la bella y la bestia (adaptad...

By LinaMarcelaGalviz

44.5K 1.2K 72

SINOPSIS: que feo es cuando la personas que mas ama es la persona mas fría del mundo, que feo es que le inten... More

Capítulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
cpitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
Untitled Part 19
capitulo 20
Untitled Part 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
capitulo 33
capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
capitulo 37
capitulo 38
capitulo 39
capitulo 40
nota
capitulo 42
capitulo 43
capitulo 44
capitulo 45
capitulo 46
capitulo 48
capitulo 49
capitulo 50
capitulo 51
capitulo 52
capitulo 53
capitulo 54
epilogo
nota
nota
nota

capitulo 47

1K 24 1
By LinaMarcelaGalviz

- Créeme, no te arrepentirás.- Sonrió y me dio un papel.- Esta es la dirección.
- Oh, gracias.- Sonreí.- Allí estaré.
-¡Genial! Me gustaría que fueras, hay algunos chicos que quiero presentarte.
- De todas maneras, tengo novio.- Dije y sonreí. Arqueó una ceja.
- ¿Tú?- Preguntó. Hice una mueca de desagrado y ella volvió a sonreír.- No lo tomes mal, pensé que no tenías. Está bien, puedo presentarte a mis amigas.- Sonrió.- ¡Natalie!- Gritó y corrió al otro lado del pasillo.
- Jazmin, ¿Qué quieres?- Preguntó la chica de bellos rulos.
- Ven aquí, Angie.- Me hizo una seña y me conduje rumbo a ellas.- Ella es Angie, Angie ella es Natalie.- Sonrió.
- Hola, un gusto.- Dije y sonreí. Natalie arqueó una ceja.
- Me gustan mucho tus ojos.- Dijo sonriente.- ¿Eres la chica nueva?- Preguntó. Asentí.- He oído muchas cosas sobre ti.- Abrió los ojos.- Dicen que eres hermosa y encantadora.
- Oh, ¿en serio?- Pregunté sorprendida.
- Natalie, ella irá a tu fiesta.- Le informó Jazmin.
-¡Qué bien!- Hizo una mueca.- Espero que te diviertas tanto como los demás.- Sonrió.- ¿Sabes dónde es?
- Si, Jazmin me dio tu dirección.- Dije. Ella asintió.- Chicas, este fin de semana, no, el próximo, quiero festejar mis diecisiete pero no conozco a todos en el colegio, ¿creen que puedan ayudarme?
- Si, genial. Amo organizar fiestas.- Dijo Jazmin casi saltando de la emoción.
- Va a ser estupendo.- Sonrió Natalie.- Hoy podemos almorzar juntas y organizamos a quien invitar, es que, Angie ya sabes, hay algunos que es preferible no se acerquen.- Asqueó en una mueca y Jazmin rió.
- Ese tal Israel, no es muy buena junta.- Dijo Jazmin. Natalie asintió.
- Conmigo es bueno.- Lo defendí.- Las que ya andan cansándome son, Milett y su perrito faldero.- Dije con desagrado. Natalie abrió la boca.
- ¿Esa ya se ha metido contigo?- Preguntó.- Disculpa que te diga, ten cuidado con las chicas como ella.- Dijo. Jazmin murmuró algo y golpeó a Natalie con el codo.- Esta bien, no digo más.
- ¿Tienes auto, Angie?- Preguntó Jazmin cambiando de tema.
- No, pero Nicola pasa por mí a la salida y puedo decirle que nos lleve.
- ¿Quién es Nicola?- Preguntó Natalie con intriga.
- Mi novio.- Respondí. Sonrieron.
- Apuesto lo que sea a que es muy sexy.- Dijo Natalie.- Ese nombre lo dice todo.- Mordió su labio inferior.
- Disculpa pero ya está ocupado.- Dije y reímos.- No creo que me diga que no.
- O podemos pedirle a papá que mande un coche para las tres, así no molestas a Nicola.
- Bueno, mejor.- Sonreí.- Así luego el sábado no se enoja por dejarlo solo.

La campana sonó y cada una se fue a su salón. Jazmin y Natalie tenían clase de historia mientras que a mí, me tocaba francés. Entré al salón y vi a todos acomodados exceptuando a un par de chicas y chicos. Nos informaron que el profesor no podría venir hoy y que por lo tanto teníamos hora libre. Salimos al parque, con Israel nos apoyamos en la barandilla de la escalera y hablamos animadamente.

- ¿En serio te juntas con ellas?- Preguntó arqueando una ceja.
- No son malas personas.- Le dije y sonreí.

Negó con la cabeza y bajó un escalón sin mirar hacia atrás. Se tambaleó y lo tomé de la mano haciendo que no cayera. Rió y se sostuvo de la barandilla.

- Casi me mato.- Dijo y rió. Observó nuestras manos y al instante la quité de encima suyo.- ¡Oye!- Exclamó.
- ¿Qué? Solo no quería que cayeras.- Dije con notorio nerviosismo.
- No, no es eso.- Dijo.- Gracias.- Sonrió apresuradamente.- Dame tu mano.- Tendió la suya.
- ¿Para qué?- Pregunté y metí ambas manos a los bolsillos de mi abrigo.- ¿Qué quieres?
- Ver tu anillo.- Respondió. Tragué saliva y recordé que esa mañana no me lo había quitado.- ¿Estas comprometida?
- No.- Respondí fugazmente.
- Anda, cuéntame.- Dijo.
- No estoy comprometida.- No estaba mintiendo, simplemente estaba casada.
- ¿Casada? O ¿Es el anillo de pureza?- Rió.
- No, no es nada de eso.- Dije y reí nerviosamente.
-¡Oye! He visto el anillo de oro con diamante.- Me reprochó.- ¿Puedes enseñármelo? Debe de haberte costado una fortuna.- Se impresionó.
- No voy a mostrarte nada.- Le dije.
- ¿Por favor?
- Te juro que si dices algo de esto a alguien, no sales vivo.- Dije y saqué las manos de mi bolsillo.- Estoy casada.- Le informé y extendí mi mano para que viera el anillo.
-¡Júralo!- Casi gritó.
- Cállate, Israel.- Exigí.- No puedes decírselo a nadie.
- Esta bien.- Dijo impresionado.- Ni siquiera sabía que tenías novio o algo así.
- Nicola va a matarme.- Dije sin darle importancia a sus palabras.
- ¿Nicola?- Preguntó.- ¿Tu esposo?
- No va a querer que vuelva al colegio.- Dije preocupada.
- ¿Por qué? No debe enterarse que yo sé.- Dijo. Asentí.- Hey, ¿le tienes miedo?
- No, claro que no.- Negué con la cabeza mientras hablaba.- Pero me ha costado casi toda la luna de miel convencerlo de mandarme aquí y ahora se enteraran todos y Nicola va a dejar de mandarme al colegio.
- No digas bobadas.- Rió.- No puede ser tan malo ese tipo.
- No es malo, solo extremista.- Dije.- Logré que no nos fuéramos a vivir a Los Ángeles para poder cursar mi último año aquí.- Dije y suspiré.- Por favor, promete no decir nada.
- No lo haré, quédate tranquila.
- Gracias, Israel.

El resto del horario escolar, lo pasé pensando en lo estúpida que había sido al llevar el anillo de casada al colegio. Jazmin y Natalie me confirmaron que íbamos a almorzar juntas para organizar mi fiesta. Había estado toda la mañana intentando contactar a Nicola para decirle que no me volvería con él. Pero su móvil daba ocupado o estaba apagado.
Corrí al auto negro que tanto reconocía y le golpeé la ventanilla de su lado. Se asustó y luego volteó a verme. Jazmin y Natalie me esperaban al otro lado de la calle. Bajó la ventanilla y se sacó los lentes de sol.

- ¿Vas a subir o qué?

- Nicola, debes atender mis llamadas.- Reclamé casi pareciendo enojada.
- Disculpa, he estado usando el móvil toda la mañana y luego tuve que apagarlo para una junta.
- Okei.- Le sonreí. Entré la cabeza al auto y le planté un beso sobre los labios.- Almorzaré con Jazmin y Natalie.- Le dije. Arqueó una ceja. Saqué la cabeza de allí y le sonreí.- No te enojes.
- ¿Angie, vas a dejarme solo, todos los días?- Preguntó fastidiado.
- Almorzaré con ellas y luego iré a casa, lo prometo.- Hice morros.
- ¿Quiénes son?- Preguntó.
- Mis amigas.
- ¿Amigas?- Alzó las cejas.- Muévete de allí que quiero bajar.
- Ni se te ocurra.- Dije viendo como Jazmin y Natalie nos observaban.- Puede verte cualquiera y saben que eres un empresario y toda la cosa.
- ¿Qué hay de malo?
- Estamos casados.- Le recordé.- Nadie puede enterarse aquí.- Y por cierto, alguien lo sabía ya.
- Quiero ver con qué clase de chicas te juntas.- Empujó la puerta y con ella, mi cuerpo.- Dame permiso si no quieres que te lastime.- Exigió.
- Quédate allí.- Dije mientras le sonreía a las dos chicas. Jazmin hizo una seña preguntando si todo iba bien y asentí.
- Hazte a un lado.- Dijo enojado.- Quiero ver quiénes son.
- ¿Para qué?- Me moví.- No haré nada malo, solo almorzaremos juntas.

Jazmin y Natalie seguían observando la escena cuando Nicola, de pantalón negro y camisa blanca, salió del auto y tomó mi mano mientras yo me negaba a tocarlo.

- Vete a casa.- Dije.- Por favor, no me arruines la vida.
- No te arruino nada.- Dijo y buscó con la mirada.- ¿Son aquellas que miran sin disimulación alguna?- Preguntó. Asentí.- Llámalas.
- No, Nicola, no.- Dije apretando los dientes.
- Dije que las llames.

Suspiré resignada y les hice una seña a Jazmin y Natalie que esperaban el coche que el padre de Jazmin había prometido mandar. Ellas se miraron entre sí y luego caminaron apresuradamente hacía nosotros.

- Vas a pagármelas.- Susurré con fastidio. Nicola sonrió y me tomó la mano a la fuerza. No me resistí.- Chicas, él es Nicola, Nicola ellas son Jazmin y Natalie.

Las dos lo examinaron con la mirada y luego sonrieron. Si se pudiera violar con la mirada, ambas estarían encerradas por acoso sexual. Jazmin agitó la mano y miró a Nicola directo a los ojos.

- Angie, nos ha hablado de ti.- Sonrió explayadamente y sentí a Nicola ponerse nervioso.
- ¿Bien o mal?- Preguntó sonriendo. Las dos rieron.
- Muy bien.- Dijo Natalie y sonrió.

El ambiente estaba tan denso que se podía cortar con tijera. Nicola y yo intercambiamos una mirada y luego él, se apoyó contra el auto.

- Oye, Angie.- Dijo Jazmin.- Creo que mi padre ha olvidado mandar el coche.
- Si, siempre se olvida de Jazmin y nosotras pagamos los platos rotos.- Dijo Natalie. Nicola rió.
- ¿A dónde piensan ir?- Preguntó Nicola.
- No lo sé.- Respondió Natalie.
- Angie.- Llamó mi atención.- ¿Quieres que las lleve?- Preguntó.
- ¿Quieren?- Le pregunté a ellas y asintieron al instante.- Si, vamos.- Dije desinteresada.

Jazmin y Natalie sonrieron y se subieron a la parte trasera del auto. Solté la mano de Nicola para subirme del otro lado, tironeó de mí y me volteó haciendo que lo besara. Bufé y me sonrió.

- No te enojes conmigo.
- ¿Viste cómo te observaban?- Murmuré. Rió.
- Ellas solo observan, tú gozas de lo demás.- Dijo y besó mis labios nuevamente.

Le sonreí antes de correr para subirme del otro lado. Nicola encendió el motor y en menos de tres segundos comenzó a andar.

- ¿A dónde las llevo?- Preguntó. Observé a las dos chicas de atrás y se limitaron a alzar los hombros.
- No lo sé.- Respondí.- ¿A McDonald?
- Ayer almorzamos allí, vas a reventar.- Dijo Nicola. Natalie y Jazmin rieron.
- Bueno, entonces elige tú, Porcella.- Dije fastidiada. Natalie hizo una mueca de asombro y su cabeza apareció entre medio de los dos asientos delanteros.
- ¿Eres Porcella?- Preguntó con entusiasmo.
- Sí.
-¡Wow!- Gritó Jazmin.- Eres el hijo de Antonio Porcella, el futuro dueño de la compañía con más dinero sobre Estados Unidos.
- Bueno, ya.- Dije y suspiré. Nicola rió.
-¡Es que, Angie!- Volvió a gritar Jazmin.- Ha salido en todos los canales de televisión.
- Si, lo sé.- Dije. Nicola volvió a reír y posó su mano sobre mi pierna.
- No te enfades, cariño.- Dijo y sonrió. Jazmin y Natalie hicieron ruidos tontos. Reí mientras mis mejillas se tornaban rosadas.- Puedo llevarlas a McDonald's.
- Sería genial.- Dijo Jazmin. Natalie rió.
- Yo siempre como allí, de verdad me gusta.- Admitió y reímos.

Unos minutos después, Nicola estaba aparcando en el estacionamiento de McDonald's. Natalie y Jazmin dieron las gracias y se bajaron al instante. Nicola volteó a verme y sonrió.

- ¿A qué hora paso por ti?- Preguntó.
- Te llamo.- Dije al momento que abría mi bolso.- Toma.- Le entregué el anillo de bodas.- No quiero perderlo.
- ¿Te lo has llevado al colegio?- Preguntó mientras lo tomaba.- Me habías dicho que no lo ibas a llevar para que nadie se enterara.
- Disculpa, me lo he dejado puesto.- Bufé.- Ya, hasta luego.- Besé sus labios.- Compórtate.
- No soy como tú.- Dijo al momento que reía.

--

Estaba frente al espejo, maquillándome para salir. Jazmin había quedado en pasar por mí a las diez y de allí iríamos a la fiesta de Natalie. Nicola no quiso acceder a pasar por mí más tarde de las tres de la mañana, y por más que había insistido durante toda la semana. No me dejó.

- Muy corto.- Sentí que decía desde el umbral de la puerta.
- Eres fastidioso, Porcella.- Me quejé.
- Habías dicho que podía elegir que te pondrías y prefiero que vayas de vaqueros.
- No, gracias.- Terminé con el maquillaje y volteé a verlo.- ¿Qué harás tú?
- Mi esposa me ha dejado solo durante toda la semana y Liam me ha invitado a jugar cartas en su casa.- Sonrió y se acercó a mí. Acomodó un mechón de mi cabello.- Compórtate, ¿sí?
- Nicola, ya te dije, no haré nada malo.
- Por favor.
- Lo prometo.- Bufé.- Vas lindo.- Sonreí.
- Creo que lo dices por compromiso.- Rió.
- No creo eso.- Dije y besé sus labios. Sonrió.- ¿Cómo me veo?
- ¿Hace falta que lo diga?- Preguntó. Me sonrojé.- Hermosa.- Concluyó y me sentí completamente halagada.
- Son el diez menos veinte. Creo que debo apurarme.- Dije y me alejé de él. Se apoyó en la pared y siguió mis movimientos con la vista.

Me eché unas cuantas gotas de perfume y acomodé nuevamente mi cabello. Tomé mi bolso y metí el celular junto con algunas cosas que me harían falta. Volteé a ver a Nicola y me sonrió.

- Me da la sensación de que estas triste.- Dije y me acerqué a él.- ¿Vamos abajo?
- Vamos.- Dijo al tiempo que yo tomaba su mano.- No estoy triste.- Me aclaró mientras bajábamos las escaleras.- Solo que estará lleno de adolescentes locos y tú estarás allí, con ese vestido durante cinco horas.
- No seas tonto.- Reí.
- Aparte, nunca nos hemos separado más que para que tú vayas al colegio, y sé que allí estás segura, aparte...- Se quedó en silencio.- Oh, vamos Angie, no vayas allí. Quédate conmigo y vemos películas, juntos.- Hizo morros.
- Pareces un niño.- Dije y reí.- El próximo fin de semana.- Prometí.- Cuando estrenemos la casa nueva.- Sonreí.- Puedes dejarme faltar al colegio y hacemos noche de películas con refrescos y palomitas de maíz.
- Me gusta la idea, pero ahora, vamos.- Volvió a hacer morros.
- No, ahora iré a la fiesta de Natalie y el próximo fin de semana hacemos eso.
- Okei.- Dijo no muy convencido. La bocina de un auto se hizo notar.
- Debo irme.- Besé sus labios.- No pongas cara larga, Nicola.- Reí. Volví a besarlo y me tomó por la cintura.
- Por favor, quédate.- Murmuró sobre mis labios.
- Créeme que me está tentando la idea, pero no.- Me separé de él.- Te veo más de noche.- Corrí a la puerta.
-¡Angie!- Me gritó al momento que estaba por cerrar la puerta e irme de allí.
- ¿Qué quieres?- Asomé la cabeza para verlo y sonrió tímidamente.
- Te quiero.- Pronunció. Sonreí y volví corriendo a él. Lo besé.- Mucho.
- Yo también te quiero, Nicola.- Dije sobre sus labios.- No me hagas las cosas difíciles.- Casi supliqué.
- Te cuidas.- Me gritó antes de que yo saliera de casa.

Por un momento, casi me echo atrás y me quedo con Nicola. Pero, tenía ganas de salir con las chicas y bailar un rato a la vez que conocía gente. Tenía ganas de estar con Nicola, definitivamente, la relación era hermosa. Cuando volviera de la fiesta, iba a hacerle saber que yo lo amaba, de una u otra manera, él, iba a decirme que me amaba también.

-¡Están hermosas!- Gritó Natalie en la puerta de su casa. Jazmín y yo sonreímos.
- Tú estás que deslumbras.- Le gritó Jazmín a causa del bullicio en el lugar.
- Oh, gracias.- Dije yo con emoción.
- Vamos, entren.- Nos hizo pasar a la hermosa casa.

Era una casa de ladrillo visto, dos pisos y terriblemente grande con un hermoso parque. Estaba totalmente repleto de gente y los vasos junto con platos en el suelo, daban a entender que eso ya había comenzado y que terminaría peor. La música estaba al máximo y los chicos/as ebrios no faltaban por allí.

- Vamos a embriagarnos y olvidar todo.- Dijo Jazmín tomando una botella de cerveza.
- No, yo paso.- Dije y reí. Jazmín alzó los hombros.
- Aguafiestas.- Gritó Natalie y le quitó la botella a Jazmin para luego colocarla sobre sus labios y beber.- Oh, sí, esto está genial.- Gritó.

La noche se hacía más profunda a medida que las agujas de reloj avanzaban. Jazmin estaba durmiendo sobre uno de los escalones, mientras que Natalie reía animadamente sentada en el regazo de un chico que la tocaba sin piedad alguna. Me senté en el sillón, al lado de una pareja que parecía estar desesperada por un beso. Reí, era una de las pocas personas sobrias por allí. Recién a las dos y media de la mañana, la fiesta estaba acabando, por culpa de todos los que habían abusado del alcohol. Se podía decir que era la mayoría de los chicos y chicas del instituto. Había gente en el suelo y otras que bailaban animadamente mientras movían las caderas con entusiasmo. Un chico, rubio de ojos marrones, se acercó a mí y me sonrió.

- Eres la chica nueva.- Afirmó. Asentí.- Soy, JeanCarlos.- Me dijo. Hice una mueca.- Oye, ¿quieres ir afuera? Es que aquí, es mejor que dejemos a ellos solos.- Dijo y rió.
- No, gracias. Estoy bien aquí.
- Que mala onda.- Dijo y me ofreció su trago.- ¿Quieres?
- No, gracias.
- Anda, es solo licuado.- Dijo. Lo tomé.
- No es solo licuado.- Le reproché luego de olerlo.
- Vamos afuera.- Cambió de tema. Me puse de pie y lo seguí hasta el jardín.- ¿Cómo te llamas?
- Angie.- Dije. Me sonrió.- ¿Qué es esto?- Pregunté luego de tomar un poco.- No sabe nada mal.
- Es piña colada con algo que de verdad no sé qué es.- Rió.
- Da igual, me gusta.

En algún momento, para mí, el tiempo dejo de correr. Saber en dónde estaba se me hizo imposible y la hora pactada con Nicola parecía no llegar. Me dolía la cabeza y sentía que iba a vomitar en cualquier momento. Tomé mi móvil y le marqué a Nicola.

- ¿Hola?- Preguntó entre risas.
-¡Nicola!- Casi grité.- ¿Puedes venir por mí?
- Claro que sí, cariño.- Dijo dulcemente.- Estaba despidiéndome de Liam para ir a buscarte.- Me informó.- ¿Te sientes bien?
- No, así que, por favor, apúrate.- Dije antes de colgar y sentarme en una banca.

JeanCarlos había desaparecido en algún momento que se me hizo imposible recordar. Até mi cabello en una coleta y respiré profundamente. La música se alejaba y los murmullos ya no estaban al alcance de mi escucha. Volví a tomar mi móvil y este resbaló hasta el suelo. Bufé y me eché contra el respaldo de la banca. Estaba asustada por lo que sentía y no podía tomar mi móvil para apurar a Nicola. Tomé un poco de fuerzas y estiré el brazo. Agarré el móvil y volví a marcarle.

- ¿Qué es lo que sientes?- Preguntó asustado. Mis manos temblaron.- Angie, responde.- Dijo Nicola insistente.- Estoy llegando.
- Apúrate.- Suplique.- Necesito verte, ahora.
- Ya, ya, cariño, tranquila.- Dijo suavizando su voz.- Estoy aquí, ¿puedes ir a la puerta?
- No puedo moverme de aquí.
- ¿Dónde estás?- Preguntó y escuché el cerrar de la puerta del auto.
- En el jardín trasero de la casa.- Dije y sentí como sudaba.- Tengo miedo.
- No cortes la llamada y dime por dónde debo entrar.
- La puerta principal está... está... abierta.- Respiré entrecortadamente.- Entra y si caminas derecho hasta el fondo, está la puerta del jardín.- Le indiqué.
- Si.- Dijo fugazmente y luego sentí como la llamada se cortaba.

Cerré los ojos y segundos después unos fuertes brazos rodearon mi cuerpo. Respiré profundamente y pude sentir su masculino perfume. Rodeé su cuerpo con mis brazos y me tomó entre sus brazos para luego besar mi mejilla.

- ¿Qué has tomado?- Preguntó.
- Piña colada con algo.
- ¿Algo que?- Insistió.
- No lo sé, solo me lo dieron.- Dije y abrí los ojos para encontrarme con su mirada sobre la mía.- Me siento mal, Nicola.
- Tranquila, mi amor.- Dijo acariciando mi cabello.- Voy a llevarte al hospital, de seguro esa bebida tenía algo.

Cerré los ojos nuevamente, mi respiración era agitada y sentía las gotas de sudor por mi frente. Nicola se movió de allí y pronto me recostó en el asiento trasero del auto. Murmuró algo que no pude comprender y tras cerrar la puerta trasera, se acomodó para manejar.

- ¿Háblame si?- Dijo poniendo en marcha el auto.- No te duermas, Angie.
- Tengo miedo.- Susurré casi inentendiblemente.
- Vas a estar bien, lo prometo.- El auto comenzó a andar.- Canta una canción, murmura algo, hazme saber que no duermes.- Sonaba nervioso.- Por favor, Angie.

-'Just loOkei at us now, cuz everything start from something...'- Respire profundamente.

-'Something will be nothing...' Vamos, canta, Angie.

-'Nothing if your heart didn't dream with me'- Casi perdí todo el aire que me quedaba y sentí como Nicola frenaba de golpe.- Nicola...- Murmuré.
- Cállate, Angie.- Gritó.- Dios, todo tiene que ocurrirnos a nosotros. No he hecho nada malo.- Se bajó del auto.- No es tu culpa, algún imbécil, de seguro tiró algo en tu bebida y no me sorprendería que fuera una pastilla.- Me tomó en brazos y besó mi mejilla.- No quiero que vayas más al instituto.
- Pero Nicola...- Quise reprochar. Mi estomagó se retorció.- Duele.
- Vamos a entrar, así que ya no digas nada y relájate.- Casi me ordeno.
- No te vayas.
- Estoy aquí, nena.- Dijo dulcemente.

Luego de eso, no recuerdo más nada. Mis sentidos dejaron de funcionar. No sé cómo, por qué, cuándo y en qué momento había ocurrido todo aquello. Sentí un cálido beso sobre mis labios y luego me hundí en una profunda oscuridad.

Continue Reading

You'll Also Like

259K 25.5K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
87.8K 7.7K 41
Alexia es una chica con miedo al amor y con muchas inseguridades con su cuerpo. Conocerá a pedri gracias a su nuevo trabajo, atracción, risas, buenos...
87.3K 5.1K 27
Chiara, una farmacéutica profesional y dispuesta a la que el mundo se le pone patas arriba por una pelirroja sin receta. ⚠️ +18 (incluye contenido ex...
774K 92.5K 118
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...