Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto
—Je. Así que ese es el monstruo del que tanto han hablado la coletitas y el enano psicópata. Aunque bueno ... Ahora el enano psicópata de enano tiene poco—jadeó Bakugo, tratando de recomponerse de la sorpresa de ver ante él un tanuki de arena de 50 metros de altura y 20 metros de grosor. Era, con creces, el ser vivo más grande que había visto. Cerró los ojos al sentir otra punzada de dolor en su antebrazo derecho. Los abrió con pesadez esperando que esa bestia hubiera sido producto de su imaginación. Volvió a intentar mover el brazo derecho, pero nada. Lo bueno es que había dejado de sentir dolor.—Mierda...¿Y cómo voy a hacer el Big Bang a esa cosa si no puedo mover mi brazo derecho?—
—¡ESTO ES INTERESANTE! ¡MUY INTERESANTE, KATSUKI BAKUGO!—rugió el monstruo de más de 50 metros de tamaño pero conservando la voz de Gaara. De la frente del monstruo se desprendía arena como si fueran arenas movedizas. Poco a poco salía de las arenas movedizas el cuerpo de 12 años de Gaara hasta mostrar el exterior de cintura para arriba. Las piernas seguían fundidas en la arena.—Ésta es la recompensa por divertirme. Te mostraré la verdadera fuerza de la encarnación de arena ...—susurró Gaara con su cuerpo de 12 años. Bakugo fue incapaz de escuchar esto último debido a la distancia y a lo bajito que lo dijo. Al levantar la cabeza sus ojos estaban completamente en blancos, signo de estar poseído casi por completo por el Shukaku. Juntó las manos haciendo un sello—¡AAHHHH! ¡TANUKI NEIRI NO JUTSU! (N/A: técnica del sueño del mapache).
Los ojos de Gaara se cerraron completamente y los brazos que sobresalían de la arena cayeron inertes. Gaara se había quedado.
—¿Qué le pasa a ese anormal? ¿Se pone a hacer una siestecita ahora? —se preguntó Bakugo, con una mueca de fastidio.—¿Es que necesitará descansar para recuperar chakra? Si es eso ... ¡Es mi oportunidad para matarlo!—Usó su quirk en los pies para empezar a volar a gran velocidad. El brazo derecho seguía inservible así que sujetó a Deku con el izquierdo. Cuando ya iba a la altura de los ojos del monstruo se dio cuenta que éstos, de repente, adquirieron una tonalidad amarillenta brillante. Y no sólo eso, la cabeza del monstruo empezó a moverse—¿Pero qué ...?—Bakugo, en el aire se fijó que el cuerpo de Gaara de 12 años que salía de la cabeza seguía completamente.—¡Pero si el enano sigue dormido! ¿Cómo es posi ...?—un rugido del monstruo hizo detenerse de golpe.
—¡SÍIIIIIIIIIIIIIIIII! ¡POR FIN HE SALIDO!—de la boca del tanuki de 50 metros salió una voz muy estridente completamente diferente a la de Gaara
—Joder ... Qué equivocado estaba ...—pensó Bakugo tragando saliva con dificultad. Y es que comprendió que lo que creía antes que era el monstruo, seguía siendo Gaara. Pero ahora no cabía dudas de que no había ni rastro del muchacho pelirrojo en la actitud del tanuki gigante. Durmiéndose el chico, había despertado al 100% al Shukaku.—Siento que su chakra demoníaco me oprime desde esta distancia ... Esto es malo ... Muy malo ....—al rubio ceniza le entraron dudas por primera vez desde que comenzaron el combate.
—¡JAJAJAJA! ¡¡HE ENCONTRADO A ALGUIEN QUE QUIERO MATAR!Y YA HE ENCONTRADO A MI PRIMERA VÍCTIMA!—rió el Shukaku señalando con su pata delantera izquierda a Bakugo. El rubio ceniza estaba frente al monstruo planeando en el aire con su quirk.—¡TENDRÁS EL HONOR DE CONVERTIRTE EN MI PRIMERA MUERTE DE LAS MILES QUE QUIERO CAUSAR HOY! ¡SIÉNTETE PRIVILEGIADO!—
—¡Que te jodan, mapache gordinflón!—las dudas se evaporaron de su mente al escuchar la intención del monstruo de acabar con miles de personas. Volvió a usar su quirk en los pies, pero esta vez no simplemente para planear sino para volar a gran velocidad hacia la frente del Shukaku.—¡AAAAHHHHHH! ¡SHINEEEEEEEE!—gritó acumulando de nuevo chakra en el filo de Deku.
—¡FUUTON ...—El Shukaku empezó a inhalar profundamente aire hasta que su barriga acabó igual de hinchada que un globo ....— RENKUUDAN! (N/A: Elemento viento, bala perforadora de aire).—Con la pata con la que había señalado a Bakugo, el Shukaku se golpeó fuertemente la tripa. De su boca se liberó una bola de aire de más de 10 metros de diámetro altamente comprimido.
—¡Joder!—pensó Bakugo con sudor frío.—¡No me da tiempo a esquivarlo! ¡Si no me cubro con Deku, moriré!—así que eso hizo, consiguiendo proteger completamente su cuerpo.—¡Eso es! ¿Eh..?—
Lo que no previó el rubio ceniza es que al recibir Deku el impacto de la bala de aire, ésta iba explotar causando una enorme cantidad de destrucción en el cuerpo de Bakugo. La onda expansiva de la explosión de la bala de aire hizo manda a volar hacia atrás hasta golpearse en la espalda y la cabeza con un grueso árbol que tenía a más de 50 metros de distancia. La explosión de la bala le había dejado prácticamente KO. Lo que su consciencia no pudo aguantar fue el impacto tan brusco con el retroceso de la onda expansiva contra el tronco del árbol, golpeándose en el proceso la espalda y la nuca.
Al estar inconsciente, no pudo hacer nada para evitar la caída del árbol al suelo. Aunque por suerte, las ramas entre medias frenaron la caída evitando un daño mayor.
Prácticamente al mismo tiempo del despertar del Shukaku, Kiba había conseguirse con Shikamaru. El olor de los cadáveres descuartizados por Bakugo de los9 ninjas de Otto que habían dado una paliza a Shikamaru hizo que a Kiba le volvieran a dar arcadas.
El genin discípulo de Kurenai primero dejó en tierra a los inconscientes Sakura y Sasuke y luego deshizo el genjutsu que mantenía camuflado como hos y musgo a Shikamaru.
—¿Cómo te encuentras, Shikamaru?—preguntó Kiba a un muy magullado Shikamaru. Apenas podía abrir los ojos. Los moretones provocados por los torturadores de Otto habían crecido en el lapso de tiempo que habían estado separados.
—He estado mejor, la verdad.—contestó Shikamaru, débilmente. Hizo un tremendo esfuerzo para incorporarse del suelo y observó las siluetas de Sakura y Sasuke. Luego movió la cabeza buscando a Bakugo pero no lo encontró.—¿Y Bakugo?—
—Está peleando con ese monstruo de Gaara.—respondió Kiba, con tono preocupado.—Me ha pedido reunirme contigo para volver a Konoha.—
Ambos se quedaron en silencio unos segundos hasta que Shikamaru abrió los ojos como platos. Luego se frotó los ojos mientras los cerraba. Los volvió a abrir y su cara de sorpresa no se disipó.
—Pues hablando de monstruos, estoy peor de lo que pensaba porque estoy teniendo alucinaciones con una mancha marrón gigantesca. Vaya lata ...—dijo Shikamaru masajeándose la cabeza. Kiba siguió la mirada de Shikamaru.—¿Tienes alguna medicina en el portakunais que me rebaje el dolor de cabeza? ...—Shikamaru se quedó unos segundos esperando pero Kiba seguía petrificado mirando en la dirección de su alucinación marrón.—¿Kiba?—
—No es una alucinación ...—dijo Kiba, con la boca seca de repente.
—¿Cómo qué no es una alucinación?—cuestionó Shikamaru, confundido.—Debe estar a una distancia de unos 10 kilómetros de aquí y es imposible distinguir desde aquí lo que es ... Pero esa mancha marrón se alza sobre todos los árboles de más de 20 metros de altura ... ¡No existe un animal tan grande en este mundo!—
—No es un animal...—empezó a explicar Kiba.—Esa cosa viene de la zona donde dejé a Bakugo luchando contra Gaara. ¡Esa mancha marrón tiene que ser Gaara!—
—Ya sé que es un chico terrorífico, pero de ahí a pensar que puede convertirse en una cosa marrón de más de 20 metros de altura ..—dijo Shikamaru de manera escéptica.
—Tú no has visto lo que hemos visto Akamaru y yo.—Kiba negó con la cabeza.—¡Gaara tenía el aspecto de un ser infernal! Es cierto que seguía siendo de la misma altura y no sé como ha podido crecer tanto, pero ... ¡Solo puede ser él!—
Cuando Shikamaru estaba por replicar escucharon un rugido procedente de la mancha marrón. Toda la fauna del bosque (jabalíes, ciervos, pájaros ...) salió de su escondite para dirigirse a la dirección opuesta de la mancha para huir de allí. Akamaru tembló de miedo y se tapó las orejas.
—Akamaru, los perros tenéis un mucho mejor oído que nosotros. ¿Has escuchado algo?—preguntó Kiba a su compañero.
—Guau .... guau .... guau ... guau—contestó Akamaru muerto de miedo. El rostro de Kiba se volvió pálido.
—¿Y bien?—preguntó Shikamaru.—No sé si te has percatado, pero no entiendo el lenguaje perruno.—
—Ha dicho textualmente que ''Esto es interesante. Muy interesante, Katsuki Bakugo. Sí, por fin he salido. He encontrado a alguien que quiero matar. Ya he encontrado a mi primera víctima. Tendrás el honor de convertirte en mi primera muerte de las miles que quiero causar hoy. Siéntete privilegiado.''.— respondió Kiba, haciendo lo posible para no ponerse a temblar como su compañero perruno.
—Pufff.—suspiró Shikamaru.—Entonces tenías razón, es Gaara esa cosa marrón —miró a Kiba seriamente.— Tienes que volver a Konoha y avisar a la villa, Kiba. Lo prim ...—Shikamaru fue interrumpido por Kiba
—¿Pero qué mosca te ha picado ahora, Shikamaru?—cuestionó Kiba indignado.—¿No acabas de escucharme? ¡Ese monstruo gigantesco se está enfrentando a Bakugo! ¡No podemos abandonarlo!—
—Déjame explicar y no vuelvas a interrumpirme, el tiempo es vital.—dijo Shikamaru tosiendo un poco de sangre.—Tú y yo no podemos hacer nada por Bakugo. Yo apenas me puedo mover y tú no puedes correr por las secuelas de tu combate contra Bakugo. Y aunque estuviéramos al 100% tampoco podríamos ayudar en lo más mínimo. La aldea está en peligro y la única persona que tiene alguna posibilidad contra esa cosa es el Hokage. Ya conoces la historia de la villa. Hace 12 años, al poco tiempo de que naciéramos, apareció el temible Kyuubi de un tamaño incluso mayor a esa cosa y el Hokage salió victorioso. Así que deber ir donde el Hokage y explicarle la situación. Él sabrá que hacer.—
—Pero ... tú mismo lo has dicho. Aún no puedo correr por el golpe que me dio Bakugo en nuestro combate.—dijo Kiba.
—Tú no, pero Akamaru sí. Dale una de tus píldoras de soldado y que te lleve con él.—Kiba iba a protestar, pero Shikamaru se adelantó.—Tienes que ser tú el que se vaya con Akamaru y no Sakura, Sasuke o yo. Desde aquí podemos ver esa cosa marrón, pero la aldea está mucho más lejos de aquí. Puede que no sea visible y para localizar donde está Gaara necesitarán un rastreador como Akamaru y alguien que pueda traducir lo que dice.—
—Pero no os puedo abandonar aquí ...—negó con la cabeza Kiba.
—Ya te he dicho que el tiempo es vital. Además, aún con la píldora de soldado, no creo que Akamaru pueda cargar a más de uno de nosotros sin que desfallezca en el intento. Y no te preocupes por nosotros. Más a salvo que nosotros en mitad del bosque no lo estará nadie. El objetivo de Gaara es la villa, no se va a poner a buscar hormiguitas en medio del bosque.—razonó Shikamaru.
—Sï, tienes razón.—dijo Kiba, más convencido y conforme con el plan de Shikamaru.
De vuelta a la zona del combate, Pakkun corría a toda prisa a la posición donde había caído Bakugo. Cuando llegó a él, lo que vio le horrorizó. La camiseta y el pantalón de Bakugo estaban destrozados por la explosión de la bala de aire del Shukaku quedando únicamente algún jirón de tela cubriendo su cuerpo. Por tanto, para alarma de Pakkun, podía ver con claridad todas las profundas heridas que adornaban ahora su cuerpo gracias al monstruo de arena. Un charco de sangre de considerable tamaño mojaba el césped dónde yacía inconsciente el rubio ceniza tumbado boca arriba. Reprimiendo las lágrimas al ver a un chico de tan corta herida brutalmente herido, se acercó aún más hasta llegar a su rostro.
—Vamos chico, no es momento de echarse una siesta.—el perro de Kakashi trataba inútilmente de despertar al rubio ceniza golpeando el rostro magullado del genin con las patas.—Tenemos que salir de aquí antes de que ese monstruo vuelva a atacar.—Al ver que no conseguía nada le mordió el brazo derecho, pero tampoco surgía.—¡Despierta de una vez y te dejaré tocarme las almohadillas de mis patas a pesar de lo maleducado que has sido conmigo! ¡Son super suaves y mulliditas! ¡Venga, no me hagas esto! ¡Yo no tengo la fuerza para cargarte y llevarte de vuelta a la villa!—
En el subconsciente de Bakugo, éste estaba teniendo un sueño de estar descansando en una playa paradisíaca. Estaba en el mar relajándose tumbado boca arriba (N/A: en España se le dice hacerse el muerto)
—Mmm ... Qué calentita está el agua ... Qué gustito .... Qué paz ... Podría estar todo el día así ... —su paz espiritual fue perturbada por un niño que tenía a su lado que le tiraba agua en la cara.—Déjame en paz, mocoso molesto.—dijo con voz calmada para regresar a la calma de antes. Pero el niño seguía tirándole agua sin descanso. —Jodido criajo. ¡Vete a tocarle los huevos a tus padres! —pero el niño seguía erre que erre.
—¡DÉJAME EN PAZ DE UNA JODIDA VEZ, PUTO PESADO!—le gritó Bakugo al niño. Pero el niño se había convertido en un perro que le estaba dando bofetadas en la cara, la playa en un bosque y el mar en un charco de sangre.—¿Eh?—
—¡Al fin despiertas, muchacho!—exclamó sonriente Pakkun deteniendo el último bofetón.—¡Me estaban empezando a dar agujetas de tanto golpearte!—
—...—Bakugo cerró los ojos esperando volver a la playa paradisíaca, pero cuando los abrió seguía allí tirado en el bosque.—¿Por qué estoy tan cansado?—preguntó entre jadeos intentando incorporarse.
—¡No te quejes de cansancio que al menos sigues vivo! ¡Por un momento pensé que estabas muerto!—dijo Pakkun.—¡Tenemos que irnos antes de que el Shukaku venga a rematarte!—
—Grrr ...—gruñó Bakugo, por el dolor que sentía por todo el cuerpo.—Apenas puedo moverme ...—se tuvo que apoyar en el tronco de un árbol para no caerse.
—Eso es porque has perdido mucha sangre y apenas te queda chakra. Por suerte, tengo un plan para salir de aquí. —de su chaleco sacó un rollo y lo desplegó en el suelo—Eres ya un genin, supongo que conoces el Kuchiyose no Jutsu. Cuando firmes este contrato, podrás invocar a cualquiera de mis congéneres del reino perruno. Pero tendrás que invocar a uno algo más grande que yo para escapar de aquí. Te acerco el rollo para que lo firmes que estás para el arrastre—
—No está mal tu plan, chucho parlanchín.—dijo Bakugo limpiándose un rastro de sangre del ojo con la mano izquierda. Luego se llevó la mano a su portakunais, sonriendo débilmente al sentir el tacto de aquello que buscaba. —Pero yo tengo uno mejor.—
El plan que se estaba yendo al traste era el de Shikamaru ya que Kiba no encontraba por ninguna parte las píldoras de soldado para dársela a Akamaru y huir de allí para avisar a Minato. Kiba empezó a rebuscar en su portakunais. Pero no encontraba ninguna de las dos que le quedaban después de darle una a Bakugo. Ahora buscó con más ahínco tirando todo al suelo (shurikens, pastillas para sus mareos, kunais ...) para ver dónde estaban. Pero no había rastro de ella.
—¡No puede ser! ¡Si las tenía justo aquí cuando recogí a Sakura! ¡Estaba pensando en tomarme una y darle otra a Akamaru para ayudar a Bakugo en su combate contra Gaara! Pero Bakugo me dijo que me fuera y las volví a colocar en el portakunais.... Luego me entregó a Sasuke y no he vuelto a abrir el portakunais. ¡Es imposible que se me hayan caído de camino aquí! ¡Deberían estar aquí!—Kiba repasó los últimos acontecimientos una y otra vez para averiguar que podría haber pasado con las píldoras y entonces se le encendió una bombilla. —A no ser que ....—
—¿A no ser qué, Kiba?—quiso saber Shikamaru.
—Bakugo ....—murmuró Kiba, negando con la cabeza .—Si ese monstruo no lo ha matado ya, ese loco idiota va a acabar suicidándose ...—