Gunnar ya empezaba a lamentarse de volver a la conciencia, su agotamiento mágico estaba siendo doloroso. Sin abrir los ojos empezó a tocarse el pecho, intentando medir el nivel de quemaduras que tendría.
Entonces se dio cuenta que no tenía ninguna herida, confundido empezó a repasar sus últimos recuerdos. El loco que se llamaba Orión intentó quitarle sus poderes casi quemándole todo el pecho, después apareció buscando a Kenai.
Gunnar abrió los ojos sobresaltado al recordar con quien fue la última persona que habló.
—Me alegro de que despertaras —Kenai lo miraba con preocupación—, menos mal que lo has hecho cuando no están presente los príncipes.
Gunnar se levantó con ayuda de Kenai, miró a todos lados. Estaban en una oficina cerrada.
—¿Por qué no nos dijiste que Jess era la mate de un príncipe? —Kenai lo miro molesto—, ¿Tienes ideas en cuantos problemas estás metido?
—¿Están bien? —Gunnar se sujetó la cabeza por el dolor agudo que le traspasó—, ¿Jess y Dan?
—Escucharon lo que les dijiste —Kenai de pronto parecía demasiado triste—, se los han llevado y ahora mismo están evacuando la manada.
Gunnar sintió un remolino de emociones, por un lado, estaba aliviado de que Dantalian esté lo más lejos posible del enfermo de Orión y su báculo absorbe poderes y a la vez sentía un dolor incontrolable por saber que nunca más los volvería a ver.
No tenía tiempo para sufrir por eso.
—Jess... Jess traicionó a su mate y muchas cosas más que me tomaría horas para contarte —se lamentó Gunnar recuperándose—, solo he intentado protegerla, pero eso ya no importa, Dantalian no estaba seguro aquí. Es lo mejor que este con su verdadera familia, Jess comprenderá eso. Yo ya no puedo protegerlos, estar junto a mí los llevara a la muerte.
—¿Qué viste Gunnar? —Kenai estaba consternado—, ¿Qué fue lo que te ataco que casi te mata?
—Necesito que me lleves con todos los alfas, quiero explicarles —Gunnar se levantó con esfuerzo—, necesito contarles antes de que llegue.
Kenai lo llevó a la sala donde fueron las reuniones, dejándolo ahí y yendo a llamar a todos los alfas que estaban ayudando con la evacuación de la manada. Gunnar recordó al príncipe que lo sano, la vibra poderosa que sintió de él y la esencia asombrosamente sanadora que sintió. Era la magia más limpia que jamás experimento, era casi celestial.
Gunnar retuvo las ganas de querer desaparecer y aparecer junto a Dantalian y Jess, les había dejado una marca de magia a cada uno para rastrearlos en cualquier parte del mundo. No obstante, eso sería imposible en ese momento, cuando Orión estaba quitándole sus poderes, pudo sentir la conexión. Realmente eran mates y ahora que Orión le quitó una parte de él podría rastrearlo, llevarlos a donde estaba Dantalian. Así que no podía ir donde ellos, aunque se moría por ver como estaban. Daría lo que fuera por abrazar a Dantalian, aunque sea una última vez.
Los alfas fueron ingresando de a pocos, algunos mirándolo con sospecha. Roman lo abrazó igual que preocupado como lo estuvo Kenai, Cameron empezó a relatar su llegada con mímicas y mucha exageración. Cuando Inuk y Bruce llegaron, Bruce solo le palmeó la espalda.
—Eres una caja de sorpresas ¿verdad Gunnar? —dijo Bruce—, mira que robarle la mate a un príncipe demonio. Que huevos los tuyos.
—¿Por qué no están intentando matarme? —pregunto Gunnar.
—No es necesario que lo intentemos, hay una fila en espera para hacerlo —Inuk sonrió con tristeza—, el príncipe Bael quiso ahorcarte mientras estabas inconsciente y el príncipe Estefan quiso electrocutarte para cumplir tus últimas palabras. Debes darle las gracias al príncipe heredero, no sé cómo pudo contener a esos dos mortíferos hermanos.
—Sería lo más piadoso de nuestra parte hacerlo nosotros mismos —habló Bruce—, ellos posiblemente quieran hacerte sufrir antes.
—Tal vez al final tengan que hacerlo —Gunnar siguió la broma—, con todo lo que se viene, tal vez sea su mejor opción.
Los demás lo miraron preocupados.
Entonces ingresaron el príncipe heredero junto a su escuadrón, Liam se acercó a Gunnar sonriente.
—Me alegro de que ya te estes recuperando, si bien sané tus heridas, pude sentir tu debilitamiento de magia —Liam apoyó su mano en su hombro.
Pero Gunnar no podía dejar de ver detrás de él, pudo reconocer al padre de Dantalian de inmediato. No solo por el parecido y aquellos ojos grises. Era por esa aura asesina y esa mirada cargada de tanto odio.
Gunnar pudo sentir la vibra maligna que brotaba de aquel hombre en grandes cantidades, estaba conteniéndose para matarlo ahí mismo. El hechicero podía entender ese odio, a los ojos del príncipe, Gunnar era el villano de su historia.
Gunnar no se arrepentía ni se arrepentiría nunca de haberse llevado a Jess ese día, ella y Dantalian lo eran todo para él.
—Tengo que explicarles qué está pasando —habló Gunnar mirando al príncipe heredero de nuevo—, no hay tiempo que perder.
El hechicero les explico que estuvo haciendo desde que se fue, obviando que estuvo buscando una casa donde llevar a Jess y Dantalian. No quería que el príncipe demonio se adelantara y lo asesinara antes de tiempo. Después pasó a la parte como encontró una manada completa quemada y destruida, como lo engañaron con una niña, el encuentro de Orión y todo lo que le explicó sobre su arma mortal.
—¿Abraxas? —uno de los príncipes demonios saltó al escuchar ese nombre—, ¿Estás seguro de que ese es el nombre que escuchaste?
—Ese nombre de nuevo —el beta del príncipe sacudió su melena de rizos dorados—, ¿Por qué siempre viene el desastre cada vez que escucho ese nombre?
Gunnar explicó todo los detalles que le dio Orion, esforzándose de recordar cada cosa que el híbrido le controló. La naturaleza de su unión y lo que le hizo.
—¡¿Mates?! —Bruce, Roman, Cameron, Inuk y Kenai gritaron aterrados.
—Ahora entiendo porque querías morir —Liam lo miró con tristeza—, pero si es medio hechicero y tan poderoso como dices, tu muerte no causará la suya, solo lo dañarían mucho.
—A mí me sirve —Estefan se cruzó de brazos mirando con asco a Gunnar—, si matamos al hechicero podríamos acabar con ese loco absorbe demonios de una vez por todas.
—Estefan —lo reprendió Liam—, no estás ayudando, tenemos que hacer un plan real.
—Tienen que ir con cuidado desde ahora —intervino Taylor mirando a Estefan y Bael—, no pueden caer como bombas explotando su poder como siempre. Estamos hablando de alguien que, si los arrincona, puede matar su cuerpo y absorber su alma o lo que sea que tengan ustedes adentro. Tenemos que hacer lo que se hace al enfrentar a un híbrido.
—¿Y que se supone que debemos hacer ante un maldito híbrido? —gruño Estefan.
Taylor sacó una cuchilla de plata envuelta en un protector para que no pudieran rastrearla. Todos los hombres lobos dieron un paso atrás al ver el arma.
—A un hechicero se le corta las manos —Taylor camino amenazante hacia Gunnar, este trago saliva—, es la mejor forma de acabar con uno, es lo que Natsuki le hizo a tu amiguito en la entrada del refugio ¿recuerdas?
Gunnar asintió y Taylor siguió acercándose, Theo puso los ojos en blanco y Estefan no paraba de sonreír como maniático.
—Cortarle las manos con una cuchilla de plata sería lo ideal, es mitad hombre lobo y la plata corta la piel de los lobos como si fuera mantequilla —Taylor alzó su cuchilla con orgullo—, menos mal que empaque una de estas y tengo una de las katanas de plata de Aiko en mi equipaje.
—Podríamos acercarnos mientras ese loco este intentando atacar a Bael y a Estefan para chuparles lo demoníaco —hablo Theo—, nosotros no tenemos nada de magia que él pueda absorber.
—Eso sería demasiado riesgoso —Liam miró temeroso a su beta y a su mate—, debería intentar resguardarlos.
—Ni lo pienses —objeto Estefan—, tú no te vas a acercar ni a medio metro de ese loco. Sí puede absorber nuestros poderes, de seguro que puede hacerlo contigo. No vamos a arriesgarte para nada, no importa si nosotros morimos, si tú lo haces estamos fritos.
Liam negó con la cabeza.
—No hablen de morir, nadie va a morir aquí —recalco a todos algo desesperado—, vamos a vencerlos, nos hemos enfrentado a peores cosas. Haremos lo mejor posible y le daremos chance a la manada para seguir con la evacuación.
—Estamos eternamente agradecidos —intervino el alfa Inuk a su discusión—, están arriesgando tanto por nosotros.
—Es nuestro deber —contestó Liam—, aunque yo no sea su príncipe, todos ustedes son de mi raza, en mi corazón son parte de mí y daré todo lo que tenga para protegerlos.
Estefan y Bael pusieron los ojos en blanco mientras los alfas le agradecían.
—Deberían intentar usar todas las tácticas que usaron contra nosotros durante la invasión al Reino hace años —Gunnar recibió otras miradas de odio—, ha absorbido parte de mis poderes y mi conocimiento, y tiene la fuente del Éter oscuro para potenciar lo que hago.
—He practicado con muchos hechiceros todo este tiempo buscándote —hablo Bael, Gunnar le sostuvo la mirada—, creo que podemos manejar tu maldita magia oscura.
Un dolor le retorció el pecho a Gunnar.
Cerró los ojos y tuvo pedazos de visiones, pudo verlo. Orión apareció en su mente llamándolo, después vio por los ojos de Orión. Este veía de lejos la manada "Black Moon"
Gunnar se obligó a sí mismo a volver a su realidad.
—Están aquí —habló Bael antes que él—, puedo sentirlos.
—Esta... está esperándome —Gunnar se apoyó en Liam—, está llamándome.
—Ya no hay tiempo para la evacuación —Liam miró a Inuk—, ¿Tienes un lugar donde refugiar a toda esta gente?
Inuk asintió.
—Vamos a nuestros lugares —Estefan gruño—, ese hijo de puta no sabe lo que le espera.