Gunnar pestañeó sintiendo un dolor agudo en la cabeza. Intentó moverse sin éxito, podía sentir sus muñecas amarradas mediante magia, la cara hinchada y el frío suelo de tierra contra su cuerpo. Cuando pudo al fin enfocar su vista se dio cuenta que estaba en un apretujado establo, donde seguramente antes habían animales que fueron asesinados ahí mismo, ya que podía oler y ver la sangre seca por todos lados.
Recordó lo último que vio, a un tipo que no conocía sujetando a una inocente niña. Gunnar se maldijo a sí mismo por haber caído tan fácilmente en una trampa. Debió prever que, si una niña sobrevivía a una masacre así, no debía ser por mérito propio, la mantuvieron viva para servir como carnada y Gunnar mordió el anzuelo.
No pasó mucho tiempo para que vinieran por él. Vio a los mismos hombres que lo atraparon sonriéndole con arrogancia. Lo golpearon en el estómago y después lo cargaron con tosquedad. Gunnar sabía que era inútil luchar, las cuerdas mágicas no solo lo mantenían sometido, también limitaban su magia. Iba a hacer imposible intentar escapar por sí solo.
Caminaron por un lugar en ruinas, no era la misma manada donde corrió a socorrer a la niña. Ese lugar llevaba mucho tiempo en ese estado, parecía un pueblo fantasma sacado de las películas de terror.
Lo metieron a la casa que parecía en mejor estado del lugar y lo lanzaron a los pies de alguien.
—¿Así que este es el hechicero poderoso que mató a todo un batallón y me hizo caer sobre trampas mágicas? —escucho una voz gruesa de un hombre que arrastraba las palabras con parsimonia.
Gunnar levantó la vista y miró a aquel hombre vestido de pieles gruesas y oscuras, con la cara adornada con una cicatriz que atravesaba su cara verticalmente desde su labio hasta el ojo que había perdido.
—Híbrido —escupió Gunnar detectando la magia en él, como su parte loba.
El sujeto soltó una risotada.
—Además de poderoso eres muy perceptivo —respondió el sujeto—, disculpe mis modales. Me presento ahora mismo, soy Orión, alfa de la manada Wild Blood. ¿A quién tengo el honor de tener de rehén?
—¿No se supone que el último alfa de esa manada de psicópatas fue Normun?
—Como sabrás, el puesto de alfa se hereda de padre a hijo —sonrió Orión—, mi padre al morir me heredó su poder y su puesto como la ley manda.
Gunnar sabía que estaba jodido, era un híbrido de hechicero y hombre lobo. Una especie casi inexistente y temida por las dos razas. Ya que a diferencia de los hechiceros comunes que tenían limitaciones físicas y agotamiento de magia, los híbridos de estas dos especies, tenía la magia del hechicero y el poder regenerador de los hombres lobos, así que no solo curaba rápidamente, sino que su fuente mágica también se regeneraba constantemente haciendo que puedan usar su magia sin límites. El único híbrido así que conocía o mejor dicho escucho de su existencia, era la pareja del beta del Rey de los hombres lobos.
—Debo decirte que en nuestro último encuentro me fascinó —siguió diciendo Orión mirándolo con admiración—, ese manejo de magia, esa inmensidad. Solo escuche tales hazañas por cuentos, no pensé que realmente alguien pudiera hacer todo lo que hiciste.
—¿No sales mucho de Alaska verdad? —replicó Gunnar.
Orión empezó a caminar alrededor de Gunnar con lentitud.
—No, he estado escondiéndome en estas tierras por mucho tiempo —respondió Orión—, la única fuente de aprendizaje de mi don fue de mi querida madre que en paz descansé, ella me enseñó todo lo que sabía, pero lamentablemente ella no era una hechicera tan buena como tú.
—Si quieres vengarte hazlo de una vez —lo reto Gunnar—, si están intentando darme conversación para que te diga la ubicación de las manadas que se escaparon, estas perdiendo tu tiempo.
Orión negó con la cabeza.
—Oh por la gran diosa luna, yo realmente no deseo asesinarte, es la primera vez que conozco a un hechicero igual que yo —Orión se señaló a sí mismo tocándose el pecho—, y no necesito saber dónde están, sé que se están escondiendo en la manada "Black Moon".
A Gunnar se le helo la sangre.
—¿Sabes dónde estamos ahora? —Orión miró a su alrededor—, estamos en lo que queda de la manada "Howling Forest", el último gran acto de mi padre. No pudo vencer la fuerza de las grandes manadas de las tierras libres juntas, pero al menos eliminó una. Ahora yo terminaré lo que él empezó.
—¿Por qué estás haciendo esto? —Gunnar lo miró desesperado—, si quieres unir a todos los hombres lobos de las tierras libres, ¿No sería mejor hacer un gran gobierno juntos?, ¿No te parece terrible el hecho de asesinar a todos los alfas y también a sus manadas si no quieren unirse a ti? ¿No ves todo lo que está mal en eso?
—Se que no lo ves, no vez la gran hazaña de todo esto —Orión pareció perdido por un momento, entonces Gunnar creyó que él tipo estaba realmente loco—, veras quiero que te unas a mí, creo que fuiste enviado por una razón, creo que es para guiarme...
Gunnar intentó retroceder cuando el sujeto se acercó. Estén pareció querer acariciarle, pero detuvo su mano en el camino.
—Te contaré la verdad, mi verdad, la verdad de mi familia y la razón de todo esto —Orión retrocedió nuevamente, sujetando una silla vieja y sentándose en ella—, todo comenzó hace cientos de años, un tiempo tan lejano y temible. Cuando los seres vivos aún se desarrollaban...
Gunnar para ese punto se daba por vencido con él tipo, se le había ido la chaveta, pero su relato le daría tiempo para buscar la manera de escapar.
—Había más especies mágicas sobre la tierra y todo era mucho más caótico —Orión hizo gestos con las manos para darle teatralidad—, sobre el mundo llegaron seres realmente malignos. Demonios caminaban a sus anchas en cuerpo humanos corruptos por su maldad, hubo uno en particular que tiene que ver mucho en esta historia. Un demonio llamado Abraxas.
Gunnar intentaba recordar el hechizo mental que ayudaba a romper un lazo tan poderoso de magia.
—Este demonio en particular, era un demonio con el don superior de una alta sabiduría —Orión estaba muy inmerso en su relato—, el demonio se dio cuenta que los hechiceros, pupilos de los demonios, se convertían en seres muy peligrosos. Se expandieron en todas las razas y culturas, convirtiéndose en una raza dominante que cada vez se volvía más poderosa. No creía que todos los hechiceros eran un peligro, ya que tenía un séquito que lo veneraba, un grupo llamada "Los oscuros"
Gunnar se detuvo en su búsqueda mental para prestar atención. Orión lo noto.
—Oh ¿Has escuchado de ellos cierto?, mi madre me dijo que aún existen por ahí.
Gunnar se mordió la lengua, ya que era gracioso el hecho que él fue uno de ellos.
—Abraxas creó un artefacto llamado "El Éter Oscuro", era un báculo de ébano con una gema celestial que le pertenecía antes de convertirse en un ángel caído. El Éter Oscuro tenía la capacidad de absorber la magia de otros hechiceros, no solo privándolos de su poder, sino también atrapando sus almas y memorias en su interior si así lo deseaba —los ojos de Orión brillaban—, para ser un demonio, confió demasiado en los seres humanos. Una hechicera de los oscuros lo traicionó, al parecer no solo era su pupila, Abraxas tenía una obsesión por ella, sin embargo, ella estaba enamorada de otro hechicero que pertenecía a una orden que estaba en contra del esclavismo de los demonios hacia ellos.
—El amor —Gunnar bufo—, hasta los demonios caen en eso.
Orión le sonrió.
—Así que mientras Abrazas dormía en los brazos de su amante mortal, esta aprovecho el momento para tomar el Éter oscuro y apuñalar con este al demonio —Orión sonrió más ante la expresión de Gunnar.
—¿Por qué no simplemente lo absorbió?
—Al parecer para desaparecer a un demonio tienes que atravesarlo con un poder celestial —Orión se encogió de hombros—, no matas a un ser celestial sin algo de igual magnitud, era un ángel caído, pero seguía siendo creación directa de los dioses, solo puedes matar algo así con algo creado por ellos mismos.
—¿Entonces lo mató?
—No solo eso, lo absorbió por completo —Orión parecía feliz de que Gunnar mostrara interés—, dejó atrás su cuerpo mortal destruido, pero su esencia quedó dentro del Éter oscuro, no volvió al infierno como debía.
Gunnar recordó el hechizo que lo liberaría. No obstante, nunca fue bueno haciendo hechizos mentales, tendría que dar todo de sí.
—Después de eso, la mujer tomó el artefacto y escapó para encontrarse con el hombre a quien realmente amaba —Orión suspiro—, pero ya sabes el dicho, el quien a hierro mata a hierro muere. Su querido amor, realmente no la amaba, la manipuló para que la mujer hiciera el trabajo sucio y la mató de la misma forma que ella mató al demonio. Después el hombre oculto el Éter Oscuro pasándolo de generación en generación para protegerlo. Estudio al artefacto en profundidad y así averiguo maneras de destruir demonios sin usarlo y pasando esa información a todos los hechiceros que desearan escucharlo.
Gunnar recordó las instrucciones en los libros antiguos, seguramente era la fuente de información que las escribió.
—Seguramente te preguntarás ¿Qué tiene que ver toda esa historia conmigo? —el hombre se levantó de nuevo, demasiado excitado para mantenerse sentado—, veras, después de varias generaciones. Mi madre fue una descendiente de los guardianes del Éter. Llegó un momento donde empezó a tener sueños y escuchaba voces, se sintió muy atraída por el Éter. Las voces en su cabeza le decían que lo tocara, cosa casi imposible porque le prohibieron rotundamente que lo hicieran.
—¿Me estás diciendo que el Éter aún existe? —a Gunnar ya no le gustaba tanto la historia.
—Por supuesto que sí —Orión lo miró como si se hubiera vuelto loco—, mi madre aprovechó una noche que sus familiares descansando para sacar a Éter Oscuro de su escondite. Cuando lo tocó, las voces de su cabeza fueron más fuertes y le pidieron que absorbiera los poderes de su familia, ella así lo hizo. No recordaba exactamente que paso, pero ella no pudo evitar matar a toda su familia, aunque solo quería quitarles la magia.
Gunnar pensó muy fuerte el hechizo en su cabeza y la cuerda mágica cedió un poco.
—Huyó del lugar y vago un tiempo junto al artefacto —Orión no se daba cuenta de lo que Gunnar estaba haciendo—, después tuvo la visión de un hombre en la nieve, soñaba con las tierras libres así que vino hacia aquí y busco a aquel hombre. Cuando lo encontró, resultó ser un hombre lobo, el cual era su mate.
—Tu padre.
—Si, el destino tiene cosas retorcidas ¿No es cierto? —el hombre volvió a caminar en círculos alrededor de Gunnar—, las voces le dijeron que aquel hombre tenía como misión unir a todos los de su raza. De traer la paz a las tierras libres con la ayuda del Éter Oscuro. Así empezó todo esto.
Gunnar seguía esforzándose en liberarse.
—Tus padres murieron —Gunnar fruncía el ceño—, eso significa que si todo lo que dijiste es cierto, tú eres el dueño del Éter ahora.
Orión sonrió con autosuficiencia. Alzó su mano y ante Gunnar apareció un báculo de ébano con una enorme gema morada brillante en la punta.
—Únete a mi —Orión se acercó nuevamente a Gunnar—, con tus capacidades seríamos invencibles. Los dos podríamos unir a las tierras libres para ser una sola alianza. Una capaz de vencer a cualquier enemigo.
—Paso, tus métodos asesinos no me convencen —respondió Gunnar—, asesinar a todo lo que se te oponga no es el camino.
Orión se acercó a él y tocó su rostro. A Gunnar ya se le hacía todo raro, empezaba a ponerse nervioso.
—Eres precioso.
Demasiado raro.
—¿Perdóname?
—La vida da giros inesperados, pero la diosa luna es sabia —vio un brillo en el único ojo de Orión—, me mandó un mate muy poderoso para estar a mi lado.
—¡¿Qué?!
No podía ser, no quería ser el alma gemela de un loco.
—Entiendo que te resistas, aun no entiendes mi misión, pero eso no importa —Orión quito su mano de su rostro—, ahora mismo sé que no es la mejor opción para fomentar tu cariño hacia mí, pero debo tomar un poco de tu poder para poder replicarlo en mi y tener tus facultades.
Gunnar lo miraba consternado intentando con todas sus fuerzas poder zafarse.
—No será mucho, yo sé manejar mucho mejor el Éter de lo que mi madre lo hizo —explicó Orión—, puedo absorber solo un poco de tu magia y replicar todo en mí. El Éter puede brindarme todo el poder que necesito y con tus habilidades, podré hacer cosas grandiosas.
Gunnar seguía sin emitir palabras, toda esa información era demasiada para él. El pánico lo hacía desesperarse por liberarse al fin.
—Perdóname, pero esto es necesario.
De un ágil movimiento, Orión empujó la gema del Éter Oscuro en dirección del pecho de Gunnar. Este grito sentía que le estuvieran quemando el pecho y sintió su magia abandonándolo. Por sus cabeza empezaron a pasar recuerdos de su niñez, cuando se enteró que era un hechicero. Su encuentro con los oscuros y sus enseñanzas.
—Te llamas Gunnar —siseo Orión con cara de maniático.
Gunnar entendió que no solo le estaba robando la magia, estaba absorbiendo sus conocimientos.
En un momento de desesperación y a pesar de su gran dolor, pudo desatar la cuerda mágica y liberarse. Con lo que quedaba de su magia, alzó su mano y tomando a Orión de imprevisto, le lanzó un hechizo que le hizo salir despedido hacia atrás con todo y Éter de Oscuridad.
Escuchó un grito de Orión y antes de darle la oportunidad de contraatacar, Gunnar se desapareció.