CAPÍTULO 12.- primer fragmento

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—La cena está maravillosa —Deniska le agradeció a Oliver—, siempre es un gusto visitarlos.


—Me alegra que todos ustedes siempre se sientan bienvenidos aquí —hablo Oliver mirando a los alfas jóvenes—, por la diosa, todos aquí ya son mayores, pero para mí siempre van a ser esos niños que se escondían en la habitación de Liam para hacer pijamadas.


Liana removía su comida con melancolía, levantó la vista y miró en dirección de Angel. Este hablaba con Junior de algo y los dos reían. Belial veía como Alan le cortaba la carne de su plato. Era la primera vez en mucho tiempo que no se sentaba al lado de ellos. Angel aún estaba enojado por ocultarle lo que le hicieron a Belial.


Liana sabía que solo debía disculparse de corazón y realmente lo sentía, pero también creía que su padre tuvo razón en hacer lo que hizo. Ya que en ese mismo momento Bael y Gerard estaban buscando a los hermanos demonios completos.


Miro a los demás alfas, también observó a los cazadores amigos de Taylor. La mate recién encontrada de Natsuki hablaba con él, aunque sonreía podía notar lo incómoda que se sentía. Los otros dos estaban totalmente a la defensiva. El tipo enorme parecía esperar cualquier excusa para tomar su arma y atacarlos, el otro conversaba con Noel animadamente, pero sin dejar de vigilar de reojo.


El grupo de alfas partiría ese día, así que era como una especie de despedida.


Escucho la risa de Angel y Junior, miro nuevamente a su dirección, pero ellos no la miraron en ningún momento. Intentó mirar a cualquier cosa antes de que notaran que los veía y se encontró con otra mirada que tampoco deseaba atrapar.


El alfa Auguste la miraba profundamente, Liana noto la tristeza en su rostro. Ella no pudo retirar su vista, era como si estuvieran conectados. Su corazón se aceleró en contra de su voluntad y de pronto los recuerdos de la última vez que habían hablado llegaron a su mente.


El alfa Auguste le dijo que estaba enamorado de ella.


Logró apartar la vista y empezó a cortar su carne con algo de violencia.


—La pequeña Liana —Bastian que estaba sentada a su lado y que había estado metido en una conversación amena con Kerim y Murat, le habló con cariño—, ya no tan pequeña a mi pesar, ¿Aún te gustan mucho las paletas de helado?


Liana tuvo que plasmar su mejor sonrisa, aunque no era muy difícil en ese momento, Bastian siempre fue muy agradable con ella.


—¿Hay alguien a quien no le guste las paletas de helado? —respondió con jovialidad—, aunque tengo que abstenerme un poco ahora hasta que me transformé y las caries no sean un problema.


—Estas a nada de transformarte ¿verdad? —Bastian le paso una bandeja de ensalada que nadie parecía comer además de ellos dos—, en unos meses ya serás una mujer loba en todo su esplendor ¿estás emocionada?


—Mucho —Liana asintió.


—¿Añoras encontrar a tu mate? —Bastian jugó con sus cejas coqueto.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now