Hawaii Five-0

Por abby_julyd

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Five-0 es una pequeña unidad especial de la policía estatal creada por la gobernadora de Hawaii para investig... Mais

Bienvenido, tengo algo que decirte:
Hawaii Five-0
Capitulo. 1 Aloha (Hola)
Capitulo. 2 El chiste del dia
Capitulo.3 Mea Makamae
Capitulo. 4 Limpio
Capitulo. 5 Ka Iwi Kapu
Capitulo.6
Capitulo.7
Capitulo.8 Del pasado al presente
Capitulo. 9 ki'ilua
Capitulo 10. Desiciones Extremas
Capitulo 11. Pahele
Capitulo 12. La Soluciòn
9/11 Teniente Diane Brighton #NeverForget
Capitulo 13. Mai ka wa kahiko
Capitulo 14. El calculo
Capitulo 15. Cabo Sueltos
Capitulo 15. Cabos sueltos Parte II
Capitulo 16. Uku
Capitulo 17.Kalele
Capitulo 18 Venticuatro Horas (Parte I)
Capitulo 18 Venticuatro Horas (Parte II)
Capitulo 18 Venticuatro Horas (Parte III)
Capitulo 19 Reencuentros (Parte I)
Capitulo. 19 Reencuentros (Parte II)
Capitulo 20 Ua hala
Capitulo 21. Deuda saldada
Capitulo 22. Pāheona Pō (Parte I)
Capitulo 22.Pahēona Pō (Parte II)
Capitulo 23. Ke huli (Parte I)
Capitulo 23. Ke huli (Parte II)
Capitulo 23. Ke huli (Parte III)
Capitulo 24. Punipuni Hou
Capitulo 25. Hana I WaʻIa (FINAL)
ACLARACIÓN O NOTA DE ESCRITORA🤷🏻‍♀️😂
Hawaii Five-0 II
Prologo
Capitulo 1. Ke Ho'ohi'
Capitulo 2. Wahines Akamai
Capitulo 3. Imi Loko Ka 'Uhane
Capitulo 4. Kai e'e
Capitulo 5. Huaka'I Kula
Capitulo 6. Olelo Ho'Opa'I Make
Capitulo 7. O ka ʻimi
Capitulo 8. Aloha, Malama Pono
Capítulo 9. Aloha Ke Kahi I Ke Kahi
Capítulo 10. Nā hoʻohiki
Capitulo 11. Akanahe
Capitulo 12. O Kela Me Keia Manawa
Capitulo 13. Inā wale nō (Parte I)
Capitulo 13. Inā wale nō (Parte II)
Capitulo 13. Inā wale nō (Parte III)
Capítulo 14. He hoʻomanaʻo aneiʻoe?
Capitulo 15. Hoʻomanaʻo a me ka makaʻu
Capitulo 16. Aloha makua a me nā hoʻomanaʻo
Capítulo 17. Nā mākua a me ke kaikamahine
Capítulo 18. ʻO ke ola, a me ka hoʻopaʻi make
Capítulo 19. Aloha hou Hawaii
Capitulo 21. O ka Pili'Ohana ka 'Oi
Capítulo 22. Malalo o ko'u malu
Capítulo 23. Ina Paha
Capitulo 24. Kuka'awale
Capítulo 25. Mele Kalikimaka
Capítulo. 26 ka hoomanao ana
Capítulo 27. Pono Kaulike
Capitulo 28. Indelible
Capítulo 29. Pono wau i haʻi aku iā ʻoe
Capitulo 30. Ka manao
Capítulo 31. Oia'i'o

Capitulo 20. Malama Ka Aina

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Por abby_julyd


Mansión del Gobernador.

Diane había estado esperando en la oficina del Gobernador por unos veinte minutos, comenzaba a impacientarse, pero decidió concentrarse en el lugar. Le parecía interesante, pero no tanto como el hecho de que el Gobernador Denning le haya llamado unos días después de haber salido del hospital.

Diane no sabía exactamente si volver a New York o simplemente quedarse, y es que con Sean en Halawa y Hart también podría decirse que ella estaba casi libre de todo lo que una vez le ataba a Hawaii, o al menos eso entendió cuando Kavner le llamo bastante enojado porque ella había vuelto a la isla.

No entendía porque, pero luego de una larga charla, pudo comprender porque ni Hawaii ni Five-0 es de su agrado. Sin embargo, había algo positivo de ello, y es que a pesar de toda aquella terrible historia entre Diane y los Five-0 para ella y su realidad es como si los estuviera conociendo de nuevo, por lo que todo aquello que pudo haber sentido por ellos, ya no estaba.

Si sentía que debía estar alerta y con cautela, pero para ella y su nueva realidad, había una segunda oportunidad. Y era precisamente eso, lo que no dejaba que ella pudiera elegir entre volver a NYC o quedarse en Hawaii.

Diane se había prometido a sí misma, resolver todos aquellos capítulos inconclusos en su vida, y Hawaii era uno de esos, por lo que depende de su conversación con el gobernador, ella decidiría si quedarse o volver a NYC.

—Lamento la demora Comandante. Debía atender una llamada —se excusó el gobernador al entrar y ver a Diane sentada en una de las sillas de visitantes—. Es un gusto volver a verla —dijo este y extendió su mano a Diane para saludar.

—No se preocupe —dijo Diane estrechando la mano del gobernador—. ¿De verdad? O es solo mera cortesía. Porque hasta donde sé, usted y Sean eran muy amigos.

Diane no iba con ninguna disposición de ser precisamente amable.

—Se lo que cree Comandante, y no es mera cortesía. Si bien el ex senador Park y yo manteníamos una relación bastante cercana, yo estaba exento de todo lo que sucedió. Yo solo acepte traer de vuelta a Five-0 y que usted les vigilara es todo.

— ¿Y ahora? ¿Para qué me necesita?

—Para lo mismo Comandante. Yo sigo estando muy satisfecho con su trabajo, a pesar de que en el pasado, usted solía salirse de control como el resto del equipo, en su regreso usted hizo un buen trabajo y quiero que continúe aquí... Aprovechando el hecho de que está en la isla por supuesto.

—Entonces quiere que vuelva a Five-0.

—Que vuelva a dirigirlo —corrigió Denning.

— ¿Y que los vigile? —replico Diane.

—Sí, porque no...

—Mi respuesta es no —dijo Diane y este se sorprendió—. Si bien quedarme en Hawaii estaba en mis planes, en ellos no está ser la niñera de Five-0. Yo trabajo con Five-0, no trabajare en su contra, no cuando me han salvado de unas cuantas.

—El mismo equipo que la envió a morir a Dakka por abrir un archivo de seguridad nacional y que también la acuso de volar toda una estación de policía.

—El mismo equipo que años después lucho para que esos cargos fueran eliminados —replico Diane—. Creo que no tengo más que hablar con usted señor, fue un placer...

Diane se levantó de su silla y se disponía a irse, pero Denning que estaba algo impresionado e intrigado por la actitud de Diane le llamo de nuevo y le pidió que se quedase.

—Entiendo... Sé que su lealtad esta con Five-0, está bien. Trabaje para Five-0 y no en contra de ellos, pero de igual forma el Comandante McGarrett no estará al frente de Five-0, pondré a alguien más. Así que usted elige.

— ¿Qué se supone que ha hecho Steve durante este tiempo?

—Pues he puesto a varios oficiales a vigilarles, y aunque han estado más dispuestos a seguir las reglas, siguen a prueba. Un error y todos quedan fuera.

—Creí que todo este teatro era porque Sean temía que dijera todo lo que se —dijo ella y el gobernador se levantó de su silla, dio una vuelta a su escritorio y quedo frente a Diane recostándose de la mesa de su escritorio.

—En parte, pero a decir verdad Five-0 puede ser más un problema que una ayuda, así que he puesto a varios oficiales de la NSA a vigilarlos. Su última oficial, la Agente Weston se vio influenciada por ellos así que tuve que sacarla.

—Ok, entiendo. Yo dirigiré el equipo y le demostraré que no somos un problema, y no se preocupe por vigilarnos, los Five-0 y yo vemos Hawala como nuestro próximo hogar seguro—dijo ella y con una sonrisa bastante sarcástica estrecho la mano del gobernador y salió del lugar.

...

No parecía tan difícil, la decisión estaba tomada, y aunque en su mente estaba siempre, no quedarse, solo cerrar el capítulo e irse, también estaba intentar tomar todo esto con calma.

Durante las últimas semanas, todos los que rodean se habían encargado de recordarle todo lo negativo que había hecho Five-0, y aunque su cabeza estaba hecha un lio, como ya se lo había dicho, esta era una segunda oportunidad y tenía en mente todo manejaría todo, pero sobretodo se mantendría enfocada en recuperar su memoria, ahí estaba todas las respuestas, la objetividad. Porque cada historia solo traía consigo un poco de rencor y aquel sentimiento no la dejaba decidir si Five-0 y Steve McGarrett eran los monstruos que decían o no.

Para despejarse un poco decidió que antes de ir al Cuartel y decirle a Steve que se quedaría, pasaría por un café. Pero había manejado casi 10 minutos y aun no veía un Starbucks, así que de detuvo en un lugar llamado Wailana Coffe Shop. Parecía agradable a simple vista.

Tomo su pequeño bolso y salió de su auto, a su lado se estacionaba una Silverado azul marino, ella solo miro y no le tomo atención, pero quien venía en esa camioneta si la había visto.

— ¡Ey! —le llamo.

—McGarrett —dijo ella con una sonrisa. Después de todo era agradable ver a quien sentía que le debía la vida.

—Estuve llamando a tu teléfono. Temía que te fueras de nuevo... Ya sabes, Danny se pondría... Ya sabes —dijo y Diane rio.

—Lo sé —respondió ella—, no de hecho iba al cuartel luego de salir de aquí. Voy a quedarme.

—Esa es una buena noticia —dijo el—. ¿Qué buscas en Wailana?

—Un buen café —respondió ella.

—Bien, pues te enseñaré algo más que el excelente café que sirven en este lugar. Vamos —dijo Steve.

Ambos se encaminaron hasta la entrada del café, Steve abrió la puerta del lugar para Diane y le señaló el camino. Enseguida tomaron una mesa y se sentaron.

—Buenos Días, bienvenidos a Wailana Coffee Shop ¿Qué puedo ofrecerles? ¡Comandante McGarrett! —Dice la chica con una dulce sonrisa y hasta, un poco coqueta—. Que agradable tenerlo de nuevo por aquí.

—Hola Lea —saludo Steve—, te presento a Diane Brighton, estoy seguro que seguirá viniendo luego de que pruebe la especialidad de este lugar. Así que aprovecho.

—Un gusto Lea —saludo Diane.

—Supongo que querrá lo mismo de siempre de Comandante —dijo la chica quien solo le sonrió a Diane.

—Si así es —repuso Steve—, y quiero lo mismo para ella y...—y entonces mira a Diane para que ella termine de elegir.

—Un café latte por favor —pidió ella.

—Bien, volveré en un momento —dijo la chica y se dio la vuelta no sin antes darle una sonrisa a Steve.

—Ok, ahora sí estoy intrigada ¿Qué eso que te entusiasma tanto que pruebe? Te ves emocionado —dijo Diane.

—Ya verás —respondió este sonriente y según Diane aún tenía ese brillo en los ojos. Con Algo de picardía, como un niño cuando está a punto de hacer algo— ¿Cómo has estado?

—Bien, bien... Ya mi hombro esta mejor y todo lo demás también.

—Eso es bueno. Así que decidiste quedarte... ¿Hablaste con Denning supongo?

—Sí, fue bastante extraño pero si, hablamos. Al parecer quería que siguiera dirigiendo el equipo y vigilándolos —comento Diane y aquella sinceridad tomo por sorpresa a Steve, no lo esperaba.

Tal vez porque no se hacia la idea de estar frente a Diane teniendo una conversación de más de 5 minutos sin acabar en pelea, o solo tal vez, estaba un poco más intrigado sobre la Diane que estaba frente a él.

Y es que uno de los síntomas de la amnesia post traumática, es que la persona si solía ser distante, tosca o ruda; se vuelve más dócil y más dulce. Y aunque Diane se notaba fuerte, en su forma de ser, en su mirada se hallaba la mujer que había visto por primera vez, aquella ocasión en la oficina que era Dan y que hoy es de Denning.

Steve siempre pensó que Diane podía tener ciertos toques adorables y dulces, sino estuviese tan envuelta en sus sarcasmos y caras odiosas.

Así que, aunque aquella sinceridad de Diane le tomó por sorpresa no podía negar que en cierta forma también le daba confianza y hasta otra óptica, de la personalidad de Diane.

—Bueno... No lo voy a negar, lo supuse. Pero está bien Diane, puedes dirigir el equipo —dijo Steve.

—No quiero dirigir Five-0 —dijo ella—, esto es tuyo. Sin embargo no tengo de otra, pondrán a alguien más a vigilarlos.

—Está bien luego de... Bueno, tal vez no lo recuerdes, pero tiempo después me di cuenta que me gustaba lo que hacías, al final era un poco de lo mismo que yo hacía.

—Oh, ya... —dijo ella como si recordara algo—, por eso Grover mencionó que era como una versión femenina tuya, pero repotenciada... o bueno, así me conocían en la isla —y ambos rieron.

—Sí, es lo mismo que dice Danny.

—Necesito ver eso —dijo ella.

—Podemos hacerlo juntos —menciona Steve—, somos un equipo Diane.

— ¿Es eso una propuesta de trabajo? —pregunto Diane con algo de diversión.

—Lo es. —respondió Steve de la misma manera.

—Hecho —dijo y extendió su mano hasta Steve, y ambos en medio de una sonrisa asintieron. Era como un nuevo comienzo, para ambos, y para Diane, una oportunidad de saber que había sido eso que le hizo ver Hawaii en una oportunidad como su hogar.

—Aquí está su pedido —anuncio la chica quien en sus manos traía una bandeja con dos platos y dos tazas— Pancakes y café. ¿Algo más?

—No, nada por ahora —dice Steve—. Gracias Lea.

—Por nada Comandante. Que lo disfruten —dijo la chica y se fue.

—Ok, son pancakes —dice Diane viendo su plato.

—Ey, no son pancakes, son los mejores pancakes del mundo —expresa Steve y toma un poco de mantequilla.

—Eso lo veremos —dice Diane.

Esta toma su plato, lo acerca un poco y entre los diferentes toppins que había decidió tomar un poco de sirope y algo de fruta.

— ¡ey ¿Qué haces?! —exclamo Steve y ella se detuvo.

— ¿Cómo que, qué hago? Le pongo sirope a mis pancakes y algo de fruta.

—Oh, no no... así no es como hacemos las cosas en Hawaii.

—Ok, no puedo esperar menos de las personas que le ponen piña a la pizza —replico esta y ambos rieron.

—Ten, mejor pruébalo así —dijo Steve y cortó un pedazo de su pancakes y lo extendió a Diane para que ella comiera.

Diane tomo el bocado del tenedor, se devolvió a su lugar y comenzó a masticar. Esta hacia algunas caras de notaban que no estaban tan mal; mientras Steve esperaba su comentario.

— ¿Y? ¿Qué tal?

—Mmm... me gustan, son deliciosos, pero le pondré el sirope y las frutas —dijo ella y Steve negó con la cabeza.

—No puedo creer que vayas a dañar estos pancakes así —dice Steve pinchando con su tenedor uno de sus pancakes.

—Lo siento. Sin esto —comentaba ella mientras vaciaba el pequeño jarroncito de sirope sobre los pancakes—, comer pancakes, no tiene mucha gracia.

El resto del rato, lo cual sería una hora, tal vez dos... ninguno de los dos lo noto porque estaban muy metidos en la charla; la pasaron riendo sobre anécdotas de Steve en la isla y algunas otras con Danny.

Pero sobretodo, a Diane le gusto la historia de cómo Steve y Danny se habían conocido.

—No puedo creer que enserio te haya golpeado —decía ella entre risas.

—Sí, así fue... No voy a negarlo, su personalidad llamo enseguida mi atención, por eso decidí pedirle que se quedara en Five-0 —dijo Steve quien también tenía una sonrisa al recordar aquella anécdota.

—No fue una mala elección. Estoy segura —dijo Diane.

—Oh no, definitivamente no. Danny es importante para mí.

—Lo imagino —dice ella y por un momento se queda en silencio. Pero era solo para tomar el valor de preguntarle algo que tenía en mente desde que aquella conversación comenzó—. Steve ¿Nos llevábamos bien? Es decir... tú y yo, el equipo y yo...

Steve sintió que le en vez de servirle el café, se lo habían lanzado a la cara. No sabía exactamente cómo responder a ello; si lo hacía con honestidad, temía que aquella agradable conversación terminara al segundo siguiente. Pero si mentía, no iba a poder vivir con ello, y mucho menos mantenerla.

—Es complicado —respondió.

— ¿Por qué? —pregunto ella tomando lo que quedaba de su taza de café.

—Al principio no —decidió responder Steve—, tu llegada nos sorprendió a todos y tu objetivo también...

—Vigilarlos —interrumpió ella.

—Sí, eso también. Pero no tomo mucho tiempo después para que el equipo te viera como alguien más, al parecer encajabas.

— ¿Y tú? —pregunto ella de nuevo. Ella solo necesitaba las respuestas.

—Solo puedo decirte, que todo cambio luego de que te viera junto al equipo en Corea —Y aquella respuesta de Steve parecía ser una conclusión.

Y aunque sino lo fuera, empezaría a serlo, pues el teléfono de este comenzó a sonar. Enseguida respondió y Diane que solo se había quedado pensando decidió seguir tomando su café y uniendo aquellas respuestas con las historias que ya tenía.

—Estaremos ahí en un momento...De acuerdo —dijo Steve y colgó. —Debemos irnos.

—Oh... claro, claro. Dame un minuto, comprare un café para Danny —dijo Diane tomando su bolso.

—Buena idea, lo va a necesitar —dijo Steve y Diane le miro.

—Ok ¿Qué hiciste? —pregunto ella y sonrió.

—Ya te enterarás —respondió Steve quien de nuevo tenía esa mirada de un niño a punto de hacer algo.

Luego de comprar el café, Diane y Steve salieron del lugar. Ella iba a subirse al auto que le había asignado pero Steve le pidió que lo dejara y que subiera con él, que después enviaría a alguien a buscarlo. A Diane le pareció buena idea ya que al final ambos irán al mismo sitio.

Durante el camino Diane por un momento se quedó mirando hacia la ventana, y sin querer Steve volteo ya que llevaba algún rato en silencio y justo en ese momento ella sonrió.

— ¿Qué? —pregunto ella al ver que él estaba mirándola.

— ¿Qué fue eso que viste?

—Oh... no, nada... es decir, por un momento me distraje y me di cuenta que este lugar enserio es precioso —dijo ella y Steve abrió sus ojos sorprendido— ¿Ahora que dije?

—No nada —dijo Steve sonriendo—, solo asegúrate de decir eso cuando Danny te vea.

Diane no quiso preguntar, pero sonrió sabiendo que tal vez era una de esas cosas que Steve le hacía Danny, y que él le había comentado, solo para hacerlo enojar.

No tomo mucho tiempo llegar a la secundaria "Kukui" en el centro de Honolulu, el lugar donde se había reportado un tiroteo a mitad del partido. Steve se estaciono junto al Danny que casualmente venia saliendo del campo con Grace de la mano.

Danny subió a Grace a una patrulla de la HPD, le dio unas indicaciones al oficial y dejo el auto. Al ver a Steve y Diane se unió a ellos.

Pero antes de si quiera poder saludar su celular comenzó a sonar, y por su cara no le agradaba quien llamaba, se disculpó y se apartó del grupo. Steve se le quedo mirando y Diane pudo notar que Steve sabía perfectamente quien era quien llamaba a Danny.

—Jefe —saludo Kono que estaba junto a uno de los cadáveres del tiroteo—, Hola Diane.

—Hola Kono —saluda Diane— ¿Cómo es que un partido de Futbol termina en una guerra de pandillas?

— ¿Cómo sabes que son pandillas? —pregunta Kono.

—El tatuaje —responde ella—, es un tatuaje de 14K, según la organización de "La Triada" este tipo es el jefe. Conozco sobre muchas pandillas en Hawaii, tuve tiempo trabajando en New York donde esta uno de los más grandes del crimen organizado.

—Tienes razón y ese de allá —señala Kono al otro cuerpo—, es samoano.

—La Triada y Los Samoanos han existido en la isla desde que tengo memoria, pero nunca llevaron sus guerras en público y mucho menos si estaba su familia enfrente.

— ¿Están bien? —pregunto Chin que venía llegando.

—Sí, ¿Y tú? ¿Lograste atrapar al Samoano? —pregunto Kono.

—No, se me escapo en el estacionamiento —respondió este y algo en su mirada al responder le dio que pensar a Kono, y poco más atrás a Diane que se quedó extrañada ante la actitud de este.

Al otro la lado del bullicio y el revuelo que aún había en el campo de la secundaria Kukui por el tiroteo, estaba Danny un tanto alterado hablando por teléfono, este pretendía dejar la conversación mientras se acercaba al grupo, pero al parecer del otro lado tenían más oraciones que podían sacarle completamente de quicio.

Al parecer había sido mala idea traer con él a Charlie y a Grace a ver ese partido, pues en medio de su salida estos tuvieron que presenciar un tiroteo, por lo que aquello asusto demasiado a Rachel al punto de comenzar una pelea con Danny, aun después de tanto tiempo.

— Esa es la cosa más ridícula que he escuchado en mi vida Rachel—decía este al teléfono— ¿La violencia me sigue?.. ¿Cómo se te ocurre algo así? No, lo que pasó aquí no tiene nada que ver con mi trabajo... De hecho, es todo lo contrario, ¿de acuerdo? Ellos están a salvo porque yo soy policía ¿Eh? Sabes, no puedo, ni siquiera puedo hacer esto ahora. Estará allí en cinco minutos, un oficial la traerá a casa. Sí, Adiós.

— ¿Todo bien? —le pregunta Diane a Danny al ver que este colgó y su cara parecía como si planeara un asesinato.

—No, nada está bien... Pero olvidémoslo por ahora ¿Si? ¿Qué tenemos aquí?

—Vale —responde ella, eso no se quedara ahí, pero ya tendría tiempo para Danny—, Seis amistosos heridos, dos hostiles muertos. Creemos que es una guerra de pandillas.

—Triadas y Samoanos —interviene Steve.

—Bueno, si esto es una guerra de pandillas, solo habrá un ganador.

—Sí, y los perdedores serán quienes se interpongan en el camino —dice Steve de nuevo.

—Bien, pues tenemos nosotros que detener lo que se viene, si esta gente fue capaz de hacer algo así, en un partido de football, pueden haber cosas peores. Kono revisa las cámaras del lugar, supongo que ustedes dos se encargaran de investigar a los que sospechosos que ya tenemos.

— ¿Tu a dónde iras? —pregunta Danny.

—Ayudare a Chin con el que se escapó, parecía preocupado. El conoce la isla y fue policía de la HPD por muchos años, es seguro que sabe algo sobre el hombre que se le escapo, le ayudare a capturarlo.

—Ok, perfecto. Recuerda que la nueva Diane no tortura ni persigue sospechosos si es peligroso. Adoro a mi nueva amiga —dice este y Steve enseguida pareció tener una idea.

—Oh, si...Hablando de eso —menciono Steve como si recordara algo—, eso. Diane ¿Qué fue lo que me dijiste hace rato sobre la isla? —pregunta Steve viendo atentamente a Diane y luego a Danny.

—Que es un lugar precioso ¿Por qué? —respondió ella un tanto inocente.

De pronto vio como Danny casi se ahoga con el café y la miro: —Increíble, más problemas. Acabo de perder una amiga —dijo este y dejo el lugar mientras el resto reía.

—Ok, ahora si no entendí nada —dijo Diane quien aún seguía con la mirada a Danny —Nos vemos al rato, cuídamelo ¿sí? No parece estar muy en su elemento hoy.

—No te preocupes —dijo Steve con humor.

Diane había decidido seguir su corazonada e ir con Chin. Encontrarlo no fue difícil, hace unos días, Kavner había logrado instalar a través de la aplicación Skype que usaba siempre Five-0 un localizador, con solo tener la app dentro de su teléfono era suficiente para que ella pudiera saber dónde estaba cada uno e incluso si activaba el micrófono de alguno podía oír lo que hablaban si tenía el móvil cerca. Diane sabía que volver a Five-0 era una de sus opciones, y aunque en su memoria no había nada de lo que había pasado, si estaban todas aquellas advertencias de Dan y hasta los regaños de Kavner.

Por lo que si bien ella podía confiar en los Five-0 podía hacerlo solo en un 50%, darle su entera confianza podía ser la oportunidad que estos tuvieran para que según ella pagara por lo que había según hecho.

El móvil de Chin arrojaba que estaba en el Hilton, por lo que llegar no tomo demasiado tiempo. Diane entro al lugar y comenzó a buscarle, y más allá del Lobby habían unos sillones de espera, desde donde ella estaba podía verle. Espero unos segundos, hasta que lo vio levantarse al ver a un tipo robusto, alto y vestido de negro.

Espero unos segundos y les siguió. Primero fue Chin quien atravesó una puerta de cristal que daba a un balcón donde podía verse el resto del hotel, detrás de él, el hombre y poco después Diane.

Antes de entrar pudo observar que Chin parecía reclamarle algo, pero estos no mediaron mucha palabra pues al segundo siguiente esta Chin torciendo su brazo para poner unas esposas.

— ¿Necesitas ayuda con eso? —dijo ella tomándolos por sorpresa.

—No, no lo creo —dijo Chin y se abrió paso para llevar a su auto al hombre.

Cuartel General Five-0

La lucha del hombre que había arrestado Chin, para librarse de él llamaba la atención por cada sitio que pasaba Chin. Incluso al llegar al piso donde se encuentran las oficinas de Five-0 Steve, Danny e incluso Kono dejaron lo que estaban haciendo, por el gran ruido y los reclamos que le hacia este hombre a Chin. Por su parte, Diane solo oía e iba delante de ellos.

— ¿Qué sucede? —pregunta Steve a Diane.

—No me preguntes a mí, pregúntale a él, yo solo observo —dijo Diane señalando a Chin.

—Es Sid, estaba en el partido de futbol —dice Chin—, además es parte de los Samoanos.

— ¿Kono? —dijo esta vez Sid— ¿No me digas que trabajas con ellos?

— ¿Se conocen? —pregunto Diane.

—Es nuestro primo —dicen Chin y Kono al unísono.

—Y también soy policía —replico Sid.

— ¿Policía? —Dice Diane—, Ok. Llévenlo a la sala de interrogatorios, ahí veremos qué tan policía es.

Esta vez el hombre no opuso resistencia y junto a Chin y Kono, se fue a la sala de interrogatorios. Diane le ordeno a Danny investigar al hombre, mientras Steve era el encargado de hacer el interrogatorio.

Por su parte Diane quería pasar a la que era su oficina, hacia algunos días que había recordado que la mayoría de las pertenencias que llevo a Pakistán las habían enviado a Five-0 y estaban en sus cajones —o al menos eso le había Steve cuando estaba en el hospital, pues este le había confesado que aun podían rastrear sus llamadas y así fue como encontraron atrapar a Sean—, y es que la corte le había pedido su teléfono para enviarlo al Laboratorio criminal para poder condenar a Sean, no solo por intento de homicidio sino también por corrupción en su cargo.

Hacía mucho que no entraba en ese lugar, aunque ella no lo supiera. Por alguna razón no fue difícil sentirse en confianza en el lugar, pues algo dentro de ella le decía que conocía el lugar, por lo que se sentó en su sillón y comenzó a buscar, en el primer cajón grande encontró un sobre amarillo que por la forma parecía tener un objeto.

Efectivamente era su antiguo teléfono celular, además de un cargador portátil y una Tablet. También había un bolso con ropa y otros objetos, pero ese prefirió dejarlo. Sin embargo, de este salió un pequeño llavero que contenía un par de llaves pequeñas, Diane las tomo y noto que justo al lado de ese cajón había una pequeña puerta que tenía una cerradura pequeña.

Tomo las llaves y las probo con esa pequeña caja, y al introducirla y darle la vuelta esta abrió de inmediato, en tal compartimento no había más que un sobre amarillo con una cinta de seguridad negra detrás de este y en un costado el sello del FBI.

Diane lo tomó y lo abrió, no decía su nombre pero algo le decía que si estaba ahí era para ella. Al abrirlo, este contenía una carpeta tipo archivo, denominada "Expediente: Agente 7-25 (Alias Shelburne)"

Datos personales:

Nombre: Doris

Apellido: McGarrett

Alias: Agente 7-25, Shelburne.

Altura: 1.70

Peso: 67kg

Estado: Activa

Observación: es constante movimiento, una de sus identidades fue revelada a su primogénito.

Lo que Diane leía no tenía sentido, y no recordaba para que le habían enviado aquello, pero ese expediente tenía información de la madre de Steve.

"Cuando veas esto enseguida llámame por favor, bloqueare las interferencias y podremos hablar tranquilamente –Kavner"

Y esta era una pequeña nota que tenía pegada una de las fotos del expediente. En esta foto, están ella, Steve y el resto del equipo. En las siguientes, hay fotos de ella en sus misiones, fotos de Diane, de Five-0, de Dan, de Sam... Al parecer la CIA tenía vigilados a todos los que tuviesen contacto con ella, pero sobretodo; ella parecía estar vigilando a Diane y sus pasos. Pues había documentos donde especificaban los IP de sus teléfonos, de su computadora, las coordenadas de su casa en NYC y en L.A, incluso el edificio de la SRU estaba ahí.

Nada de lo que Diane tenía en sus manos tenía sentido, y mucho menos podía recordar el porqué de todo ello. Sin embargo, algo le decía que esa información era de valor, así que tomo el sobre lo sello de nuevo, lo doblo y lo mantuvo con ella hasta poder llamar a Kavner para que le explicara todo aquello.

—Ey, acabo de hablar con la HPD —Dice Danny quien entro a la oficina sin aviso y tomo desprevenida a Diane— ¿Todo bien? Te ves pálida.

—Sí, si... Creo que es el calor de Hawaii, extraño New York —dijo ella tratando de desviar la atención— ¿Qué te dijo la HPD?

—Sid está trabajando con la Unidad de pandillas, lo tienen de encubierto con los Samoanos —dice Danny.

...

—Su historia es real —dice Diane al entrar a la sala mientras Danny se dispone a quitarle las esposas a Sid— Danny contacto a la HPD y Sid está trabajando con la Unidad de pandillas.

—Es lo que trataba de decirles —dice Sid— el departamento de policía dijo que renuncie, y así empezar hacer mi historia convincente. He estado infiltrado con los Samoanos por 11 meses; tratando de identificar a los principales actores y recolectar suficiente información para poder traer a los Federales aquí.

—Ok, vale —dice Diane— ¿Qué hay de lo que sucedió en el partido?

—Te diré algo niña, no diré nada frente a este sucio policía —dijo Sid.

—Primero Comandante Brighton para ti, y está bien, puedes tener tus diferencias familiares, pero fuera de mi cuartel. Así que es mejor que nos digas todo lo que sabes.

—Lo diré, cuando el ya no esté aquí —dijo este y miro a Chin de nuevo.

—Steve encárgate de esto, Chin y yo iremos por las cámaras de seguridad del hotel para borrar la evidencia de que lo atrapamos.

Chin miro a Diane algo molesto, era como si ella también estuviese de su lado. Así que salió furioso de la sala y detrás de él iba Diane.

—Viste a Sid en el partido de futbol, lo reconociste y lo dejaste ir —dijo Diane quien caminaba detrás de Chin—, vi las cámaras, y la lógica nunca falla además.

Chin se detuvo y se volteó a mirar a Diane.

—Lo dejaste ir ¿no?

—Él no estaba involucrado, estaba tratando de escapar.

—Lo dejaste ir porque es tu familia, pero él no parece querer hacer lo mismo contigo.

— ¿Qué es lo que quieres Diane?

—Nada, de hecho solo quiero ayudar. Posiblemente no recuerde lo que paso hace tiempo entre nosotros, pero se lo que siente estar en tu lugar. Y al menos mi familia confiaba en mí, y sabían que yo no asesine, ni conspire para asesinar a tu esposa.

Este solo la miro y se dio la vuelta. Algo le decía a Diane que había dicho las palabras correctas y en momento correcto.

Lagoon, garajes. Waikiki.

—Así que este es el lugar donde Sid cree que se hacen los negocios de los samoanos —dice Diane.

— ¿Qué tipo de negocios? —dice Danny.

—Yo diría que es una buena tapadera, aunque nadie compraría estos objetos raros —dice Steve.

—Lo mismo digo —comenta Diane y le da a Steve un tubo metálico para que pueda forzar la puerta del garaje donde estaban y querían abrir.

—Saben, creo que deberían enviar a casa a Chin por un par de días —le dice Danny a Diane y a Steve— se nota afectado por esto de su familia.

—Lo sé, también lo pensé —dice Diane.

—Ser policía es un negocio familiar, y cuando Chin perdió su placa perdió a su familia. Si quiere ser parte de esto, debe ser capaz de lidiar con estas cosas —replica Steve y Danny rueda sus ojos.

—Tienes un punto para mí —dice Diane.

— ¿A ustedes no los abrazaron cuando eran bebes, cierto?

—Se llama amor con limites Danny —Dice Steve mientras intenta abrir el candado con que él estaba cerrada la Santamaría de aquel garaje.

—Mmmm... El sigue teniendo un punto para mí —dice Diane.

Steve había por fin abierto el garaje, así que levanto la santamaria dejando ver todo lo que había dentro de este. No parecía la gran cosa pero con estas personas nunca se sabía.

—Y para que lo sepas, si me abrazaron cuando niño —dice Steve para dar por terminada aquella charla— tengo fotos que lo prueban.

—Y yo también —dice Diane.

—Buen photoshop —dice Danny entre murmullos.

— ¿Dijiste algo? —pregunto Steve y Diane rio.

—Lo evaluare Danny, y se lo propondré, si quiere tomar los días lo evaluare junto a Steve —Dice Diane.

—Al menos alguien con amor real y no amor con límites, lo cual es estúpido —dice Danny

—Porque no...

—Concentrémonos —dice Diane interrumpiendo a Steve—, necesitamos pruebas ¿De acuerdo? Revisemos bien este lugar.

Danny y Steve por momentos seguían discutiendo sobre lo de Chin, pero Diane intentaba ignorarlos y concentrarse en encontrar porque de pronto hay una guerra de pandillas en la isla.

—A ver cosita ¿no crees que esto es mucho? —dice Danny quien había estado explicando porque un montón de cajas de pizza sin restos adentro le parecía raro.

—Sí, tienes un buen punto —dice ella tomando una caja y mira a Steve. Ambos enseguida parecían haber conectado en una idea y de pronto se pusieron a revolver todo en búsqueda de algo que Danny desconocía y que por sus presentimientos no era nada bueno.

—Ok, ok... paren ahora mismo ¿Qué fue esa mirada? Esa mirada entre ustedes.

— ¿Qué mirada? —dice Steve revisando un botiquín de primero auxilios.

—Esa mirada, esa... Esa que se dan ustedes antes de idear algo completamente estúpido, y donde terminan disparándome o disparándoles. Así que explíquenme,

—Danny solo busco un recipiente de tipo Spray ok —dice Diane.

—Y yo busco yodo.

—Oh, un recipiente y yodo... Oh si, un recipiente y yodo. Fantástico.

—Lo tengo —dice Diane y le da el recipiente a Steve.

—Yo igual —dice Steve y comienza a verter el yodo— Danny toma una de esas cajas y colócalas en esta mesa.

—Aja... —dice Steve colocando la caja frente a Steve— ¿y entonces?

—Cuando el Yodo se mezcla con el metal, forma sales binarias —dice Diane.

—Sales binarias... —repite Danny—, ¿alguna razón para la clase de química?

—Sí, presta atención —le dice Steve—, tal vez aprendas algo nuevo hoy. Todos los objetos metálicos que pudieron haber estado en están caja, seguro han dejado resto de elementos, el yodo reacciona y así sabremos que había aquí.

Steve comenzó a esparcir el líquido en la caja y a los pocos segundo se hizo la forma de una AK-47 en la caja, aquello era la evidente respuesta a lo que esas cajas tenían y no, no eran pizzas.

—Creo que este sitio tiene cosas buenas —dice Steve quien va leyendo el folleto que tenía pegado una de las cajas de pizzas.

—Sí, es una pena que vayamos a cerrarlos porque sus pizzas tienen balas —dice Danny.

—Saben deberían ir a Lolani's en Waikiki tiene el mejor jamón con piña que...

— ¡Ey! ¡Ey! ¡Ey! Alto ahí por favor. Déjame explicarte algo, ¿de acuerdo? La pizza es mozzarella, salsa y masa. Eso es ¿Ok?, ¿Quieres poner un pepperoni en tu rebanada? eso está bien, pero ¿jamón? Fuera; Fruta, fuera. ¿Está bien? no me importa dónde estemos. La pizza y la piña no pertenecen al mismo espacio aéreo.

—Sin duda, tienes razón amigo —le dice Diane a Danny—, se lo dije hasta mañana en Wailana. No podemos esperar mucho de las personas que le ponen piña a la pizza.

— ¿Estaban juntos hasta mañana? —pregunto Danny de pronto olvidando todo lo demás.

—Sí, si... —responde Diane—, nos encontramos en Wailana.

—Genial —dice este y mira a Steve pero este último lo mira confundido.

Los tres sin decir nada, debido a la actitud extraña de Danny, entraron al lugar donde según provenían las pizzas que entregaban al lugar donde los samoanos hacían negocios.

— ¿Oye eres el dueño? —pregunta Danny.

— ¿Pastel o rebanadas oficiales? —dice el hombre apenas los ve ignorando la pregunta de Danny— Conozco ese acento ¿Jersey?

—Si —responde Danny— tu igual ¿no?

—Si también.

—Queremos hacerle un par de preguntas —dice Steve—, ¿Cree que pueda apagar eso?

—No, tengo dinero apostado en esta pelea —responde el hombre y le sube el volumen al televisor.

Diane de un tirón le arranco el control remoto de las manos, apago la televisión y le sonrió: — ¿Has estado haciendo entregas a Kamomi Auto Shop? —pregunta Diane y lanza el control remoto haciendo que este pase por un lado del hombre y se estrelle contra la pared. El hombre al ver que el control pasaba justo a su lado, se agacho.

—Woao, eso fue sexi, y si, hago entregas a muchos lados —responde el hombre sin dejar de mirar a Diane.

—Apuesto a que si —dice Steve poniendo frente a él la caja—, mira esta ¿fue una entrega especial?

—Miren yo solo entrego pizzas ¿de acuerdo? Lo que pongan en las cajas después de la entrega no tiene que ver conmigo. Ahora sino tienen más preguntas, hablen con mi abogado —y el hombre se levantó de su silla y fue a encender el televisor pero esta vez desde los botones exteriores del televisor.

— ¿Estás viendo esa cara? —le dice Danny a Steve.

— ¿La de Diane? Sí, no es esa la...

—Sí, su cara psicópata. Yo lo intente pero si ella, quiere...

—Oh, ¿se supone que debo hacer algo? —dice Diane

—No cosita —dice Danny y la toma del brazo para apartarla, pues lo siguiente es que Steve tomo al hombre por la camisa y lo saco de la barra de un tirón. Diane sin decir nada, y muy observadora solo esposo al hombre mientras lo llevaban al auto que estaba a unos pocos metros del lugar.

—Estoy muy orgulloso de ti cosita —dice Danny palmeando la espalda de Diane—, de verdad que si... En otra ocasión estaría justo ahora gritándote para que no le cortaras los dedos o algo así —continua diciendo Danny, mientras el sospechoso con cara aterrada miraba a Diane e intentaba zafarse del agarre de Steve— pero no, eres alguien nuevo, y lo adoro. Tú deberías aprender lo mismo —le reprochó a Steve.

—Danny tú mismo me pediste que tomara a Joey —replica Steve.

—Pues era una prueba —dice este y enseguida su celular comienza a sonar y por su cara no era alguien que él quisiera— vuelvo en un segundo, debo contestar esto.

Steve y Diane subieron a Joey al auto de Diane, mientras ambos veían a Danny gritándole a su teléfono, era la segunda vez en el día que se veía tan alterado.

—Sabes, tengo una idea —le dice Diane a Steve.

—Ok, no la preguntare. Sé que se te ocurrió desde que Joey dijo "Hablen con mis abogados" —dice este y Diane sonrió.

Danny seguía tan enojado, que ni siquiera pregunto a donde lo llevaban Steve y Diane, así que aquello era una ventaja para ambos, pues aunque Diane no había dicho cuál era su plan, Steve sabía que era algo por lo que Danny gritaría y por lo que el sin duda estaría dispuesto apoyar.

Muelle Unalea, Waikiki.

— ¿Tarjeta de crédito o efectivo? —pregunto el hombre detrás de la taquilla.

—Tarjeta de crédito —dijo Diane entregando su tarjeta— la dejare. No sé cuánto podremos tardar.

—Perfecto —dijo el hombre y le entrego unas llaves y unos chalecos salvavidas. Pero Diane apenas los tomo, los tiro al suelo para que Joey los viera.

Steve y Danny ayudaron a Joey a subir a una lancha deportiva que tenía atada a ella una jaula que flotaba sobre el agua. Diane sin aun decir nada y sin siquiera mirar a Danny tomo el timón y se dispuso a navegar.

Un rato después ya estaban muy lejos de la isla, lo que hizo que el silencio se rompiera pues Joey ya parecía preocupado. Danny estaba tranquilamente sentado y a su lado Steve; y amarrado a una barandilla del bote, Joey.

—Creo que han estado viendo demasiadas películas de gansters —dice Joey.

— ¿Cómo lo supiste? —dice Danny quien no ha dejado de observar a Diane pero esta lo evita.

—Ya sabes todo este show, como si fuese a creer que unos policías van a dispararme y a tirarme al océano —dijo este y Diane y soltó una sonora carcajada.

—Oh vamos... No voy hacer eso Joey, no te vamos a matar —dice ella—, bueno... al menos no yo, jamás tiraría basura al mar. Yo cuido del medio ambiente ¿ok? —y Joey de nuevo pone su cara de terror.

—Joey ¿Tienes un Aumakua? —pregunta Steve.

— ¿Cómo me llamaste? —dijo Joey.

—Aumakua Joey, Aumakua —dice Diane.

— No, ¿Qué es un 'aum... qué es eso? —Dice Joey

—Dime algo —le susurraba Danny a Steve—, ¿Tú y ella planearon esto?

—No, ella tenía la idea, yo solo la seguí. No creí que fuese tan buena a decir verdad —responde Steve.

— Algunos hawaianos Joey —explicaba Diane mientras Steve y Danny seguían conversando— creen que los espíritus de sus ancestros aparecen en otras formas de vida. Por ejemplo, un tiburón. Y que esos animales, esos animales en específicos, estarán allí para protegerlos en tiempos de necesidad.

—No me parece buena idea que estés alentándola a ser la Diane de antes, esta Diane pacifica me gusta ¿podrías dejarla así?

—Me gusta la otra, me siento cómodo siendo yo mismo con la otra —dijo este y se levantó del asiento al ver que Diane detuvo la lancha.

—Parece que te vendría bien un Amakua en este momento ¿no? —dice Danny.

—Oye... ¡¿Qué es eso?! ¡¿Son delfines ciertos?! ¡Son delfines! —decía Joey mientras Steve desataba sus manos.

Diane había navegado hasta el océano, y justo ahí donde los tiburones hacían vida y hasta los humanos hacían turismo se había detenido. Danny aun intentaba poder reprocharle algo pero ella estaba concentrada en evitarle... De igual manera estaba disfrutándolo, así que no iba a prestar mucha atención.

— ¡Por favor dime que son delfines! ¡No! ¡No! —gritaba antes de que Steve lo lanzara a la jaula que flotaba en el agua.

Las aletas de los tiburones eran visibles y al menos alrededor de Joey había unos 8. Incluso podía oírse como estos golpeaban su aleta contra la jaula.

—Ok, Joey, escucha... Hay momentos en la vida, donde necesitamos de iluminación ¿de acuerdo? Así que se me ocurrió traerte hasta acá, para que junto a tus ancestros puedas pensar en las respuestas que necesitamos ¿Ok? Sé que esto te ayudara, así que avísanos cuando estés listo para hablar.

— ¡No me dejes! ¡Ayuda! ¡Oye! ¡Hey! ¡No me dejes aquí! ¡Oye! ¡Hey, espera! ¡Oye! ¡Espera! ¡Espera! —Gritaba Joey desesperado y por alguna razón Diane solo quería carcajearse— ¡Sácame de aquí!

Diane tomo de nuevo el timón y navego unos metros lejos de Joey, aun podía oír sus gritos pero los reproches de Danny eran aún más fuertes.

—Yo enserio... Es decir, solo pasaron ¿Cuánto? ¿Veinte minutos? Veinte minutos para que mandaras al caño todo el orgullo que sentía por ti.

—Danny, vamos... ¿No es divertido? Relájate, no va a pasarle nada. Esa es una jaula para turistas y esos son tiburones galápagos, no comen humanos afortunadamente, ya te dije; yo cuido el medio ambiente.

— ¡Ey sáquenme de aquí! —Se escuchaba a Joey— ¡Por favor! ¡Ayuda! ¡Ey! ¡Sáquenme de aquí!

—Lo bueno es que Joey no lo sabe y... Que traje cerveza ¿Quieren? —dice Diane y Danny que en fondo había terminado con su reproche también estaba riendo por las cosas que a Diane se le ocurre, y se puso a pensar que enserio la extrañaba.

—Yo si —dijo Steve y la tomo.

—Y bien ¿Por qué tan alterado con la última llamada? —pregunto Diane.

— Rachel está tratando de llevarme de vuelta a la corte para restringir las visitas. Dice que no es seguro que Grace y Charlie estén cerca de mí. Como si la mierda que paso en el partido de fútbol fuese mi culpa.

—Oye, no tienes que preocuparte por eso, ya le ganaste una vez en la corte —dice Steve.

—Exacto, los abogados seguirán representándote y si necesitas más ayuda, tu solo dime. Últimamente estoy usando el dinero de mis padres para mover muchas cosas, y pues la verdad te ayuda mucho.

— ¿Estás diciéndome que sobornemos gente o que los mandemos asesinar? —dice Danny.

—Pues... Ambas me gustan —dice ella y ríe, Steve también aunque prefiere medirse porque sabe que Danny está en un momento sensible.

—Sí, pero si decide mudarse sé que no podré hacer nada contra eso —dice Danny— Grace y Charlie son mi vida, y sin ellos no tengo nada en esta isla.

—Eso dolió —dijo Steve—, pero... Aun te queda Joey.

Y los tres al ver a Joey aun gritando y pidiendo ayuda comenzaron a reír.

—Ok, ya deberíamos ir por Joey —dice Danny y Diane se le acerca y le da un abrazo.

Tal vez era extraño, pero era para reconfortarle "Todo estará bien, lo prometo", le dijo ella en medio del abrazo.

—Ok, voy a necesitar una guía para poder entender a esta nueva tu —Y Diane solo ríe ante el comentario de Danny.

Solo unos pocos segundos tomo para volver por Joey.

— ¡Por favor sácame de aquí! ¡Por favor! —pedía Joey.

—Ok, demuéstrame que esta terapia te sirvió ¿Por qué le estas vendiendo armas a los Samoanos? —dice Diane.

—Tengo negocios con ellos —responde Joey.

—Sabemos que tienes negocios con ellos —dice Steve— ¿Qué tipo de negocios?

—Los samoanos quieren sacar a la triada del juego. Ellos tiene armas y dinero; y los samoanos musculo y territorio por eso lo hago, por eso le vendo armas. Y es todo lo que se, lo juro.

—No le creo —dice Danny.

—Creo que mi terapia no funciona con la jaula —dice Diane— ¿Para quién trabajas?

— ¡Salvo!

— ¿Frank Salvo? —pregunta Danny.

—Sí, si... El viene mañana a la ciudad, el hombre que asesinaron en el partido de futbol era con quien tenía el trato, así que buscara a alguien nuevo y por eso vendrá el mismo.

—Ok, espera... ¿Quién es Frank Salvo? —pregunta Steve.

—Frank Salvo es el jefe de la familia criminal Salvo en Jersey y New York. Si es él quien mueve los hilos, la verdadera guerra ni siquiera ha comenzado todavía —responde Danny

Cuartel General Five-0

—Frank Salvo. Sospechoso de media docena de muertes. Hace tres años, le metió una bala a su tío para hacerse cargo de la familia —Explicaba Kono al resto del equipo mientras en la pantalla se proyectaban las imágenes de Salvo y algunos de sus crímenes.

—El equipo de Salvo lo hace todo. ¿Ok? Tienen prostitución, usurpación de préstamos, protección, drogas... lo que sea. La única carta que no tienen, es el juego ilegal porque Atlantic City tiene toda la acción. Es por eso que está montando una especie de sucursal aquí —Comentaba Danny.

—Poco antes de regresar a la isla, trabajamos en un caso que involucraba a uno de los Salvos, de hecho es conocido como el Rey, aunque su muerte es aislada a estos acontecimientos, explica como pudo dejarse atrapar, estaba en negociaciones para esto —dice Diane.

— Honolulu acaba de volver a legalizar los juegos de azar. Por lo que, Salvo sabe que esta es una isla de oportunidades. Se hace cargo del juego ilegal, y hace las cosas a su manera —Interviene Chin.

—Pues básicamente esto acaba de empeorar, porque esos métodos de Salvo, se propagaran en la isla como un virus —dice Diane—, y en vista de que las mafias en la costa este no les gustan los socios, es cuestión de muy poco tiempo para que eliminen totalmente a los Samoanos.

—Una vez que eso suceda, todas las calles desde Mauka hasta Makai serán tan sangrientas como ese campo de fútbol —dice Chin y Steve da un gran suspiro. Al parecer aquello se estaba complicando.

—Entonces tenemos que eliminar el virus —dice Steve.

— ¿Cómo? —pregunta Kono.

—Según Joey, Salvo está aquí para sentarse con el nuevo jefe de la banda de Samoa —responde Steve.

—Este tipo de aquí —señala Danny a la pantalla— Tuinei. Subjefe de Manu Sapolu.

—Exacto —repone Steve—, Mañana por la noche es la gran audición de Tuinei para ver si puede dirigir estos casinos. Tenemos que estar adentro, grabando a Salvo, deletreando cada paso del golpe que dará.

—Ok, ¿Cómo hacemos eso? —pregunta Danny.

—Tengo una idea —dice Diane.

—Bien supongo que me toca escribir mi testamento —comenta Danny y el resto del equipo ríe.

Waialae Beach Park. Kahala.

— ¿Cómo estas tan segura de que nos ayudara? —le pregunta Kono a Diane.

—Bueno, se lo que significa para un policía local estar de encubierto, así que puedo ayudarlo con algunas cosas, pero para ello te necesito a ti. Eres familia, si voy yo sola capaz me manda a volar —responde Diane bajándose del auto.

—¿Qué necesitas prima? Dijiste que era urgente —dijo Sid al ver a Kono.

—Hay un casino rodante esta noche ¿crees que puedas hacernos entrar?

—Le dije a los muchachos que estaría trabajando de seguridad esta noche —respondió Sid.

—Entonces ¿Lo harás?

—Estas poniéndome en una situación difícil, Kono. Si esto va mal, me arriesgo a comprometer mi investigación.

— No te estaría pidiendo que hicieras esto si no pensara que tenemos una verdadera razón para terminar esta guerra de pandillas —dice Kono.

—Ok, te ayudare pero no quiero tener que ver con Chin Ho, fin de la historia —dijo el hombre y se dio la vuelta.

—Esto no tiene que ver con el Sid —intervino Diane—, y la verdad creo que estas siendo injusto. Hace ya un tiempo que se demostró que Chin no robo nada.

—Chin es un Five-0, todos en la isla conocen quienes son ustedes, pero hay algunos en la HPD que no le tienen especial respeto.

—Chin sigue siendo familia Sid —dice Kono.

— ¿Creen que quiero sentirme así? Crecimos juntos, Chin y yo... Pensé que lo conocía. Pero lo que hizo, me hizo retroceder con HPD. Sé que si no soy el que se ofrece como voluntario para los trabajos más duros, los que nadie acepta, también van a pensar que soy un policía sucio. ¿Creen que me gusta vivir en un inquilinato? Lejos de mi esposa y mi bebé casi un año. Eso es lo que hizo por mí estar relacionado con Chin Ho.

—Yo solo pido favores a las personas en las que confió, así que no vine por un favor, vine por un intercambio. Haznos entrar esta noche y te ayudo a entrar en el FBI por el programa de Protección a testigos con trabajo —dice Diane.

— ¿Cómo sé qué harás lo que dices? No te conozco —dice Sid.

—Diane no miente —dijo Kono—, si lo hará.

—Ok, pero Chin Ho no debe estar involucrado —replica Sid.

—Mi intercambio también tiene como condición de que al menos escuches lo que tiene que decir. A veces las personas solo necesitan explicarse y ser escuchadas para que veas que la única verdad, no es la que conoces.

—No lo sé. Lo pensare —dijo este.

—No tengo tiempo para que pienses, y es una condición, no una opción. Elige —dice Diane.

—Ok, las haré entrar, sino les importa servir bebidas. Y los dos niños bonitos, no sé cómo podría ayudarlos.

—No te preocupes, se servir buenos Martini y por Danny y Steve no te preocupes. Ya sé cómo los haremos entrar—dice Diane y ve a Kono.

One night Casino. Kahala.

—Me siento desnuda —decía Diane mientras se acomodaba el pronunciado escote de un enterizo de short corto rojo, con mangas largas y vuelos.

—Tranquila, te ves genial —le dijo Kono al tiempo que terminaba de colocarle un pequeño gancho amarillo, en el cabello—, menos mal eres rubia ahora, te ves diferente a cuando llegaste a la isla. Creo que nadie te reconoce.

—Espero no, no quiero arruinar esto. Gracias Kono —dijo Diane mientras se colocaba el comunicador en su oído.

—No hay de que —respondió de vuelta colocándose sus altos zapatos negros.

—Estamos dentro —dijo Diane al comunicador.

Perfecto —respondió Chin desde la vans donde tenía toda la tecnología para vigilar—, las cámaras ya están en línea.

Diane y Kono habían llegado unas horas antes, ya que al ser camareras tenían que arreglar las botellas y las copas donde se serviría los tragos, además de ubicarse en sus puestos. Diane caminaría por el lugar, mientras que Kono estaría en una estación de bebidas cerca de los juegos de cartas.

— ¿Lista? —pregunta Kono.

—Lista —contesta Diane.

—Estamos dentro —informo Steve.

Por casualidad Diane se encontró de frente a Steve y Danny que venían entrando al lugar. Esta les ofreció una copa, y Danny iba a tomarla, pero Steve golpeo su mano, y Diane para intentar no reír solo les dio una pequeña sonrisa y se alejó de ellos.

Los cuatro estaban dentro así que debían estar alerta. Diane de vez en cuando revisaba el lugar y veía quienes entraban y salían, Kono se mantenía atenta en su puesto pues desde ese punto podía ver la única entrada que tenía el lugar, así que podía estar al pendiente de cuando Salvo llegara.

Steve y Danny por su parte debían actuar muy bien sus papeles, pues al ser un casino recién abierto, no todos tienen acceso a él, solo gente conocida, gente que por lo general, está en el camino equivocado.

—Señores atentos, Salvo acaba de entrar —informa Chin a través del comunicador—, va en camino con Tuinei el nuevo jefe de los Samoa.

—Entendido —respondió Diane—Kono ya sabes que hacer.

Kono tenía la tarea de ir hasta donde estaba Salvo reunido con Tuinei y de alguna forma colocar un micrófono para que todos pudieran oír lo que Salvo tenía planeado para los Samoanos. No paso mucho tiempo cuando ya los cinco tenían la señal y estaban escuchando a Salvo.

—Ahora que Sapolu se ha ido, mis amigos en el continente están un poco, preocupados de que puedas hacer todo lo que Manu dijo que podías —Dice Salvo.

—Podemos y lo haremos —contesto Tuinei—, estamos más motivados que nunca para acabar con las Triadas.

Eso es lo que me asusta. No estamos enviando toda esta potencia de fuego y dinero en efectivo para que financien una guerra de pandillas sin fin. Te pagan para sacar a las Tríadas del negocio de las apuestas para que podamos continuar con nuestra operación sin oposición.

Y eso es lo que se ha hecho, tu dinero está siendo bien gastado. Lo has visto por ti mismo. Las habitaciones están en funcionamiento...

—Chicos, tengo un mal presentimiento sobre esto —Dice Chin y el equipo entero se puso alerta.

— necesito saber de usted que usted y su gente van a proteger mi inversión... ¿Qué pasa? —interrumpe Salvo— Ya sabes que hacer...

— ¿Algo está mal? —pregunta Tuinei

— ¿Cómo es que ustedes han estado buscando a tientas en esta roca cubierta de musgo durante generaciones, y en dos segundos, mis hombres encuentran dos nombres en esa lista que no cuadran? —Dice Salvo furioso.

—Ok, basta... Todo el mundo alerta, nos han descubierto —dice Diane— Danny, Steve ¿Dónde están?

—Estamos buscando a Sid —Responde Steve—, planta baja, cerca de la piscina.

—Voy en camino —Contesto Diane.

Voy a entrar como refuerzo —Dice Chin.

Diane iba deprisa a buscar a Steve y a Danny, al bajar las escaleras una mano la tomo fuertemente, pero antes de que ella pudiera zafarse de ella con un buen golpe, noto que era Steve. Este estaba detrás de unos muebles de la piscina observando lo que hacían con Sid.

—Aquí está, ya lo conseguí —dice este señalando a Sid que está amarrado y siendo golpeado por Salvo y sus hombres.

—Ok, la única forma de salvarlo es acercándonos a ellos —dice Diane.

—No creo que sea buena idea —dice Danny.

—Danny tú y Kono sacaran a Sid, y Steve y yo nos encargaremos de los hombres de Salvo —ordena Diane.

—Ok, ¿Cómo haremos eso? —pregunta Steve.

—Tu sígueme la corriente —dijo ella se levantó del escondite donde estaba y Steve sin pensarlo se fue detrás de ella.

A unos pocos metros de estar cerca de Salvo, Diane tomo a Steve por las solapas de su traje y le dio un beso haciendo que este caminara con ella. Sin pensarlo, ambos se metieron en el papel de una pareja bastante entusiasmada que solo buscaba un lugar para estar solos.

—No —decía ella riendo—, ok... ok, esto podríamos hacerlo en otro lugar.

— ¿Para qué? Aquí está bien —decía Steve sin parar de besar a Diane.

— ¡Sáquenlos de aquí! —Grito Salvo y de inmediato Steve y Diane pararon.

—Ok, lo siento mucho amigo, solo buscaba un lugar para mi novia y... —Lo siguiente eran muchas cosas pasando a la vez.

Steve le había estampado un puñetazo a los hombres que se abalanzaron sobre él y Diane, mientras ella peleaba con otro de los hombres de Salvo y logro desarmarlo, enseguida intento derribar a Salvo de un disparo pero fallo pues otro de sus hombres la había tomado por la cintura y la había lanzado a la piscina.

Danny y Kono junto a Steve terminaron por derribar al resto de los hombres de Salvo y por último, Chin quien fue que le disparo a Salvo en la cabeza pues este último tenía su arma sobre la cabeza de Sid.

Después de ello, solo había silencio.

—Oye ¿me das una mano? —le pidió Diane a Danny para salir de la piscina.

—Claro que si cosita, es una pena. Te veías muy linda en ese vestido.

—Gracias Danno —dijo ella riendo.

***

Chin

Una de las cosas más difíciles de perder a alguien, son las noches... Se vuelve más frías, más largas y hasta más difíciles que el día mismo. Aquella noche, estaba preparado para irme a dormir, o bueno... A intentarlo, desde que Malia se había ido no había podido conciliar el sueño, mi cama se sentía en extremo vacía sin ella. Esa noche justo cuando me disponía a subir a mi habitación el timbre de la puerta sonó; eran las 10:30pm, no esperaba a nadie y era demasiado tarde para una visita, sin embargo, el timbre sonó un par de veces más.

Me apresure abrir sin dejar de mirar la locación de mi arma, abrí y en vez de intentar tomar mi arma, me preguntaba si lo que estaba viendo era real. Era Diane, frente a mi puerta, con un par de bolsas que parecían comida en las manos.

—Hola —dijo ella sin yo ni siquiera tener la intención de contestar—, sé que es tarde pero conseguí comida italiana, lo que es una fortuna teniendo en cuenta que en esta isla a todo lo ponen piña y cosas raras, no te ofendas, pero creí que sería bueno venir... Y, estoy segura que no me dejaras aquí afuera con comida italiana, la cual sabremos si es muy buena o no.

Ella sabía que era el peor momento, y sin embargo esperaba un tanto entusiasta mi respuesta. Diane era alguien un poco impredecible, así que verla frente a mi casa me sorprendió, por lo que la deje entrar.

Yo no había abierto la boca, solo la miraba como ella con toda la seguridad, abría las bolsas, los paquetes, buscaba los cubiertos, y servía la comida.

—Bien, yo te recomiendo que comas los raviolis porque me dijeron que era la especialidad, yo comeré un poco de ensalada y te diré si es buena idea probarlo ¿de acuerdo? —Yo solo le sonreí y asentí.

Durante un buen rato, estuvimos solo comiendo, ella me extendía algunas cosas que estaban en la mesa, no podía negar que la comida estaba excelente, y hacia días que mi apetito era nulo, no había comido una buena cena en días.

Ella miraba la casa y podía ver como a veces de reojo me miraba a mí, hasta que de pronto se detuvo y hablo: —No tienes que hacer esto solo Chin. Sé que justo ahora tu solo quieres estar solo para poder pensar, preguntarte "¿Por qué?", hacer miles de ideas que pudieran haber salvado a Malia, o para simplemente extrañarla pero no tiene que ser así. Todos los que estamos a tu alrededor respetamos eso, pero nos preocupamos por ti.

—Lo sé —musite.

—Sabes... Sé que todos entienden por lo que estás pasando, pero yo puedo decirte que se exactamente como te estas sintiendo, y sé que todo esto es parte del proceso. Tú te casaste, yo ni siquiera pude hacerlo. Y aun cuando sé que Alex no era la persona de la que yo me había enamorado, duele. Y hay veces donde siento un vacío justo aquí —y ella señalo su pecho— es extraño porque ha pasado mucho tiempo, pero así se siente. Estoy aquí por eso, y porque me parece un tanto inhumano, dejar solo a la persona que incluso sabiendo que su esposa podía morir, intento también salvarme a mí y lo hizo.

—No me debes nada Diane —respondí.

—No, sé que no. Pero eres parte de este equipo y este equipo significa mucho para mí, y como te dije, se exactamente por lo que estás pasando. Y si no te importa me comeré tu pan, porque esta delicioso y se nota que tu no quieres —dijo ella y no pude evitar sonreír.

Después de esa noche, algo extraño pasó, no sé si era algo de ellos dos; pero unas noches llegaba ella de nuevo con diferentes tipos de comida y a veces hablamos u otras simplemente comíamos y ella se iba. Después estaba Steve, quien me llamaba en medio de la noche a preguntarme extrañamente que hacía y al igual que Diane había noches donde hablábamos y otras donde solo me hacía compañía, y eso ayudo a que esas noches, sin Malia, ya no fuesen tan largas, ni tan tediosas.

Cuando supe lo de Delano, me sentía tan decepcionado, porque no podía creer que la misma persona que llegaba con una dulce sonrisa a mi casa era la misma que había conspirado para asesinar a Malia, que haya volado una estación de policía pero aun peor que nos haya traicionado a todos, por eso al verla hoy tan convencida de mi inocencia con respecto al dinero, decidí pedirle formalmente una disculpa por todo lo sucedido, hacía más de un año que yo sabía la verdad y nunca intente contactarla de nuevo para pedirle disculpas.

—Lo siento, no quería tardarme pero tenía que terminar de resolver un asunto —Dijo ella al llegar donde Kamekonas.

—No te preocupes, supongo que es lo de Sid —dije.

—Sí, era eso. Tenía que hablar con Kavner y algunos otros contactos para que pudieran ayudarme.

—Entiendo, Gracias por eso.

—No era un favor Chin, era un intercambio. Ya él nos había ayudado, me tocaba mi parte.

—Diane... Sé que la última vez que intente pedirte disculpa por lo que había sucedido en el pasado tú me habías dicho que no tenías interés en oírla, y para ser sincero, yo tampoco sentía real el hecho de dártelas. Solo lo hice porque ayudaste a Kono y creí que eso podía mejorar las cosas un poco en nuestro trabajo. Yo... yo juro que intente muchas veces, preguntarte y acercarme, pero...

—Chin ya eso paso...

—No Diane, lo que hicimos, te costó mucho; y aun así aquí estas de nuevo, volviste a la isla solo para cubrirnos para protegernos, pero además hace días le pediste a Sid que hablara conmigo, y si, fue en medio de su acuerdo... Pero al final funciono y todo quedo perdonado. Así que lo lamento, lamento de todo corazón lo que hemos hecho, por lo que has pasado, porque aunque tú no recuerdes nada, cuando lo hagas quiero que tengas presente que tanto yo como el resto del equipo, a excepción de Danny (porque siempre te defendió) lamentamos todo lo sucedido.

—Gracias—dijo ella, por alguna razón haber escuchado aquello removía cosas que no entendía, pero se sentía tranquila, y eso... aunque no supiera de donde venía, sabía que era bueno.

Casa de Danny.

—Adoro hacer esto —decía Diane mientras comida de su pizza alegremente

—A mí también —decía Charlie

— ¿Y tú Grace? ¿No adoras esto?

—Sí, es lindo —decía la niña un poco apática.

—Oyes ¿te sientes bien? —pregunto Diane.

—Es que Danno no quiere que salgamos de la casa —responde ella.

—No es que no quiero que salgan de la casa, es que aquí estamos mejor ¿O no Diane?

—Yo estoy genial donde estén ustedes pero, si quieren hablare con Danno para que salgamos en un rato al parque diversiones en Kaneohi.

—¡¡¡Siii!!! —gritaron los niños emocionados y dejaron sus sillas para ir corriendo arreglarse.

—Genial ahora ¿Cómo me aseguraré que no haya un tiroteo en Kaneohi?

—Iras conmigo —dice Diane riendo—, eso es más que suficiente.

—A veces no colaboras mucho Diane, de hecho aún intento olvidar que dijiste que este lugar te parece precioso ¿sí?, así que colabora para que te siga viendo como amiga —dijo Danny y Diane soltó una pequeña carcajada.

—Ok, ¿Por qué debería odiar esta isla?

—Había muchas razones por la cual lo hacías, y era algo que nos unía ¿De acuerdo? Ahora, ¿Cómo es que tú y Steve, estaban el Wailana el otro día?

—Yo solo iba por un café y el venia llegando. Es todo ¿Por qué?

—No nada, solo curiosidad... O bueno, no me quedaré con esto y lo diré de una vez: No los quiero juntos.

— ¿Cómo que no nos quieres juntos? No te estoy entendiendo Danny.

—Lo que quiero decir, es que me encantaría que tú y Steve mantuvieran su relación solo laboral. No los quiero tan juntos, porque ha pasado demasiado tiempo desde que mi dos mejores... Bueno, eso... Están en paz, y esta paz la quiero por el resto de la vida ¿Creen que puedan dármela?

—Danny, solo fui por un café y nos encontramos. No estamos saliendo ¿Alguna vez salí con Steve? —pregunto ella y Danny no sabía exactamente qué decir.

—Cosita... Solo escúchame ¿Si? Tú y Steve son material nuclear cuando están uno en contra del otro y no quiero volver a ver eso ¿De acuerdo?—respondió este y enseguida Steve les hizo una seña ambos para que lo siguieran.

Y aquella extraña advertencia de Danny corroboraba todo lo que le había dicho Tío Jhon a Diane sobre su tiempo en Five-0 y posiblemente no estuviese exagerando. Aquello entre Steve y Diane si parecía haber sido una guerra.

Diane solo sonrió tratando de darle a entender a Danny que aceptaba su consejo pero al mismo tiempo, todo aquello creo un océano de dudas en Diane.

***

Wailana Coffee Shop.

Habían pasado unos días desde aquella semana tan agitada, y Diane que había querido hacer algo diferente, se acordó de ir a ese sitio que tanto le había gustado. Así que después de salir de la playa, tomo una ducha y fue hasta Wailana.

No tenía pensado nada en particular, solo ir a buscar un buen café y tal vez unos waffles. Pero, hay cosas que son indetenibles, por ejemplo, el destino.

—Desde la primera vez que llegaste a esta isla, jamás hemos podido estar de acuerdo en algo, solo en una ocasión parecíamos ser una unidad y no me preguntes porque, pero quiero eso devuelta. Y como sé que esto tomara tiempo, te digo ¿Quieres venir cada mañana a Wailana café conmigo a solo tomar café y comer Waffles?

¡¡¡Alohaaaa!!! ¿Cómo están? Espero estén súper súper bien... los tkm.

No haré notas largas, solo volví porque los extrañaba, extrañaba a Diane y porque básicamente no puedo vivir sin esto, aunque me tome tiempo, dejar a Diane jamás estará en mis planes.

Como siempre...

Mahalo por leer :*

Con Amor D.A BLaez.

Pregunta importante ¿Alguien aquí le gusta el suspenso y la ciencia ficción? Si hay, pues les recomiendo la novela de mi mejor amiga @LR_Castillo  La van adorar, a ella, a los personajes a la trama, a todo... So, vayan corriendo a leer algo nuevo y muy bueno. Abajo les dejo el link.

https://www.wattpad.com/story/27911519?utm_source=android&utm_medium=link&utm_content=story_info&wp_page=story_details_button&wp_uname=abby_julyd&wp_originator=wneLKrSXoXNaHGyWTHBeZhGNqoXHOz6PTALiSwkaq3XBJjcQmjMKmpNhDR3CTw2A%2FgazWQYKY7WG%2BwW2tHuoYlh6IsPwI20GnFHhBsBRUHn7xG77DQi9zz8wWpiACP9B

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