capitulo 9

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Tomé un vaso con agua y me decidí a pasar por el living como si nadie hubiera dicho nada. Caminé hasta llegar al pie de la escalera porque Nicola me habló. 


- Angie- Dijo secamente.- Ven aquí.- Permanecía sentado en el sillón.

- Dime. ¿Qué quieres? Desde aquí puedo escucharte.

- Vamos, ven aquí.- Repitió. Me puse nerviosa. No me estaba hablando de mala manera, eso me sorprendió.

- En serio desde aquí te escucho perfectamente.

- Pero quiero que vengas aquí.- Volteó a verme.- ¿Puedes?


Bien, tenía que ir hasta ese sillón y sentarme a su lado. Caminé y me senté a su lado.


- ¿Qué quieres?- Pregunté de mala gana. El simplemente se relajó sobre el sillón.

- Dos cosas.- Dijo observándome.- Primero, quiero que hagas tus maletas y no se discute.- Me quedé callada.- Y segundo, quiero preguntarte algo.

- ¿Qué?- Si, muy fría, lo sé.

- ¿Vienes a cenar conmigo esta noche?- Y antes de que pudiera responder puso uno de sus dedos sobre mis labios.- No me grites. Vamos con un amigo y su novia.- Saco el dedo de mis labios.- ¿Vienes?

- No, gracias. Prefiero cenar en mi habitación.

- Así nunca nos llevaremos bien.- Puso sus manos sobre el respaldo y se apoyó en ellas.- Si tu no vas yo tampoco iré.

- Bueno.- Me levanté del sillón.- Quédate aquí en casa.- Caminé y subí las escaleras me siguió.

- Esta bien, si prefieres que cenemos en tu habitación, cenamos en tu habitación.

- Era una manera de decir. Y sola, sin ti, en paz.- hice el intento de cerrarle la puerta en la cara, la sostuvo y abrió, entró y la cerro.- Bien. ¿Cuál es tu problema ahora?- Dije casi en un grito.

- Tengo dos problemas. Uno, que mi futura esposa me trata más mal que a un estropajo y dos que quiero hacer esto hace unos días.


Me tomó bruscamente de la cintura pegándome a él. Colocó una de sus manos sobre mi mejilla y se dedicó a besarme. Mis ojos bien abiertos y mis labios no respondían al beso. Algo en mi interior me decía que le siguiera el juego pero otro algo me decía "vete de ahí, aléjate del monstruo". ¿Qué hay? Le seguí el beso de una manera apasionante, me encantaba su manera de besar. ¿Qué diablos dices Angie? 

Dejó de besarme pero no se alejó de mí, me miró directo a los ojos. Él sabía cómo volverme loca. ¿Qué? Mierda ¬¬ no tendría que haberlo besado.


- ¿Qué haces?- Grité separándome bruscamente de él.- ¿Estas mal?- Me miró confundido.

- ¿Pero qué te pasa?- Dijo en un grito.- Si te encantó.- Gritó como al descuido.

- Vete, vete de mi habitación en este momento.

- No.

- Ya.- Grité. No se le movió ni un pelo.- Vete.- Al ver que él no se iba me fui yo.


Baje las escaleras hecha una furia y el venía detrás.


- No me persigas.- Grité dándome la vuelta. Él se veía más alto debido a que estaba un escalón más arriba.- Imbécil.- Dije de mala gana. Bajo hasta mi escalón y me tomó de la cintura.- No me toques Nicola.- Intenté zafarme.- Aléjate en este instante si no quieres que grite.

la bella y la bestia (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora