capitulo 40

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Estaba completamente dormido. Sonreí. La borrachera se le había ido pero de seguro le había quedado doliendo la cabeza por eso. Respiré aliviada y apagué la luz principal de la habitación, encendí la lámpara de mi mesa de luz y me acosté al lado de Nicola. Este, se movió un poco y respiró hondo para seguir durmiendo cómodamente.
Apagué la luz y me acomodé, cerré los ojos y le di la espalda a Nicola.

- Mañana no te salvas.- Dijo atrayéndome a su cuerpo desde mi cintura.
- ¿No dormías?- Murmuré.
- Si, pero me has despertado.- Besó mi cuello.- Tengo sueño.- Bostezó y se acomodó muy cerca mío.- No me alejaras, ¿cierto?- Preguntó quedándose casi dormido, otra vez.
- Claro que no Nicola, después de todo, tienes derecho a dormir abrazándome.- Dije y posé mi mano sobre el brazo que rodeaba mi cuerpo.- Hasta luego Nicola.
- Hasta luego Angie.- Dijo y su respiración se hizo pasiva sobre mi cuello.

Pronto concilie el sueño. Abrazada a Nicola, feliz y sin preocupaciones. Casada y confundida. De algo estaba muy segura, me había enamorado, el problema era que él no sentía lo mismo ¿Por qué? Simplemente, no me podía dar esa respuesta yo misma. Por eso, había decidido averiguarlo las siguientes dos semanas a solas, con él.

- Arriba Angie.- Me movió un poco. Rodé sobre la cama y me tape hasta la cabeza.- Vamos, perderemos el vuelo.- Me dijo.
- Tienes avión privado.- Le dije refunfuñando.
- Pero no puede estar aparcado allí todo el tiempo que a mí se me dé la gana.- Dijo y me tiró un almohadón.- Muévete.
- No quiero.- Renegué aún con los ojos cerrados. Boca arriba con la manta en la cabeza.

Sentí un peso sobre mi cuerpo. Tenía a Nicola encima. No me afectó, se sentía bien. Destapó mi cabeza y besó mi mejilla.

- Levántate si no quieres ser violada.- Susurró y esta vez, besó mis labios.
- Aunque no lo vayas a creer, esa idea, me tienta.- Murmuré. Rió y me besó nuevamente.
- Vamos, ponte de pie.- Se salió de encima de mí.- Pediré el desayuno para ambos y desayunamos aquí, ¿quieres?- Preguntó desde el baño. Creo.
- Okei.- Dije dando vuelta en la cama para apoyar mi cabeza sobre la almohada.- Aún tengo sueño.- Me quejé. Rió y me quitó la manta.
- ¿Sigues con sueño?
- Claro que sí, me ha dado frío pero el sueño no se me quita.- Reí con los ojos cerrados.
- Vamos, voy a tener que hacer lo que hice para despertarte cuando nos fuimos a México.- Dijo divertido y se sentó a mi lado en la cama. Me moví y agarré una de sus manos.- ¿Acaso quieres que lo haga?- Preguntó. Recordé lo que él había hecho ese día.

*Flashback*

"- Hey, arriba, vamos a perder el vuelo.- Lo sentí decir desde la puerta de mi habitación. Me senté en la cama y lo miré.- Levántate.
- Explícame donde estuviste ayer Porcella.- Dije abriendo solo un ojo.
- No tengo que darte explicaciones.- Dijo entrando a mi baño. Sentí el agua de la ducha correr.- Vamos entra ahí, en dos horas sale nuestro avión.
- ¿Qué hora es?- Pregunté levantándome.
- Las 5:00 am.
- Hey, no me voy a levantar tan temprano.
- Tienes que levantarte temprano porque en dos horas sale el vuelo.
- Nicola.- Dije acostándome de nuevo.- Quiero quedarme aquí.
- Dije que te levantes.- Dijo insistente.
- Dije que quiero quedarme.- Le dije del mismo modo.
- Bien, tú te la buscaste.

Caminó hasta mí y me tomó en sus brazos.

- ¿Qué haces?- Grité intentando bajarme de sus brazos.

Pero ya era tarde él me había dejado en pijama bajo la ducha.

- Imbécil.- Murmuré mientras él cerraba la puerta del baño. "

*Fin Flashback*

- No, eso no va a suceder de nuevo.- Dije sacudiendo la cabeza y quité mi mano de su mano. Sonrió.
- Bien, así me gusta. Obedece.- Dijo cuándo me puse de pie.
- Pide el desayuno, Porcella.- Le dije, más bien, le ordené.
- Aunque ya sería hora de almorzar.- Me dijo.
- ¿Qué hora es?
-12:50 –dijo mirando su reloj.
- No, yo no almorzaré hasta dentro de dos o tres horas.
- Bueno, entonces pediré el desayuno para ambos.- Dijo y se alejó de mí.

la bella y la bestia (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora