Desde que la comunicación se ha inventado, el ser humano siempre ha buscado las maneras de expresarse, dar su opinión o entablar conversación los unos con los otros. Ya fuese mediante el habla, las señas o la escritura, dar su punto de vista es algo que ha caracterizado al ser humano desde sus inicios.
Puede haber muchas excepciones a esta causa, personas que prefieren callar sus opiniones debido al miedo, para evitarse problemas o, simplemente, porque han perdido el hilo de la conversación y ya no saben qué aportar. Por otro lado, y comúnmente la mayoría, hay personas que no tienen miedo de expresarse de forma libre, sin importarle las consecuencias de sus palabras o si estas pueden llegar a repercutir en la vida de los demás.
Y Bakugo Katsuki, era un muy buen ejemplo del segundo caso. El chico era un manojo de gritos y verdaderas groseras que no dudará en decirte tus tres cosas de frente –claro que de una forma ofensiva y con tres obscenidades de por medio-, ya fuesen buenas o malas –aunque siempre iban a ser malas-. Tal vez se piensa que el chico siempre decía las cosas porque sí, como si no hubiese algún filtro cerebro-boca, bueno, la verdad es que antes no lo había, su confianza ciega y su alto ego siempre le hicieron ver que nada de lo que dijera estaba mal, siempre tratando a los demás como la peor basura y haciéndolo evidente con cada palabra.
Luego, cuando entró a la U.A., se dio cuenta que no todos estaban dispuestos a escucharle, que la sarta de blasfemias que siempre lo caracterizaba para hacer sentir mal a los demás no surtía el mismo efecto como en la secundaria. No había mucho que decir ni en su defensa ni en su contra -a menos que quieras una funa masiva tanto en Twitter como en Facebook-, desde pequeño, y a raíz de su Quirk, las personas a su alrededor siempre lo llenaron de halagos, alegando a fe ciega que él sería un gran héroe debido a su máximo poder, creando un gran peso en el niño donde él siempre debía de ser el mejor y sobresalir de entre los demás extras.
La primera vez que se dio cuenta que ese peso fue su propia horca fue cuando peleó contra su amigo de la infancia y víctima diaria de sus arranques de odio, Midoriya Izuku, Deku comúnmente conocido, fue el primero en plantarle cara para hacerle saber que él no se iba a dejar afectar nunca más por sus palabras llenas de veneno. Siguiente a eso, el análisis de Yaoyorozu Momo, la Cola de Caballo, otro golpe. Darse cuenta que había gente con Quirks que podían rivalizar con él, la frustración interna que vivió –y que, al sol de hoy no muere- en su primer año a causa de su secuestro. Sentirse lo peor del mundo cuando, por su "culpa" y debilidad, All Might dejó de ser el héroe número uno a causa de que su poder se había agotado.
Todas y cada una de esas experiencias fueron calándole en el alma, haciéndole ver lo malo que fue no ver lo que ese gran peso, lo que su inmenso ego, podría afectarle a los demás. Así que cambió, de manera lenta, pero lo hizo, claro que sin dejar sus ganas de superarse por encima de los demás y sobresalir para convertirse en el próximo número uno, un héroe que los demás pudiesen ver como un símbolo de justicia y paz.
Y este mismo cambio dio un paso más en este segundo año, intentando ayudar más a sus compañeros, diciéndoles en qué hacían bien o que murieran si se iban a conformar con las mismas mierdas –que, en su idioma, era impulsarlos a que aprovecharan más su poder e hicieran valer el emblemático "Plus Ultra" que con tanto orgullo era el lema de su escuela-.
Y ahora ustedes se preguntarán: ¿Todo este testamento tiene algo de relevancia para la trama?
Pues sí, la tiene. A pesar de ser un hombre más de actos que de palabras, Katsuki aún no sabía medir con cuidado las frases que utilizaría con los demás o si estos terminarían ofendidos, y, en estos precisos instantes, estaba viviendo el mejor caso de cómo las palabras podrían afectar el estado de ánimo de los demás, al ver como Uraraka Ochako, mejor conocida por el apodo de Cara Redonda, lo había ignorado con creces el fin de semana para cambiar de pareja.
¡Es que era una jodida broma!
Pero sí, como leen, Bakugo Katsuki, el próximo gran héroe número uno, está emputado porque su pareja de baile lo cambió, y a causa de qué, se preguntarán ustedes, fácil, la chica seguía molesta porque Katsuki le había asegurado que iba a hacer el ridículo cuando bailó con Kirishima enfrente de sus compañeros.
Fue ese sábado, luego de que Olga dijese que se suspendería la evaluación para la próxima semana y que ese día repasarían para que no hubiese ningún inconveniente, que la chica se alejó de él y fue con otro extra a pedirle que bailara con ella ¡¿Y él estaba en un puto cuadro pintando en la pared o qué?!
Por supuesto que se acercó, diciéndole que se fuera con él, a lo que Uraraka, con una suave sonrisa que escondía, de manera perfecta, resentimiento, ella sólo le dijo que era mejor cambiar por el día de hoy y lo que quedaba de clases.
—Es para que mí ridículo no te afecte, Bakugo-kun –había afirmado, llevándose al idiota con ella ya que la clase iba a comenzar.
Es por esa razón que estuvo toda esa clase con una tipa que de su existencia sabrían sus padres –que por cierto lo pisó como más de tres veces, que por supuesto le hizo saber a forma de gruñidos-, una molestia palpable y un ceño fruncido a más no poder.
¿Qué demonios le había hecho a la Cara Redonda cómo para que estuviese tan molesto con él? Lo peor, es que no sabía la respuesta, y no es como si Uraraka se la fuese a decir –y él mucho menos va a preguntar-.
Puede que tenga que recurrir a la Ojos de Mapache, porque si esa situación seguía para el sábado y le tocaba la misma inútil, alguien va a terminar llorando y sabe que no será él.
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AL RITMO DE SALSA Y BACHATA
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—Chicas, no creo que esta sea la.... Mejor manera de buscar respuestas –la observación de Jiro queda a segundo plano cuando la persona que están buscando aparece.
Pobre Midoriya, él sólo iba en camino a buscar unos libros para terminar una tarea cuando Hakagure le salta encima, y no, no es figurativo, las chica de verdad corrió hasta él y le saltó encima, tacleándolo y dejándolo confundido en el piso por tan sorpresivo ataque.
— ¿Pero qué...? ¡¡HAKAGURE-SAN!! ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?! –La pregunta sale histérico cuando ve –bueno, algo así, pues su compañera era transparente- y siente el peso encima de él. Un gran sonrojo aparece en su rostro ¿Qué habrá hecho él en su vida pasada para que cosas como esas le pasaran casi que todo el tiempo?-.... T-te lo pido, Hakagure-san, quítate de encima.
—Midoriya-san, lamentamos esa manera tan abrupta de llamar tu atención –Momo se acerca, extendiendo una mano para ayudarlo a levantarse y ya libre del peso de Toru-. Necesitamos hablar contigo.
— ¿Conmigo? –Pregunta, las chicas asienten-, ¿qué quieren hablar conmigo, Yaoyorozu-san?
—Es sobre Ochako-chan –aclara Tsuyu-, ha estado algo extraña últimamente y queremos saber si te ha dicho algo.
Midoriya lo piensa un momento, ahora que lo nota, sí, se había dado cuenta que Uraraka ha estado algo extraña desde el miércoles pasado, un poco más.... ¿Molesta? ¿Frustrada? ¿Irritada? No, sabe que esas no son exactamente las palabras, pero su humor no era el usual. Y vaya que se hizo aún más evidente después de ese fin de semana.
La cosa es que él no estaba enterado de nada, Uraraka ni siquiera le había dicho el por qué estaba molesta, y dudaba que, a sus alturas, la chica le diese una respuesta clara si es que llegara a preguntar.
—Bueno –dice después de un tiempo, cuando por fin puede mantener sus pensamientos en orden-, es.... Cierto, que Uraraka-san ha estado extraña estos días –menea la cabeza de un lado a otro, negando aquello-, pero no, chicas, Uraraka-san no me ha dicho absolutamente nada.
—Bueno, no sé si esto tendrá algo que ver –habla esta vez Jiro, llamando la atención de Izuku-, y tal vez no sea muy relevante (es sólo una suposición, después de todo).... Pero, creemos que tal vez, un muy gran tal vez, el compañero de baile de Uraraka tenga algo que ver.
Ok, Midoriya a ese punto se había desconectado por completo de la conversación.... ¿Qué tendría que ver un desconocido –bueno, Uraraka le había dicho que su pareja de baile era un completo desconocido- con el malestar de Ochako?
—En primer lugar, ¿por qué suponen que puede ser por el "compañero de baile" de Uraraka-san? y, en segundo lugar, ¿no deberían de preguntarle ese tipo de cosas a Ashido-san o Kirishima-kun? –supone, pues era lo más lógico que se podría hacer en casos como esos, después de todo, tanto Ashido como Kirishima estaban con Ochako en la academia, es decir, sabrían más de este tema que él.
Las chicas dan un suspiro en conjunto, lastimero o desmotivado, dependiendo de cómo se viera.
—Ya lo hicimos, Midoriya-san –responde Momo-, la cosa es que....
—Al parecer ambos se acobardaron y evadieron las preguntas –termina Hakagure, ganándose otro asentimiento colectivo de parte de las chicas.
—Y, lo del compañero de baile, supusimos que podría ser eso ya que (¿recuerdas cuando Ochako bailó con Kirishima y Bakugo le dijo que haría el ridículo y ella le contestó que su compañero hacía el ridículo peor que ella y no se lo echaba en cara?) desde que nombraron aquello, pues, no lo sé.... Se nos hizo la primera opción para sacar conclusiones –finaliza Jiro, algo apenada, ahora que lo decía en voz alta, el tema era algo estúpido a decir verdad.
—Lo lamento mucho pero no puedo serles de ayuda –niega Midoriya-, Uraraka-san no me ha dicho nada sobre el porqué de su humor o algo así –otro suspiro-.... Si llego a averiguar algo, con mucho gusto se los diré, pero les sugiero que le pregunten directamente a ella cuál es su molestia y no sacar conclusiones apresuradas –aconseja, dándoles una confortable sonrisa-. Si me disculpan, tengo que ir a la biblioteca, que tengan buen día.
Y sin más, continúa su camino, dejando a las chicas desde el inicio, sin absolutamente nada claro. Por supuesto que querían saber la causa del malestar de su amiga ¡Y por supuesto que habían preguntado! Pero la misma Ochako les había asegurado que estaba "bien" y que su malestar no era nada grave.
{—Se me va a pasar a los días, chicas} les había dicho, qué mentira más grande.
Pero había algo más, una puya que las venía persiguiendo desde hace algún tiempo y que se incrementó con lo sucedido el miércoles, ¿quién era el compañero de Uraraka? Por más que intentaron preguntar, nadie cercano a Ochako tenía la respuesta clara –ni siquiera Tsuyu, y eso que ella era la mejor y más cercana amiga de Uraraka-.
—Yo digo que su compañero es Bakugo-kun y caso cerrado –proclama Hakagure, haciendo que las chicas la mirasen con una ceja alzada y una mueca entre la incredulidad y la demencia absoluta-.... ¡Sólo era por decir! Una pequeña broma, chicas.
—Pues tu pequeña broma no tiene nada de grave, Toru-chan.
—Bueno, si le sacamos el lado ¿lógico, tal vez? Tendría sentido –piensa Jiro, intentando darle sentido a ese bizarro pensamiento. Un escalofrío recorre todo su cuerpo de sólo imaginar a su explosivo compañero bailar de esa manera-.... No, no tiene la más mínima lógica –espeta, la chicas le dan la razón al tener su mismo pensamiento.
Mientras debaten entre ellas, ya desistiendo de seguir con el tema sobre el compañero de baile de Uraraka, Bakugo se queda inmóvil en su sitio, fue por casualidad que había pasado por allí –igual que Midoriya, tenía que buscar algunos libros para terminar su tarea-, escuchando esa pequeña parte de la conversación –después de todo, no había escuchado cuando las chicas le preguntaban a Izuku si conocía, o sabía, algo al respecto-. Como Hakagure había gritado aquello, fue lo único que pudo escuchar.
Es que era jodidamente perfecto, lo que le faltaba para esa semana de mierda es que los putos extras se enterasen, ¿es que tenían que averiguar, a como diera lugar, la vida de los demás? Que mierda más fastidiosa.
—Bakugo-kun ¿por qué estás oculto allí? –y la cereza del pastel, la Cara Redonda había llegado casi que de la puta nada.
Chasquea la lengua, despegándose de la pared y colocando las manos en sus bolsillos, dando su pose más altiva.
—Yo estoy donde se me da la puta gana, Cara Redonda –responde-, ¿qué? ¿Ahora sí me hablas o seguirás con tu mierda del fin de semana? –Uraraka tuerce los ojos ante eso, otra vez el bendito temita.
—No, Bakugo, no voy a seguir con mi "mierda" –hace comilla con los dedos a modo de burla- del fin de semana. Pero tranquilo, si tanto te molesta mi presencia ya me largo –y dando su mejor sonrisa falsa, intenta seguir su camino. Claro que su plan hubiese tenido éxito si el agarre de Bakugo en su brazo la dejase ir-. Bakugo, por favor, tengo que...
— ¿Le dijiste a las extras que yo soy tu pareja? –Y la mueca de confusión de Uraraka no tarda en adornar su rostro-, no te hagas la estúpida, Cara Redonda, las acabo de escuchar afirmar que yo soy tu compañero.
—Pues si lo dijeron será porque alguien más se los ha dicho, Bakugo-kun –rebate ella, zafándose del agarre-, pero yo no he dicho absolutamente nada –ambos se sostienen la mirada. Si se viese desde el exterior, sin saber el contexto real de tan ridícula pelea, pensarían que es una escena de celos. Algo gracioso que el tema fuese si Uraraka le dijo o no a las demás que Bakugo era su compañero de baile-. Te lo dije, Bakugo-kun ¿no? Yo no diré nada (y menos si tú no quieres) y dudo mucho que Kirishima-kun o Ashido-san hayan dicho siquiera algo, así que si ellas se enteraron deben ser de alguien externo o qué se yo. Pero yo no fui –repite, segura de sus palabras, porque eran la verdad.
Ella desde un principio, y aquella noche que Bakugo fue a tocar su puerta y se lo pidió, ella cumplía con su palabra, si él quería dudar de ella, pues que lo hiciera, pero eso no le iba a quitar la veracidad de sus palabras y la lealtad a sus compañeros, ella era alguien de palabra, y si le decían que no, por supuesto que era no.
Aunque escéptico, Bakugo puede confirmar la veracidad de su palabra, pero sigue molesto, ¿cómo esas extras se habían enterado de aquello? No lo sabe, además, cabía la posibilidad de que, quien sea que lo haya dicho, fuera por broma. Chasquea la lengua.
—Está bien, Cara Redonda –es lo único que le dice para seguir su camino, dejando a Uraraka más que confundida.
¿Qué rayos había sido eso?
—Los hombres son raros –y con esa afirmación se va por su lado.
Dejando aquel pasillo sólo, el cual fue testigo de tan bizarra escena yla verdad que las cuatro féminas de la clase 2-A, no pudieron descubrir.
Me encanta hacer drama sin sentido y que los personajes se peleen sólo porque sí sjsjsjsjs
No tengo mucho que agregar, la verdad, espero que este capítulo les guste
Otra cosa que iba a decir es que, ya tengo el final, o sea, no escrito, pero tengo en borradores todos las ideas importantes hasta llegar al final, así que es posible que lo termine antes de que me dé cuenta, quién sabe
Me da muchísima ansiedad terminarla, por un lado no quiero, pero por el otro quiero hacerlo para subir las otras que tengo en mente
Los dejo con aquella incógnita, nos vemos y cuídense