capitulo 25

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Pasar toda la noche despierta por miedo a que tu compañero de habitación te viole, eso es feo. No poder pegar un ojo ni un solo minuto durante nueve horas, eso es feo. Ver como Nicola duerme sin problema alguno mientras que yo no puedo ni siquiera cerrar mis ojos, eso es feo.


- ¿Por qué esa cara?- Preguntó sentándose en el sillón. No respondí.- Hey.- Quiso llamar mi atención.- ¿Por qué me miras así?- Dijo mientras se desperezaba.

- No dormí ni dos minutos en toda la noche.- Dije con vos áspera. Rió.- ¿Cuál fue el chiste Porcella?

- ¿Ya empiezas a atacarme desde tan temprano?- Dijo ya levantándose del sillón.- Eso está mal, Angie.- Me dijo. Fruncí el ceño.

- Tú empezaste.

- ¿Yo?- Arqueó una ceja mientras se sentaba al lado mío, del otro lado de la cama.- Tú me trataste mal.

- No, tú te reíste de mi cuando te conté que no había dormido.- Dije enojada.- Aparte por si no sabes, cuando uno despierta, le dice "Buenos días" a la otra persona.- Dije. Me sonrió y plantó un beso en mi mejilla.

- Buenos días mi amor.- Susurró. Luego se levantó de la cama y entró al baño.

- Maldito sexy.- Maldije en un murmuro.- ¿Quién te manda a ser tan lindo?- Agregué golpeando el colchón bajo mi cuerpo.


Luego de un rato salió del baño. Solo lo cubría una blanca toalla que dejaba ver su torso desnudo. Abrió el armario y tiro toda la ropa que iba a usar, sobre la cama.


- ¿No te has movido?- Preguntó mientras pasaba una toalla por su cabello.

- No es de tu incumbencia.- Dije antes de levantarme de la cama. 

- Bueno, luego dices que yo soy el que empieza tratándote mal.- Dijo haciéndose el ofendido.- Yo te dije "Buenos Días" tal y como tú querías, pero no me devolviste el saludo.- Volteé a verlo y me hizo un puchero. Reí internamente, debo admitir que se veía hermoso.

- Buenos días Nico.- Dije antes de meterme en el baño. 


Cerré la puerta con seguro y me deshice de mi ropa, dejándola en el suelo de baldosas. Abrí la ducha y esperé un rato a que se templara. Pronto me metí y aseé mi cuerpo. Shampoo y acondicionador, jabón y esponja.

Luego de ducharme, sequé mi cabello. Aun con la toalla que rodeaba mi cuerpo, lo cepillé y luego me dediqué a lavarme los dientes y maquillarme naturalmente.

Salí del baño y busqué ropa en el armario. 


- ¿Notaste que está lloviendo?- Dijo desde el sillón.

- No, ni siquiera he mirado...- Un terrible sonido interrumpió mis palabras.- Por la ventana.- Concluí luego de estremecerme por el trueno.

- El cielo está casi negro.- Dijo como si estuviera emocionado.- Es raro porque ayer estaba súper despejado.- Agregó. Lo miré y le sonreí levemente. Otro trueno se hizo notar y nos dejó sin luz.- Oh, mierda.- Susurró tirando algo al suelo.

-¡Nicola!- Grité desde donde estaba. No se veía nada.- ¡Ven aquí! ¡Ven aquí!- Agregué entre respiraciones agitadas. Señoras y señores, le presento mi mayor miedo, la oscuridad.

- ¿Dónde estás?- Dijo mientras tiraba otra cosa al suelo.- ¿Por qué coño hay tantos adornos en la habitación?- Gritó enfadado.- Háblame.

- Aquí estoy.- Dije asustada.- Apúrate.- Dije intentando calmar mis nervios.

la bella y la bestia (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora