capitulo 32

666 21 1
                                    

Pasamos la tarde con Patricio, Andrea y Francesca. Ellas eran de verdad un encanto. Mientras Nicola y Patricio decían bobadas, con las chicas decidimos que pasear por las tiendas de artesanos, era una buena idea. Francesca se llevó una cosa de cada uno de los puestos y Andrea compraba de vez en cuando regalos para su familia.
Nicola me había dado dinero por si me gustaba alguna que otra cosa, pero preferí no gastar mucho, pues dos días atrás él había gastado más de mil dólares en ropa para mí.

-Wooow esto es tan genial.- Dijo Andrea mientras observaba una cadenita de oro.- ¿No creen que debería llevarla?
- Claro, si no la llevas tú, la llevo yo.- Sonrió. Me limité a reír un poco y luego centré mi vista en una hermosa pulsera.
- Tienes buen gusto.- Dijo Andrea mirando lo que mis ojos miraban.
-Woow, en verdad es muy linda.- Dijo Francesca.
- Para ti todo es lindo.- Le dijo Andrea. Las tres reímos.
- Yo creo que deberías comprarla.- Me recomendó la morocha. Hice una mueca.
- No lo sé.- Estaba insegura, no me gustaba abusar del dinero de Nicola. Si bien, no le falta ni un centavo, no puedo andar por la vida gastando cada dólar que Nicola pone sobre la palma de mi mano.
- ¿Cuánto dinero tienes?- Preguntó. Saqué los billetes de mi bolsillo y conté en mi mente.
- Más de doscientos, seguro.- Me dijo Francesca.
- Vamos llévala.- Me incitó Andrea.
- No, no voy a llevarla.
- ¿Por qué no?- Preguntó Francesca haciendo pucheros.
- Porque no.- Sentencié.- Ya vámonos de aquí.- Dije mientras volvía por donde habíamos llegado. Andrea y Francesca pronto me alcanzaron y cada una se puso a un lado mío.
- Y... ¿Qué tal es Nicola en la cama?- Preguntó Andrea. Detuve mi caminata en seco y ambas se giraron a verme.- ¿Qué? ¿Dije algo malo?
- No, no, es que, creo que tengo algo en la zapatilla.- Hice una mueca de dolor.- Adelántense si quieren.- Agregué.
- ¿Irnos y dejarte aquí? No nena.- Fue hasta donde mi.- ¿Qué tienes allí?
- No, nada, ya se me paso el dolor.- Dije haciendo que Francesca se sobresaltara. Camine hasta ponerme a la altura de Andrea, Francesca se puso a mi lado. Seguimos caminando.
- Entonces... ¿vas a contarnos que tal es?
- ¿Para qué quieres saber?- Dije divertida. Ciertamente no sabía que decir.
- Para saber, porque con mis amigas siempre hablamos sobre cómo son nuestros chicos en la cama.
- Ahh...- Dije suspirando.- Bueno, él es increíble.
- ¿Tan así?- Preguntó Francesca.- No sabes lo que es Patricio.
- Aiii si.- Sonrió Andrea.- ¿Puedes creer que nos da más de uno en una sola noche?
-Woow, Nicola igual.- Dije. Ambas me miraron.
- Por lo menos lo tienes para ti sola.- Dijo Andrea.- Yo debo compartir a Patricio con esta tipa.- Carcajeó. Francesca le sacó la lengua.
- Yo lo vi primero.- Le dijo. Por lo menos la parte de hablar sobre Nicola en la cama, había pasado.- Yo te dije que él estaba para chuparse los dedos y tú fuiste a buscarlo.
- Pero esa noche no me dio solo a mí.
- Bueno chicas.- Dije calmándolas.- Me están dando demasiada información y de verdad prefiero no saber eso sobre Patricio.
- Okei, Okei.- Dijo Francesca.- Es de ambas y punto.
- Ya.- Sonrió Andrea.- ¿Te satisface seguido?- Preguntó con picardía.
- Si, bastante, casi todas las noches.- Mentí.
- ¿Qué pasa todas las noches?- Preguntó el dueño de las dos manos que se posaban en mi cintura. Andrea enrojeció y yo abrí mis ojos del todo. Volteé y lo vi.- ¿Van a quedarse calladas?- Preguntó antes de besar mis labios.
- Parece que sí.- Dijo Patricio alzando los hombros.
- Yo creo que hablaban de mí.- Dijo Nicola. Mire a Andrea haciendo más evidente la conversación.- Si, eso era.
- Bueno, ya no estamos hablando sobre nadie.- Dijo Francesca. Nicola quitó sus manos de mi cintura y me tomó la mano.
- ¿Pero hablaban sobre Nicola?- Preguntó Patricio confundido.
- No, nada que ver.- Dije. Nicola rió.- Hablábamos de Mario.- Fue lo único que se me ocurrió. Las chicas asintieron y el ceño de Nicola se frunció antes de soltarme la mano.
- ¿Y qué es lo que hace Mario todas las noches?- Preguntó enojado. Patricio hizo un gesto que hizo reír a las chicas.
- Cosas.- Le respondió Francesca.
- Si, cosas que Angie lo ha visto haciendo.- Dijo Andrea. Francesca le pisó el pie dándole a entender que se callara.
- Y... ¿Cómo que cosas?- Preguntó casi ladrando.
- Como....
- ¿Qué hiciste anoche cuando te deje sola?- Preguntó. Más bien, me acusó.
- Ay Nicola, por Dios.- Le di un leve golpe en el pecho.- No seas tonto. Les estaba contando que saca la basura todas las noches. Que siempre que no puedo dormir lo veo sacando la basura.
- Ahh...- Dijo no muy confiado. Las chicas y Patricio rieron.- No zafas de una explicación cuando lleguemos a casa.- Me dijo al oído.
- ¿Y bien?- Dijo Francesca.- ¿Cómo nos encontraron?
- Andábamos buscándolas. Estuvimos un rato bastante largo intentando divisarlas.- Admitió Patricio. Nicola asintió.

La noche comenzaba a hacerse presente, y con ella, el frío se apoderaba de nuestros cuerpos. Nicola y yo caminábamos a la par unos pasos más atrás de Patricio, Francesca y Andrea.

- ¿Vas a explicarme que hablabas con las chicas?- Me dijo mientras jugaba con nuestros dedos entrelazados.
- Nada Nicola, cosas de chicas.
- Oh vamos Angie, dime que es lo que hace Mario todas las noches.
- No sé qué hace todas las noches, yo supongo que duerme como todo ser humano.- Respondí cuando entrábamos al hotel. Mario nos miró y vi a Nicola ser carcomido por la rabia.
- Lo odio.- Admitió mientras dejaba de caminar.
- No seas tan evidente, es mala educación mirar a las personas de esa manera.- Le dije burlona.

Ambas miradas luchaban para ver quien se rendía. Y estaba más que claro que Nicola no apartaría la vista porque quería demostrarle que yo era su novia. Absurdo. Terminó ganando Nicola porque el deber llamaba a Mario. Tiré a Nicola del brazo para que se moviera. El ascensor estaba ocupado, culpa de Nicola, Patricio se había ido arriba sin esperarnos.

- Vamos por las escaleras.- Dijo enojado.
- ¿Por qué te enojas conmigo?- Le pregunté apretando repetidamente el botón para pedir el ascensor.
- Porque te acuestas con el de recepción.- Me acusó.
- Yo no me acuesto con Mario.- Dije riendo.- Que pavadas se te ocurren Porcella.
- Eso das a entender.- Me dijo entrando al elevador.
- Piensa lo que quieras, pero eso no es cierto.- Marqué el piso de nuestra habitación.

Cuando llegamos al piso marcado anteriormente, vimos a Patricio junto con Francesca. Ella nos sonrió y caminó hasta nosotros, Patricio siguió sus pasos.

- ¿Y Andrea?- Pregunté.
- Se fue a la habitación porque tenía un llamado de su hermana.- Dijo sonriente.- Nosotros ya nos vamos a nuestra habitación.- Nos informó.
- Bueno, entonces supongo que nos vemos esta noche.- Dijo Nicola.
- No señor Porcella.- Dijo Patricio negando con el dedo.- Yo voy a salir con mis nenas.
- Bueno.- Dijo Nicola risueño.- Entonces nos vemos mañana por la tarde.
- ¿Por qué no por la mañana?- Preguntó Francesca.
- Porque tengo que hacer unos trámites y Angie viene conmigo.
- Okei.- Sonrió la rubia.- Entonces mañana por la tarde.- Concluyó.
- Adiós, nos vemos.- Se despidió Patricio.

Nicola y yo entramos a la habitación. Al cerrar la puerta Nicola tiró su celular sobre el sillón y luego sobre este se tiró él. Deje mi bolso sobre la cama y ahí me senté a mirar como Nicola hacia nada.

- ¿Estás enojado?- Pregunté.
- ¿Tú que crees?- Me dijo severamente.
- Que si.- Me crucé de piernas.- No tienes porqué enojarte.- Le dije. Me observó un rato y después respondió.
- ¿Ah no?- Preguntó alzando una ceja.- Yo te dije desde el primer día que llegaste a casa, que soy celoso.- Me dijo.
- Es que no entiendo por qué estas celoso.
- Porque a ti te gusta Mario.
- A mí no me gusta Mario.- Le dije arqueando una ceja. - ¿Quieres saber de lo que hablaba con Andrea y Francesca?- Pregunté.
- Te he estado preguntando eso toda la tarde y no querías decírmelo. ¿Vas a decirlo o qué?- Dijo cuando vio que yo no respondía.
- Si, voy a decírtelo, solo esperaba a que terminaras de hablar.
- Bueno, anda, dilo.- Me incitó.
- Andrea me preguntó si eras bueno en la cama y tenía que mentirles, no podía decirles que no hemos tenido relaciones, y bueno, eso. Ya no me mires así porque te juro que no sales con vida.
- ¿Qué les dijiste?- Dijo con picardía.
- Que eres increíble.- De seguro mis mejillas estaban rosadas.
- ¿Y piensas que así soy en la cama?- Preguntó mientras se levantaba del sillón.
- No lo sé Nicola, no lo hemos hecho, y no te acerques.- Dije rápido. Rió y se sentó a mi lado.
- No voy a hacerte nada, solo quiero sentarme a tu lado.- Dijo.- Cálmate.- Carcajeó.- De verdad no tengo intenciones hacerte algo.
- Bueno, entonces ya me voy a bañar.- Dije.
- Hey ven aquí.- Me jaló de un brazo haciendo que cayera sentada sobre sus piernas.- Esa no era mi intención pero si así quedamos, está todo bien.- Sonrió. No pude evitar soltar una pequeña risita, a la que él respondió con un beso.- Te he tomado cariño.- Me dijo al oído.
- Yo no.- Dije al descuido.
- ¿Ni un poquito?- Preguntó haciendo una mueca.
- Capaz que muy muy muy poquito.- Le dije. Sonrió y me dio un beso en los labios.- Nicola, aquí ya no tienes que besarme.
- ¿Y que si quiero?- Preguntó alzando los hombros.
- Bueno, no quieras porque no los recibiré.- Le dije. Me besó de nuevo.- Desde ahora.- Agregué causando su risa. Me robó un pequeño beso.- Hey en serio.
- Si no quieres que te bese entonces vete a duchar.- Me dijo.- Te has quedado sobre mi regazo, eso significa que quieres que te bese.- Dijo antes de besarme de nuevo.
- Hey, de verdad.- Me puse de pie.- No estoy jugando.
- Bueno, está bien.- Él también se puso de pie.
- Voy a darme una ducha y luego vas tú.
- ¿Por qué yo?
- Porque debes ducharte Porcella.- Dije. Asintió.
- ¿No me regalas otro beso?- Preguntó tomándome por la cintura.
- No.- Dije. Hizo puchero.- Solo uno Nicola.- Le dije antes de posar mis labios sobre los suyos.- Listo, ya déjame que me duche.

la bella y la bestia (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora