Sumisa ©

By Nicolebrayden

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Libro 1 Sumisa: Seduciendo al dragón rojo. #SAGAMENTIRAS Alex Deberaux había logrado tener un nombre en el ba... More

Sinopsis
Trigger Warning
Multimedia
Prefacio
Prólogo
1| Falso.
2| Encuentros a medianoche.
3| Normas.
4| Objetivo.
5| Hacia un lugar inesperado
6| Bajo tierra
7| La hija y el culpable.
|8| Mamá.
9| Desterradas.
10| Elixir.
11| Un enemigo común.
12 | El nuevo órden.
13| Dvenadtsati.
14| Vuelta a casa.
15| Castigo.
16| Mentiras.
17| Salvado.
18| Esperanzas y miedos.
19|Prueba nueva.
20| Corazón, pobre corazón.
21| Cabos sueltos.
22| Sospechas.
23| Oral.
24|Fiesta.
25| Señuelo.
26| Escape.
27| La llave.
Nota
28| Centro de investigación
29| Regreso a casa.
30 | Confesiones.
31| Castigo.
33| Regalo.
34| Despedida
35 | Enemigos
36 | Adiós
37 | Infiel
38 | Nuevo líder.
39 | Disfraz
40 | Pastel
41 | Fiesta
42 | Olvido
43 | Entregada.
44 | Explicaciones
45 | Olvidada
46 | El hombre de ojos grises.
47 | Virginidad.
48 | Claridad.
49 | Fiesta del té.
50 | Intento de robo.
51 | Su regreso.
52 | División.
53 | Enfrentamiento.
54 | Corazones rotos.
55| Madre.
56 | Conexión.
57 | Compartir.
58 | Fresas con nata.
59 | Visitas inesperadas.
60 | Malentendido.
61 | Promesa.
62 | Heredero.
Extra: Pasado
63 | Ana.
64 | Pesadillas.
65| Falso pretendiente
66 | Nuevos problemas.
67 | Enemigos aliados.
68 | Anticonceptivas
69 | Violación.
70 | Tumba.
71 | Muere, pero hazlo.
72 | Vínculo de sangre.
73| Cobarde.
74| Liberación.
75 | Adiós
76 | Regreso.
77 | Reencuentros
78 | Mentiras hechas realidad.
79 | Veneno.
80 | Deseos prohibidos.
81| Secuestro.
82 | Nueva amenaza.
83| Novia políglota.
84| Compañero de baile
85| Callejón.
86| Corazón roto
87| Guardaespaldas
88| Regreso inesperado
89| Planes en acción.
90| Enfermera
91| Trampa
92| Adicción
93| Caprichos
94| Di Angelo
95 | Unidos por el pasado
96 | Desastre
97| Amores
98| Tablero de ajedrez
99| Juegos
100| Súplicas
101 | Preparaciones de guerra.
102 | Vendida.
103| La reina del veneno
104| Sobreviviendo
105 | Dos almas unidas
106 | La verdad.
107 | Mentira.
108 | Ahora y siempre
109| Un futuro juntos
110 | Procedencia
111| Encuentro
112| Catorce millones en la ciudad del amor
113| El ojo del huracán
|114| Secuestro y Abandono
115| La casa de verano
116 | Pérdida
117| Cuñada.
118| Nuevos senderos
119| Solo
120| Viejos amigos
121 | Liberada
122 | Rota
123| Sentimientos encontrados
124 | Una sonrisa
125| ¿Amor paternal?
126| Separados
127 | Unión
128| Adiós.
129 | Beso.
130| Solo esta noche.
131 | Venganza
132 | Ring
133| Árbol genealógico
Extra: Dia de la madre.
134 | El plan de Cole.
135| Sexo por teléfono.
136 | Ataque.
137| La luz al final del tunel.
138 | Pídele perdón por mi
139| 50 crucifijos.
Grupo de lectura.
140 | Rescate
Extra: Primer beso.
141 | Sacrificio.
142 | Rehén.
143 | Las sombras y el pequeño demonio.
144 | Amor
145 | Criatura
146 | Confesión.
147 | Despedida
148 | Rutina.
149 | Viva o muerta.
150 | Memoria.
151 | ¿Separación?
152 | Repartición.
153 | Secretos.
154 | Besos bajo las estrellas.
155 | Papá.
;

32| Crimen.

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By Nicolebrayden

"El infierno de tiene miedo, Dragón, porque has pecado pero sigues teniendo alas"

Alex.

— Lo siento mucho, señor — se disculpa.

— ¿Sabes que iba a matar a Bjorn por mucho menos? Solo porque dejó que el trasero de mi mujer sufriera un golpe. ¿Te crees mejor que Bjorn, Robert? Tal vez es que te he dado demasiada libertad.

— Entendí que usted quería que...

— ¡Me importa una mierda lo que entendiste! — bramo — ¿Sabes la clase de crimen que has cometido?

Robert, ya agotado, cae al suelo de rodillas. Sus manos siguen atadas a las cadenas del techo.

— Señor, realmente no creo que la intención de Robert fuera hacerle daño a la chica — interrumpe James.

La comisura de mi labio se eleva. Me levanto del suelo, donde estaba acuclillado y dirijo mi mirada directamente a James. Algo de lo que me ha dicho me ha jodido el cerebro. Es una palabra sin importancia, probablemente a cualquier otro le importaría una mierda. Pero yo he tenido a esa mujer entre mis piernas y he estado comiéndome su coño hace unas horas. No es una chica o la chica de alguien más. Es mi puta mujer. Mia.

Y estaba aquí encerrada, llorando porque se atrevieron a meterla en esta mierda de pocilga.

Doy dos pasos en su dirección. Mi pulso está acelerado y no estoy pensando acorde, pero me importa una mierda. Tomo a James por el cuello y lo estampo contra las rejas de la celda donde nos encontramos.

— ¿Quieres convertirte en el siguiente? — demando en un gruñido.

— No, señor, lo lamento, yo.... — jadea.

Veo cómo su rostro va tomando un color azulado, hasta que empieza a temblar. Puedo admirar que no se ha atrevido a tocarme pese a que lo estoy ahorcando. Decido soltarle, pero no le doy tiempo a reaccionar antes de estampar su cabeza contra uno de los barrotes de madera.

— Es mi mujer. ¿Estás entendiendo? — demando.

Con la punta del alicate, golpeo levemente la cabeza de James, que ahora está en el suelo. Yo estoy a su lado, de cuclillas.

— Lo entiendo — se esfuerza a decir — lo entiendo, señor.

— Eso es.

Beau desvía la mirada en silencio mientras Bjorn sonríe con sorna. Pero esto no ha acabado aquí.

— Por favor, máteme, señor.

— Nah, no vales la pena. Solo te estoy torturando porque mi mujer estaba aquí abajo, llorando, por tu maldita culpa. Ni siquiera yo he creado lágrimas en ella para que venga un mierda como tu a hacerla llorar — maldigo, asestándole un golpe con el alicate.

Cuando queda manchado con su sangre, me levanto y lo dejo caer en el suelo.

— ¿Sigues vivo?

Su respiración me dice que si, pero parece algo perdido ahora mismo como para poder responderme.

— Si todavía quieres redimirte, haré algo contigo.

Camino hacia mi extensa mesa de tortura y tomo una herramienta de metal que utilizo exclusivamente para arrancarle los ojos a mis víctimas. Con un simple asentimiento hacia Bjorn, él sabe lo que tiene que hacer.

Una vez Robert está libre, le entrego el arma de metal.

— *Око за око — digo en un susurro —hazlo, y te perdonaré la vida.

(*Ojo por ojo.)

Débil y con sangre saliendo de todas las heridas que le he infringido, Robert  me sorprende al tomar el arma entre sus manos y acercarla a su ojo.

El grito que se escucha mientras se lo arranca frente a mí, pese a que no es suficiente, logra calmarme un poco.

🥀🥀🥀

— Ángel, venga, levanta.

Pero ella, acurrucada entre todas las mantas, se remueve e intenta apartarme con su mano, a tiendas y sin ni siquiera mirarme.

— ¿Quieres un chocolate?

Sus ojos me miran de repente.

— ¿A ver, donde está?

Tengo que sacar del bolsillo de mi pantalón un chocolate y entregárselo. Una vez lo tiene entre sus manos por fin se levanta. Tiene el cabello despeinado. Una de sus mejillas está roja porque estaba acostada sobre ella y pese a que ayer estaba mal, hoy se la ve de mejor humor.

— Ven aquí.

Ante mis palabras, ella extiende sus manos en mi dirección sin hacer un además de salir de la cama siquiera. Quiere que la cargue en brazos. No quiero discutir, así que solo la tomo entre mis brazos y la bajo hacia el salón. Tampoco quiero hacerla llorar. Cada vez que le pasa algo malo todo lo que hace es llorar por días.

Cuando llego al salón la dejo sobre el sofá. Mara me ha seguido con una manta para ella y Bjorn ya camina hasta aquí con un chocolate caliente entre sus manos. Lo detengo antes de que llegue hasta ella y le arrebato el chocolate para ser yo quien se lo entregue a Ángel. Ella sonríe y lo toma entre sus delicadas manos.

Mientras, Robert hace su entrada y Ángel nota su presencia casi al instante.

— No... — jadea.

La taza de chocolate cae al suelo cuando ella se pone en pie y se abraza a mi. Así que tengo que sentarme con ella en el sofá mientras escucho sus quejas.

— Está bien. Está bien, yo estoy aquí — le susurro, acariciando su espalda al mismo tiempo.

Ángel tiene su nariz escondida en mi cuello y la escucho lloriquear. Robert está frente a nosotros, de rodillas y con la cabeza tocando el suelo.

— Mira.

Solo pasados algunos minutos, ella levanta la cabeza y le mira — me trató muy feo el otro día por tu culpa.

— Si mi amor, ya lo sé.

— Por eso se quedó sin ojo — se burla Bjorn.

Ángel gira para mirarle y amenazo a Bjorn con un gesto de mi mano. Él retrocede, y es Beau quien se ríe de él ahora. Ángel ladea la cabeza y le ordeno a Robert que se ponga en pie. Con la boca abierta, mi pequeña mujer lo observa algo desconcertada.

— Perdóneme señora, de verdad que no era mi intención, todo lo que yo quería era mantenerla en la casa. Sobrepasé mis límites y lamento haberlo hecho, no habrá próxima vez, se lo aseguro.

Ángel asiente pero se acurruca a mi lado, mientras, su mirada viaja hacia mí y muy seria me dice — tu también quítate un ojo.

Y esta vez, Beau y Bjorn ríen mientras yo le azoto una nalga.

Voy a perdonarla por esta vez. Quiero castigarla por su altanería pero sus ojos demuestran más de lo que ella quiere mostrarme. Aunque les advierto a estos dos que pienso castigarlos. Mi mirada lo dice todo, lo sé por la manera en la que retroceden.

— Te irás a Francia, sales en una hora, Bjorn te indicará lo que debes hacer si quieres que perdone tu vida — ordeno en dirección a Robert.

— Si, señor, gracias.

Dicho esto, Robert hace una reverencia y sale del salón.

— ¿Entonces no te vas a quitar un ojo? — pregunta Ángel, aún mirándome.

— No.

El chasquido de su lengua me tienta a darle otro azote pero no lo hago.

— Te verías muy bien sin un ojo — insiste.

— Tu te verías muy bien con el culo rojo.

— Bueno, entonces, pídeme perdón.

Las heridas, todavía visibles en sus brazos, me clavan ciertos golpes en mi pecho.

— Lo siento — susurro contra su frente — no debí dejarte sola.

Ángel se enreda mejor en mis brazos — vale te perdono, pero cómprame más chocolate.

— No te pases.

No tengo más que decirle, ella cierra los ojos en cuanto la acomodo en mis brazos. Voy a dejarla dormir un poco más solo porque la noche de ayer fue algo movida.

Ángel.

Horas más tarde.

— Ángel, despierta.

Sin llegar a abrir los ojos, llevo mi mano hasta sus labios y le tapo la boca. Ayer hicimos demasiadas cosas y estoy agotada. Quiero dormir.

Alex, sin embargo, no tiene la intención de dejarme estar en la cama todo el día. Con un beso de sus labios en mi frente, empieza a darme un montón de besos por toda la cara hasta acabar en mis labios.

— Venga, vamos a desayunar.

— No quiero, no tengo hambre.

— ¿No quieres un poco de leche caliente? — murmulla cerca de mi oreja.

Mis manos se envuelven alrededor de su cuello y él tira de mi cintura para presionarme contra su cuerpo. Sus labios están contra los míos y su lengua juega con la mía durante lo que me parecen, escasos segundos.

— Sí quiero — jadeo — quiero desayunar.

Ya estoy despierta y sentada en la cama, con mis rodillas juntas y mi culo en el colchón. Alex pasa sus nudillos cerca de mi pezón, bordeando la abertura de su camisa sobre mi pecho. Ayer me desperté en mitad de la noche porque tenía frío y acabó entregándome su camisa y acurrucándome en sus brazos.

Admirable viniendo de su parte.

Con mis ojos entreabiertos veo cómo Alex se tumba en la cama y abre las piernas. Está desnudo, tiene una rara manía de dormir sin pantalones. Una manía que pienso quitarle.

Una sonrisa se dibuja en mis labios mientras me acomodo entre sus piernas. Lo primero que hago es sacar mi lengua para que él la vea, luego, lentamente empiezo desde la base de su polla hasta llegar a la punta, donde dibujo círculos alrededor de su glande.

Alex logra hacerme ver todo esto tan natural, como tomar un desayuno en pareja. Y me gusta. Porque no juzga mi cuerpo, lo admira, no se queja cuando hago algo mal, lo disfruta. No me da órdenes cuando estoy concentrada, pero me guía. Y no solo tengo que darle placer, también lo recibo.

Mi boca ya está engullendo toda su polla cuando él empieza a sisear entre dientes. Sus manos se alargan hasta mí y enredando sus dedos en mi cabello, me empuja más abajo, dándome más de su carne. Mis movimientos se vuelven torpes y rápidos, pero eso solo logra enloquecerlo más.

El sudor ya está cubriendo nuestros cuerpos cuando clavo mis uñas en su duro abdomen. Ahora mismo esta habitación se ha llenado de gemidos, jadeos y maldiciones saliendo de la boca de Alex. No hay mucho que pueda decir con semejante ejemplar en mi boca, pero de poder hacerlo, todo lo que diría sería: "córrete Alex, lléname de ti"

Y él, cumpliendo mis deseos, empuja mi cabeza más abajo, dejando que mis labios lleguen a rozar sus testículos, y solo entonces, con sus manos aferradas a mi cabeza, deja salir un chorro de semen caliente para mí.

Alex, pese a que bebo todo lo que me otorga, no me deja sacar su polla de mi boca hasta pasados unos segundos. Cuando lo hace, recibo un ademán de su mano para que abra mi boca. Obedezco, solo para enseñarle, orgullosa, que no he dejado una sola gota fuera.

— Buena chica — susurra, acariciando mi mejilla.

Con una sonrisa, me levanto y acomodo entre sus brazos, donde él me toma y empieza a besarme.

— ¿Ahora quieres desayunar de verdad?

— ¿Chocolate?

Alex suspira — lo que quieras, menos leche, me has dejado seco, mujer.

Con mi lengua, recorro lentamente mis labios, solo para molestarme. Él me atrapa en un beso, y sus manos empiezan a moverse hacia donde quiero que lo hagan. Pero la puerta suena, y, pese a que él parece querer continuar, se detiene.

— Señor, es urgente — reclama James al otro lado.

Alex gruñe, se levanta de la cama, se viste y me da un casto beso antes de decirme que me toca desayunar sola.

¿Y mi orgasmo?

Tonto

Me dejo caer en la cama y suspiro. Esta noche le haré pagar por dejarme a medias. Aunque hay algo que me preocupa todavía más.

Alex está tramando algo.

Toma todo de mi levantarme de la cama, ponerme mi bata rosada y peludita y acercarme a la ventana. Asomada de forma disimulada, observo de nuevo que el lugar está desierto. Sus hombres, esos que normalmente se encontraban entrenando todas las mañanas en la zona designada, han desaparecido.

— Buenos días señora — saluda Mara, entrando en la habitación.

Nunca llama, pero su presencia ya no me incomoda, es una mujer agradable.

— Buenos días — la saludo.

Para no ser descubierta, me siento frente a la mesa donde deja toda la comida y espero a que lo prepare todo para mi.

— No tienes que preparar comida para Alex — le digo cuando la veo añadiendo otro par de cubiertos.

Mara me mira, algo sorprendida — ¿segura?

Asiento — sí, está ocupado.

Ella, un poco apenada, los recoge — mínimamente, debería desayunar con usted, qué descarado.

La risa se me escapa de la boca —no te preocupes Mara, Alex debe tener cosas que hacer, si no, no se despegaría de mi.

— Pero qué comprensiva es usted — se lamenta, dejándome un chocolate en la mesa — no se lo diga a James, lo traje de escondidas.

— Gracias.

— Que aproveche, señorita.

Con un asentimiento de mi cabeza, Mara se marcha, dejándome sola. No voy a desayunar, pero me quedo el chocolate.

Mis planes son diferentes.

Con cuidado, aparto toda la comida de la mesa y voy en busca de mi ordenador portátil. Pienso adelantarme a las depravaciones de Alex.

🥀🥀🥀

Es entrada la tarde cuando me decido a salir de mi habitación e ir a molestar a Alex.

De camino allí, me doy cuenta de que Beau, quien normalmente está aquí cuando Bjorn se marcha, tampoco está. Esta mañana, cuando Alex hizo que Robert se disculpara, ellos estaban aquí, pero ahora ninguno de ellos está. Seguramente Alex los ha enviado a algún lugar. Debe ser importante si han tenido que ir juntos.

Además, se respira un ambiente pesado en la mansión. Sé que Alex siempre intenta mantenerme al margen de todo, pero algo es diferente esta vez. Se está preparando y no sé para qué.

Cuando llego a la puerta de su despacho, la presencia de dos corpulentos hombres me confirma mis sospechas. Quiero entrar a su despacho, pero ellos me hacen retroceder, interponiéndose en mi camino cuando, normalmente, si él está dentro, tengo plena autorización para entrar y salir cuando quiera.

— Quiero pasar — gruño.

— Señora, por favor, espere unos minutos, le informaremos al señor Alex que está aquí y...

— Déjame pasar ahora — le ordeno — no pienso esperar.

— Señora, entienda — interviene el otro guardia.

— ¡Alex! — chillo, con todas mis fuerzas cuando el tipo quiere alargar su mano en mi dirección.

Son unos escasos segundos cuando la puerta se abre — ni te atrevas — le advierte al guardia que tenía intención de sujetarme.

Cuando levanto la cabeza le veo, está de mal humor, pero no me importa. Esto es importante. Me apresuro para llegar a él, traspasando a esos dos mastodontes que tiene como guardaespaldas y me acurruco entre sus brazos, aprovechando para esconder mi nariz en su cuello. Solo entonces Alex suelta algo parecido a una risa y le siento relajarse.

— No me dejaban entrar — me quejo.

— No hagas dramas, mujer.

Alex, sin saber porqué, me levanta en sus brazos y me lleva hasta su silla, en el despacho, donde me deja antes de dirigirse a James.

— James, tómate unos minutos.

— Señor... — nuestra mayordomo parece querer replicar, pero una mirada de Alex le basta para asentir y marcharse.

James y yo tenemos un contacto de visión que dura apenas un segundo. Sus ojos se entrecierran en mi dirección y una sensación extraña me engulle por un momento.

— Tenemos que hablar — le digo, mirando a Alex.

Él está apoyando una mano en la mesa y su cuerpo se inclina sobre el mío. La expresión divertida en su rostro me dice que tengo toda su atención. Solo entonces me despego de los documentos que he traído todo este rato entre mis brazos y acerco mi mano a la mesa. Mis dedos se quedan inmóviles al observar qué tiene encima de ella.

Hay un seguido de mapas. Fotografías de tipos a los que reconozco al instante. Listas de armas. Árboles genealógicos de familias enteras. Nombres de diferentes armas. Mi mano se detiene, y, en vez de apartar todos esos papeles, trago el nudo en mi garganta.

Nadie, reconocería todo eso mejor que yo, porque toda esa información es mía. Es información clasificada del Círculo. Lentamente, miro hacia arriba, a Alex.

— ¿Puedo.... apartar esto? — le pregunto.

Tengo que fingir que no me está afectando. Que esto no tiene nada que ver conmigo.

— Adelante.

Solo logro dibujar una tenue sonrisa y me obligo a apartarlo todo. Dejo el documento que traía conmigo encima de la mesa y vuelvo a  mirarle.

«Mantén la calma»

— Mira, hice un contrato — susurro.

— ¿Contrato de qué?

— De sumisa — explico, pero de repente lo que iba a convertirse en algo divertido ahora me parece trivial.

Alex se acerca más a mí para poder contemplar mejor el documento. Por el rabillo de mi ojo veo cómo arquea una ceja y luego dirige su mirada hacia mí.

— ¿Tu has hecho esto?

— Si, puse mis normas — le explico — aquí, lee.

Alex suspira, pero me hace caso.

— Ángel comerá hamburguesitas una vez por semana. Tiene derecho a descansar todos los viernes. Alex no puede ser malo ni darle nalgadas en su trasero si ya está rojo.

Una risa quiere escapársele de sus labios, pero él presiona su nariz un segundo antes de seguir leyendo.

— Ángel hará cochinadas pero nada que haga daño. Y tampoco se vale castigar feo — en ese momento él se detiene y me mira — ¿A qué te refieres con "feo"?

— Cuando me encerraste en la jaula.

Alex suspira, acaricia mi cabeza y desciende lentamente hasta que todo lo que tiene entre sus dedos es un mechón de mi cabello que se lleva hasta la nariz, para olerlo.

— No necesito un contrato para follarte, mi amor.

— No voy a ser tu sumisa si no lo firmas.

— ¿Y qué harás, irte de la mansión?

— Sí, y se lo contaré a papá.

— ¿Qué no quería darte hamburguesitas una vez por semana?

— Sí — digo, confiada.

Alex deja mi cabello, se acerca a mí y posa un beso en mi mejilla. Mientras su mano se desliza por detrás de mi espalda y hasta mis piernas. Alex mete su mano entre ellas y presiona mi coño.

— Voy a firmarlo, pero este coño ya es mío.

Algo estática, veo cómo toma una pluma negra de su escritorio y firma el documento cargado de normas sin sentido que he pasado toda la tarde escribiendo. Una vez lo firma, me lo entrega y palmea mi sexo para luego soltarme.

— ¿Contenta?

— Sí — musito.

Porque todo lo que quería era la firma de Alex. Ya con el documento en las manos, me levanto de la silla.

— Bueno, ahora mueve tu hermoso trasero fuera de aquí.

— ¿Está noche haremos cochinadas? — le pregunto cuando me besa antes de soltarme.

— No, esta noche te dejaré descansar y tengo mucho trabajo por delante.

— Bueno, ya me voy — digo, caminando algunos pasos lejos de él.

— Ángel — me advierte — ni se te ocurra poner un pie fuera de la mansión. ¿Me estás escuchando?

— ¿Porqué? — demando, girándome.

Él ignora mi pregunta.

— He puesto hombres en toda la mansión y tienen orden de dispararte si es necesario.

— Oh.. eso es injusto.

— Pues ya sabes, nada de escaparse.

— Seguro te metiste con alguien que no debías,

Alex acorta toda la distancia que nos separaba y me da una nalgada en el culo.

— Tu solo obedece mocosa consentida.

— No soy una mocosa — gruño mientras me acaricio ahí donde me ha golpeado.

— Vamos, ya conseguiste lo que querías, Bjorn debe estar por llegar, ve a molestarle a el.

— A eso voy — le explico, empezando a caminar de nuevo.

Pero ahora mismo no puedo pensar en Bjorn, todo en mi cabeza da vueltas. Esto es un desastre y las preguntas se me amontonan. Una vez las puertas del despacho se cierran detrás de mí, siento que estoy perdiendo.

****

Sé que esta no es la clase de castigo que tanto esperabais para Robert, pero tengo mucho planeado para él, además, siento que es negligencia de Alex el haber descuidado a Ángel.

Para las que pensáis que Alex no tuvo la culpa, el despreciaba a Ángel frente a sus hombres más cercanos hasta hace poco, es normal que se creyeran que para él, ella no valía nada y ahí está el resultado.

A las que no habéis entendido si Ángel fingió que tenía miedo, no, ella realmente tenía miedo, porque viajó atrás en el tiempo, a sus más oscuras pesadillas.

Las #R sabrán el porqué de que ella tuviera miedo y por eso os pido que por favor no hagáis spoilers, gracias.

También os adelanto que estos capítulos son una extensión de la trama, no se ha hecho ninguna modificación solo se ha añadido capítulos para que todo se entienda mejor y no haya un cambio tan brusco entre un capítulo y otro. Espero disfrutéis de los nuevos capítulos agregados :) 

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