Aun no podía creer que en mi primera salida me había topado con Aaron, había sido formidable nuestro encuentro y estaba segura de que quedaría en su mente, esperaría el momento perfecto para atacar.
Debía reconocer que no lo esperaba, habían cosas que se me salían de las manos, supongo que a Daniels también, como la vez que notó que ya tenía un asesino, el claramente no sabía que estaba en mi última vida y eso le mejoró el plan.
Yo tenía mis dudas con respecto a este lugar, que el taxista que me trajo hubiese sido degollado era muy sospechoso.
Debía ser cuidadosa, hasta el momento no tenía nada que temer, aun no había cometido ningun crimen así que era libre.
Era de mañana, amanecí muy contenta, esto estaba saliendo a la perfección.
Mientras hacía aseo y escuchaba música noté algo bajo uno de los muebles, en la sala,
Era una tarjeta personal. Si.
Cuando la giré casi quedo sin aire, tenía el nombre y el número privado de Aaron, esto no podía ser verdad.
¡NO PODÍA SER VERDAD! contuve la emoción.
Su numero privado era algo que no esperaba, debía usarlo.
Hice todos los queaseres y me alisté, me puse un vestido amarillo de pliegues con un sombrero del mismo color y unas gafas de sol, debía verme ridícula.
Marqué el número y de inmediato se contestó pero no dijeron nada del otro lado así que hable yo.
—Hola, Buenos días.
—Ohh Alice, he estado esperando tu llamada toda la mañana. Buenos días ¿que tal estás?
Justo debía preguntar esa estupidez. Aunque pensándolo bien... estaba excelente.
—Excelente ¿y tu? — dije, bueno... Él si que estaba excelente: dinero, belleza y poder ¿Que otra cosa necesitaba?
—Estoy bien, mucho mejor ahora que escucho tu voz— dijo.
Es enserio? Jajaja que discurso mas barato para enamorar, aguante una risa.
—Me encontré tu tarjeta rodando por mi casa asi que decidi llamar, necesito trasporte y dije que no tomaría sus taxis asi que me preguntaba si...
—¿A donde quieres ir? yo te llevaré— soltó, esto sería demasiado facil.
Hice silencio pensando algo y una idea cruzó por mi mente.
—Necesito ir a comprar algunas cosas a algún almacén, muchas gracias por ofrecerte.
Dentro de mí había una especie de odio que se intentaba desbordar, él era tan gentil, tan amable que hastiaba.
—Paso por ti en 5 minutos — lo ultimo que dijo.
En ese tiempo que se tardó, que en realidad fueron unos 3 minutos, me miré y miré en el espejo viéndome desde todas las perspectivas luciendo hermosa, el sombrero no convinaba tanto pero lo usaría.
Él llegó hasta la puerta y mientras me acercaba se miro en el cristal peinandose un poco, que egocéntrico.
Ok, no lo era pero no podía evitar sentir una especie de ira.
Sus ojos viajaron por todo mi vestido de la misma forma morbosa en que me miraba ayer, me incomodaba, era demasiado expresivo, no me agradaba.
—Luces tan...
—Hermosa, lo sé, todos me lo dicen— corte tajante.
Él me abrió la puerta de su auto y me acomodé en el asiento de adelante, ¿acaso estaba avanzando demasiado rápido?
Naaa, debiamos seguir con esto.
El traía esta vez solo una camiseta lisa que se veia hermosa color azul cielo, unos tenis blancos y un pantalon del mismo color, su cabello estaba compartido a la mitad de forma simétrica, se notaba que era un perfeccionista, típico de personas con trastornos.
—¿Vamos a un almacén en específico?— dijo de repente mirando al frente.
¿vamos?
Que confiansudo.
Bueno... Mas confiansuda era yo que estaba en SU AUTO rumbo a un almacén sin pagar nada.
—Voy a comprar unas botas.
El arrugó el rostro, era tan gracioso como lo tenia ahí al lado indefenso a salvo y en unos dias lo tendria sufriendo. Cada día me convencia que debía ser mas cruel que él. Se lo merecía.
El auto llegó a un almacén muy costoso y aparcó cerca, Aaron salió e intentó abrirme la puerta pero no se lo permití abriendola primero.
—Yo puedo abrirla, Gracias.
Todos en las calle nos miraban, tenían su vista fija en mi y no sabía porque.
Mientras entramos noté un flash de una camara a mi derecha pero lo ignoré ¿Que le pasaba a esta gente? Todos dentro del almacén nos miraban de igual forma que los de afuera. ¿Aaron tenía esa influencia?
—¿En que puedo servirles?— dijo una mujer del lugar, me miraba un momento y luego miraba a Aaron, volvía a mirarme y luego miraba a Aaron.
—Necesito unas botas— dije.
—Eeh lamento decir que las botas para mujeres se agotaron pero hay muchísimo calzado aqui, quizas algo le guste...— dice la mujer pero la interrumpo.
—No, Las botas no son para mi, son botas de hombre las que busco, podría llevarme hasta ellas.
Ella me pide que la siga y Aaron se mueve con nosotras pero le hago un ademan par que se quede, no debe saber mucho.
¡NO DEBE SABER MUCHO!
Nos adentramos más en el lugar y ella habla ahora que estamos solas.
—Es nueva aqui, no la habia visto.
—Tan obvio es— digo de inmediato sonriendo.
Ella ignora mis palabras y pone una cara de seriedad que de poder me habría asesinado con ella. Yo al instante quito la sonrisa.
—¿Como le hizo para captar la atención de Aaron Freend tan rápido?— habla como enojada.
—¿Disculpe?— digo ya enojada —¿a que se refiere?
Ella rodea los ojos mientras saca algunas botas de hombre y las pone sobre un estante. Luego habla.
—Es el Soltero que mas dinero tiene de esta cuidad, ¿sabe quien la acompaña hoy? ¿acaso sabe quien es el que le abrió la puerta de su auto?
Wauu que detallistas son, debo decir... chismosos.
—Primero que todo: yo abri la puerta de su auto, y segundo dediquese a su empleo y dejeme en paz, sé quien es Aaron y es lo único que debe saber.
Mentí, no sabía que era el soltero mas adinerado pero no puedo mostrame como una ignorante frente a ella. No está siendo amable asi que yo tampoco dejo serlo.
—¿Que número?— pregunta.
—Deme un número grande, como... la talla de Aaron — disimulo un poco.
Ella va directo al estante y trae otro par de botas.
—Estas son Perfectas, el número de Aaron es 40 en zapatos.
¿Porque diablos conocen el número de calzado de Aaron? Que extraño.
—Ok— dije un poco extrañada— empaquemelos.
Las botas fueron guardadas en su caja y guardadas en una bolsa, ya las utilizaria en el futuro.
Cuando regrese de el pasillo donde estaban las botas encontré el almacén lleno de personas y de fotografos quienes no dejaban de fotografiar a Aaron y cuando me vieron de inmediato iniciaron las fotografias para mi también.
Aaron estaba sentado en un sofá esperandome y cuando me vio se puso de pie de inmediato.
Debíamos salir de aqui. Habían reporteros quienes lanzaban sus preguntas y sus afirmaciones al aire.
¿acaso era famoso este chico?
Tenia dinero pero yo también lo había tenido y no era famosa.
Los camarógrafos no dejaban de apuntarme y de hacer preguntas al aire.
Como pudimos salimos del lugar encontrando mucha mas gente afuera que adentro, entramos al auto casi corriendo y cuando entraba escuche la pregunta de uno de los paparazzi.
—¿Señorita, son pareja?
A lo que Aaron y yo respondimos exactamente al mismo tiempo:
—¡No!
—Doble negación es un si— dijo a la camara el hombre riendo y tomando otra foto.
Aaron empezó a conducir alejándonos del escenario mientras otros autos nos seguían de lejos. Bueno, no me seguían a mí, seguían a Aaron.
—La llevaré a su casa si ya no va a ninguna parte— dijo el mientras manejaba.
Ohh no, no podía llevarme al apartamento porque al hacerlo haría que los autos que nos seguían se dirigieran hacia allá y quería estar lo mas alejada del foco de atención hasta no matar a Aaron.
No podía llevarlos allá.
—No, no quiero camarógrafos en mi apartamento, llevame a donde quieras pero a casa no.
El me miró sonriendo, enserio había dicho eso.
"Llevame a donde quieras" eso se oyó mal.
Alice estás nadando en aguas muy oscuras. Esto se estaba saliendo de control y apenas había llegado.
Alonso.