CAPÍTULO 39.- tercer fragmento

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—Mierda —Gabriela miró con cara de fastidio como entraba Estefan a la habitación de Zephyra cuando la arrullaba.


—Dame a mi sobrina un momento, estar con su amargada madre todo el tiempo debe afectarla.


Estefan balanceo a la pequeña Zephyra mientras está soltaba una risotada infantil.


—Que linda eres —Estefan la miraba con adoración—, ¿Cómo una cosita tan preciosa como tu tiene de padres a un par de imbéciles?


—Suenas como papá —resopló Gabriela sentándose en la mecedora cercana—, ¿Vienes a rogarme tu también?


—Oh no, sabes que ese no es mi estilo —Estefan alzó a Zephyra para su diversión—, yo soy más de convencer a la gente a la fuerza, ya sabes, usando violencia.


Gabriela sonrió.


—¿Y viniste a convencerme a tu estilo?


—Claro que no —Estefan atrajo a Zephyra a su regazo, ya que esta parecía querer dormir un poco—, solo vine a ver si puedo ser el padrino de Zephyra, ya que su actual padrino dejara de hacerlo.


—¿Qué? —Gabriela boto un bufido—, ¿Quiere castigarme desentendiéndose de su sobrina?


—No —Estefan beso la cabecita de Zephyra—, se va para siempre de la isla esta noche.


Gabriela apretó los puños. Esa era otra raya que agregar al tigre enorme formando por el odio hacia Jessy.


—Ahora se convirtió en un cobarde.


—No le has dejado alternativa.


—Si ella es tan inocente como dice, entonces debería quedarse a luchar por eso.


—Contigo en contra, sabes que no hay salida para eso —Estefan acostó a la pequeña bebé sobre la cuna, ya que se había quedado dormida—, pondrías a todos en su contra y lo sabes.


—Me están dando mucho crédito.


—Tu y Bael son tan imbéciles que me hacen doler la cabeza —Estefan resoplo enojado—, ¿Enserio vas a separar a la familia por esa perra?


—¿Y tú enserio vas a defender a esa zorra traicionera?


—No la estoy defendiendo en lo absoluto —Estefan suspiro—, sabes que la odio desde mucho antes de saber cuál era su verdadera cara. Incluso cuando tú la defendías de mis bromas en la escuela.


Gabriela miró hacia otro lado molesta, Estefan se sentía exasperado de ver las similitudes tan obvias entre los gemelos. Los dos eran un par de cabezas duras, que no daban su brazo a torcer por el orgullo.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now