CAPÍTULO 30.- segundo fragmento

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—No quiero sonar imprudente mi Diosa —constató Seraniel después de escucharla—, pero yo solo soy un ángel guardián de bajo rango. Mis poderes son insignificantes y no estoy capacitado para luchar o cosas por el estilo. Yo apenas puedo cambiar un poco el humor de los humanos. Ni siquiera puedo hacer eso en ángeles.


—Mi querido hijo —la Diosa se acercó a él con delicadeza y alzó su mentón, Seraniel no podía ver su rostro a pesar de que la veía de frente—, no es necesario un gran poder cuando se tiene una gran determinación.


Seraniel estaba en desacuerdo, aunque no lo dijo, si venían hechiceros o demonios por el príncipe. Lo único que podría hacer, es llevárselo volando, si es que lo podía cargar.


—No obstante, te entregaré algo que te pueda ayudar a cumplir tu tarea.


La diosa se sacó un anillo de oro que entregó a Seraniel.


—Póntelo —le indico la diosa.


Seraniel se colocó el anillo algo temeroso, pero cuando se lo puso no sintió ningún cambio.


—Esto te dará la fuerza de un ángel de la orden de Dominaciones y podrás contactarme para darme información como lo haría un arcángel —explicó la Diosa—, así estarás más seguro tú y tu nueva persona.


—Diosa... —Seraniel veía asombrado el anillo de su dedo—, esto es demasiado.


—Es lo justo y lo necesario —le sonrió la Diosa—, no puedo mandarte sin armas.






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—No puedo creer que hemos podido guardar el secreto tanto tiempo —hablo Liam revisando una Tablet con trabajo pendiente—, a Gabriela le falta solo un poco menos de un mes para dar a luz y a mi Leia se le nota ya su pancita.


Bael sonrió un poco, antes no había creído posible que Leia podía parecer más dulce de lo que era, pero una Leia embarazada era la cosa más tierna del mundo. Ya había dejado de tener problemas con su loba, aunque adoptó un hábito antiguo de formar un nido con la ropa de Liam y quedarse dormida ahí por horas.


Todos, en especial Liam y Bael, acordaron que Jessy y Dan no serían oficialmente presentados hasta que Gabriela y Leia no dieran a luz. No querían arriesgar por nada del mundo sus vidas, Gabriela tuvo un comienzo de embarazo demasiado ajetreado y Leia tuvo problemas con su loba. Lo mejor era que siguieran lo que faltaba de su embarazo en paz.


La llegada de su hijo y de Jessy había calmado bastante los explosivos arranques demoníacos de Bael. Ahora podía concentrarse en sus misiones y era mucho más efectivo para rastrear y acabar objetivos. Al tener a su mate cerca, tenía mucho control de todas sus emociones.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora