fallecida detuvo a Peter en su camino. Los recuerdos de su calidez inundaron su mente, debilitando momentáneamente su determinación.
Antes de que pudiera siquiera pensar en cualquier otra cosa, los susurros regresaron, sin querer darle un segundo de espacio para respirar. "Solo ríndete... No puedes vencer a tu padre sin nosotros... Es un dios... ¿Cómo puedes matar a un dios...? ¿Crees que eres el verdadero Star lord?"
Mientras las voces sugerían astutamente la posibilidad de vengar a su madre a través de su fuerza, Peter sintió la tentación se apretaban a su alrededor. Sus puños se apretaron tan fuerte que sus uñas se perforaron en las palmas de sus manos, sacando sangre.
La lucha se intensificó a medida que los deseos en conflicto libraron la guerra dentro de él. Las voces lo instaron a aceptar el poder ofrecido, lo que lo atraen con el dulce sabor de la venganza contra el que se había llevado a su madre.
"¡!" La batalla interna de Peter llegó a un punto crítico, tambaleando al borde de sucumbir a los susurros. "No es real... No es real... No es real..." Repitió una y otra vez.
Invocando cada onza de fuerza de voluntad, Peter luchó contra los susurros tentadores. Repitió un mantra en su mente: "No es real... Puedo hacerlo por mi cuenta... No necesito ninguna ayuda... No es real..." Podría forjar su propio destino, y no necesitaba fuerzas externas para cumplir sus deseos.
Si quisiera devolverle la vida a su madre, ¡podría hacerlo él mismo! ¡Y si quisiera matar a su padre, mataría a la escoria con sus propias manos!
Agarrando sus puños sangrantes, Peter reanudó su viaje a través de la cueva, con una determinación más brillante que nunca. Los susurros persistieron, su encanto se desvaneció mientras él avanzaba. Con cada paso, recuperó el control sobre su propio destino, firme en su creencia de que podía lograr sus objetivos sin sucumbir a las tentadoras ofertas.
Cuando llegó al final de la cueva, las voces retrocedieron, derrotadas por la inquebrantable determinación de Peter. Con la mente clara, Peter comenzó a darse cuenta de lo insidioso que era ese juicio.
Al principio, pensó que sería como decir que no a un abogado o a un mormón, que quería hablar con él sobre comprar algo de convertirse a una nueva religión, pero no. No fue nada de eso.
En cambio, era como si los susurros realmente tenían el poder sobre él, especialmente cuando se trataba de cosas que realmente le importaban, como su maravillosa madre y su horrible padre.
"Ugh... Espeluznante..." Peter todavía sentía los impulsos persistentes de los susurros, que le instaban a aceptar su poder. "¿Está bien? ¡Chico de la voz! Estoy listo para seguir adelante. ¡Sácame de esta espeluznante cueva!"
En respuesta, la voz áspera regresó, resonando a través de la oscuridad cambiante. "Felicidades, has salido victorioso del Juicio de los Susurros Tentadores. Ahora, prepárate para el próximo desafío".
Los alrededores se retorcieron una vez más, y Peter se encontró de pie en los familiares pasillos del templo Jedi. Sus compañeros de clase y profesores lo rodearon, sus ojos llenos de hostilidad, una intención de asesinato palpable en el aire. El desconcierto se arrastró sobre Peter mientras murmuraba: "Espera, ¿qué está pasando? ¿Cómo llegué aquí?"
El juicio oscureció sus recuerdos, suprimiendo la conciencia de que este era, de hecho, un juicio que necesitaba superar. En pánico, Peter corrió a través del templo Jedi, la multitud de caras conocidas se volvió contra él, los aliados una vez amistosos ahora con el objetivo de quitarle la vida.
Al entrar en la sala del Consejo Jedi, Peter se enfrentó a Yoda y Windu. Desesperado en su voz, trató de explicar la situación, pero los Maestros Jedi lo miraron, encendiendo sus sables de luz. "¿Por qué? ¿Qué hice?" Peter aplicó confusión.
Sin decir una palabra, los dos Jedi atacaron, obligando a Peter a huir por su vida. Evadiendo los ataques letales con todo lo que tenía, Peter utilizó su conexión con la Fuerza para mejorar sus movimientos, escapando por poco de la turba asesina detrás de él.
Acorralado y sin aliento, vio el armario de almacenamiento donde él y Aayla a menudo pasaban tiempo juntos escuchando a su Walkman. Corriendo dentro y cerrando la puerta, Peter escuchó en silencio el paso de la mafia, aliviado de haberles eludido. Sin embargo, su alivio fue de corta duración cuando un dolor agudo le perforó la espalda.
"¡Uf!" Peter gruñó de dolor, la sangre subió a su boca. *tos*
Dándose la vuelta, vio a la pequeña Aayla sosteniendo un cuchillo largo manchado en su sangre, un odio indescriptible en sus ojos. El dolor y el shock lo llenaron cuando se arrodillaba, traicionado por el que se había acercado más.
Mirando fijamente a Aayla, que se preparó para apuñalarlo por segunda vez, Peter actuó rápidamente agarrándole la muñeca antes de quitarle el cuchillo de la mano.
Luchando contra la chica más joven contra el suelo, Peter le llevó el cuchillo a la garganta, mirándole fijamente a los ojos mientras ella lo miraba. "..."
Al instante, la confusión nubló la mente de Peter. Algo no estaba bien. Mientras sangraba allí, sosteniendo el cuchillo contra el cuello de Aayla, luchó por dar sentido a la traición.
Al principio, pensó que tal vez el Jedi se había enterado de sus arrebatos del lado oscuro, pero esa no podría ser la causa... Aayla no se volvería contra él por esa razón, ya que ella ya lo sabe.
Su realización golpeó como un rayo. "Espera. No eres Aayla..."
En ese momento, la ilusión se rompió, revelando la verdadera naturaleza del juicio. El juicio buscaba desafiar su lealtad distorsionando los lazos que apreciaba.
Peter, de rodillas pero ya no sangrando, se empujó hacia arriba, el dolor ilusorio aún perse presidía, pero la conciencia del engaño del juicio se quemó más brillante. "Si hubiera matado a Aayla en represalia, entonces habría fallado en el juicio..."
"Buen intento", llamó a la voz incorpórea, su mente ahora está completamente clara. "Pero tendrás que esforzarte más que eso para engañarme".
Al escuchar la confianza en la voz de Peter, la voz respondió: "Desafío aceptado". Las palabras resonaron ominosamente en la oscuridad cambiante, resonando con una promesa inquietante que envió escalofríos por la columna vertebral de Peter. Un sentido de presentimiento se bajó sobre él mientras se preparaba para lo que tenía por delante.
Cuando Peter se dio cuenta, un repentino mal presentimiento lo roía. Las bromas casuales con la voz desencarnada parecían haber desencadenado una respuesta para la que no estaba del todo preparado. La gravedad de la situación se hundió, y no pudo sacudir la incómoda idea de que tal vez debería haber guardado sus palabras desafiantes para sí mismo.
De repente, la vasta extensión a su alrededor cambió una vez más, los signos familiares de la primera prueba se transformaron en un paisaje rocoso y lleno de lava.
"¡El Juicio del Crucible de la Ira!" La voz proclamó: "Enfréntate al infierno de la rabia interior. Las llamas pueden tratar de engullir, pero canalizar la furia hacia un propósito. Domina la tormenta de la ira, porque en su crisol emerge la fuerza templada por el control".
Al instante, una oleada de energía ardiente envolvió a Peter, el aire crepitando con el calor de su propia ira suprimida. Se sintió cien veces peor que su peor arrebato de lado oscuro, la locura de la rabia amenazando con consumirlo en cualquier momento.
"¡F*ck!"