Harry
Siento mi celular vibrar en mi bolsillo, indicándome que tengo un nuevo whatsapp. Lo saco de mi pantalón, desbloqueándolo y leyendo el mensaje de Angie:
"¡Lo siento! No podré ir. Problemas en casa. Te quiero :) xx"
Bufo guardándolo otra vez, dejándola en visto. La verdad es que no estoy de humor y mucho menos para verla, no después de la desagradable escena que acabo de presenciar. La verdad es que ver a Lola entre los brazos de aquel rubio fue un verdadero golpe en la boca del estómago. Me hizo replantearme muchas cosas de las que últimamente no puedo parar de pensar; como por ejemplo, si estoy haciendo bien o mal en "seguir adelante" y ponerme en esta especie de pseudo relación con Angie, de la cual no estoy seguro de mis sentimientos. Si, la quiero, pero no sé si ella es el tipo de persona con la que estaría verdaderamente si me encontrara en distintas circunstancias. Si ambos estuviéramos en otras circunstancias.
A decir verdad, todos pensaron que era una completa locura que me embarcara en una relación cuando hacía apenas un mes y algo más que había "vuelto a la vida", y sobre todo teniendo a Lola esperando por mí. Sin embargo, en su momento supuse (y sigo haciéndolo) que el estar con Angie es cerrar una etapa de mi vida que probablemente nunca recuperé, ya que no veo más avances desde aquella vez que nos recordé a Lola y a mí peleando. Además, también estaría dándole pie a la recién nombrada para que me supere y comience una vida normal, alejada de toda mi mierda amnésica que no le da nada más que dolores de cabeza y angustias innecesarias. Lo que hice lo hice por el bien de todos. Y además, ¿quién sabe? Angie y yo podríamos llegar a construir una relación verdadera de lo que tenemos
Giro mi cabeza en dirección a la pista, enfocando mi mirada en el vomitivo espectáculo que Lola está montando abrazada a Kyle y besándolo. Francamente tampoco es tan grave, ya que nadie además de Julie (quien ya esta gritando de la emoción porque su amiga se buscó otro tipo) y yo, parece haberlos visto. Todos siguen el curso habitual de sus vidas mientras yo me encuentro protagonizando la más patética de las escenas, parado en el medio del salón con una cerveza en la mano y masticando furia. Digo patética porque realmente esto no tiene sentido. No tiene sentido que esté enojado con Lola por lo que está haciendo cuando yo hice exactamente lo mismo en su cara, o peor, cuando la llevé al apartamento de Julie sabiendo que ella estaría ahí y que además la heriría profundamente verme con mi actual "novia".
Mas nada de esto fue con intención de herirla indirectamente, no. Eso sería cruel de mi parte y de hijo de puta, cosa que me propuse no ser después del accidente; ya que aparentemente era un idiota con todas las letras anteriormente.
Con el estómago revuelto y las náuseas a flor de piel, me acerco a Julie y murmuro sobre su oído: -Jules, subiré a mi habitación.
-¡Oh, no seas tan aguafiestas, Harold! -ella grita sobre la música.
-En serio quiero irme arriba. Si ves a Lola dile que suba, necesito hablar con ella.
E íbamos a hablar, le gustara a Lola o no.
(...)
Al parecer navegar por Twitter se ha convertido en algo muchísimo más divertido que la fiesta que está llevándose a cabo en el piso de abajo, puesto que permanezco la siguiente hora sentado en mi cama revisando mi celular y los distintos hashtags. Al parecer, todo el mundo está alborotado porque un integrante de una banda a la que nunca oí nombrar ha decidido dejarla para probar suerte como solista. Vaya idiota.
Dejo el celular sobre la mesita de noche, justo sobre la foto de Lola y yo, cuando escucho a alguien tocando la puerta. Me incorporo con rapidez y acomodo mi ropa, para después atarme el cabello con una fina liga negra. Una vez que llego a la puerta, giro el picaporte y la abro, observando a Lola morderse las uñas detrás de ella.
-Ah, viniste.
Me empuja hacia un lado y entra en la habitación mientras yo cierro la puerta. -Me llamaste; aquí estoy. Debo decir que tengo cosas más importantes que hacer ahora mismo.
-¿Y cómo qué? -pregunto burlón, cruzándome de brazos.
-Como enrollarme en tu baño con Kyle, así que si puedes apurarte me harías un favor gigante.
El aire se me escapa de los pulmones; definitivamente no esperaba que ella contestara aquello.
-Preferiría que no lo hagas.
-Por favor, Harry, no empieces.
-¿Empezar con qué?
-Con todo el rollo de amigo celoso.
-Yo no dije que estuviera celoso.
Se gira y, dándome la espalda, eleva sus brazos y los deja caer. -Mejor entonces.
-Pero lo estoy.
Se da la vuelta como una posesa. -¿Qué clase de mierda tienes en la cabeza, Harry?
-No entiendo tu punto.
-No juegues al idiota conmigo, lo entiendes bastante bien.
-Vamos, Lola, ilumíname.
Vale, si estoy haciéndome el idiota y me estoy mereciendo un golpe de tamaño épico.
-¡¿Que qué opino?! -pierde los estribos. -¡Opino que... que... Dios, te odio! -chilla, golpeando mis pectorales con sus puños, aunque yo no logro inmutarme. -No puedes hacer esto, ¡eres tan injusto conmigo!
-¿Por qué soy injusto, Lola? ¿Por no querer que estés montando la escena en el living de mi casa con Kyle?
-¡Por no querer que esté con Kyle cuando tú hace apenas días confirmaste tu relación con... con aquella zorra! -escupe.
Y tiene razón. Es injusto, estúpido, ilógico e irracional. Pero al parecer todo en mi vida lo es desde que perdí la memoria y cúlpenme por ello, pero es lo que siento. No negaré que sentí celos en el momento en que la vi besándose con Kyle, pero tampoco sé cuáles son mis verdaderos sentimientos por Lola y temo que toda esta situación nos esté llevando a la ruina. Si no es que ya estamos arruinados.
-Lola...
Me interrumpe. -Dime de una vez por todas qué es lo que quieres, Harry. Y dímelo ahora.
-No quiero que estés con él.
Me mira, boquiabierta. -Pero aún así no la dejarás.
-No puedo dejarla, Lola.
Me da la espalda y camina hasta mi escritorio, golpeándolo con el puño. -¡Eres increíble! ¡Eres realmente el mismo hijo de puta que un año atrás me utilizó para desvirgarme!
Mentiría si dijera que eso no fue una daga afilada clavándoseme en el corazón. Me duele que Lola piense eso de mi, pero evidentemente es la verdad.
-¡Hablas como si todo esto fuera sobre ti, Lola! ¡Crees que todo lo que hago en vida tiene como objeto reírme de ti y lastimarte, y no es así!
-Oh, claro que lo es. ¡Claro que es así! Realmente no te entiendo, jodido imbécil. ¿Cómo puedes llegar así como así y decirme que no quieres que esté con Kyle cuando tú ya estas con otra?
-¡Es que simplemente me cuesta verte con otro tipo!
-¡¿Te cuesta verme con otro tipo? ¿Y tú como crees que me siento al respecto con Angie?! ¡Apuesto a que estás a punto de pedirme que sea la dama de honor en su boda de mierda! ¡Joder, eres tan idiota! ¡Tan, tan, tan idiota!
-¡Mierda Lola, comprende de una vez que tengo un puto desorden mental en la cabeza! No sé ni siquiera quién demonios soy y a quién demonios quiero. No sé si la quiero a ella, no sé si te quiero a ti. Sé por qué estoy en una relación con Angie, pero no sé si es lo que quiero. Lo único que sé es que me sentí horriblemente mal cuando te vi besándote con él.
-No me vengas con gilipolleces. Me vale mierda que tengas amnesia, esto ya ha dejado de ser sobre ti. Si tú estás con Angie, simplemente déjame ser. No pretendas que te vea con ella cruzada de brazos, sonriendo y fingiendo que estoy bien con eso. Si tienes una pizca de aprecio por mí, déjame en paz.
No soporto más escucharla gritar, gritarme de esa forma y decirme todas las verdades que ambos sabemos que lo son. Me guío por mis propios impulsos y camino hasta ella, acortando la distancia entre nosotros. Y la beso; principalmente porque es algo que quiero hacer prácticamente desde que desperté y vi la delicadeza y dulzura de sus actos, la bondad que cargaba en su corazón y la belleza que portaba y que inocentemente no sabía que lo hacía. Lola se queja y se queda dura, estática, sin saber qué hacer. Soy yo quien marca el ritmo del beso, suave, dulce, sin querer asustarla y ella quien responde abiertamente, sin darle lugar a las dudas. Rodeo su cintura con los brazos, apegándola más a mi cuerpo y ella lleva sus manos a mis rizos, enredándolas en ellos. Mi corazón late desenfrenado, y no sé por qué. Yo no estoy enamorado de Lola, no todavía. ¿Verdad?
Sin embargo, ¿por qué siento esto cuando la veo, cuando la toco, cuando la beso? ¿Por qué sentí celos en el momento en que la vi en brazos de otro? ¿Por qué las dudas sobre Angie y yo están comenzando a aparecer en mi cabeza?
Al cabo de un tiempo que parece interminable, ella se separa de mí. No dice nada, simplemente niega con la cabeza aturdida y dubitativa.
-No sé qué demonios está mal contigo, pero no vuelvas a hacer eso. Y te lo diré por última vez; desde que tú y Angie comenzaron a salir, no tienes ni voz ni voto en lo que yo haga o deje de hacer con Kyle o cualquier otro tipo.
Sin decir una palabra más, se gira y sale de la habitación, cerrando con fuerza pero no demasiada. Me tumbo en la cama, colocando mis manos detrás de mi cabeza y comienzo a divagar. Pienso en Lola, pienso en Angie, pienso en mí. Pienso en todo, en todos y en las circunstancias en las que estamos envueltos, en este enorme lío producto de mi amnesia. Lola tiene razón; estoy comportándome como un hijo de puta. ¿Por qué simplemente no puedo dejarla ir? ¿Por qué no puedo despegarme de ella de una vez por todas? Los ojos se me comienzan a cerrar y cuando estoy a punto de dormirme veo pasar una imagen frente a mí, tan nítida, tan vívida y real.
Estamos caminando por la playa, tomados de la mano. Nos sentamos en una roca, donde ella se coloca entre mis piernas, con la espalda contra mi pecho. La abrazo, apretándola contra mí.
-Soñé que... en realidad no sé lo que fue. Sólo sé que rompimos... o eso creo. Yo lloraba y te gritaba y tú parecías... ido... como si estuvieras frente a una extraña. No sé lo que fue, pero se sintió sumamente real. Lo sentí en carne viva. -ella dice, algo perturbada.
Me veo a mi mismo tomándola del mentón y girando su cabeza hacia mí para permitirme besarla con mayor facilidad.
-Nena, no dejes que esto te perturbe, ¿vale? Fue sólo una pesadilla.
-T-Tú no sabes lo que sentí. De verdad no lo haces. Sentí que te había perdido para siempre. Sentí que nunca fuiste mío de verdad.
-Pero lo soy, Lola. Soy tuyo. Completamente tuyo para la eternidad. Lo sabes, ¿verdad?
-Sí. Sí lo sé.
Le beso la cabeza y le digo: -No... sólo... no vuelvas a mencionar eso. Nosotros simplemente estamos destinados a estar juntos y, si nosotros nos convencemos de aquello, nadie podrá separarnos.
Entonces todo se vuelve negro otra vez y, mientras deseo que ella esté aquí, conmigo, me sumo en un profundo sueño. Y no físicamente, pero sé que de alguna forma, ella está. Ella siempre está presente.