Educando a la futura princesa...

By Emina02

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Tras una típica vida sin preocupaciones por el futuro, nuestras protagonista tiene que enfrentarse a una inev... More

IMPORTANTE
Libro 2!!
CAPITULO 1: "El comienzo"
CAPITULO 2: "Propuesta"
CAPITULO 3: "Destino o Karma"
CAPITULO 4: "Un paseo en la fuente"
CAPITULO 5: "¡Buen apetito!"
CAPITULO 6: "Los gatos y los ratones"
CAPITULO 7: "Game Center"
CAPITULO 8: "Cena y mentiras como postre"
CAPITULO 9: "Grupo de idiotas"
CAPITULO 10: "You're an idiot"
CAPITULO 11: "Un Secreto Problemático"
CAPITULO 12: "Conversaciones De Pasillo"
CAPITULO 13: "Castigo"
CAPITULO 14: "Fanática loca"
CAPITULO 16: "Cita y parejas"
CAPITULO 17: "Como por primera vez"
CAPITULO 18: "Comidas y visitas"
CAPITULO 19: "La cita perfecta"
CAPITULO 20: "Idiota sin remedio"
CAPITULO 21: "Cine y bodas"
CAPITULO 22: "Juntas de consejo"
Muy importante
CAPITULO 23: "Zeth y apuestas"
CAPITULO 24: "La chica que necesitamos"
CAPITULO 25: "La chica 2A"
CAPITULO 26: "Aniversario"
CAPITULO 27: "Baile Real"
Un enlace ingenioso
CAPITULO 28: "Salto en el tiempo"
CAPITULO 29: "Feliz cumpleaños"
CAPITULO 30: "San Valentín"
CAPITULO 31: "Parque de diversiones"
CAPITULO 32: "Conversemos y riamos"
CAPITULO 33: "Sin un gatito"
CAPITULO 34: "Dos veces"
CAPITULO 35: "Doppelgänger"
CAPITULO 36: "Decisiones"
CAPITULO 37: "¡Mierda!"
CAPITULO 38: "Soluciones"
CAPITULO 39: "La hoja de la reglas"
CAPITULO 40: "Amistades"
CAPITULO 41: "Salida en grupo"
CAPITULO 42: "Días de juventud"
CAPITULO 43: "Verdad o Verdad"
CAPITULO 44: "De princesa a Hada"
CAPITULO 45: "La decisión de Romeo"
CAPITULO 46: "Romeo y Julieta"
CAPITULO 47: "El viaje"
CAPITULO 49: "Somebody call me wrong"
CAPITULO 48: "Somebody call me right one"
CAPITULO 50: "La princesa de la torre"
CAPITULO 51: ¡Por Helios!
CAPITULO 52: "La chica del cuento"

CAPITULO 15: "Corredores y pasadizos"

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By Emina02

Camine por los pasillos con cuidado, con temor a ser descubierta por alguien, fotografiada y subida a la red.

Con el hilo de pensamientos infantiles de esa persona, o personas, esperaba que me aventara huevos podridos en cualquier momento, por lo menos mi mochila me cubriría la espalda.

― Hola ― el saludo por la espalda cuando me encontraba alerta me hizo dar un brinco.

Por su puesto era el idiota de Dylan, quien mostraba la mejor de sus sonrisas burlonas.

― ¿Nuevo look? ― preguntó casi riendo.

― Lo último en moda ― dije con las manos en las cintura y la cabeza en alto. Obligándome a no darle la oportunidad de hacerme sentir avergonzada.

― Apestas ― me dijo haciendo una mueca ― pero creo que a las chicas no les gusta oir eso ― después soltó con una sonrisa.

― No sé de qué hablas ― negué ― Es una nueva loción traída desde Francia, se llama Le basuré con huvé del retreté ― respondí fingiendo un ridículo acento francés.

― ¡Que elegante! ― exclamó con ironía ― ¿Y ese peinado? No me digas ― me hizo una seña con la mano para que no hablara ― La nuevo de la pasarelas de parís.

― Aunque no lo creas, se llama le nidé del pajaré ― dije.

Pasé mis dedos por él mencionado, solo logrando quitar un poco de tierra y basura pequeña que lo hizo voltear a ver hasta que cayeron al piso.

― Con accesorios desprendibles y todo ― rió ― muy moderno.

― No te hagas el idiota, que eres uno de mis sospechosos ― le dije apuntándole con el dedo índice, pero a él solo le hizo gracia.

― ¿Por qué?

― ¿Qué haces aquí? ― pregunté con los ojos entrecerrados ― ¿Volviendo a la escena del crimen, eh? ― señalé histérica, como si eso le fuera a sacar la verdad.

― No, solo voy al baño. Sabes que el aula de la clase A esta en esta parte de la escuela.

― Puede ser ― dije sin darle mucha importancia a su excusa ― Pero sigue siendo muy sospechoso ― murmuré mirándolo con cautela.

― ¿Por qué?

― Tu nombre empieza con D.

― ¿y?

― D como en ¡Definitivamente es el culpable!

Volvió a reír, de forma pura y relajada.

― ¡Me odias! ― exclamé de repente.

― Eso es verdad ― admitió con una sonrisa mientras asentía con la cabeza ― Pero no me ensuciaría las manos por ti, no vales la pena.

― Te arruinarías el manicure ― me burlé.

― Cuando descubras quien lo hizo, me avisas ― me dijo con una gran sonrisa ― deseo felicitarlo por su gran trabajo.

Me guiñó un ojo y se fue por el pasillo.

― ¡Imbécil! ― exclamé enojada viéndolo desaparecer de mi vista.

No había nadie más por ahí, lo que era una suerte, me escabullí hasta los baños más cercanos para limpiar un poco mi imagen y deshacerme quizas del olor con los aromatizantes.

Me lave el cabello un poco para quitar restos de basura e intente deshacerme del olor o por lo menos reducirlo.

Por el espejo pude ver que a mi espalda la puerta se abría.

Me puse en guardia de inmediato, dispuesta a esconderme para que nadie me viera asi, para por lo menos mantener mi dignidad, pero no me daría tiempo y prefería afrontarlo con la cabeza en alto que se descubierta corriendo como una rata al prender la luz.

Lo primero que distinguí fueron unos risos oscuros y el uniforme rojo, lo que significaba sin duda peligro.

La sonrisa triunfante de Meise apareció junto con su hipócrita ser.

De hecho había sido tonto de mi parte no imaginármelo de inmediato, después de que justo ayer me amenazo. Pero bueno; ¿Me culpan por no pensar que alguien esta escuela esta chiflada de remate y tan mentalmente inmadura como para hacer estas bromitas?

― ¡Te queda muy bien ese look del pordiosera! ― exclamó alegre.

Di media vuelta, dispuesta a no darle la espalda y con ello ventaja.

― Pensé que estabas un poco loca ayer, pero sí que sabes cómo sorprender ― le dije con media sonrisa.

Me cruce de brazos y la mire con el mentón levantado, y los pies separados, dispuesta a atacar si ella lo hacía.

De hecho nunca había peleado antes, pero eso no iba a hacerme retroceder porque tenía toda la disposición de arruinarle ese pelo que parecía querer tanto.

― A pesar de que te ordené que no te acercaras a mi príncipe sigues rondando alrededor como una maldita mosca ¿Qué es lo que pretendes Bastet?

Sonreí ― Asi que fue eso lo que dijiste ― mencioné tronando mis dedos como si apenas lo hubiera pensado ― parecías tan urgida de atención, y tan patética rogando que recordaran tu nombre que no preste atención a nada más que a la lástima que me causaste.

Vi su cara enrojecer del coraje y sentí que las cosas se pondrían peor a partir de ese momento, pero realmente no pensé mucho en ellos cuando desee devolverle el insulto.

― ¡NO TE VUELVAS ACERCAR A EL! ― Gritó ― ¡ESTO FUE SOLO UNA ADVERTENCIA!

Me miró de arriba abajo evaluando su trabajo, pero no me atreví a mostrarle que me sentía avergonzada o dañada psicológicamente por la situación.

― ¿Y si no que? ― La reté.

― Haré de tu vida en la preparatoria un infierno ― murmuró sin despegar los dientes, tenía los puños cerrados y sus ojos lanzaban fuego, fuego imaginario obviamente.

Tomé una barra de jabón de uno de mis costados y se lo lance a la cabeza, este rebotó y se perdió en el suelo.

― ¿Qué mierda haces estúpida? ― preguntó irritada, sobándose el lugar del golpe y mirándome con una enorme sorpresa.

Corrí hasta el otro lavabo y agarre otra barra de jabón para lanzársela pero ella corrió hacia la puerta y cuando lancé la barra la puerta ya se había cerrado.

― ¡MALDITAS FANÁTICAS LOCAS! ― Grité sacando toda mi frustración y coraje ― ¡LAS ODIO!

Fui a recoger las barras de jabón para colocarlas en su lugar, mientras pensaba ya calmada en la conversación.

― Estupida, estúpida ― dije mientras me golpeaba la boca ligeramente, solo como reprimenda por lo que la había dicho para incitarla ― Te gusta meterte en problemas ― me regañé.

Deje las cosas en su lugar y seguí limpiándome. La playera que se supone que era blanca se había vuelto café al igual que mis deportivos.

Por surte el color oscuro de mis pans y sudadera no había cambiado mucho, pero el olor sí que era demasiado como para solucionarlo.

Vi la puerta abrirse otra vez y tomé la barra de jabón casi de inmediato, pero fue Fonn quien entró, traía su ropa deportiva tambien.

― ¡Dios! ― exclamó retrocediendo un paso, se quedó en la puerta y me vió con una mueca ― ¿Eres tu quien huele asi?

La miré con una expresión de fastidió y ella dio unos pasos hacia mí y cerró la puerta detrás.

― Tu pelo es un desastre.

― Que observadora Fonn ― comenté con ironía y ella sonrió como respuesta.

― ¿Qué te pasó? ― preguntó sin deshacerse de la mueca en su cara, se paró junto a mí e intento arreglar un poco mi cabello.

― Una demente y chiflada estudiante de la clase A ¡Qué sorpresa! ¿No?

― ¿Ella fue la de todas estas bromitas?

― Si ― murmuré frustrada.

― Deberías irte a casa y darte una muy buena ducha... o quizas dos.

― Si, parece lo más lógico ― rodé los ojos ― No quiero se la chica apestosa por resto de mi vida estudiantil.

Ella se rió del apodo o quizas de la idea.

― Puedo acompañarte, le pediré a Benne que venga por nosotras ― amenazó con sacar su telefono de su chaqueta pero yo la detuve colocando mi mano sobre la de ella.

― Muchas gracias Fonn, pero no será necesario ― estaba nerviosa, pero esperaba que eso no se notara en mi voz o rostro ― Aún faltan tres horas de clases, no quiero que las pierdas por mi culpa, podría afectar tus calificaciones.

Ella lo dudó un poco.

― Y es E.F ― seguí ― No quiero hacerte perder tiempo con tu príncipe ― cuando dije eso ella sonrió ― Necesitas romper un poco el hielo, vivirás en el castillo muy pronto.

― ¡Dios, si! ― exclamó excitada ― Aun no puedo creerlo.

Soltó su telefono en su bolsillo y yo la solté a ella, sintiendo como el peligro de que ella me acompañara a la casa en la que ya no vivo se esfumaba.

― Cat ― me dijo poniendo su mano sobre mi hombro, pero luego la quitó cuando sintió mi ropa húmeda ― Quizas deberías conseguirte tambien un objetivo amoroso.

Se colocó mucho jabón líquido en las manos y entendí perfectamente que mi estado era peor de lo que pensaba.

― Olvidarte del amor que no funcionó y que nunca pasó en primer lugar.

― Claro, Fonn ― respondí nerviosa, ansiosa por qué ella solo se fuera de ahí y me dejara correr hacia el palacio ― Suena bien.

― Estaba pensando en Oliver ― me dijo de repente muy emocionada ― y Sora con Mikaru, y las tres saldríamos con los tres chicos más populares del colegio.

La miré con una mueca por su idea sacada del trasero, pero luego sonreí.

― Solo nos tendríamos que deshacer de Amber ― de repente tronó lo dedos ― Es cierto, Karla dijo que ya tenías novio ¿No? ― se acercó a mí ― por cierto, no nos has dicho quién es.

― Se los diré pronto.

Ella quizas se dió cuenta que era lo mejor que recibiría porque hizo lo que tenia que hacer ahí y se fue.

Tenía que salir de ahí lo antes posible, los alumnos seguro estarían pasando por aquí, por sus clases.

Tome mi mochila del suelo para colocarla en mi espalda y salí con cuidado vigilando que el pasillo estuviera vacío y caminé pegada a la pared en dirección a la salida. En realidad si pensé que lo lograría.

Pero la campana contra incendios me dijo "no en mi guardia".

¡Estúpida Meise! Era obvio que era obra suya.

Las puertas cercanas comenzaron abrirse en señal de alumnos evacuando, ya que camina en dirección a los casillero de E.F no había aulas en esa dirección y entre en la primera puerta que encontré. Que de hecho no la había visto ser abierta nunca.

Llevaba a unas escaleras que descendían, lo que encontré como una mala señal. Pero escuche en ajetreo en el exterior lo que me animo a ver hacia donde iba, en realidad solo era un par de escalones.

Estaba un poco polvoriento y descubrí algunos objetos olvidados ahí, sillas en mal estado o mesas de madera y muebles, estaban cubiertos por sábanas blancas lo que me hacía recordar a una casa embrujada.

Una rata paso chillando por mis pies haciéndome brincar y tapar mi boca para evitar soltar un fuerte grito. Mi corazón estaba acelerado y me sentía hiperconsiente de los sonidos alrededor.

Cuando algo tocó mi espalda con un gruñido grité por pánico, volteé en esa dirección y retrocedí por lo que me golpeé con las mesas y me caí. Asi que le sumé polvo y quizas telarañas a mi aspecto.

Las risas me hicieron voltear hacia arriba.

¡Dios, esa estúpida cara!

― Bannett, hubieses visto tu cara ― comentó entre risa.

― Maldito príncipe de pacotilla ― solté molesta.

Él sonrió como si fuese un halago y me tendió la mano para ayudarme a levantar, pero yo la golpeé y me puse de pie por mi cuenta.

― ¿Qué haces aquí? ― pregunté sacudiéndome un poco, pero la humedad de mi ropa había hecho que la suciedad se pegase.

― Salí del vestidor al oír la alarma y te vi venir aquí toda asustada.

De hecho si portaba su uniforme rojo de E.F, extremadamente limpio y pulcro, pero su chaqueta no estaba cerrada, lo que resultaba algo inquietante en su apariencia. Él nunca la dejaba abierta por algún motivo, pero le queda bien, más casual.

― Asi que me seguiste ― le mostré una sonrisa ― Como un fanático enamorado.

― Solo quería jugarte una broma ― miró al cielo con fastidio ― no te creas demasiado.

― Solo admite que estabas preocupado por mí.

― Eres tan despistada que seguro que perderías.

― Entonces, ¿Si te preocupaste? ― pregunté triunfante.

― Muérete ― respondió de igual manera.

― Esa es mi palabra, consíguete la tuya ― le advertí.

― ¿Qué te parece, niña sucia?

― No soy una niña ― respondí molesta.

― Pero si estas sucia.

― No me llames asi.

― ¿Y qué piensas hacer gatito callejero?

― No puedo creer que lograste hacer peor mi apodo.

― Mi talento.

Me dirigí a la puerta otra vez para revisar si había gente aún, pero había alumnos aturdidos aun por la alarma de incendio.

Un fuerte recordatorio de que si en verdad la escuela se estuviera incendiando todos moririamos dentro.

Bajé las escaleras y revisé el aula con más atención esperando que el universo me consiguiera una solución, había un corredor un poco ancho que tenía una mesa atravesada.

― ¿Sabes hacia dónde va? ― le pregunté señalándolo.

El miró en esa dirección.

― ¿Por qué te lo diría? ― me preguntó de vuelta con una sonrisa inocente.

― Entiendes que tampoco puedes salir de aquí por la puerta ¿No? ― vi una de sus cejas levantarse ― ¿Qué crees que pensaran si nos ven salir de aquí a los dos, solos?

Su postura se enderezó.

― Un lugar al que nadie viene...

― Bannett, entiendo ― me cortó ― Llega al patio trasero, cerca del salón de baile.

― Hay una puerta ahí ¿no? ― pregunté emocionada.

― Si ― admitió ― se supone que es algo asi como mi salida de emergencia por si tengo que salir en silencio.

Lo miré impresionada.

― ¿Hay más de estos? ― pregunté curiosa mientras quitaba la mesa del camino.

― Si, por toda la escuela, es una construcción antigua, sabes como antes amaban los pasadizos y esas cosas.

― Es increíble ― sonreí.

Logré hacer a un lado la mesa y saque mi móvil para encender la lámpara y poder ver en ese oscuro pasillo.

Lo escuché seguirme por detrás, y no me quejé viendo el lugar a donde me dirigía.

Habia algunos pasillos que se topaban y cruzaban, pero Dylan parecía conocer bien el lugar.

― Me hicieron memorizarlo ― me dijo colocándose a un lado de mí, para caminar a la par ― Toda la familia real ha estudiado aquí, asi que es algo asi como una tradición.

― Eso suena como un fastidio ― dije con una mueca ― pero por lo menos esa informacion me está sirviendo a mi justo ahora.

― Bueno, tienes suerte de tenerme.

― De entre tantas desgracias ― comenté.

Vi una rata corre hacia nosotros y me pegue más al muro para darle paso, ahora sin sorprenderme por su presencia.

Pero el chico alto a mi lado sí que saltó cuando pasó entre sus pies y se pegó contra mí.

Me había tomado por los lados a la altura de la cintura y me arrinconó contra el muro, su acción fue la que me sorprendió sin darme tiempo a reírme por su miedo.

Su cuerpo estaba pegado al mío y recordé lo que había pasado en la plaza comercial una semana atrás.

Me quedé paralizada tal como en ese entonces y esta vez pude ver que a él le pasó lo mismo. Como si los ojos del otro nos hubieran hipnotizado, hasta obvie por completo el lápiz que se me encajaba en la espalda desde la mochila a causa de la presión contra el muro.

Aquel día yo recuerdo haber estudiado sus facciones, pero esta vez no pude hacer más que mirarlo y esperar a que alguno reaccionara.

Quizas se sintió como un largo tiempo en mi cabeza, pero en realidad no tomó más que un par de segundos.

― Eres un cobarde ―murmuré y él me soltó y retrocedió, logrando quitar la vista de mis ojos primero.

Y con eso cayó el hechizo y logre reír por su anterior reacción de miedo.

― Tranquilo Dylan ― le dije golpeando su hombro ― Yo te protegeré de las feroces y peligrosas ratas.

Intentaba que fuera un insulto, pero él sonrió de forma dulce, como si sinceramente agradeciera mi oferta.

― ¿Sabes que las ratas fueron las culpables de la propagación de la peste? ― preguntó sonriendo y continuando el camino, tambien lo hice.

― Puedes estar tranquilo, ninguna aquí te contagiara la peste.

Cuando salimos a la superficie di un suspiro de alivio, feliz de saber que no moriría en una lúgubre gruta de un viejo edificio escolar.

No había nadie cerca tal y como pasaba con esa parte del jardín, ambos estábamos parados y nos regresamos a ver.

― ¿Qué haces aun aquí? ― pregunté después de que no lo vi ir a ningún lado.

Él sonrió con superioridad y fingió haberse ofendido.

― Que mal agradecida eres Bannett ― miró hacia el lado opuesto a donde yo estaba, haciéndome un desplante ― Soy un príncipe después de todo, realmente consideré el llevarte al palacio en mi auto.

Se cruzó de brazos aun con una sonrisa.

― Pero está bien, continua con tus planes, toma el autobús, un taxi o camina.

De hecho el mal olor del pasadizo y la situación random con la rata me había hecho olvidar por un segundo mi situación.

― Evidentemente no soy bienvenido a tu aventura ― comenzó a alejarse y yo le tomé del brazo para detenerlo, su sonrisa se volvió aún más grande.

― ¿Si? ― preguntó con inocencia falsa.

― Llévame ― murmuré tragándome mi orgullo.

― Pero parecías no necesitarme ― me dijo como si eso le entristeciera, y me hizo enojar más.

― Te necesito ― comenté irritada, sin despegar los dientes y aguantando las ganas de golpearlo.

― No me convence ― respondió aguantándose la risa.

― Te necesito ― dije esta vez con un tono más dulce, pero sin poder evitar que el odio me saliera por los poros de la piel.

― No lo sé...

― ¡Maldición! ― exclamé azotando su brazo contra él mismo ― ¡No te comportes como un imbécil! Deja de ser un inmaduro caprichoso y llévame al maldito castillo.

Lo vi sonreí aun sorprendido por el cambio de acontecimientos.

― La tensión del momento te calienta la cabeza Bannett ― negó en desaprobación ― Pero te llevaré, porque no quiero que después me levantes falsos y digas que no soy una persona amable y generosa.

Lo miré con los ojos entrecerrados y la mueca de una sonrisa.

― Espérame aquí, traeré el auto.

El instituto contaba con múltiples estacionamientos asi como accesos, de hecho me había parecido raro que Dylan dejara su auto cerca del salón de bailes y alejado del edificio principal, nunca había llegado con el hasta el estacionamiento, pero lo había visto salir.

Pensando lo bien, tampoco le pregunté porque es que comenzó a traer su propio auto.

Cuando el regreso me subí como copiloto y comenzamos a avanzar.

― Tienes que lavar el auto después ― me comentó con una sonrisa.

― Ni en tus mejores sueños ― murmuré cruzándome de brazos ― Por cierto ― dije enderezándome, recordando un tema importante, el solo me regresó a ver una milésima de segundos antes de volver a la carretera.

― No me preparaste mentalmente con la informacion de que Fonn fue la que ganó ese tonto concurso.

― ¿Tu amiga? ― preguntó impresionado ― Wow, eso sí que es mala suerte.

Vi su entrecejo arrugarse.

― ¿Recuerdas que ayer estuve contigo todo el día? ― sonrió ― Todo lo que se supone que debía hacer ayer, lo hizo alguien más por mí. Se supone que hoy me pondría al día con mis tareas.

― Wow, eso sí que es mala suerte ― le imité ― te distraes un poco y se nos cuela Fonn en el palacio.

Algo en mi oración le causó gracia.

― ¿Y son muchas personas en su familia?

― Eso es lo peor ― le dije de repente ganándome otra mirada de soslayo ― Su familia no puede asistir, asi que iremos nosotras en su lugar.

Él lo pensó un poco ― Eso es bueno ¿No? Te da una excusa para estar ahí.

― Si ― acepté ― Pero tener a Sora, Fonn y Karla ahí es más peligroso que tener a su familia.

― Bueno, lidiaremos con ello, solo no nos pongamos sospechosos.

― No sé qué signifique eso ― respondí riendo.

― Ya sabes, no me declares tus obvios sentimientos románticos o te pongas celosa.

― Eres un buen soñador, Dylan.

En realidad si tuve que bañarme tres veces para quitarme el mal olor, Adelina estaba furiosa por lo que me había ocurrido, asi que por alguna extraña razón tuve que compensar su dedicación dejándola hacer lo que se le antojara conmigo.

Y lo que ella más quería es hacer su trabajo correctamente. Jugar conmigo como si fuera una persona incapaz de hacer la cosas por sí cuenta.

Me dio un vestido, azul con detalles rosas, corto de estraple ajustado solo hasta la cintura y que caía en holanes transparentes y brillosos como hojas.

Me dio tambien una zapatilla del mismo tono de azul y colocó listones en mi cabello.

― Me siento como una muñeca ― dije mientras jugaba en mi telefono.

― Te ves tan linda como una muñeca ― me aseguró ella.

Oí que tocaban la puerta y después se abrió, observé por el reflejo del espejo al chico que apareció otra vez ahí.

Adelina se detuvo y se inclinó para saludarlo, como una reverencia.

― Continua por favor ― le pidió.

Lo vi sentarse en el sofá de la habitación.

― Siento que estas sobre mi todo el tiempo ― apague mi telefono y lo deje en el tocador.

En el reflejo lo vi alzar una ceja con una sonrisa y a Adelina toser incómoda.

― No sobre... yo no...alrededor ― me intente excusar cuando entendí como había sonado lo que dije pero ni siquiera complete una frase asi que termine suspirando ― ¿Qué es lo que quieres?

― Bueno, al parecer la reina no considera que llevarte a mí sala sea "una cita" ― puso comillas en sus palabras fastidiado.

― ¡Oh dios no! ― exclamé pero sin moverme porque Adelina seguía trabajando ― ¿Se supone que saldremos otra vez?

― Ese es su plan ― mencionó suspirando ― Ya me estoy comenzando a hartar más de tu presencia la verdad.

Asentí ― Si, siento que terminaré odiándote más de lo que ya lo hago.

― Es completamente opuesto a lo que busca ¿No?

En el reflejo vi a Adelina sonriendo.

― Definitivamente ― La vi dejar una tranza y cepillar el cabello ― ¿Y a dónde iremos?

― ¿Qué te gustaría?

― Comer pastel ― respondí de inmediato.

El me miró con sorpresa.

― Esta mañana te estabas quejando por comer tantos dulces ayer.

― Eso ya es pasado ― le dije con una sonrisa ― Ya estoy lista para mas.

Él me estaba mirando con una sonrisa y evaluando mis reacciones en el reflejo.

― Si con el mismo entusiasmo comieras la cena.

Me giré completamente en mi asiento y Adelina soltó mi cabello, no sé qué tanto le estaba haciendo.

― Hemos estado viviendo juntos dos semanas ― me dijo serio ― cualquiera hubiera notado tu... ― lo pensó un poco ― falta de disponibilidad para la comida sana.

Solo le sonreí.

Adelina se hizo a un lado, dando por terminado su trabajo.

Me levante de mi lugar adormecida un poco por haber estado sentada tanto tiempo pero ella parecía haberlo disfrutado.

― Luces como una muñequita ― me dijo Dylan con una sonrisa, que más que alago se sentía como burla.

― Gracias ― dije de igual manera, lo vi observarme detenidamente pero solo lo ignoré.

― ¿Pensabas salir? ― se levantó del lugar al verme caminar hacia él.

― No, Adelina quería jugar a vestir muñecas.

― Solo ella podría hacer lucir, bueno... ― se detuvo fingiendo pensarlo, como si la idea no terminara de convencerlo ― linda.

― Te ignoraré ― le dije pasando por un lado y lo oí reír en respuesta.

El había elegido el color negro como tema hoy, sus pantalones, camisa, zapatos y gabardina eran de este color, lo que hacía que sus ojos destellaran más. De hecho usaba un gorro negro tambien que le ocultaba bastante su pelo claro.

― A mí me llenaron de lazos como para verme desde un kilómetro antes y tu pareces no querer destacar ― sonreí ― Nunca vamos a estar de acuerdo ¿No?

Se colocó unos lentes oscuros con una sonrisa.

― Y eso me encanta.

Adelina me dio una bolsa que hiciera juego con mi vestido de correa larga para colocarla en mi hombro derecho, ahí metí mis cosas.

― No quiero ser grosero ― me dijo con los brazos cruzados mientras me esperaba en la puerta ― Tu vestido es bonito y todo, pero te dará frio.

― No sabía que saldrían ― se excusó Adelina ― Le traeré algo.

Y con eso entro al closet y salió momentos después con un suéter alargado y delgado.

― Gracias.

Vi al chico abrir la puerta de mi cuarto cediéndome el paso.

― Siento que quiero algo de helado tambien.

― Y yo siento que te estas aprovechando mucho de estas citas.

― Bueno, tengo que sacar algo bueno de esto ¿No?

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Hola chicos. Capitulo para animar un poco la noticia de las clases en lineal...

Preguntas:

1.¿Que pasará?

2. ¿Cuál es su Parte favorita?

3. ¿Personaje favorito?

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