Educando a la futura princesa...

By Emina02

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Tras una típica vida sin preocupaciones por el futuro, nuestras protagonista tiene que enfrentarse a una inev... More

IMPORTANTE
Libro 2!!
CAPITULO 1: "El comienzo"
CAPITULO 2: "Propuesta"
CAPITULO 3: "Destino o Karma"
CAPITULO 4: "Un paseo en la fuente"
CAPITULO 5: "¡Buen apetito!"
CAPITULO 6: "Los gatos y los ratones"
CAPITULO 7: "Game Center"
CAPITULO 8: "Cena y mentiras como postre"
CAPITULO 9: "Grupo de idiotas"
CAPITULO 10: "You're an idiot"
CAPITULO 11: "Un Secreto Problemático"
CAPITULO 12: "Conversaciones De Pasillo"
CAPITULO 13: "Castigo"
CAPITULO 14: "Fanática loca"
CAPITULO 15: "Corredores y pasadizos"
CAPITULO 17: "Como por primera vez"
CAPITULO 18: "Comidas y visitas"
CAPITULO 19: "La cita perfecta"
CAPITULO 20: "Idiota sin remedio"
CAPITULO 21: "Cine y bodas"
CAPITULO 22: "Juntas de consejo"
Muy importante
CAPITULO 23: "Zeth y apuestas"
CAPITULO 24: "La chica que necesitamos"
CAPITULO 25: "La chica 2A"
CAPITULO 26: "Aniversario"
CAPITULO 27: "Baile Real"
Un enlace ingenioso
CAPITULO 28: "Salto en el tiempo"
CAPITULO 29: "Feliz cumpleaños"
CAPITULO 30: "San Valentín"
CAPITULO 31: "Parque de diversiones"
CAPITULO 32: "Conversemos y riamos"
CAPITULO 33: "Sin un gatito"
CAPITULO 34: "Dos veces"
CAPITULO 35: "Doppelgänger"
CAPITULO 36: "Decisiones"
CAPITULO 37: "¡Mierda!"
CAPITULO 38: "Soluciones"
CAPITULO 39: "La hoja de la reglas"
CAPITULO 40: "Amistades"
CAPITULO 41: "Salida en grupo"
CAPITULO 42: "Días de juventud"
CAPITULO 43: "Verdad o Verdad"
CAPITULO 44: "De princesa a Hada"
CAPITULO 45: "La decisión de Romeo"
CAPITULO 46: "Romeo y Julieta"
CAPITULO 47: "El viaje"
CAPITULO 49: "Somebody call me wrong"
CAPITULO 48: "Somebody call me right one"
CAPITULO 50: "La princesa de la torre"
CAPITULO 51: ¡Por Helios!
CAPITULO 52: "La chica del cuento"

CAPITULO 16: "Cita y parejas"

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By Emina02

Bajamos hasta la entrada donde el chofer le dio las llaves a Dylan, al auto de siempre estaba esperando ahí por nosotros.

― ¿A qué lugar iremos? ― le pregunté ansiosa por la idea de ir a comer helad y pasteles.

― Es un lugar al que fui con los chicos antes, es bueno ― me dijo encendiendo el motor.

El lugar estaba alejado del palacio, un poco más allá del centro. No dijimos mucho en el camino, solo hablamos de comida, postres para ser más exacta. El señor simpatía era muy callado cuando conducía. El estacionamiento era bastante normal y la fachada del edificio era llamativa, el lugar tenía dos plantas de altura y la entrada de la cafetería tenía un aspecto rustico agradable, se sentía tambien muy elegante.

Me hacía sentir un poco incomoda porque estba segura de que el costo sería elevado.

Las puertas dobles de madera estaban abiertas y nos conducía por escalones largos, se sentía como entrar a una cueva.

Una chica con un vestido negro que supuse era su uniforme nos sonrió.

― Bienvenidos ― ella nos miró durativa, intentando distinguir bajo los lentes oscuros del rubio ― Hoy es el día especial de parejas ― nos dijo y yo incline mi cabeza confundida.

El chico retrocedió un poco, como si se ocultara detrás de mí.

― Aun falta un mes para san Valentín ― dije con una sonrisa incomoda y ella rió.

― Entiendo, es su primera vez aquí ― parecía amable y dispuesta a explicarnos, quizas porque era su trabajo ― Un día al mes celebramos un día temático de parejas, solo las parejas pueden pasar.

― ¿Eso no afecta sus ventas? ― pregunté curiosa y sentí como Dylan me golpeaba la espalda para que dejara de perder el tiempo.

― No, de hecho hay mucha más gente estos días ― ella cambió el peso de su cuerpo hacia el pie derecho inclinándose un poco hacia el chico ― ¿Ustedes son pareja?

― Por suerte si ― contesté de inmediato ― Tomé la mano de Dylan sorprendiéndolo ― Hubiera sido un desastre si no estuviéramos aquí por una cita.

Bueno, odiaba el tema de estar comprometidos, pero ya estábamos ahí ¿Qué otra opción teníamos? ¿Alejarnos del delicioso olor? Podía ver desde ahí una barra de exhibición de postres y todos se veían como para lanzarse a ellos y no era una opción.

― Pasen ― nos dijo dudosa, pero realmente no parecía interesada en saber si lo que le decíamos era real o no.

Dentro el estilo era muy parecido al de afuera solo que los muros tenían un recubrimiento de piedra, las columnas eran de orden jónico y el piso brillante con un patrón mármol, pero evidentemente no era mármol real, había luces colgando del techo que aportaban una luz individual a cada mesa. En uno de los muros hasta había un muro llorón con una fuente, sentí que estaba en un lugar muy elegante. El decorado me gritaba que todo ahí seria costoso.

Nos sentamos dándole el costado a un muro, sentimos que era el lugar más apropiado para pasar desapercibidos, además como había dicho la chica, en el lugar casi todos los lugares estaban ocupados.

Me deslice en una de las bancas y Dylan se sentó elegantemente en la de enfrente. Quizas que no nos sentáramos juntos le pareció extraño a la chica pero tampoco dijo nada.

Nos entregó dos menús que traía en sus manos con una sonrisa. Lo tome algo nerviosa por saber el precio de las cosas ahí.

― Quiero un capuchino ― oí decir al chico frente a mí.

En realidad los precios si estaban algo elevados diría yo.

Estaba cubriéndome con el menú para que no vieran mi rostro mientras buscaba algo barato, pero nada ahí lo era.

― ¿Pasa algo? ― preguntó bajando el menú con su mano para verme el rostro. ― Precias ansiosa por comer pastel y helado justo ahora ― sonrió de lado, pero pude ver que estba genuinamente confuso.

― Solo me pregunto que elegir ― dije intentando sonar despreocupada.

― Pagare por ello, asi que elige todo lo que quieras.

Voltee a verlo dispuesto a hacerle un alboroto por presumirme sus dinero; pero cuando vi su rostro pude captar una chispa de amabilidad y dulzura que era extraño considerando que no parecía ser ese su estado de ánimo habitual.

― Puedes aprovechar tanto como quieras esta relación ― Vi de reojo a la chica parada sonriéndonos, pero al mismo tiempo mostrando la rareza de las palabras.

― Gracias ― subí el menú intentando cubrir la vergüenza de tener espectadores ― Quiero el Sweet chocolat y una malteada de banana.

Ella no tomó las cartas devuelta, solo se retiró con un gesto de disculpa.

Seguí viendo las imágenes embobada.

― Deja eso, pareces tarada ― me quitó la carta y la dejó a un lado junto a la suya.

― Quiero llenarme viendo la imagen ― protesté.

― Te dije que pagare los que quieras, solo pídelo ― esa vez sonó mas duró que la vez anterior dándome paso a burlarme un poco.

― Ay sí, soy el príncipe y te puedo pagar hasta la sonrisa ― dije con un tono ridículo que pretendía ser una imitación de su voz.

― Estoy tratando de ser amable ― aclaró ― pero tú lo único que quieres es pelear.

― Ser amable no es lo tuyo y lo sabemos ambos.

― Eres la única que piensa asi ― sonrió.

Le saqué la lengua infantilmente.

― Eres tan madura, Bannett ― comentó irónico.

― Y tú eres tan divertido ― respondí de la misma manera.

Deslice mis manos por la mesa y recargue mi cabeza ahí, disfrutando el no tener que cargar su peso, como la persona más perezosa del mundo.

― Bannett, es irrespetuoso hacer esto en la mesa ― le oí decir.

― Me vale.

― Bannett, levántate ahora mismo.

― No.

Se quedó callado por unos segundos hasta que movió mi cabeza con sus manos.

― ¿Qué quieres? ― pregunté con el ceño fruncido y sin poner resistencia cuando él levantaba mi cabeza ― ¿Sabes lo tardado que fue que mi cabello quedara asi?

― La señorita ha traído nuestro pedido, quita tu cabeza ― me erguí cuando lo oí e intenté arreglar mi postura, a pesar de que quería molestarlo porque había hablado con una voz más profunda de lo normal.

Voltee a ver a la chica para disculparme pero me encontré con mi peor pesadilla.

No dije nada, solo me quede mirándola paralizada.

― ¿Cat? ― preguntó emocionada dejando las cosas en la mesa, regresé a ver a Dylan con una expresión de pánico, él estaba un poco encorvado escondiéndose un poco entre sus hombros. Como una tortuga que planea alejarse del mundo exterior en su caparazón.

― Wow, tu ropa es hermosa, estas muy arreglada hoy.

Bajé la mirada hasta los platos solo para encontrar algo con que distraer su atención y salir corriendo. En el plato en medio había un pastel en forma de corazón, era más grande de lo que había imaginado, y la malteada Denia dos sorbetes y su proporción era tambien grande.

― Esto es gigante, Fonn ¿Planeas alimentar a un pelotón? ― pregunte sorprendida y tambien riendo, lo que cualquiera que estuviera lo bastante cerca hubiera distinguido como un signo de nerviosismo.

― Cat, es un día de parejas, las porciones son dobles.

― ¿Qué? ― pregunté distraída.

Vi como ella no paraba de mirar al chico, quizas el cuello arriba y los lentes cubrieran su rostro lo suficiente para no reconocerlo, su cabello no parecía visible tampoco.

― Asi que este es el misterioso novio del que Karla hablaba ― se inclinó hacia delante para intentar verlo mejor pero el volteó hacia abajo esquivándola, asi que ella retrocedió.

― Fonn él es... ― pronuncié nerviosa ― Su nombre es Will ― mentí, él sonrió y regreso a verla, dispuesto a enfrentar la situación, le extendió la mano en un gesto de cordialidad y ella le correspondió.

― Que bueno que nos encontramos, Cat quería esconderte bajo un piedra para que no te viéramos ― soltó riendo.

― Ella es muy celosa ― respondió el chico, fingiendo una voz más tosca y gruesa de lo que en realidad era ― Me ocultaría en su sótano si pudiera.

― Si ― admití en un murmullo ― Un sótano sería una buena idea.

― Bannett me ha hablado mucho sobre ti ― solo estaba siguiendo sus reglas dentro de su manual de cortesía quizas, porque no es que yo le habrá principalmente de Fonn.

Me pregunté seriamente si había un manual asi.

― ¿La llamas por su apellido?

Vi como el chico se tensó al darse cuenta de su error.

― Fonn, por cierto, no sabía que trabajabas aquí ― dije para desviar la atención.

― Comencé hace algunos semanas, no quería decir nada hasta estar segura de que no me fueran a despedir ― rió ― mi padre dijo que debía comenzar a ganarme mi propio dinero, pero no creo durar mucho.

― ¿Por qué? ― pregunté curiosa.

El padre de Fonn tenía dinero, no había razón para ponerla a ella a trabajar a tiempo parcial.

― Él se molestó porque compre un regalo caro para el príncipe hace unos meses, él dijo que lo hacía porque no respetaba el dinero, pero es que ya casi se acerca su cumpleaños.

El chico frente a mi sonrió e inclino su cabeza, casi podía ver a través de sus lentes, se sentía un poco apenado.

― Estoy de acuerdo con tu padre ― admití ― tú y él ni siquiera son amigos.

― Es nuestro príncipe Cat, no necesitamos ser amigos para regalarle algo.

― ¿Nuestro? ― pregunté con una ceja alzada.

― Mas mío que del resto ― bromeó ― ¿Tu qué opinas del príncipe, Will?

― Dicen que es un caballero talentoso y hábil, además de apuesto, me encantaría conocerlo ― bufé cuando lo oí alagarse a sí mismo.

― Nadie dice eso.

― ¡Yo lo digo todo el tiempo! ― Exclamó la rubia ― Deberías visitarnos en Dream High alguna vez, tenemos suerte de estudiar en el mismo colegio que él.

― Tú lo llamas suerte, yo lo llamo infortunio.

― ¡Fonn, ayúdame con esto! ― exclamó una chica en la barra, era la de antes.

― Claro. Leslye ― respondió la de ojos oscuros ― Disfruten su pedido chicos, si necesitan algo no duden en llamarme, fue un placer conocerte Will.

― Igualmente ― Cuando la chica se fue ambos exhalamos de alivio un aire que ni siquiera sabía que conteníamos.

― Pensé que nos descubriría ― murmuré retorciéndome con escalofríos al pensarlo ― Por suerte Fonn no es muy observadora y prefiere vivir en el mundo de las fantasías.

― Ella es adorable ― lo miré con una mueca de extrañeza, el veía en su dirección con una sonrisa mientras se acomodaba el cuello de su gabardina ― Es una pena que haya sido castigada por mí

― N-No sé qué decir, lo siento ― negué cerrando los ojos como si pudiera entender mejor con eso ― ¿Acabas de decir que Fonn es adorable?

― ¿No lo crees? ― me preguntó deslizando su mirada hacía mí, no parecía haber burla o condescendencia, lo sabía aunque sus lentes complicaran el leer sus expresiones.

― Si, es dulce la forma en la que te ve; pero eso no quita que a veces lleve lejos ese "amor" ― hice comilla con mis dedos ― ¿Te interesa Fonn de forma romántica? ― pregunté después de un rato viendo como el veía en su dirección, bueno, no podía estas segura de que lo hacía, pero su rostro apuntaba en hacia ella.

Lo oí reír y me prestó atención de nuevo.

― He hablado con ella dos veces ― me dijo como si eso aclarara todo ― Solo me parece interesante la forma en la que habla sobre mi sin siquiera conocerme.

― Ella siempre ha amado los cuentos de princesas ― dije tomando el tenedor de la servilleta e intentando no frustrarme por el pastel en forma de corazón.

Era demasiado exagerado al punto de lo ridículo.

― No tiene idea de que tu actitud es una mierda.

― ¡Cuida tu boca Bannett! ― me reprendió con una sonrisa ― Y mi actitud no es asi en lo absoluto.

― Que este pastel sea asi solo me quita las ganas de comerlo ― suspiré.

Era de chocolate blanco con betún rojo que decoraba en forma de rosas, además de que tenía mermelada de fresa y fresas enteras, listones comestibles y chispas de corazones blancos y rojos.

― Es completamente ridículo.

― Dámelo, yo lo comeré.

Tomó el otro tenedor y lo acercó pero yo lo golpeé con el mío como si fueran espadas. Me miró sorprendido por mi acción, pero con una sonrisa. Aproveché para acercar el postre más hacia mi lado de la mesa de forma protectora.

― Tendré que arriesgarme a sufrir diabetes por el exceso de ridiculez empalagosa, pero lo comeré yo ― Tome un bocado disfrutando del manjar ― Creo que si muero ahora, moriré feliz.

― ¿Tanto asi? ― preguntó enarcando una ceja, eso sí lo pude distinguir aun con sus lentes oscuros y en mi cabeza imaginé su expresión completa.

Él acercó su capuchino, que en realidad era el único que no se apegaba a la temática, lo vi alzar su meñique cuando se llevó la taza a la boca.

― Delicado ― murmuré rodando los ojos y llevándome otro gran trozo de pastel a la boca.

― No puedes vivir sin pelear ¿No? ― dejó su licuado a un lado y tomó se acercó min licuado mientras inspeccionaba el vaso con dos pajillas que se enlazaban en un corazón ― Quizas si exageraron un poco.

― ¿Solo un poco?

― Bastante ― Admitió riendo.

Lo vi sorber de unos de los sorbetes rojos y protesté.

― Eso es mío.

El despejó sus labios solo lo suficiente para hablar, el objeto rosaba su piel cada que los movía cuando pronunciaba palabra y no puede evitar verlo.

― No te lo acabaras sola Bannett, no seas egoísta ― tenía sus antebrazos sobre la mesa y disfrutaba de mi malteada.

De hecho, en el tiempo que he compartido con él era la primera vez viéndolo subir sus antebrazos a una mesa.

Movió su mano y me jaló del suéter hacia él.

― ¿Qué quieres Dylan? ― pregunté enojada.

Negó en desaprobación.

― Soy Will ― señaló con una sonrisa ― Y hoy somos pareja.

Le hice una mueca de desagrado. Pero el siguió sorbiendo y me señaló el otro para que yo lo imitara.

― No hare eso ― respondí con una sonrisa y mirándolo como si estuviera loco.

― Eso hacen las parejas Bannett, tienes que darle material a tu amiga.

Parecía divertirse bastante con la situación, y me miró como si yo fuera la cobarde ahí.

Reí por la forma retadora en la que me proponía una acción ridícula como aquella, pero lo hice.

Puse mis antebrazos en la mesa y me incline hacia adelante para alcanzar el sorbete y beber.

¡Era muy extraño!

Vi su mirada por encima de los lentes, no la despegaba de mí y por temor a quedar igual de paralizada que en túnel bajo la escuela desvié la mirada hacia todos lados.

Solo huía de él, pero sabía que él no lo hacía de mí, e intuí que solo jugaba con mi cabeza.

― ¡Esto es estúpido! ― exclamé volviendo a mi lugar, alejándome de él.

― Solo intento actuar como tu novio, no seas malagradecida.

― No somos novios ― repliqué, pero él sonrió. Tomo la pajilla y comenzó a jugar con ella alejándose por fin del vaso.

― Fuiste tú la que lanzo esa mentira ― me dijo con una sonrisa ― Además, nos casaremos en menos de medio año, Técnicamente somos novios aunque ambos lo neguemos.

― Prometidos ― aclaré con el ceño fruncido.

― Novios que están comprometidos ― aseguró después.

Miraba distraídamente la bebida, sin tomarle mucho interés a la conversación.

― ¿Pasa algo malo? ― pegué tomando el tenedor y escondiéndome detrás de las porciones de pastel que me llevaba a la boca.

― No ― respondió suspirando ― Todo este tema del compromiso es molesto.

― Entiendo ― asentí ― casarte a los dieciocho años, debe ser horrible para ti.

― ¿Para ti no? ― preguntó con una sonrisa ― Entiendo, te volverás una reina, y te casas con un príncipe apuesto, es un sueño.

Le miré con la mejor cara de pocker que pude hacer para mostrarle que su estupidez no tenía límites.

― En realidad es una maldita tortura esto ― le señale con el tenedor ― Pero trae más beneficios que daños, asi que no me quejo.

― ¿Por tu familia?

Me encogí de hombros como respuestas.

― Tu sentido del deber esta estropeado ― me dijo negando con los brazos cruzados ― Entregarle tu vida a la corona, a un desconocido solo por tu familia en apuros, el sacrificio es muy grande.

― Si supieras ― murmuré metiendo otra bocanada de pastel.

Al final tambien comió de mi pastel, solo después de que le lanzara miradas de desprecio por tomar de mi preciado postre. Aunque la verdad es que no me lo iba a acabar sola.

― Crei que querías helado ― me dijo mirándome devorar el chocolate.

― Ese es el plan.

― Realmente es increíble tu capacidad de alimentarte ¿Dónde guardas toda esa comida en ese pequeño cuerpo?

― ¡Ya te dije que mi estatura es normal! ― le pateé la pierna por debajo, se quejó por el golpe pero después rió.

― Que niña tan maleducada.

Terminamos disfrutando de la comida como una pareja, pero no con el mismo ambiente. No había nada romántico o empalagoso entre nosotros, solo discutíamos de esto y aquello.

Al terminar con lo que pedimos y después de hacer un hueco para que yo pudiera comer más pedí un helado de vainilla con chocolate y fresa. Por suerte Fonn estaba tan ocupada que no nos volvió a atender ella.

Lo comí en el camino de regreso.

― Esta cita ni fue tan malo ― admití sin pensar.

No dirigíamos al estacionamiento, él se detuvo y se me quedó viendo estudiando mis gestos

― Me alegra ― soltó por fin con una sonrisa y una mirada tierna.

― No hagas eso ― le pedí con una mueca y en seguida despegue mi ojos de él y seguí comiendo mi helado.

No detuvimos después de eso.

― ¿Qué?

― No me gusta que me mires de esta forma.

― ¿De qué forma? ― preguntó confundido.

― Ya sabes ― dije como si fuera lo más obvio del mundo, y lo era ― Asi como miras a las chicas todo el tiempo, pretendiendo ser el ser más puro y angelical de todos cuando ni siquiera recuerdas sus nombres.

― No hago eso ― respondió con una mueca.

― Lo haces todo el tiempo ― dije alargando la primera O en "todo" con cansancio ― Pero no soy idiota, no caeré en eso, asi que deja de hacerlo.

Solo sonrió sin protestar más y abrió el auto para regresar al palacio.

Cuando subíamos las escaleras cuando la señora Albert bajaba con su uniforme tan impecable como era costumbre, con su caminar recto y su expresión seria.

― Príncipe ― dijo inclinándose en una pequeña reverencia ― El señor Gabriel lo espera en el despacho para solucionar los últimos detalles de las chicas que llegaran mañana.

― Por supuesto, muchas gracias señorita Albert.

Ella se fue con una sonrisa después de eso. Supongo que se sintió bien al ser llamada señorita cuando todos la llaman señora.

― ¿Sabes su nombre? ― pregunté con una exagerada sorpresa.

― ¿Hasta cuándo seguirás con eso? ― me preguntó serio.

― No llevo ni un día ― solté riendo ― ¿Cómo es posible que ni siquiera supieras que la loca esa era tu compañera de clase?

― ¿Loca?

― ¡Esta chiflada! ― exclamé haciendo eco en los techos altos, suspiré cuando vi su cara de perplejidad ― No te lo dije ― recordé ― Ella fue la desquiciada que me jugó esas bromas infantiles.

― ¿Por qué? ― preguntó con una ceja levantada ― Quiero decir, le agradezco por dejarme pasar un buen rato; pero creí que la conociste ayer.

― ¡SI! ― Grite llamando la atención de algunos empleados que pasaban y los dos guarias de la puerta ― ¡Se le zafó un tornillo!

El rió seguro por mis expresiones y palabras.

― ¡Necesita un médico!

― Lo resolverás ― me dijo palmando mi hombro.

― Solo la mataré, una cadáver no da problemas.

― Podrías enterrarla por del lago ― dijo señalando hacia atrás ― Cerca está el cementerio, si huele a muerto a nadie le extrañará ― bromeó.

Le miré con una mueca de sorpresa.

― ¿Hay un cementerio aqui?

― Si, algo asi ― se encogió de hombros para esconder la incomodidad ― Es donde entierran a la familia real.

― Wow, me pregunto si tiene un parque de diversiones aquí ― sonreí y continué subiendo las escaleras, pero él no me siguió.

Tenía asuntos que atender de aquel tema tan catastrófico.

― No tenemos, pero si tú lo pides podrían construirlo.

Reí y voltee a verlo en la cima de la escalinata, él me sonreía.

― Por cierto ― su rostro se puso más serio, como normalmente estaba cuando hablábamos, casi en una mueca ― La reina me dijo que tendrías que tomar una pequeña catedra sobre todo lo que tienes que saber para ser parte de la familia real.

― ¿Para qué? ― pregunté tambien poniéndome más seria ― es una pérdida de tiempo.

― En absoluto ― me aseguró ― Vivirás toda tu vida como una reina, hay muchas cosas que necesitas saber para todo los años que pasaras con una corona en tu cabeza.

― ¿Verme linda y saludar a la nación?

― Es más que eso, lo sabes. Aunque es difícil de pensar, estaremos juntos décadas.

Le sonreí con más tristeza de la que pretendía.

― Más bien es imposible de pensar ― murmuré ― Pero ahí estaré.

El me miró con preocupación pero yo resoplé frustrada.

― Será una tortura, suficiente tengo con la preparatoria ¿Sabes? ― negué ― pero si eso me mantiene ocupada y a ti fuera de mi vista, quizas no sea tan malo.

Su media sonrisa volvió.

― Es lo mismo que pensé, es una verdadera suerte que por fin me desharé de ti.

― ¿Sabes que te odio? ― le pregunte poniendo mis manos en la cintura.

― Si, me lo recuerdas todo los días ― mencionó orgulloso ― y sabemos tambien que el sentimiento es mutuo.

Asentí.

― Me alegra estar de acuerdo en eso por lo menos.

Después de ello me fui a mi habitación y lancé las zapatillas hacia la pared con flojera.

Extrañamente Adelina no estaba ahí, lo cual me daba un poco más de alivio para ser sincera.

Me cambie de ropa a algo más cómodo y vi un poco de televisión antes de bajar a la cocina por algo de beber.

Me metí por el comedor porque no conocía otro camino, parecía oír voces provenientes de una puerta pero el lugar en sí estaba vacío.

― ¿Esta bien si tomo algo del refrigerador? ― le murmuré al aire, sabiendo que nadie me escuchaba ― Si están de acuerdo no digan nada ― esperé un segundo, y como era obvio nadie respondió, asi que tomé una botella de agua embotellada y una gelatina de uva.

Cuando cerré la puerta con el pie, tras ella me encontré una niña con vestido blanco que me hizo brincar de susto. Voltee a ver hacia una ventana, el cielo estba perdiendo brillo ya que el sol se escondía, asi que no era el momento de que estuviera viendo niñas apareciendo de la nada con vestidos blancos.

― ¿Tú quién eres? ― me preguntó inclinando la cabeza.

Ella era pequeña, con cabello castaño y ojos oscuros, su piel era acaramelada y le faltaba un diente, era una imagen tierna.

Pero eso no quitaba que por un segundo creí que era un fantasma.

― Soy Bastet ― le sonreí ― Puedes llamarme Cat, mis amigos me llaman asi.

Comprendía que para algunos niños me nombre era difícil de pronunciar y recordar, asi que le permití usar mi apodo.

― Mi mamá dice que no podemos tomar nada del refri ― me dijo señalando con su dedo índice las cosas que traía en la mano.

― ¿en serio? ― pregunté con una gran sonrisa y me incline hacia ella ― Pues no le digamos a nadie ¿Si?

Intenté que sonara como una broma pero ella frunció el ceño.

― Mentir es malo.

― Bueno, entonces no importa que haga me regañaran ¿No? Asi que lo voy a disfrutar.

Tome una cuchara pequeña para que entrara en el vaso de gelatina.

― ¿Cuál es tu nombre? ― ella no dejaba de observarme con sus enormes ojos chocolate.

― Sophia ― me respondió sin dejar de ver mi gelatina.

― ¿Quieres? ― le acerqué que vaso y ella no miró debatiéndose entre si debía tomarlo o no, pero al final lo hizo.

Se la comió entusiasmada.

― ¿Cuántos años tienes, Sophia?

― Ocho y medio.

La vi devorar el postre con su cuchara mal agarrada, antes de que una señora llegara preocupada por la puerta de la que se escuchaban voces antes.

― ¡Ahí estas! ― exclamó cuando vió a la niña, esta le regresó una mirada brillante y una cara manchada de pedazos morados de gelatina ― ¡Te he dicho que no puedes tomar cosas del refrigerador! ― le reprendió cuando llegó a su lado.

No me había prestado atención a mí hasta ahora, tomó un pequeño trapo de una de las bolsas de su mandil y le limpió la cara-

― Lamento la molestias, fui yo quien se la dio.

La mujer por fin volteó verme, me di cuenta de que su ojos primeros vieron mi peinado lleno de trenzas y listones y después mi ropa para terminar en mi cara.

Sé que me reconoció de laguna manera por la expresión de asombro en su cara.

― ¿Es la señorita Bastet Bannett?

Me sentí incomoda por la mención de mi nombre completo.

― Puede llamarme solo Bastet.

― No sería correcto ― respondió de inmediato.

― Es lo que todos dicen ― sonreí ― pero me sentiría menos incomoda si lo hicieran para ser sincera.

Ella me sonrió con dulzura.

Pasé un tiempo hablando con la señora, que resultaba ser una de las cocinaras del palacio su nombre es Fatima, me dijo que llevaba mucho tiempo trabajando ahí, que sus padres lo hicieron tambien.

No olvidó comentar lo extraño que era que alguien de la familia real bajara a la cocina, que todos le pedían a un empleado que les llevara las cosas; pero yo le recordé que mi apellido aún era Bannett, y que no formaba parte de la familia real.

Después de un rato me fui a mi habitación, pero no bajé a cenar ya que no tenía hambre. Asi que pasé el resto del tiempo sola en mi habitación viendo la tele y mandando mensajes.

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En la nota original yo les había propuesto el reto de que llegáramos a las 50 mejores en novela juvenil, que rápido pasa el tiempo, eso creo que ya ni existe como tal en Wattpad. Hay tantas historias que es improbable destacarse tanto.

Pero desde el 2015 hasta acá, es mucho tiempo y gracias por continuar leyendo esta historia.

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