—¿Estás seguro de que por aquí es? —preguntó Bael.
—¿Quién fue el que descubrió la sangre de los demonios? ¡Yo! —exclamó Gerard—, ¿Quién lleva años siendo un cazador experimentado y un excelente rastreador? ¡Yo!, ahora viene este mocoso a cuestionarme.
Gerard miraba su brújula y observaba todo su entorno, Concetta se sentaba en una piedra algo cansada y Bael seguía enfurruñado.
—Por la diosa, ya no estoy para estos trotes —Concetta tomó su botella de agua—, debería estar disfrutando de mi hermosa nieta, en vez de estar en medio de la nada en un país raro con dos imbéciles.
Bael le lanzó una mirada furibunda y Concetta río, era como ver los ojos de su padre. Aunque Bael era mucho menos gracioso que Alan.
—Siento que ya llegamos —Gerard guardó su brújula —, ¿No huelen nada ustedes con sus super narices?
—No detecto el olor ni la presencia de nada vivo alrededor —gruñó Bael.
—Esperen un momento —Concetta se levantó rápidamente —, aquí debe haber animales y por lo que veo pequeños lagos, deberíamos detectar algo de la fauna, pero no escucho ni siquiera a algún insecto.
Los tres se quedaron en silencio unos segundos antes de que Bael desplegará sus alas y saliera a toda velocidad hacia adelante. Una vibra singular y sutil se sintió hacia adelante y Bael lanzó una bola de fuego.
Como predijo, chocó con una protección mágica. La razón por la cual no habían detectado nada era que se estaban escondiendo detrás de la magia. Bael hizo aparecer su lanza inmediatamente mientras varias bolas gigantes de fuego aparecían detrás de él.
En el momento en el que atacó la protección mágica supo que les dio un sobre avisó de que habían llegado. Así que no tenía tiempo que perder.
Bael mismo se prendió a sí mismo en fuego y atacó con todo su poder a la cúpula mágica que probablemente ocultaba a los demonios completos. El potente ataque resquebrajó la protección mágica y Bael cayó como si estuviera invocando el apocalipsis.
Cuando logró traspasar la barrera, no perdió tiempo y empezó a rastrear el olor. Lo cual le hizo sonreír porque estaba esparcido por todo el lugar. Era un espacio al aire libre con pequeñas tiendas de campañas que Bael incendio de inmediato para que los demonios completos no tuvieran otra opción que salir.
Lo que lo sorprendió es que en todo el lugar solo se encontraba una persona. Un hechicero bastante anciano.
Bael al confirmar que no había otro ser vivo en el lugar, llegó ante el anciano que tosía.
—¿Dónde están? —siseó con voz gruesa y amenazante —. ¿A dónde se los llevaron?
El anciano empezó a reírse.
—¿De verdad piensas que te lo diré?
La mirada de Bael ardía al rojo vivo.
Cuatro espectros de fuego aparecieron y sujetaron al anciano que gemía de dolor.
—¡¿Dónde están?! —La voz de Bael sonó distorsionada, estaba fundiéndose con la voz de su demonio.
—¡No podrás encontrarlos! —exclamó el anciano en medio de sus lamentos —. ¡No los encontrarán a tiempo! ¡Ellos serán los que los encuentren y los acaben!
Bael gruñó exasperado, otra vez había llegado tarde, otra vez había fallado.
Empezó a agitarse.
—¡Dime dónde los llevaron o te mataré ahora mismo!
—¡Ellos acabarán con ustedes! —grito el hechicero —, ¡Su sangre será derramada para traer a nuestro señor a la tierra otra vez!
Bael fue ahora el que lo sujeto. Gerard y Concetta corrían para llegar a ellos.
—¡Bael todavía no! —escucho la voz lejana de Concetta.
Pero Bael estaba demasiado enojado para escuchar. Rugió y partió en dos el cuerpo del hechicero con sus propias manos. Empezó a incendiar todo y a gritar furioso.
Los dos mayores se detuvieron al ver la violencia desatada de Bael.
—Mierda —Gerard negó con la cabeza —, al menos esta vez no hay nadie más alrededor.
—Retrocedamos un poco o puede que nos intente matar —advirtió Concetta.
***
—Felicidades —Junior se sentó a su lado—, perdón por ignorarte al comienzo, sabes que a Angel se le sale lo Hoffman cuando se enoja.
Junior le entregó una lata de soda a Liana, esta asintió en agradecimiento.
—Lo sé—Liana abrió su lata—, sé que no debí ocultarles lo de Belial.
—¿Pero no te arrepientes de hacerlo cierto? —Junior sonrió—, mi linda apuñaladora por la espalda, sé que piensas que estás haciendo lo correcto y no debes avergonzarte de eso, ¿Qué sabemos nosotros de salvaguardar la seguridad del Reino?, solo somos adolescentes idiotas que jamás cargaremos con tu responsabilidad o la de nuestros hermanos.
—¿Gracias? —Liana arrugó el gesto—. ¿Apuñaladora por la espalda? ¿Enserio?
Junior se recostó un poco sobre la manta que Liana había puesto sobre el césped. La miró tan alegremente que Liana no tuvo más que suspirar y tomar un poco de su soda.
—Hoy descubrí porque quieres que yo pretenda ser tu novio —Junior miro a todos lados por si parecía que alguien los escuchaba—, eres muy obvia ¿sabes?
A Liana se le helo la sangre.
—¿Te gusta cierto alfa francés cierto? —Junior sonrió de manera siniestra—, por eso estuviste ocultándote una semana.
Liana lo miró aterrada.
—No parabas de verlo hoy —se encogió de hombros—, tuve que retener el impulso de ir a limpiarte la baba que se te caía al verlo.
—O por la diosa —Liana se tapó el rostro de la vergüenza, era inútil negarlo—, ¿En serio es tan evidente?
—Mucho —Junior suspiro—, creo que Bastian también se dio cuenta.
—Quiero morir —gimió Liana.
—¿Te gustan los alfas no? —pregunto Junior—, primero Liam y ahora...
—Cállate —Liana le tiró un golpe en brazo—, no digas una palabra más, estoy en medio de una crisis aquí.
—Creo que es recíproco —Junior dejó de sonreír—, cuando te encontré con él en la casa de Estefan y Joon, parecía que estuviera interrumpiendo un momento especial. Él quiere meterse en tus faldas.
—¿Si sabes lo mal que está toda esta conversación verdad?
—Solo sé que un idiota de su edad no debería salir con una jovencita de 17 años —Junior frunció el ceño—, es un depravado, deberías decirle a mi tío Alan para que lo mate.
—Junior —Liana negó con la cabeza—, por favor.
—Mírame a los ojos y dime que no ha hecho ningún avance —Junior hablo más serio que nunca—, mírame y júrame que no se ha propasado.
Liana maldijo internamente, ella ya había llegado a un acuerdo con el alfa Auguste. Si le decía la verdad a Junior crearía un conflicto innecesario.
Así que puso su mejor cara de póker y le mintió.
—Esto ha sido solo de mi parte —Liana lo miró con determinación—, él... él sabe de mis sentimientos creo y no quiere herirme, por eso me fue a buscar a la casa de Estefan y Joon para decirme que no es necesario que me esconda. Junior no digas nada, la única humillada aquí seré yo, él no ha hecho nada más que ser educado conmigo.
Junior la miró con detenimiento y después asintió.
—¿Entonces solo me usas para que él crea que no estás babeando por él? —pregunto Junior.
—Básicamente esa es mi triste historia.
—¿Te gusta mucho?
Liana se mordió los labios.
—Lo suficiente para perder la cabeza.
—¿Hay oportunidad para que algún día dejes de ver alfas y me veas a mí? —preguntó Junior.
Liana miró a otro lado sobrepasada.
—No te hagas la desentendida que he sido tan sutil como una bomba —Junior sonrió con tristeza—, pero necesito escucharlo decir de tus labios.
—No —hablo con rapidez—, lo siento Junior, eres como un hermano para mí, no creo poder verte de otro modo.
—No lo sientas, yo lo sabía —Junior suspiró con melancolía—, tal vez le pida a Joon ser su heredero para que te guste un poco.
Liana se rio.
—No me gusta porque sea alfa tonto —ella lo miro un poco afligida—, realmente me gustaría corresponderte, sería más fácil así.
—Bueno, enterraré mis sentimientos en este mismo momento —volvió a sonreír—, así que no te preocupes, pero antes de eso, creo que tengo una excelente idea para que ese alfa crea que realmente nosotros somos novios.
Ella lo miró temerosa y miró detrás de ellos.
—Todos nos pueden ver desde atrás —ella frunció el ceño—, no hagas ninguna tontería.
—¿Qué mejor manera de que crea que nosotros andamos que una cursi e improvisada declaración de mi amor por ti? —se burló Junior.
—Mi papá te matara.
—Mi mamá y mi hermano lo mataran antes de que lo intente —Junior agito su mano restándole importancia—, ¿De qué mejor manera podemos hacer esto más creíble?
—Van a hacer un escándalo.
—Intentaran separarnos —Junior sujeto su pecho—. A lo Romeo y Julieta.
Liana miró nuevamente hacia atrás, todos los que habían estado en el almuerzo estaban disfrutando del postre en los jardines del palacio. Si Junior hacía una tontería, estallaría en sus caras.
Ella estuvo a punto de decirle que no hiciera nada y que se dejara de travesuras cuando Junior tomó su rostro y la atrajo para besarla.
Liana estaba demasiado impresionada para procesar lo que estaba pasando, tuvo la mala idea de abrir su boca para gritarle, pero Junior lo tomó como una invitación para explorarla. Intento por un momento seguirle el juego, el beso era dulce y podía sentir los sentimientos de Junior latiendo.
Sin embargo, no sentía absolutamente nada, no estaba la adrenalina, ni su cuerpo vibraba o sentía que su alma ardía en su interior. No sentía nada de lo que había sentido cuando se besó con el alfa Auguste.
Se separó de Junior al recordar que Auguste estaba a poca distancia de ellos, probablemente viendo todo.
Junior tenía el rostro de alguien con el corazón roto. Liana se sintió miserable por eso.
A pesar de todo, él se obligó a poner la mejor sonrisa y levantarse para enfrentar a su familia.
Noto que efectivamente todos se habían detenido de lo que estaban haciendo y se quedaron estupefactos al verlos.
Vio que a su tío Jaime se le había caído su plato de tarta.
—¡Familia! —grito Junior lleno de entusiasmo—. ¡Tengo que confesarles que Liana y yo somos novios!