Liam realmente lo intentó, pero hacer panqueques se veía más difícil de lo que parecía. Al final puso en una bandeja cereal con leche en un tazón, un vaso de yogurt con frutas mal cortadas, jugo de fruta de una caja y una rosa.
Las llevó hacia la habitación que compartía con su adorada esposa.
—¡¿Qué haces con ese libro?! —se quejó Liam—, ¿Acaso no acordamos nada de estudios en la luna de miel?
Leia abrazo su libro como si fuera una niña pequeña a la cual le querían quitar su juguete.
—Solo es una lectura de placer —Leia apartó el libro para que Liam colocara la bandeja del desayuno—, se ve delicioso, gracias.
—¿Un libro de anatomía es un libro de placer?
—Liam ya han pasado dos semanas desde que salimos de luna de miel —Leia comió una cuchara pequeña de yogurt—, a ese paso me voy a atrasar.
—¡Estas de vacaciones!
—Una nunca está de vacaciones cuando estudia medicina —suspiro Leia—, en especial medicina de hombres lobo.
Liam se refunfuño, pero no protestó más. Ya había sido un milagro ponerle fecha a la boda porque nunca parecía oportuno para la agenda apretada de estudiante de Leia.
Al final había tenido que convencer junto a su tío Alan, al decano de medicina para que Leia no pueda inscribirse en ningún curso de verano con una falsa excusa. Ya habían aplazado la boda más de un año y Liam tuvo que tomar decisiones extremas.
Entre sus tareas como príncipe heredero y los estudios de Leia, había sido un milagro que tuvieran dos semanas para ellos solos. La vio desayunar con ternura, jamás se cansaba de ver a Leia, no importaba si estaba leyendo, comiendo o su favorito de Liam, durmiendo. Mirar a Leia era uno de los mayores placeres de su vida.
—¿Qué te parece si te tomas la mañana para leer un poco mientras yo paseo por la ciudad? —le propuso Liam.
Leia dudo.
—¿No te molesta que nos separemos?
—Nos queda una semana más para volver —Liam se encogió de hombros—, solo será por unas horas, después vendré con un vino y uvas para volver a rememorar nuestra primera noche de esposos.
—¡Liam! —se sonrojo Leia.
Momentos después de que Liam se bañara y se alistara para salir, dejó a Leia cómoda en su habitación, le dio un beso cariñoso y salió a la sala del pent-house. Se acercó al hermoso balcón y miro la magnífica ciudad de Viena. Liam sonrió y se dirigió hacia la puerta para irse, pero de pronto alguien lo tomó por la fuerza y le tapó la boca para que Leia no lo escuchara.
Antes de que Liam pudiera defenderse de su supuesto atacante, apareció súbitamente en un bosque. Tosiendo y mareado pudo olfatear aquel lugar. Un olor tan familiar lo golpeo y el gruño.
—No puede ser —se quejó Liam —. ¿No saben que son tres semanas? ¡¿No pueden estar alejados de mí tres semanas?!
—Surgió algo —dijo Estefan con su media sonrisa cínica —, vamos al santuario.
—Leia está sola... —Liam intentó alejarse.
—Está en un lugar custodiado y esto no nos tomará más que un par de horas —Estefan empezó a arrastrarlo —. ¿Qué tal tu nueva vida de casado?
Liam frunció el ceño.
—¿Qué es tan importante para que me sacaras de mi luna de miel? —gruñó Liam.
—Lo suficiente para que todos estemos que nos cagamos encima —dijo Estefan perdiendo su gesto burlón—, es serio Liam, no te hubiera traído aquí si no lo fuera.
Liam asintió a regañadientes. Por el gesto de Estefan, la situación debía ser delicada. El semidemonio casi nunca se ponía tan nervioso.
Llegaron a la entrada del "santuario", así le habían llamado al bucle en el tiempo que ocultaba el altar de la diosa. No solían venir tan seguido, solo cuando necesitaban hablar de algo que el escuadrón mayor no debía saber.
El único que sabía sobre esto era su tío Jaime, según Bael no le contó toda la historia completa. No sabe que es un bucle ni que la diosa luna misma se apareció ante Odette. Torció un poco la historia diciendo que los demonios les habían contado sobre la condición de Odette y que las alas de Liam aparecieron por esto.
Entraron en el espacio donde el tiempo se detenía, Liam miró a su escuadrón. El altar estaba elevado y el fuego recorría el suelo alumbrado del dibujo tallado sobre el suelo de roca. Estefan y Liam desplegaron sus alas para alzarse junto a los demás.
Gabriela estaba sentada sobre el altar, Odette y Theo conversaban mientras Bael caminaba de un lado a otro con el gesto neutro.
—Por la diosa Bael, si sigues dejándote crecer la barba serás exactamente como recuerdo a mi tío Alan cuando éramos niños —bromeó Liam.
Bael puso los ojos en blanco.
—¿Quién murió? —preguntó Liam.
—Aún nadie —contestó Gabriela limándose las uñas—, pero al parecer pronto todos lo haremos.
Liam frunció más el ceño.
—¿Qué está pasando?
Bael procedió a contarle todo lo que había descubierto Gerard y lo que después dijo Taylor.
—Aún estoy nervioso porque mi tío Jaime tenga ese bendito libro —protesto Estefan mirando a Bael—. ¿No pudiste mandarle un mensaje a Theo o alguno de nosotros para que lo ocultemos antes que regresaran?
—Taylor prácticamente lo grito enfrente de Concetta y el cazador loco, ellos le cuentan hasta la sombra que ven a mi tío Jaime —Bael miró a Theo—. Deberías intentar sacarle información a tu papá, después de todo, mi tío Jaime no puede usarlo sin la ayuda de mi tío Dylan.
—Eso es lo de menos, de igual manera mi tío Jaime ya sabe matar demonios —Liam miró a Bael —. ¿Realmente era sangre de uno?
Bael asintió agobiado.
—Lo sentí perfectamente —Bael miró a su hermana y primo —, ellos dos también lo sintieron.
—Cuando Bael apareció con esa cosa dentro del palacio y abrió el frasco, pensamos que nos estaban atacando —explicó Gabriela —, mi papá se puso histérico.
Liam miró extrañado a Gabriela.
—¿Eso significa que ya es tiempo? —el príncipe heredero suspiro —, ¿Ya se acerca el tiempo que vendrán por nosotros?
—Es una señal de que el tiempo se acerca —habló Odette.
—Tengo una teoría —Bael los miro a todos—, sabemos que no hubo demonios o semi demonios vivos aparte de mi papá y nosotros antes de que empezaran los nacimientos ¿correcto?
Todos asintieron.
—Eso significa que el demonio de la sangre encontrada debe haber nacido a la par que Belial —Bael paseo la mirada por todos los presentes—, entonces el demonio debe tener físicamente 16 o 17 años como lo tiene Belial.
—Es un adolescente idiota con problemas de personalidad como nuestro querido hermano adoptivo —bufo Gabriela.
—Pues hay que buscarlo y torcerle el cuello —Estefan hizo un gesto de estar ahorcando a alguien con las manos—, si se parece al desadaptado de Belial, será fácil.
—Ni siquiera habíamos detectado su presencia todo este tiempo —Bael miro a Estefan como si fuera un estúpido—. ¿Crees que lo encontraremos a la vuelta de la esquina?
—Tal vez sea tiempo de compartir toda esta información con el escuadrón mayor —propuso Theo—, esto está más allá de nuestras manos.
—Mi papá nos enjaulara en la isla —Liam negó con la cabeza—, al menos ahora Bael, Gabriela y Estefan pueden rastrearlo disimuladamente. Hay que pensar bien las cosas antes de decirles todo.
—Mi tío Jaime sabe de la sangre y mandará a mi papá a investigar —dedujo Bael—, pero creo que debemos mantener la información oculta un rato más. No creo que se tomen bien ahora todo y eso de que somos los elegidos de la diosa luna. Liam tiene razón, tenemos que esperarnos un poco.
—Necesitamos a un tío Jaime en nuestro grupo —Gabriela se bajó del altar de sacrificios—, no es que te subestime Bael, pero nuestros planes siempre son algo caóticos, creo que si estamos en razón y se acerca el maldito tiempo del cual nos advirtió la diosa luna. Es momento de llamar a nuestra Dickens para que tome su lugar entre nosotros.
—Liana aún tiene 17 años —dijo Liam—. ¿No creen que deberíamos esperar que cumpla la mayoría de edad?
—Pero es más lista que todos nosotros —Estefan le dio la razón a Gabriela—, a su edad estuvimos en una guerra y no teníamos su coeficiente intelectual. Creo que nos ayudaría tácticamente.
—¿No creen que irá corriendo donde mi tío Jaime a contarle todo nuestros planes? —cuestiono Theo.
—De igual manera mi tío Jaime deduce la mayoría de las cosas que hacemos o pensamos hacer —Bael bufo—, si la hacemos jurar, lo cumplirá. Saben que tiene esa cosa de los Dickens sobre lealtad absoluta, si Liam le dice todo el asunto del hijo del dios sol y el elegido de la diosa luna quedará fascinada.
—Además que siempre espero unirse al escuadrón del príncipe heredero —sonrió Odette—, siempre nos mira triste cuando nos reunimos y la dejamos de lado, se supone que es parte del equipo por derecho. Gabriela tiene razón, es momento de que tome su lugar aquí con nosotros.
Gabriela interrumpió la conversación cayendo al suelo y empezando a vomitar. Estefan y Bael inmediatamente la sujetaron.
Liam se acercó rápidamente para curar cualquier cosa que la dañara, entonces lo escucho. Dos corazones palpitando en vez de uno.
—Lo siento —Gabriela miró a Liam con culpa—, sé que es mal momento para estar embarazada, carajo, no sabía que vendrían tan pronto...
Bael sacó una servilleta y le ayudó a limpiarse.
—No digas estupideces —Bael la levantó con ayuda de Estefan—, esto es una hermosa bendición.
—Estás embarazada —Liam miró a Gabriela llorando inmediatamente—. O por la diosa, estás embarazada ¡Voy a hacer tío!