capitulo 20

664 22 1
                                    

- ¿Entonces? ¿Vamos a desayunar así de callados?- Preguntó mirándome. No le dediqué ni una mirada, solo asentí con la cabeza.- Quería preguntarte algo.- Agregó.

- Guárdatelo, no quiero saber que quieres preguntar.- Dije. Rió cínicamente.

- ¿Por qué tan a la defensiva?

- Porque tú eres un maldito fastidioso.

- Lastima.- Dijo echándose para atrás sobre el respaldo de la silla.- Vas a soportarme toda tu vida.

- Aun no entiendo. Está bien que me compres en una subasta y todo eso, que me tengas en tu casa y me fastidies todo el día, pero... ¿Por qué me tengo que casar contigo?

- Porque a mí se me da la gana.- Me dijo. Ahora si lo observé.

- ¿Y si a mí no se me da la gana?- Arqueé una ceja. Sonrió.- No me hace ningún tipo de gracia, es más, cuando estemos en el altar y pregunten si acepto o no, diré que no.

- Dilo y quedas expuesta a cualquier tipo de venganza.- Me dijo. Arrugué la nariz y le saqué la lengua.- Yo también te amo Angie.- Me dijo entre risas sarcásticas.


Aún estaba sin entender todo esto. Él podría haber abusado de mí, me podría haber golpeado y hasta insultado de manera extravagante por mi comportamiento, sin embargo solo me molestaba y me deseaba en su cama.


- Como digas Porcella.- Dije tomando el último sorbo de mi jugo.- De todas maneras no ganas nada siendo mi esposo, así que da igual.

- Sí que gano bonita.- Me sonrió.- Y créeme que aún no sabes lo que tú te ganaras.

- Depravado.- Dije haciendo una mueca de asco. Rió.

- Ya veras, cuando estemos casados no dirás lo mismo, todo a su debido tiempo.

- Nicola, ya deja de soñar despierto y termina con tu café, quiero irme de aquí.

- Tranquila, tranquila pequeña.- Dijo calmado. Desvié la mirada. 


Estoy segura de que era a propósito. Estaba tardando más de media hora en tomarse un insignificante café. Me tenía harta, cansada y muerta de sed. Quería irme, escaparme de su lado, no volver a verlo. Cerré los ojos con fuerza, me dolía la cabeza y no soportaba el bullicio de la gente.


- Ya vamos.- Dijo, al final.- Pero espera que voy a pagar al mostrador.


Me quedé ahí sentada con los ojos cerrados por un rato. Respiré profundo y me levanté de la silla, inmediatamente me mareé y tuve que volver a sentarme. 


- ¿Estas bien?- Preguntó poniendo una de sus manos sobre mi hombro. La quité con una mueca de desagrado e intenté levantarme de nuevo. Nicola tuvo que tomarme de la cintura, casi caigo dura al piso.- No, definitivamente no estás bien.- Dijo. Apoyé mis manos sobre los hombros de Nicola y me puse firme.

- No necesito tu ayuda.- Dije. Elevó los hombros en señal de desinterés y me aferró a su cuerpo.

- Si la necesitas.- Me dijo sensualmente a escasos centímetros de mi oído.

- No Nicola.- Dije tragando saliva. Me separé de él.- No quiero nada que venga de tu parte.- Agregué y comencé a caminar.


Sin decir más nada me siguió. A mitad del camino se adelantó y me tomó la mano con suavidad.


la bella y la bestia (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora