la bella y la bestia (adaptad...

بواسطة LinaMarcelaGalviz

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SINOPSIS: que feo es cuando la personas que mas ama es la persona mas fría del mundo, que feo es que le inten... المزيد

Capítulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
cpitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 18
Untitled Part 19
capitulo 20
Untitled Part 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
capitulo 33
capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
capitulo 37
capitulo 38
capitulo 39
capitulo 40
nota
capitulo 42
capitulo 43
capitulo 44
capitulo 45
capitulo 46
capitulo 47
capitulo 48
capitulo 49
capitulo 50
capitulo 51
capitulo 52
capitulo 53
capitulo 54
epilogo
nota
nota
nota

capitulo 17

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بواسطة LinaMarcelaGalviz

- ¿Miedo?- Dijo arqueando una ceja.- Angie, no voy a obligarte a dormir conmigo.- Me dijo. Suspiré.- ¿Te doy miedo?- Agregó con un tono de... ¿preocupación?

- Es que no es que me des miedo tú, si no que... sin ofender, eres algo bipolar y de repente te enojas conmigo y dices cosas sin sentido que de verdad me asustan.- Dije. Me miró bien, torció un poco la cabeza.- Eso también me da miedo.- Dije causando su tierna risita.

- ¿Bipolar?- Dijo poniéndose serio.- No, no lo creo.- Carcajeó.

- ¿Ves?- Reí.- Puede que no te des cuenta pero de verdad a veces asustas Nicola.- Le dije. Me sonrió.

- Bueno, iré a un médico.- Dijo. Me reí.- No vamos a dormir juntos, no te preocupes.- Me dijo. 

- Gracias.

- Nunca pensé que una chica me iba a dar las gracias por no dormir con ella.

- Pregunto...- Dije.

- Pregúntame.

- ¿Te acuestas con la primera que se te cruza?

- No siempre es la primera.- Dijo riendo. Negué con la cabeza en tono de reproche.- Tú te me has cruzado un par de veces y ni siquiera me quieres besar.- Rió. – Me causa ternura que te sonrojes.

-¡Nicola!- Dije intentando sonar molesta. Me sonrió.

- Hasta mañana.- Dijo y sacó una almohada de la cama.- Capaz que mañana cuando despiertes yo no voy a estar en la habitación, ¿sí?

- Si.- Dije mientras asentía.- Hasta mañana, que descanses.


Admito que fue lindo de su parte dejarme la cama para irse a dormir a un incómodo sillón donde le sobresalían los pies, era gracioso verlo ahí pero a la vez daba algo de pena. No digo que me importe mucho Nicola, pero de verdad él hace mucho por mí, aunque me trate mal, me da un techo y me cuida. 

Fui hasta el baño, cepillé mis dientes, até mi cabello en una coleta, lave mi cara quitando todo resto de maquillaje corrido por el agua de la ducha. Al salir abrí la cama y cambié de canal, no encontré nada así que lo apagué. 

Me incliné un poco en la cama para ver a Nicola que reposaba sobre el sillón mientras miraba el techo. Recosté mi cabeza sobre la almohada dándole la espalda al lugar vacío de Nicola en esta cama.

Ahora un nuevo pensamiento invadía mi cabeza.


¿Qué tal si solo es un truco y luego se mete en la cama?


Ya con eso no iba a poder dormir. Cerré mis ojos y respiré profundo. 


- Angie, no exageres, ni que estuvieras en una película de terror.- Murmuré para mí misma.

- ¿Qué?- Sentí que decía. Creo que no lo dije lo suficientemente bajo.

- Nada, nada, hablaba conmigo misma.

- ¿Segura?- Dijo divertido. Rodé en la cama para verlo. 

- Segura.- Le dije. Me sonrió.- No te preocupes siempre hablo sola.- Dije y volví a voltear.- Descansa.

- Gracias, tú también.- Dijo en una risita.


Es una exageración lo que estoy pensando pero... ¿Qué tal si me duerme y se abusa de mí? Okei Angie, te fuiste a la mierda con ese pensamiento.


- Es imposible.- Murmuré.

- Angie, dile a Angie que se cierre la boca.- Me dijo. Reí.

- Perdona Nicola, estoy en una lluvia de pensamientos.- Le dije. De seguro él quiere que me duerma rápido para luego...

- ¿Segura estas bien?- Me dijo. Rodé de vuelta sobre la cama y asentí.- Una persona que está bien no habla sola.- Dijo divertido.

- Créeme, si estuvieras en mi situación hablarías solo.- Le dije. Me sonrió.- Ya duérmete.- Volví a rodar hasta mi lugar.


Cerré los ojos e intenté dormir, pero aun que yo misma me convenciera no iba a poder dormir teniendo a Nicola despierto.

Miré el reloj en mi celular, las 02:13 am. ¿Qué carajo iba a hacer toda la noche? Respiré profundo y solté el aire de golpe.


- Mierda.- Murmuré. Oh no, seguro Nicola me escuchó.- Nicola.- Dije despacio. No respondió, gire sobre la cama y lo mire. 


Uno de sus brazos caía graciosamente sobre la alfombra y el otro reposaba tras su nuca. Me reí por lo bajo. Tenía la boca un poco abierta y los pies tiesos como un muerto, este chico si que descansa. 

Lo di por dormido y volteé de nuevo a mi lugar. 

Estaba segura de que no iba a dormir hasta que Nicola se fuera del hotel, cosa que pasaría nunca o tal vez dos horas en la mañana.

Me acomodé mirando el techo y comencé a jugar con un almohadón. Tíralo, atrápalo, tíralo, atrápalo, tíralo, mierda... al piso. Me bajé de la cama para alcanzar en almohadón y me metí de nuevo en la cama con el pequeño almohadón en mis manos.


Idea, loca, pero idea en fin.


- Nicola.- Murmuré. Ni se movió.- Emilio.- Dije divertida.- Nicola Emilio Porcella, despierta.- Susurré lo bastante alto pero no mucho como para no asustarlo.- Nicola, levántate, no puedo dormir.- Insistí.


Definitivamente Nicola tenía un sueño pesado pero no daba mucha ternura al dormir así que yo iba a divertirme un rato.


-¡Un ladrón!- Grité mientras el almohadón impactaba contra su cara. Lo quitó rápido y saltó del sillón provocándose una caída en seco sobre la alfombra. Ouuch, eso debió doler. Me reí cuando se sentó sobre la alfombra con la cara roja.

- No fue divertido.- Me dijo enfadado. Ahí fue cuando exploté en risas.- ¿De qué te ríes?- Dijo enojado.- Me dolió y mucho.- Se sentó sobre el sillón mientras se sobaba la mejilla.


Me revolcaba sobre la cama mientras reía como una loca maniática. Recibí un almohadonzazo de parte de Nicola pero no me afecto ni en lo más mínimo.


- ¿Por qué no te duermes y dejas de molestarme?- Dijo. Lo miré atenta intentando contener mi risa.- Hey, es en serio.- Me dijo casi contagiándose de mi risa.

- Nicola.- Dije respirando profundo para no largarle una carcajada.

- No te rías.- Me dijo.- Por favor. De verdad me duele.- Agregó.

- Ve a mojarte.- Le dije. Se levantó del sillón.- No pensé que te ibas a caer.- Agregué. Rió.

- Descuida.- Dijo entrando al baño.- Me vengare de esto.- Me gritó desde ahí adentro.


En ese momento caí en la cuenta de que me iba a hacer algo, y no iba a ser nada bueno.


- Perdóname.- Le dije apoyándome sobre el marco de la puerta.- De verdad no fue intencional la caída.

- Pero si el almohadonzazo.- Me dijo.- Ya pasó, pero veras tu castigo pequeña.- Dijo tomándome por la cintura.

- Aléjate Nicola.- Puse mis manos sobre su pecho y lo empujé levemente.

- Oh, vamos Angie, sabes perfectamente que mueres por probar mi boca.- Dijo casi suplicante mientras yo volvía a meterme en la cama.

- Sigue soñando Porcella.- Le dije. Se rió. Se metió en la cama junto a mí, me senté y lo miré.- ¿Qué crees que haces?

- Tengo sueño, déjame dormir.- Me dijo. Le pegué una leve patada por debajo de las sabanas. Se rió.- Quiero dormir contigo.- Dijo haciendo voz de nene pequeño.

- Te pones irritante Porcella.- Le dije. Me sonrió.

- Ven aquí.

- Vete de aquí.- Le dije. Se dio vuelta y me dio la espalda.- Nicola.- Insistí.- Ve a ese sillón.

- ¿Sabes que no es lindo dormir ahí?- Me dijo. Esperé que siguiera hablando.- ¿Por qué no duermes tu ahí?- Agregó. Arqueé una ceja.

- Nicola.- Dije en tono de reproché.- Por favor, vete de la cama.

- No quiero.- Me dijo secamente.- Y ahora, si me permites, voy a apagar la luz.- Dicho y hecho, la apagó.


Me quedé un rato sentada en la cama mientras miraba su espalda. Estaba solo con los bóxers y eso no era nada bueno para mi salud mental, me estaba torturando porque sabía que yo me distraía en su pecho desnudo.


- Es de mala educación mirar a las persona así.- Me dijo. Creo que llegué a sonrojarme. Me di la vuelta sentándome en la orilla de la cama, toqué el suelo con los pies y suspiré. La luz del velador alumbraba la habitación nuevamente.- ¿Qué pasa?

- Nada.- Dije secamente. 

- ¿Segura?- Insistió. Asentí con la cabeza.


Él tenía vista de mi espalda cubierta por la fina tela de mi ropa de dormir. Sentí una de sus manos sobre mi cintura y luego vi su rostro apoyado en el colchón a mi lado. 


- ¿Qué pasa?- Dijo nuevamente. 


Ciertamente no sabía que me pasaba. O sea, si sabía pero no iba a decirle que era lo que me pasaba.


- Nada.- Contesté. Hizo una mueca. Hizo un movimiento y se sentó a mi lado. Apoyó su mano sobre la mía.- En serio Nicola, no me pasa nada.

- Voy a ir al sillón. ¿Sí?- Dijo intentando ignorar mis palabras. Me sentí aliviada de que no me fuera a preguntar sobre lo que me pasaba.- Luego de que me digas que es lo que te pasa.- Agregó. Sentí un nudo en la garganta.


Bien, es raro, muy raro. Me encontraba pensando sobre el cuerpo de Nicola cuando recordé como lo conocí y los recuerdos de mi padre volvieron a mi mente. Ciertamente no me encontraba bien y el hecho de que Nicola estuviera a mi lado me hacía sentir mal porque si no fuera por la muerte de mi padre, yo no habría sido la compra de Nicola.


- No me dirás.- Afirmó.- Angie, sé que puedo ser un imbécil y todo, pero no voy a juzgarte por nada de lo que sientas.- Me dijo. Intenté contener las lágrimas.

- Nicola, no es que seas un imbécil o no, que si lo eres.- Rió tiernamente.- No voy a decirte mis problemas. ¿Para qué?- Pregunté más como una afirmación.- Quédate tranquilo que si piensas que volveré a cortarme, no lo haré.- Le dije. Me miró detenidamente.

- No estaba pensando en eso.- Dijo quitando su mano de la mía.- ¿Puedes mirarme cuando hablamos?- Dijo. Negué con la cabeza. Lo sentí levantarse de la cama y ponerse en cuclillas en frente mío. Hice una mueca. Me tomó por la barbilla y me hizo mirarlo.- ¿Hice algo mal?

- No Nicola, no eres tu.- Afirmé.- Simplemente son cosas estúpidas que no puedo olvidar.

- ¿Tiene que ver conmigo?- Preguntó. Negué con la cabeza.- ¿Con quién?

- De verdad, no tiene importancia.- Le dije. Me moví en la cama y subí mis pies al colchón. Se quedó mirándome un rato y luego volvió a sentarse a mi lado.

- ¿Estas llorando?- Me dijo. Bajé aun mas mi cabeza para que no notara mis lágrimas.- Hey, Angie, ¿Por qué?

- Nicola, no estoy llorando.

- Bueno, como quieras llamarlo. ¿Por qué?

- Porque simplemente siento la necesidad de llorar.- Dije casi en un grito. Me miró atento.- Perdona, no quería gritarte.- Le dije. Asintió.

- Mírame.- Dijo casi suplicando mi mirada sobre la suya.- Mírame.


Lentamente levanté la mirada y me encontré con sus ojos color azul. Nunca, pero nunca, en el tiempo que he estado con él, me había fijado en sus hermosos ojos azules y el brillo que llevaban. Tiernamente se movió y me envolvió en sus brazos. Sorprendida por su acto, lo recibí. Sus manos recorrían mi espalda pero no en forma depravada, solo quería hacerme sentir mejor.


- No llores Angie.- Dijo alejándose un poco para mirarme.- Por favor.

- ¿Te afecta que llore?- Pregunté.

- Sí. ¿Crees que es lindo verte llorar?

- No lo...- Me calló con un beso.



chicas hoy por la noche subo mas capitulos


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